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DESESPERANZA DE VIDA

DESESPERANZA DE VIDA

La reforma de las jubilaciones está edificada sobre una premisa falsa: El hecho de que la esperanza de vida se ha prolongado para la población española. Y digo falsa porque no tenemos mas que desmontar este dato para darnos cuenta de su inconsistencia. Las estadísticas se obtiene sacando la media de edad de los fallecimientos de los ciudadanos. Al haber disminuido drásticamente la mortalidad en la infancia y en el periodo de la pre-jubilación, el promedio de esperanza de vida es más alto. Aunque es cierto que más personas llegan a ser ancianas gracias a los avances médicos, esos años extra que se han arañado a la muerte no garantizan que las condiciones físicas sean las más adecuadas para seguir desempeñando algunas tareas o trabajos. A partir de los 65 años, mucha gente arrastra una precaria salud como resultado de esta prórroga. En España, no es igual envejecer siendo un burgués que siendo un proletario. Hay una diferencia en nuestras expectativas de vida de al menos diez años, en contra de los que tenemos oficios no cualificados o padecemos la incertidumbre del paro. Tampoco llegamos al jubileo en las mismas condiciones físicas. Ni siquiera la salud nos reparte cartas equitativamente. Las nuestras siempre están marcadas. Por eso, este argumento para reformar las pensiones está basado, para gran parte de los españoles, en nuestra desesperanza de vida. Es un apunte sarcástico y cruel que nos anuncia que las desigualdades van a perseguirnos hasta la tumba. Que la justicia, e incluso la calidad de vida, son artículos de lujo solo accesibles para las élites sociales. A ver si nos vamos enterando.

Publicada en Periódico de Aragón y El Plural

EL PROBLEMA FUÉ SENTARSE

EL PROBLEMA FUÉ SENTARSE

¡Y vuelta con la burra al trigo! La negociación sobre la reforma de las pensiones se está convirtiendo en una especie de historia interminable a la que ya podemos augurar un triste desenlace para el populacho. El gobierno debe andar probando toda suerte de artes de prestidigitador-hipnotista para pillar en un renuncio a los sindicalistas y ¡zaca!. Y éstos, dóciles cuales esponjosos borreguitos de norik, apenas se atreven a nada más que a cabecear negando con poca convicción lo que parecen aceptar como inevitable. Un mensaje desolador para la clase obrera que vemos como nuestras expectativas de tener una jubilación digna algún día se van alejando. ¿No será que el problema fué sentarse a una mesa en la que ya estaban establecidos de antemano los corchetes de la negociación? Porque acudir a estas citas conociendo los propósitos del gobierno y su rendición  final al neoliberalismo imperante es, a mi modesto entender, una claudicación de principios. Yo veo la situación así: Los trabajadores estamos siendo víctimas de una doble traición de algunos sectores de la izquierda política y sindical. Ante la mayor agresión sufrida en la historia de la lucha obrera contra nuestros derechos, ganados a fuerza de derramar mucha sangre, sudor y lágrimas, los socialistas se alían con el poder financiero y los sindicatos se avienen a regatear sobre las condiciones de nuestra entrega al señor de los Mercados. ¡Patético panorama! pero para enmendalla, primero nos tenemos que enterar de lo que está pasando. Llegar a la conclusión de que este sistema es insostenible en todos los aspectos, incluido el humano. Comprender que las soluciones tiene que venir de la mano de una sociedad donde la riqueza y el trabajo se repartan equitativamente. Que entienda que los recursos no son ilimitados y que es imprescindible decrecer para sobrevivir en el planeta. Mientras la izquierda no cambie hacia ese registro, continuaremos engrosando las nutridas filas del desempleo o las del mercado, pero las del mercado de esclavos, claro.

Publicado en Público, Heraldo de Aragón, Periódico de Aragón y El Plural

¡COMO ESTÁ EL SERVICIO!

¡COMO ESTÁ EL SERVICIO!

Esta carta, aunque la firme servidora, está escrita a instancias de algunos de mis compañeros/as de la limpieza del hospital público zaragozano donde curramos todos. Quieren decir unas cuantas cosas respecto a nuestro trabajo  y han delegado en mí la irresponsabilidad de que lo cuente. Allá ellos/as. La idea surgió a raíz de la visita que alcalde, concejales y otras personalidades relevantes, hicieron a los accidentados del autobús de la OPEL que estaban ingresados en el Lozano Blesa. Una vez más, porque hablamos de un hecho recurrente cuando nos visita alguien de rango o una televisión, algunos cráneos privilegiados de las jerarquías hospitalarias sugirieron a las limpiadoras que escondieran los carros de limpieza, que hacían feo. Ya les digo que no se trata de un hecho exclusivo de la visita de Belloch y su séquito. Es política de imagen. Una recomendación estética. Como lo debe ser copar la entrada de las urgencias con coches oficiales y gorilas con pinganillos que impedían el acceso de los enfermos, algunos de los cuales tuvieron que ser recogidos por los celadores en la cuesta. Personalmente pienso que son garruladas de gente que no entiende el significado del servicio público ni el grado de sacrificio que se espera de ellos. Personajillos que relacionan el boato de ser un alto cargo con alguna fantasía feudal en la que los vasallos siempre están obligados a rendirles pleitesía. Y como entonces, cuentan con su propia corte de aduladores y bufones. Esos mismos que nos piden que nos escondamos, con nuestros próscritos carros de limpieza, para no proletarizar demasiado la foto de la "aristocracia" política.
He de añadir que mis compañeras se negaron a seguir esta sugerencia y arremetieron con su carga de basura por en medio de la ilustre comitiva. Somos un colectivo acostumbrado a pelear por nuestra dignidad. Nadie nos lo ha puesto fácil. Aunque ellos no puedan entenderlo, nuestra presencia es un estético ejemplo de lucha en común, responsabilidad y orgullo de clase. Cualidades que cualquier buen demócrata nunca pretendería esconder. ¿No les parece?

Publicada en el Heraldo de Aragón

MALA HIERBA

MALA HIERBA

Como brotes malditos de maleza insurrecta, algunos trabajadores se obstinan en desafiar al patrón pese a que ya están avisados de las consecuencias. Para algunas empresas, acostumbradas a medrar a fuerza de explotar todo aquello que se mueve sin que nadia ni nadie oponga demasiada resistencia, son como la mala hierba. No van a consentir ese insolente alarde de dignidad obrera. Esa naturaleza libre podría contaminar su cosecha de empleados transgénicos, dóciles y amedrentados. Lo más granado del lúmpen empresarial, imbuidos de licencia para el latrocinio y la extorsión por la recién estrenada reforma laboral, no van a dudar en aplicar sus disuasorios argumentos sobre el mínimo atisbo de insurrección. Despedir está tirado. Les sale casi de gratis extirpar ese molesto gérmen. Un ejemplo, entre los abusos que se están dando y se darán contra nuestros más elementales derechos, es el despido de un joven empleado de Telepizza en Zaragoza. Esta multinacional se distingue por sus miserables salarios y las precarias condiciones laborales que impone a sus plantillas. Antes de la Huelga General, esta democrática empresa, puso en marcha un potente dispositivo anti-sindical para que "convenciera" al personal de que no le convenía meterse en jaleos pancarteros ni reivindicatorios. Sin embargo, rompiendo con la tácita asunción del yugo por la mayoría, en una de sus tiendas, el 50% de sus empleados se adhirieron a la Huelga. Como no podían tolerar que cundiera la osadía, decidieron dar un castigo ejemplarizante y despedir ipso-facto a uno de los revoltosos. Hay que arrancar la mala hierba de la agitación proletaria. Una vez saneado su plantel de enmarañados sindicalismos y otras zarandajas, los beneficios se multiplican exponencialmente.  El truco está en no repartir con justicia su riqueza entre los que le han ayudado a crearla y deshacerse de los insumisos. Vamos, lo que venía a ser la esclavitud tradicionalmente. ¿Para qué sirvió la lucha del llorado Camacho y tantos otros por nuestros derechos y orgullo de clase? ¿Vamos a permitir que exterminen impunemente la semilla sindical?

HOMICIDAS LABORALES

HOMICIDAS LABORALES

El exitoso rescate de los mineros chilenos ha proporcionado su momento de gloria al presidente Piñeiro. Interpretando el papel de patriarca amantísimo de sus compatriotas, ha rentabilizado políticamente este drama en medio de un circo mediático y populista. Pero la tragedia humana de la Mina de San José no se debe a un hecho fortuito o a un retorcido designio divino. Existen unas causas objetivas que son el auténtico desencadenante de que se hayan producido el accidente. Y en el origen de estas causas podríamos encontrar una responsabilidad punible al propio Presidente chileno. A pesar de que ahora aparece ante el mundo como un héroe, prometiendo remedar las condiciones de trabajo de los mineros, la verdad es que Chile no había ratificado el convenio sobre seguridad en las minas de la OIT. Ni las denuncias sobre la nulidad de previsión de riesgos laborales, ni los frecuentes derrumbes y accidentes fueron suficientes motivos para anteponer la seguridad de las personas sobre la productividad de una empresa. Hoy todos celebramos que se hayan salvado esas 33 vidas pero, a algunos, nos produce un cierto sabor agridulce ver como los villanos se benefician de una gloria que no les corresponde. Pero podía haber sido peor. En la mina de Pasta de Conchos,(México), quedaron sepultados 63 mineros en el 2006. Ni el presidente Fox, ni el dueño o los accionistas de la empresa minera, se dignaron a acudir al lugar a apoyar las tareas de rescate o consolara a las familias. No hubo milagro para estos trabajadores. Políticos, empresarios y, por lo visto hasta el mismo dios, les dieron la espalda preservando el capital sobre la vida de estos desgraciados que fueron abandonados a su suerte.
Seguramente Fox, tras ver el beneficio que el asunto ha reportado a Piñeiro, cambiaría de estrategia y hubiera ocultado su mezquindad e indiferencia tras la máscara de la activa preocupación. En realidad, ambos han hecho gala de una absoluta negligencia criminal. Pero unos han explotado sus homicidios con un saldo a su favor, mientras a los otros solo les ha servido para engordar su truculenta leyenda negra. Depende de lo avispado que sea el presunto asesino en manipular el escenario del crimen.

NO PIERDAN DE VISTA AL BOSQUE

NO PIERDAN DE VISTA AL BOSQUE

No se si habrán advertido que vivimos en una sociedad hipócrita que se basa en mantener la supremacía de la élite, a costa de la injusticia que se administra a los que se considera "subordinados". Es tan obscena la ética de este sistema, que permite la proliferación de una gran variedad de psicópatas emocionales, abriéndose paso a codazos, para ser los portavoces de los mandados del lado oscuro. Tenemos un poco de todo en la fauna nacional. Pero hoy nos vamos a centrar en un tipo que, pese a su vergonzoso y delictivo pedigrée empresarial, se cree con autoridad moral para insultar a los cuatro millones de parados, y a todos los trabajadores de este país, con la síntesis, en pocas palabras, de los designios de la "cuchipandi" que representa: Tenemos que trabajar más y cobrar menos. ¡Albricias! Por fin hablamos claro. No ha tenido mucho tacto el señor Ferrán, fiel a su estilo hasta el final, pero define meridianamente las intenciones que la clase empresarial, en general, tiene para todos nosotros. Su magistral plan para institucionalizar la esclavitud con el tácito consentimiento de los futuros esclavos. Esa es la esencia de lo que, tan sincera y torpemente, ha manifestado don Gerardo. Lo ha expresado con una simpleza casi pueril. Eso es algo propio de las personalidades que nunca han ejercitado la conciencia. Andan laxos en el tema y el subconsciente les delata consiguiendo que se les afloje la lengua. Pero no nos engañemos, aunque el mensajero sea un personaje esperpéntico y acabado, el mensaje tiene absoluta vigencia. No debemos obcecarnos con los árboles, cuando la verdadera amenaza anida en el terrorífico bosque que esconden. Y en este bosque empresarial, detrás del histriónico arbusto del señor Díaz-Ferrán, hay una bandada de buitres carroñeros que babean por devorarnos. Que no solo comparten la filosofía de su todavía presidente, sino que ponen todos sus esfuerzos en que esto sea así. Solo tienen un pequeño problema de marketing a la hora de escoger a sus representantes. Pero el momento que vivimos es tan descaradamente grotesco que parece que todo vale. ¿Para qué andar con disimulo? Yo se lo agradezco a don Gerardo. Espero que tras esta declaración de guerra de clases, los "subordinados", tomemos conciencia de lo que se nos avecina. Que debemos actuar con dignidad y disciplina  para defendernos del tenebroso bosque desde el que, orates y bufones, nos susurran abiertamente sus consignas. Esa debe de ser nuestra lectura. Por su seguridad, no pierdan de vista el resto de este silencioso bosque.

CIERTO TUFILLO A SEDICIÓN

CIERTO TUFILLO A SEDICIÓN

 La Patronal de este bendito país, ha tratado siempre de dar una imagen de "Happy family" que apoyaba incondicionalmente a su gurú, aunque en realidad, éste estuviera encarnado por el anti-cristo empresarial en persona. Aunque es bien cierto que hace algún tiempo que sus vicepresidentes le vienen sugiriendo a Díaz Ferrán la dimisión, no pueden negar que, a pesar de su escandalosa carrera como quebranta-empresas, se han apostado detrás de su siniestra gestión para lograr sus todavía más siniestros objetivos. Ahora, cuando la bola se ha inflado de Marsans, Air Comet o Mercurios, los antes amiguetes de Ferrán, están listos para darle "papela". Pero la Reforma Laboral nos la comemos con patatas. Quizás pensarán que tengo algo personal contra los empresarios. Nada más lejos de la realidad. Respeto profundamente la labor del emprendedor que es capaz de crear puestos de trabajo y repartir los beneficios con la mano de obra que le ayuda a conseguirlos de una manera justa. ¿Conocen muchos así? Yo muy pocos. La mayoría, como Díaz Ferrán y sus ex-gruopies, defienden el neoliberalismo más inhumano y salvaje. Eso no fué óbice para que, cuando les convino chupar de la ubre estatal, solicitaran una pausa en el libre mercado. Pero tras la inyección pública, a seguir pirateando con la bandera de la privatización, como el símbolo del próximo abordaje hacia el que encaminan sus ojos bucaneros. Estos tipos, los representantes de nuestra gloriosa CEOE, son coparticipes de la situación financiera y laboral que atraviesa nuestro país. Su rapiña ha contribuido a la ruina general.Sus aportaciones al pretendido diálogo social solo nos traerán más desempleo y precariedad, por ende, menos consumo y más crisis. Por todo esto, ya me perdonarán que no simpatice demasiado con los tímidos traidores que susurran al oído de don Gerardo la palabra dimisión. Los filibusteros suelen cambiar de jefe por motines, luchas de poder o descrédito del cabecilla,  pero lo que nunca cambian, es su inclinación natural al pillaje.

Publicado en Público

Artículo de Jose Luis Trasobares en El Periódico de Aragón( Ni lameculos ni esquiroles)

El Independiente ( El Periódico de Aragón - 13/07/2010 )

DUEÑOS DE NUESTRO DESTINO

DUEÑOS DE NUESTRO DESTINO

He tenido la oportunidad de escuchar una entrevista radiofónica hecha a uno de los representantes sindicales de la huelga de metros de Madrid. Tras haber visto en los informativos las airadas reacciones del resto de trabajadores que sufrían retrasos e incomodidades por su causa, no he podido evitar sentir una quiebra en mis emociones. Trabajadores que increpan a otros trabajadores por ejercer su derecho y además piden sanciones y represalias contra ellos. Contrasta con la meridiana lucidez con la que el huelguista exponía sus razones en la radio. La Comunidad de Madrid quiere vulnerar nuestro convenio colectivo. Nos ningunean. Nos tratan como a mindundis. Debemos demostrarles que no pueden hacer lo que quieran con nosotros. Somos dueños de nuestro destino. Esta huelga ha sido una decisión asamblearia. No ha sido orquestada por ningún sindicato en concreto. Han sido los trabajadores, los mismos que una y otra vez han denunciado irregularidades en el servicio, los que han decidido plantarse frente a la arbitrariedad de la Comunidad de Madrid y sus agresiones al convenio colectivo. Han reaccionado con dignidad. Algo de lo que actualmente, por una u otra causa, no andamos muy sobrados los asalariados. Es posible que la insolidaridad de algunos nazca del miedo. De la frustración de saber que, aunque están en el mismo barco, no van a tener el valor que demuestran los empleados del metro. En vez de dirigir su ira contra quien provoca esta situación, la Comunidad Madrileña, les resulta más fácil volcarla en quienes son víctimas de su política. Víctimas como ellos que, por intereses especulativos y una pésima gestión urbanística, han visto como sus puestos de trabajo cada vez estaban más alejados de sus viviendas convirtiendo los desplazamientos en una peripecia cotidiana. Me siento orgullosa de estos compañeros y les mando todo mi apoyo y mi cariño. Y a la vez solicito la solidaridad del resto de trabajadores del país con esta huelga que nos representa un poco a todos. Ellos se están enfrentando a su destino. Si no somos capaces de hacer los mismo cuando nos toque, sepamos al menos hacia donde debemos enfocar nuestra rabia o acabaremos siendo dueños de nuestro infortunio.

SE HACE CAMINO AL ANDAR

SE HACE CAMINO AL ANDAR

La ciudadanía en general, percibe el momento que atravesamos con resignación fatalista. Se nos ha convencido de que es inútil resistirse a lo inevitable. Se ha establecido un pensamiento único del que, hasta algunas fuerzas de presunta izquierda y medios progresistas, no pueden sustraerse. Lo único que aparentemente podemos elegir son las siglas de quienes preferimos que nos hagan "la faena". La clase trabajadora cree que sus posibilidades están acotadas a optar entre sufrir el neoliberalismo medianamente amortiguado del PSOE o caer directamente a las fauces neocon de los peperos. Por otro lado, los sindicatos aparecen desacreditados ante la sociedad por méritos propios. El instrumento sindical, el más valioso en la lucha obrera, se ha desactivado a golpe de subvención y burocratización. El escaso seguimiento de la huelga de funcionarios es un reflejo de todo esto. El panorama es desalentador, es cierto, pero la historia no la escriben los pusilánimes. A lo mejor lo que necesitábamos era una fuerte sacudida que nos sacara del letargo donde nos habíamos refugiado. Sabemos varias cosas: que este sistema es antropófago e insostenible y nos conduce derechos al precipicio y que la pasividad que mostramos es equivalente a ofrecerle nuestras cabezas en bandeja. Entonces, ¿qué podemos perder por intentar invertir este proceso autodestructivo? Ha llegado el momento de que, por encima de filiaciones u otros tiquismiquis, las fuerzas políticas, sindicales y sociales progresistas se estrujen las meninges para defender un modelo social más justo. Aunar las fuerzas para mandar un mensaje de rebelión pacífica a la gente pero, sobre todo, de esperanza. En Zaragoza se ha lanzado una propuesta que va en este sentido. Se está organizando una marcha andando de trabajadores hacia Bruselas para protestar por los recortes y la pérdida de derechos sociales. Aquí cabemos todos los que creemos que otro mundo es necesario. Y el llamamiento se hace extensivo a las hermanas y hermanos europeos para que, entre todos, consigamos que el 29 de septiembre sea un plante de los trabajadores frente a los abusos. Toda una declaración de intenciones. Solo es una iniciativa, pero también puede ser una buena estrategia para empezar a organizar la resistencia.

Publicado en Diario del Alto Aragón el 30 de junio del 2010 y en El Periódico de Aragón el 3 de julio del 2009

LA GRAN EMPRESA

LA GRAN EMPRESA

Gallardón propone que emulemos al partido comunista chino en la "gran empresa" de levantar España. En el bufonesco giro que ha efectuado el PP hacia la defensa de los derechos de los trabajadores viene a resultar que Xiaoping, responsable máximo de la matanza de Tian´anmen, es un modelo a seguir para afrontar la recuperación económica de nuestro país. Y aunque suene disparatado tiene su lógica desde la perspectiva neocon. La idea de un gobierno al que no le tiemble el pulso a la hora de reprimir cualquier actividad subversiva contra el capital, les pone tontorrones. Es cierto que pretenden tomar el timón de España para gobernarla igual que una empresa. Pero un empresa en la que los beneficios de unos cuantos prevalezcan sobre el menor atisbo de libertad y justicia entre el resto de los gobernados. Es más coherente que su patético discurso de adalides populistas. Más creíble. En consonancia con aquellas palabras, también del alcalde madrileño, que insinuó que los mercados debían convertirse en los jueces de la democracia. Llevar una empresa, con la misma mano dura que Xiaoping ejerció con los suyos, es una labor más apropiada para el Partido Popular. He de admitirlo. Al fin y al cabo están bregados en los negocios más inverosímiles y acostumbrados a sacrificar peones para obtener mayor rédito. Lo que sucede es que no piensan hacer reparto de beneficios y a mí, el contrato que me ofrecen, no me mola nada. Habrá quien piense que, puestos a ser "chingados". que lo hagan profesionales. Pero personalmente, prefiero explorar otras posibilidades. Alguna propuesta que nos ayude a salir de la crisis sin sacrificar las necesidades sociales a la tiranía de los mercados. Alguna idea que no nos obligue a renunciar a nuestros derechos fundamentales como seres humanos en favor de ninguna empresa.  

LA NATURALEZA NEOCON

LA NATURALEZA NEOCON

Para poder combatir al enemigo hay que saber cómo piensa. Introducirse en su pellejo y notar como fluye su sangre en nuestras venas. Por eso, para entender la reforma laboral, me aplicaré el método Stanislavsky y trataré de relatar mis sensaciones desde la perspectiva del capital. La primera de mis revelaciones consiste en notar cómo una naturaleza chulesca se apodera de mi pensamiento. La parte racional de mi cerebro, esa que es capaz de empatizar con los miembros de mi propia especie, empieza a atomizarse a favor del desmesurado crecimiento del neocórtex cerebral. Es el reptil el que manda en estas mentes. Mis constantes se ralentizan y el flujo sanguíneo se torna frío y viscoso. ¡Ya estoy dentro!
Ahora empiezo a pensar como un depredador sin conciencia y puedo analizar la reforma desde su óptica. Y de pronto, lo entiendo todo. Medidas tan celebradas como la del abaratamiento del despido no son necesarias. No crearán más trabajo y solo servirán para precarizar el empleo en general. Entonces, ¿a qué viene esa ansiedad entre todos los poderes financieros, empresarios y economistas y políticos liberales por minimizar los costes del despido? Es un consenso que nace de una premisa falsa y que se nos vende como una necesidad inalterable. El lagarto que domina ahora mi cabeza se sonríe con desvergonzado cinismo. Es pura fanfarronería neocon. A la élite dirigente le enferma la sobreprotección laboral sobre los trabajadores. Nos quieren desnudos de derechos y cautivos de su codicia empresarial. Eso no mejorará el panorama social en absoluto pero ¡oye! no veas lo burros que les pone el saber que nos tienen pillados por el cuello. Son así de chulos, por naturaleza. Y no pararán hasta relegarnos al nicho antropológico que imaginan para la clase trabajadora: La indefensión total ante la patada en el culo con un "no vuelva usted mañana". Explotarnos es poco. Además necesitan humillarnos. Y se ríen de nosotros intentando convencernos de que nuestro sometimiento, se recompensará con una lluvia de puestos de trabajo.

TRABAJA O REVIENTA

TRABAJA O REVIENTA

¿Se imaginan ustedes que, para ganar unos cien euros mensuales, tuvieran que trabajar dieciseis horas diarias durante seis días a la semana? Impensable, opinarán la mayoría. Sin embargo, esas son las condiciones laborales de los trabajadores chinos en la multinacional Foxconn. La misma desde donde se produce, para un mundo sediento de tecnología, el iPad. Este libro electrónico de moda y de dudosa utilidad que necesita, para ser competitivo, que los gastos laborales se reduzcan al máximo. Y para ello hay que buscar zonas geográficas en la aldea global en las que, explotar a los trabajadores, no cree ningún problema a los explotadores. China está bien para estos menesteres. Un Estado que no respeta los derechos humanos y sufre de una virulenta corrupción, no tiene ningún inconveniente en que sus ciudadanos sean maltratados y exprimidos por cualquier transnacional, si esto les ayuda a mantener el psicopático sistema con el que gobiernan. Diez jóvenes se han suicidado en esta factoría en lo que va de año. Peones rotos que no han soportado las vejaciones y miserias a las que eran sometidos para acabar recibiendo el salario del hambre. El fenómeno de la deslocalización y sus perversas consecuencias no es nuevo en el capitalismo. Hasta ahora, la sociedad del primer mundo desviaba su hipócrita mirada de este asunto y pocas eran las voces que clamaban contra la injusticia que recaía sobre las trabajadoras y trabajadores de los países más pobres y opimidos del planeta. Entendíamos, con un cinismo egocéntrico, que para sustentar el sistema que habíamos abrazado debían ser otros los que renunciaran a sus derechos básicos. Pero el escenario histórico está cambiando a pasos agigantados. Don Neoliberal necesita más alimento para su bulémico festín y ha descubierto que, a lo mejor, no es necesario mover sus fábricas en busca de esclavos. Basta con convertir en esclavos a los operarios locales. De ahí viene esa ola que recorre occidente y que exige  drásticas reformas laborales. Como la que se cierne sobre nuestras cabezas. Tratando de convencernos de que el despido libre, los contratos precarios y los sueldos famélicos ayudarán a crear empleo y a mover la economía. La economía sí que se moverá pero, como en el feudalismo, solo será para engordar la buchaca de los señores mientras la morralla villana les siga trabajando casi de balde. Siempre, como a los suicidas de Foxconn, nos quedan las opciones de reventar trabajando o "aplicarnos la eutanasia" ejecutando un vuelo libre desde cualquier ventana. También podríamos luchar. Tomar conciencia de la inmensa fuerza que supondría un frente unido de toda la clase trabajadora internacional. De que, en vez de alargar el cuello para facilitar que penetre el estoque, podemos reunir el valor para plantar cara a esta ofensiva. Piensen en ello. Ha llegado el momento de abandonar nuestra pasividad e insolidaridad, porque sino, mañana podemos ser nosotros los que reventemos. 

Publicado en Público, Periódico de Aragón y Diario del Alto Aragón el 5 de junio del 2010

BASURA PÚBLICA

La noticia de la indignación ciudadana que recogen los medios por la acumulación de basura en las calles de Santiago, debido a la huelga que mantiene el servicio de recogida de dicha ciudad desde hace dos semanas, esconde otro muladar del que apenás se vierte información. La prensa y las televisiones nacionales, siempre que sucede una circunstancia parecida en el sector, hacen hincapié en las molestias y los riesgos higiénico-sanitarios del "problema" sin profundizar en las causas que provocan una medida tan desesperada como la huelga, en un colectivo de trabajadores cuyo salario no podría calificarse, ni siquiera irónicamente, de boyante. Aún a sabiendas de que esta determinación, como la tomada por los trabajadores de Urbaser que rinden sus servicios para el ayuntamiento de Santiago, es impopular y que pocas veces encuentra el apoyo y la solidaridad del resto de la ciudadanía, el cúmulo de abusos e incumplimientos al que son sometidos por estos grupos empresariales les obliga a ejercer el derecho de la huelga, estrictamente recortado por unos servicios mínimos abusivos, como última medida de presión tras agotar todas las vías razonables, legales y negociadoras. Este tipo de empresas, que pertenecen a grupos poderosos pero tendentes a acumular grandes deudas, trabajan muy bien el sector de lo público. Consejerías, hospitales, recogida urbana de residuos... son actividades que realizan en toda la geografía nacional consiguiendo adjudicaciones que, en ocasiones, les han sido concedidas en "lícito" concurso público tras pagar la publicidad electoral de un determinado partido a cargo del presupuesto municipal de limpieza, como sucedió en Leganés. Favores entre amiguitos del alma que implican la responsabilidad directa de los adjudicatarios públicos que, además de no gestionar el dinero de todos se emplee en un servicio eficaz que no desestime la dignidad de sus trabajadores, desvían la atención del respetable señalando con el dedo, como criminales anti-sociales, a las plantillas escasas, sobreexplotadas y presionadas con su connivencia. Al parecer, también ayuntamientos y administraciones contraen grandes deudas con estas contratas. Y es que es curioso el baile de cifras que se mueve, y que convierten la privatización de estos servicios en una ruina para las arcas generales y en un foco de corruptelas y derivados. En más basura,similar a la que se va acumulando, con tendencia a crecer, en todo este país. Con un olor mucho más pernicioso que el que ahora asfixia las calles complutenses.

EL DÍA DE LOS EXCLUIDOS

EL DÍA DE LOS EXCLUIDOS

 

Este 1º de mayo, como los anteriores, muchos trabajadores saldremos a la calle en conmemoración de los largos años de lucha en defensa de nuestros derechos laborales. Pero este año, el matiz que marca la diferencia, es la desorbitada cifra de desempleados que, unida a la precaria calidad y la inestabilidad de gran cantidad de los empleos que se ofertan, representa a una legión de excluidos sociales de dramáticas proporciones. Ese mítico contrato social que auguraba una sociedad del bienestar en los años setenta parece haberse roto definitivamente. El proletariado se ha transformado en lo que el sociólogo francés Robert Castel ha decidido denominar como "precariado". Esos empleos puente, cuyas lamentables condiciones se aceptaban como una etapa transitoria mientras se hallaba un trabajo estable y digno, se han instalado definitivamente en nuestro mundo occidental produciendo unos níveles de pobreza y marginación inimaginables en la Europa industrializada del siglo XXI. La jungla en la que se ha convertido el estatuto del asalariado, y que afecta de manera especialmente sangrante a nuestra juventud, ha generado unas bolsas de miseria e incertidumbre moral que rompen con las esperanza de abandonar esta situación. Si nos resulta sorprendente el hecho de que la crispación social no tome todavía la forma de las revueltas callejeras que podemos observar en Grecia se debe a que las prestaciones por desempleo y esa prorroga de subsistencia que alarga la agonía algunos meses, han ido dilatando la eclosión de la desesperanza. ¿Pero que sucederá, dentro de poco tiempo, cuando todos estos recursos se agoten? La ciudadanía es consciente de que, mientras la situación de las personas empeora gradualmente, los estados han inoculado millones y millones a los actores financieros responsables de esta crisis. Estos a su vez, han utilizado esta inyección económica para prestar a los ciudadanos y al propio estado el dinero recibido a unos intereses escandalosos consiguiendo unas ganancias desproporcionadas e inmorales. Mientras, la insolidaridad generalizada ha provocado una feroz competencia entre los trabajadores y la sumisión de los sindicatos mayoritarios ante las veleidades de la patronal. Hasta el FMI alerta de que, de no reformarse el sistema financiero, las revueltas sociales serán inevitables. Propongo que el 1 de mayo sea la fiesta contra la injusticia social y la exclusión. Contra la resignada pobreza que el refundado y sanguinario capitalismo savaje ha determinado para todas y todos los trabajadores del planeta. Contra la explotación y la miseria que los depredadores económicos han decidido imponernos para mayor engorde de sus bolsillos. Si no abordamos valientemente y con empatía el avance de estos tiburones, las consecuencias para nuestro futuro pueden ser impredecibles.

Publicada en Diario del Alto Aragón y Heraldo de Aragón el 1 de mayo del 2010 y en El Periódico de Aragón el día 2

¿INDEPENDENCIA SINDICAL?

¿INDEPENDENCIA SINDICAL?

El asunto destapado por el sindicato CGT en la planta de GM en Figueruelas nos enfrenta de nuevo con la cuestión de la independencia económica de los sindicatos. Dos altos cargos sindicales, Luis Tejedor de UGT y Ramón Górriz de CCOO, llevan cobrando 8 y 17 años respectivamente de la multinacional a pesar de estar liberados para ocupar puestos de responsabilidad en sus sindicatos que no están vinculados con la factoría zaragozana. ¿Se puede mantener la libertad de acción y pensamiento cuando quien te está pagando el salario es el enemigo al que te tienes que enfrentar? Y suponiendo que lo consiguieran, ¿resulta ético este comportamiento? A las preguntas sobre esta cuestión, Górriz respondió con un lacónico: "Yo no entro en estos temas". ¿Cómo? Al parecer los representantes de los trabajadores no deben explicaciones a aquellos que representan. En vez de intentar aclarar una cuestión que pone en tela de juicio su autonomía frente a una empresa que está aplicando ERES y despidos entre sus empleados, nos sale con un soberbio mutis por el foro. La élite sindical se cree estar por encima de la chusma obrera que le ha elegido. ¿Qué sabrán ellos, pobrecicos? Las cosas de los mayores no son inteligibles para el vulgo proletario, siempre obsesionados con bagatelas como mantener sus puestos de trabajo. El caso, escandaloso pero más común de lo que creemos, invierte la carga de la prueba contra CGT a los que se acusa de querer desestabilizar las negociaciones con OPEL. Matando al mensajero se acaba con el problema. Los sindicatos mayoritarios han olvidado que fueron concebidos como sindicatos de clase para enfrentarse a los desmanes de la patronal y del propio Estado. Se han ido convirtiendo en un funcionariado que elude sus responsabilidades con los trabajadores porque su manutención está subvencionada por el Gobierno o, como en este caso, por la misma empresa con la que deberían estar batiéndose el cobre. Recuperar la independencia sindical es prioritario para mantener la dignidad de los asalariados. En esta guerra no se puede servir a dos amos. O se atiende a los derechos e intereses de los que te han elegido o se trabaja para el lado oscuro. Pero cuando es este último quien te paga los garbanzos del cocido resultaría paradójico que acabaran mordiendo la mano que les da de comer.

NI PARA COGER IMPULSO

NI PARA COGER IMPULSO

 Las movilizaciones convocadas por los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, en defensa de las pensiones tienen más de impostura que de una contundente respuesta proporcional al ataque que está sufriendo la clase trabajadora. Su pataleta contestataria trata de ocultar, con escaso éxito, años y años de negociaciones cuyo resultado han sido recortes en el gasto social del Estado y el deterioro de las pensiones. Por un lado, tratan de responder a la alarma social que ha suscitado la propuesta en el retraso de la edad de jubilación. Mientras que, por la gatera, se escurren para pactar con la patronal una cuasi congelación de los sueldos que asegure que, la carga de la crisis, recaiga sobre las espaldas de los asalariados. Hay que tener contentos a los amos y una huelga general supondría un desafío torero en el que andan desentrenadas estas centrales sindicales. Por dar ideas, se me ocurren varias cosas que serían proposiciones más coherentes desde mi óptica de currito de a pié: Combatir el fraude fiscal, financiar la caja de las pensiones con impuestos como se hace con la Casa Real, perseguir la evasión de capitales en el que la patronal es tan diestra, acabar con las exenciones a los salarios altos, incrementar los impuestos a las empresas y obligarles a revertir parte de sus ganancias en empleo, reducir la jornada laboral y adelantar la edad de jubilación para dejar el campo libre a nuevos trabajadores, invertir en gasto social y en políticas de natalidad...En resumen, actuar como auténticos sindicalistas defensores de las víctimas del neoliberalismo y no como cómplices de los ejecutores. Mientras no se haga un criba de responsabilidades entre los autores intelectuales y financieros de esta crisis, resulta inmoral pedirnos resignación y sacrificios a los trabajadores. No es momento para paños calientes ni medias tintas. La histórica lucha por nuestros derechos está hoy más amenazada que nunca. Dar un paso atrás, en cualquiera de los logros conseguidos, no solo es una equivocación. Supone una traición a las décadas de contienda, a costa de sangre sudor y lágrimas, por la dignidad del proletariado.

Publicado en Público el 26 de febrero del 2010

PADRE PATRÓN

PADRE PATRÓN

Hace algunos años, en el gremio de la limpieza al que pertenezco, las relaciones laborales e incluso las negociaciones colectivas se daban directamente con el dueño de la empresa. Acompañado por un leguleyo de confianza que diera cobertura legal a sus pretensiones, era el Patrón personalmente, quien se tiraba a la arena con sus representantes sindicales. Eran tipos duros la mayoría, bregados en toda clase de conspiraciones y marrullerías, que no le hacían ascos a la coacción e incluso a la amenaza. Tratar con ellos era como enfrentarse a un desdoblamiento de personalidad, ora partenalista, ora amo colérico, que intentaba imponer siempre su voluntad sobre la plantilla de desagradecidos trabajadores. Esa imagen de padre-patrón terrible, capaz como Saturno de devorar a sus propios hijos si la ocasión lo requiere, se me viene a la cabeza al observar la personalidad del jefe de toda la banda: don Gerardo Díaz-Ferrán. A pesar del desgaste que está sufriendo el personaje, sus hermanos de la patronal (!Ah, la familia!) le apoyan cara a la galería. ¿Cuánto durará ese fraternal apoyo? ¿Pueden permitirse el lujo de tener como cabeza visible a un individuo que solo puede traer más descrédito a su organización? Ahora que soplan vientos que hablan de reformas laborales, ¿no habrá llegado el momento de que se hagan profundas reformas en las organizaciones empresariales? Si admiten sugerencias yo les propondría un lavado de imagen. Desechar ese estereotipo patronal que más corresponde a una película de Coppola que a las necesidades reales de la sociedad actual. Elegir a alguien con conciencia y principios, para variar, podría ser un gran avance para conseguir la paz social.

Publicado en Público el 12 de enero del 2010 y en Periódico de Aragón el día 15

ESTRATEGIAS NEOCON

ESTRATEGIAS NEOCON

Me cuesta trabajo, en este mundo extraño donde casi nada es lo que parece o lo que debería ser, sustraerme al delirio paranoico, de imaginar mil y una teorías sobre conspiraciones universales que manejan desde la trastienda los auténticos hilos del planeta. Política, trabajo, justicia, son solo conceptos cuyos contenidos son susceptibles de ser modificados en función de los objetivos que se marquen los flujos del dinero. El auténtico poder es, como lo ha sido desde siempre, el que detentan los dueños de la pasta.

 Las batallas que antaño se resolvían a cañonazo limpio, ahora se debaten en la arena financiera y las víctimas de estas masacres del mundo de los negocios, los trabajadores, alimentan la codiciosa maquinaria de sus amos para luego ser regurgitados y engrosar las bien nutridas filas del paro.

Porque no me dirán que no huele a contubernio, y de los gordos, la flemática reacción de Magna ante la negativa a vender de la General Motors. Magna ha negociado, a cara de perro con los trabajadores de Opel-Figueruelas, unas condiciones sangrantes para la sociedad aragonesa. Ha extenuado a los sindicatos para conseguir doblegarlos a sus objetivos y ahora, se los entrega en bandeja cautivos y desarmados, a la multinacional norteamericana. Sus planteamientos no aminorarán los despidos ni la incertidumbre de la planta zaragozana, pero el trabajo sucio ya está hecho y GM aparece como un mal menor ante los desmoralizados ojos de la plantilla. El presidente de Magna, Sigfried Wolf, apenas ha arrugado el entrecejo y "comprende" que el mundo de los negocios es así. Así de sucio, tramposo y descarnado como me lo imagino yo cuando entro en una de mis crisis conspirativas y los demás me dicen que solo veo fantasmas.

Publicado en Heraldo de Aragón el 9 de noviembre del 2009 y en el Periódico de Aragón el día 14

SINDICATOS, NEGOCIACIONES Y OTRAS PATRAÑAS

SINDICATOS, NEGOCIACIONES Y OTRAS PATRAÑAS

Los sindicatos UGT y CCOO,  parece que ya acercan la silla a la mesa de la Patronal para avenirse a razones. Los representantes de la clase trabajadora, cuyos representados permanecemos mudos sin poder formular alegaciones, peticiones o desacuerdos, se invisten como garantes de nuestros derechos. Pero limitan la participación social en unas negociaciones, que transcurren por arcanos vericuetos ajenos a nuestros auténticos intereses.

  Son dos los frentes a negociar por los sindicatos, una parte que les atañe a ellos y otra para nosotros. Para conservar su poder deben consolidar y ampliar sus estructuras financieras y eso conlleva no morder demasiado fuerte la mano que les da de comer. Y aquí se producen intercambios que deben permanecer en absoluto secreto.

  Por otro lado, cara a la galería, mantienen la retórica obrerista haciendo brindis al sol con sus propuestas salariales y de contratación y convenciéndonos de que, si no fuera por ellos, nuestra vida sería un infierno. Pero realmente, ¿importa algo lo que se firma?. Desde la reforma laboral del 97, se han ido introduciendo de soslayo otras reformas puntuales que la sociedad y los sindicatos han asimilado dócilmente.

   Los defensores de las 35 horas han incluido claúsulas de desregularización de los horarios en los convenios para aumentarlos en función a las necesidades del servicio. Se han pactado reducciones del salario base ligando el resto de la cuentía a conceptos de productividad y rentabilidad de la empresa. También ha aumentado la movilidad funcional. UGT y CCOO dicen que pretenden reducir la contratalidad temporal pero no hablan de eliminarla, tan siquiera en los sectores donde es una causa directa de siniestralidad laboral.

  Y cuando proponen "igualdad de trato" en cualquier tipo de contratación o subcontratación, evitan enfrentarse a que la única opción decente es pedir la supresión del contrato temporal y obligar a que las condiciones de subcontratación sean idénticas a los de la empresa contratante.

  La decadencia del movimiento sindical, de la pérdida de su carácte reivindicativo en favor de la clase trabajadora, ha dejado al proletariado en una situación de "sálvese quién pueda".  A la gente no le importan tanto las condiciones laborales o la indemnización por el despido que tenga derecho a percibir, ante la posibiidad de perder el empleo. Aceptaremos nuevos retrocesos porque, los que deberían defendernos de los abusos, prefieren seguir dándole la espalda a su responsabilidad. Enfrascados en sus propios y productivos negocios.