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Opel, ¿negociación o lucha?

Opel, ¿negociación o lucha?

Veinticinco mil familias aragonesas dependen directa o indirectamente de la actividad de Opel-Figueruelas. La desaparición de la planta supondría una catástrofe de dimensiones desconocidas para Aragón. Por si no fuera lo suficientemente grave el número de despidos anunciados, se perfila un porvenir para la factoría que no pinta nada halagüeño. Ya son muchas las voces que se alzan entre los trabajadores en contra de seguir haciendo concesiones. Se puede ceder, están dispuestos a rebajarse los sueldos para mantener los empleos, ¿pero dónde debe situarse el límite de estas concesiones?. Además, aunque la plantilla se sometiera a todas las condiciones de la multinacional, ¿garantizaría eso que no dejarían de fabricar aquí en un plazo no muy lejano?. Los planteamientos de Magna no parecen seguir la lógica de las finanzas. Desmantelar parte de la producción y trasladarla a Alemania parece más una decisión política que económica. Pero, de cualquier forma, demuestran mucha determinación en la ejecución de su estrategia. La amenaza de que Opel-España desaparezca pasa de ser, más allá del mal augurio de los más pesimistas, una posibilidad inquietante para la sociedad aragonesa.
Existen discrepancias sindicales respecto a la forma de encarar el conflicto. Los sindicatos mayoritarios han tomado una actitud más negociadora, frente a la combativa propuesta por otros. Si la incertidumbre por sus empleos está tan extendida entre los operarios, ¿no sería más razonable emplear toda la artillería para defender los puestos de trabajo?  Que las instituciones de la comunidad o las centrales aporten luz sobre este asunto no parece muy probable de momento. Quizás, el hecho de que Magna se esté quitando la piel de cordero para mostrar su verdadera naturaleza sea una suerte. Debería servir para que se consiga la unión sindical en la lucha frente al gigante automovilístico. 

Publicado en Público el 17 de octubre del 2009

ARAGÓN EXPÓSITA

ARAGÓN EXPÓSITA

La situación a la que se enfrenta la sociedad aragonesa frente a los 25.000 puestos de trabajo que se pueden perder, debido al plan industrial que presenta Magna para la factoría Opel, es una consecuencia de la orfandad institucional que sufrimos en nuestra Comunidad. Desde 1988, la fábrica de GM en Figueruelas, se convirtió en el principal motor de la economía aragonesa sin que, durante este periodo, se plantearan alternativas serias de empleo y crecimiento. Una multinacional de estas características responde a los vaivenes de la macroeconomía geopolítica. No entiende de solidaridad hacia sus trabajadores y hace uso de deslocalizaciones y planes estratégicos de producción sin que el rastro de cadáveres laborales que deja detrás consiga despeinarles el flequillo. Ahora, con una crisis sin precedentes en el sector automovilístico mundial, por otro lado absolutamente previsible, los aragoneses nos echamos a la calle pidiendo soluciones a la catástrofe social que se nos avecina. Solicitamos respuestas de quienes debieran tutelar el futuro de Aragón y nos encontramos con una clase política que solo sabe aportar proyectos tan descabellados y surrealistas como Motorland o la quimérica Gran Scala monegrina. Asumir nuestra condición de expósitos frente a los padres de la patria aragonesa debe ser el primer paso. Después, abandonar el victimismo para exigir a los que han traicionado la confianza en ellos depositada, un esfuerzo imaginativo que aporte esperanzas reales de futuro. Mientras tanto, tenemos que permanecer en pie de guerra ante estos nuevos "sitios" que nos amenazan y, si fuera necesario, desempolvar los cañones de la tierra noble para deshacer el cerco del abandono y la marginación que ya amaga con estrangular las expectativas de nuestro pueblo.

SUICIDAS Y PSICÓPATAS LABORALES

SUICIDAS Y PSICÓPATAS LABORALES

El porcentaje de suicidios de trabajadores por temas laborales está aumentando dramáticamente en todo el mundo. En EEUU ha crecido un 28% en los últimos años. La compañía francesa France-Telecom, contabiliza 23 casos admitidos hasta ahora. En España, la cuestión no es mucho mejor aunque cuesta llevar la cuenta de los que son considerados como "accidente laboral" debido a que depende de que los suicidas tengan a bien matarse en el puesto de trabajo o lo hagan en su casa. Al margen de que la actual crisis económica, la inestabilidad en el trabajo y el miedo a enfrentarse a un futuro incierto puedan ser determinantes para que un individuo tome la decisión de quitarse la vida, existe otro factor que actúa como desencadenante de la tragedia: Un modelo laboral psicopático que recluta entre sus responsables a personas con un nivel de conciencia bajo mínimos que actúe sin ningún tipo de escrúpulos para salvaguardar los intereses de su empresa.
Casi todos, hemos sido testigos o víctimas en alguna ocasión de los métodos empleados por estos personajes. El acoso laboral, ejercido por estos perros de presa, se viste de humillación contra sus víctimas. Se transforma en un acoso moral que destruye emocionalmente a su objetivo. Estos`psicópatas laborales funcionan con una mente perversa, incapaz de ponerse en el lugar de los demás, cuyo único fin es medrar en su puesto de trabajo. Su proliferación es mayor cuanto más duras son las condiciones laborales y la inseguridad. La situación económica a la que nos enfrentamos es un caldo de cultivo propicio para estos asesinos en serie de manos limpias.
Debemos estar alerta contra lo que ya se adivina como una nueva pandemia. Sociabilizar los casos de mobbing, neutralizar a quien utiliza esta forma de acoso y no permanecer indiferentes cuando se apliquen en nuestro entorno puede ser un gran paso para evitar que muchos trabajadores decidan matarse. Debemos saber reconoce los síntomas para erradicar esta enfermedad social y a todos los agentes que la provocan. Los Charles Manson que se mueven, como pez en el agua, en las enfermizas aguas de las relaciones laborales.

Publicado en El Periódico de Aragón el 18 de septiembre del 2009

LA ZARZA ARDIENTE

LA ZARZA ARDIENTE

Según la Biblia, Moisés se topó con el verbo de dios en la forma de una zarza cuyo fuego ardía sin consumirse. La pregunta es: ¿Cuántas zarzas tuvieron que arder antes de que alguien reparara en su presencia?. En nuestro territorio, el fuego arrasa con la naturaleza y con el mal llamado "diálogo social" sin que nadie parezcamos capaces de interpretar su lenguaje. Mientras unos pocos héroes sacrifican su vida para conservar las cada vez más escasas reservas forestales, es decir nuestro futuro, otros arriman el combustible a la hoguera en la que se consumen el porvenir y los derechos de los trabajadores de este país. España arde por los cuatro costados física e ideológicamente y el humo nos impide ver el origen del incendio. Díaz Ferrán, como un moderno ángel de Jehová, aparece entre las llamas dispuesto a adoctrinar al proletariado sobre el destino que su dios, el capitalismo salvaje, tiene reservado para nosotros. Nuestro éxodo, en busca de la tierra prometida por la patronal, está condenado a atravesar el desierto de la explotación y la indefensión laboral. Como Moisés, don Gerardo se revela como mensajero de la divinidad y pretende conducirnos, al contrario que al pueblo elegido, de nuevo hacia el camino de la esclavitud que jamás deberíamos haber abandonado. Sofocar su pirómano discurso parece aún más complicado que acabar con la combustión de nuestros montes. Las mangueras que esgrimen los interlocutores sindicales y el gobierno no llegan ni a salpicar la pira que ha prendido la CEOE. Acaso, la única manera de no arder en este infierno, sea crear una cadena humana de obreros descreídos que acarreen cubos de apostasía contra la palabra de los neocon y que no teman enfrentarse a la zarza parlante que amenaza con la incineración de nuestra dignidad de asalariados, Porque sino, solo nos queda rezar.

VOLAR LA FÁBRICA

VOLAR LA FÁBRICA

En los últimos años del franquismo y durante la transición, los españolitos viajaban para poder ver en los cines galos  "El último Tango en París" o cualquier película donde aparecieran imágenes de sexo explícito que, por estos lares, no podían visionarse debido al nacionalcatolicismo de estado que imponía una férrea censura sobre todos los asuntos carnales. Francia, liberada de la dictadura religiosa, recibía la visita de nuestros ávidos compatriotas satisfaciendo su curiosidad, fotograma a fotograma, y colaborando a volar por los aires la represión y el oscurantismo que padecíamos sobre estas cuestiones.
 
Ahora, volvemos de nuevo la vista hacia el país vecino. En un marco económico y laboral, donde los trabajadores son objeto de una violencia extrema por parte de sus empleadores, los franceses se niegan a continuar adoptando la figura del sparring frente a este sistema depredador y amagan con devolver los golpes recibidos.
 
Secuestros de empresarios, barricadas, bloqueo de puertos o amenazas de bombas en las fábricas... Los herederos de la revolución parecen dispuestos a desempolvar la guillotina para cercenar, de un feliz tajo, la posición de inferioridad a la que el supuesto diálogo social ha decidido relegarles. Esta explosión de violencia proletaria, que ya empieza a inquietar al empresariado español, es resultado de la desesperación y la impotencia. El paro y la exclusión social actúan como revulsivos de la pasividad con la que la clase obrera aceptaba su destino. Quizás se trate solo de una pose. De una legítima defensa que, a pesar de ser cuestionable tanto en las formas como en su filosofía, obtiene resultados que de otro modo son imposibles de alcanzar.  Pero, simbólicas o reales, estas estrategias han conseguido rectificar las irreductibles posiciones de algunas empresas.
 
Es posible que los trabajadores españoles, desengañados por lo estéril de las negociaciones colectivas y asustados por un futuro laboral que pinta más que negro, contemplemos el ejemplo de los franceses como la única trinchera que nos restituya a la posición de interlocutores respetados, aunque sea a costa de ejercer la coacción y el terror contra nuestros explotadores. Y esto no es un escenario deseable para nadie. Pero la patronal debe reflexionar sobre el terrorismo social que viene practicando y asumir que su violencia puede engendrar una respuesta proporcional por parte de los obreros. Porque el sueño de la justicia, también genera monstruos y no existe enemigo más peligroso que el que considera que ya nada tiene que perder.
 

MALVADOS PROLETARIOS

MALVADOS PROLETARIOS

A estas alturas, la CEOE no alberga ninguna duda sobre quiénes son los culpables de la crísis: la desagradecida y codiciosa clase trabajadora. Con sus sindicatos mendicantes, sus pretendidos derechos laborales, sus sueldazos de 900 euros y su inclinación a morder la mano que les da de comer, el proletariado de este país ha provocado que explotara el sistema que tan magnanímamente les alimenta. La patronal, reventada de trabajar, entre comidas de negocios, spas, partidos de golf, comisiones ilegales y trapicheos varios, no encuentra ni un mínimo de lealtad por parte de sus empleados. Pero que no crean que van a salir impunes de su díscolo comportamieno con el padre-patrón que tanto se sacrifica por ellos. Ya planean la manera de meternos a todos en vereda y devolvernos a ese estado ideal del que nunca debeíamos haber salido: la esclavitud. Díaz-Ferrán le ha dado un nombre casi postmoderno: El Contrato del siglo XXI. Pero en realidad es un fuerte correctivo que intenta retrotraernos a la época donde el despido era libre, los derechos de los trabajadores una broma y la contribución social del empresariado nula. Los neocon, lejos de pagar los desastres que su avaricia ha generado, los aprovechan para allanarse más el camino. Están dispuestos a refundar el capitalismo sobre las malvadas espaldas de la clase proletaria.

CURRANDO CON EL ENEMIGO

CURRANDO CON EL ENEMIGO

Cuando comencé a trabajar con 18 años en el sector de la limpieza, yo no tenía ninguna vocación sindical. Pero la explotación y los grandes abusos e injusticias de los que éramos objeto, me llevaron a involucrarme en la lucha por mejorar nuestras condiciones de trabajo. Nuestro colectivo estaba compuesto mayoritariamente por mujeres, muchas de ellas responsables de una prole uniparental. Entre nosotras había gente que nunca había tenido acceso a la educación y que incluso no sabían leer ni escribir. Poseían la inteligencia innata de quien intuye que solo con la solidaridad remontaríamos la precariedad laboral que padecíamos. Fueron años emocionantes, en los que estas valerosas limpiadoras me enseñaron mucho más de lo que se puede aprender en los manuales o en los cursillos para delegados. Huelgas, sentadas, enfrentamientos con la policía, nada hacía reblar a mis intrépidas compañeras, que actuaban como un bloque ante los atropellos patronales. Sin embargo tras décadas de pelear por nuestros derechos, cuando conseguimos consolidar una posición digna para el gremio, entramos en una etapa que yo definiría como de "aburguesamiento obrero". Los sindicatos mayoritarios han contribuido a alimentar esta sensación de pertenecer al funcionariado del mocho y a sembrar el individualismo y la filosofía del sálvese quien pueda. Hace años que renuncié a formar parte de esta antropofagia sindical entre trabajadores. Y no puedo evitar que me invada el desaliento cuando constato que todos nuestros logros se encuentran en grave peligro, entre otras cosas, porque estamos currando con el enemigo. Al final, la culpa de nuestros retrocesos, no solo corresponde al sistema capitalista. Alguna responsabilidad es única y exclusivamente mérito nuestro.

Publicada en El Periódico de Aragón el 30 de mayo del 2009

A PARTIR UN PIÑÓN

A PARTIR UN PIÑÓN

Resulta conmovedora la fraternal unión, a mi entender incestuosa, entre la patronal y las corrientes ultraliberales que manan del PP. Probablemente, es un poco aquello de "Yo me lo guiso..." Porque a nadie se le escapa el hecho de que muchos militantes y cargos políticos peperos se sientan isimultáneamente en la gradas empresariales y en las de su partido. Pero lo de Díaz Ferrán (!Dichosos micrófonos abiertos!) culpabilizando de la crisis a los años de Zapatero y piropeando a la Lideresa y  su gestión privatizadora con el delicado requiebro de: "Aguirre es cojonuda" empieza a rayar la perversión. Este caballero, que si recuerdan le pidió hace unos meses al Gobierno un paréntesis en el libre mercado, se nos muestra ahora como auténtico garante de la privatización de todas las empresas públicas y su gestión. ¿Pero cómo no iban a coincidir si comparten tantas cosas? El presidente de la patronal está acusado de falsedad documental, estafa procesal, evasión fiscal y apropiación indebida de fondos públicos. ¿ No les parece entrañable que, al igual que sus amiguitos de la gaviota, destaque en asuntos tan poco claros e impropios de un cargo como el suyo? Todo por la amistad. Y si para eso hay que hacer caer todo el peso de la crisis sobre las machacadas espaldas del obrero, pues !viva el despido libre!. Desde mi indignación proletaria solo me cabe esperar que los trabajadores seamos conscientes de que esta alianza está tramada contra nuestros intereses y que apoyar al partido popular, o simplemente no reconocerlo como nuestro enemigo natural, sería un error de incalculables consecuencias sobre los derechos que hemos tardado décadas en conseguir.

DECISIONES DOLOROSAS

os sindicatos mayoritarios del Comité de Empresa de la GM de Figueruelas, han propuesto la reducción de salario a cambio de garantizar los puestos de trabajo de los operarios. Pero a mí esta propuesta me recuerda iinquietantemete a las consignas lanzadas por la Patronal y el Director del Banco de España: moderación salarial y abaratamiento del despido. Porque esta reducción voluntaria del sueldo acarrea, inevitablemente, un abaratamiento de los despidos, si a pesar de la tentadora oferta de los sindicatos, éstos acaban produciéndose. Esta simbiosis entre los sindicalistas y los jefes del cotarro, puede responder a diversos motivos. La falta de imaginación y de auténtica conciencia de clase de la que sufren algunos representantes de los obreros; la resignación fatalista ante un sistema que les ha inculcado que al final, para conservar el pellejo, lo mejor es sucumbir ante el poderoso; o incluso puede que lo hagan guiados por las más nobles intenciones, desesperados e incapaces para encontrar otra solución, Sin embargo, General Motors ha ganado mucho dinero durante mucho tiempo y ahora, presenta una insólita plataforma propia que vulnera los derechos de los trabajadores, sin reinvertir en ellos una pequeña parte de lo ganado.
Si tenemos en cuenta que GM España es la factoría con las jornadas laborales más largas de Europa y la más productiva ¿no sería mejor reducir estas jornadas a 35 horas, por ejemplo, y que fuera la multinacional la que asumiera los costos en vez de la administración o los trabajadores? Los ERE´S suponen un gran ahorro para la compañía a cargo de la Adminitración y además, han recibido un chorreo constante de subvenciones para evitar decisiones dolorosas (como tienen a bien llamar a los despidos los jerarcas de la GM). Pero es injusto cargarles toda la responsabilidad a los sindicatos. Nuestros políticos, que deberían tomar una actitud más beligerante en este asunto, tampoco se van de rositas. Y si los ciudadanos aragoneses no reaccionamos con un apoyo incondicional a estos trabajadores, estaremos perdiendo mucho más que un nutrido número de puestos de trabajo.

Publicado en El Periódico de Aragón el 25 de febrero del 2009
 

EN PIE DE GUERRA

La clase trabajadora, apenas se despereza de la modorra que nos ha acompañado los últimos años. Resignados en nuestro papel de peones (sacrificables en defensa del rey-capital) padecíamos una ceguera que nos impedía reconocernos como miembros de las mismas huestes, como meros elementos desechables procedentes del mismo criadero proletario del que se nutren los dueños del dinero. Inmersos en la fantasía pequeño burguesa, nos entregamos al consumismo reforzando el engranaje que apretaba nuestras tuercas. Ahora, una vez roto el hechizo, la realidad se impone en forma de ERE’S y desempleo. La crisis actúa como un potente emético para la patronal, a la que no le duelen prendas a la hora de purgarse obreros para aliviarse de sus indigestos empachos. Es la coartada perfecta para eliminar o abaratar los costes laborales y apelar al despido libre como única solución para mantener el sistema. Pero el día 18, más de treinta y cinco mil personas tomaron el centro de Zaragoza. Muchos de ellos, como los operarios de la GM, ya han sufrido la depuración en carne propia y el resto, empieza a percibir la amenaza del paro y la precariedad como algo inmediato. Puede que no seamos totalmente inocentes de esta situación, puesto que nuestra aceptación bovina nos hizo cómplices, pero tampoco estamos dispuestos a caminar dócilmente al matadero. Los trabajadores de este país debemos estar en pie de guerra contra los atropellos patronales. Pero existe otra guerra íntima, una auténtica revolución a mi entender, que nos queda pendiente resolver. Y ésta, que no es otra que la refundación de la clase proletaria, es prioritaria para tener alguna posibilidad de salir con éxito de la primera..

Publicado en diario Público el 20 de enero del 2009

SEAMOS FLEXIBLES

Flexibilidad, esto es lo que receta Díaz Ferrán como solución a la salida de la crisis. El presidente de la patronal dice que no debemos temer al despido libre. Que sin él, no se puede detener la perdida de empleo. !Curiosa fórmula! Es como si apagáramos un fuego arrojándole una lata de gasolina. A mi modesto entender, a mayor inseguridad en el empleo, menor consumo y, como consecuencia, menor cantidad de dinero en circulación dispuesto a reactivar la economía. Pero como soy de letras, no debo entender el mensaje subliminal de esta "flexiseguridad" importada de Dinamarca (país que como todos sabemos, cuenta con prestaciones sociales muy similares al nuestro)
De cualquier forma, y aprovechando que Ferrán apela al diálogo social, yo propongo una flexibilidad a la inversa. ¿Por qué no despedir a los empresarios marrulleros, a los banqueros epeculadores y a los ejecutivos codiciosos que nos han metido en este berenjenal? ¿No sería más lícito, nacionalizar su gestión financiera que reune todos los requisitos para un despido procedente?
A la CEOE le preocupa que los sindicatos no entiendan su estrategia y den un "giro a la izquierda". A mí, que soy carne proletaria, me anda preocupando justamente todo lo contrario.

Publicado el 13 de enero del 2009 en Diario del Alto Aragón y el 14 en diario Público

JETA DE CEMENTO

El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, solicita al Estado que “se haga un paréntesis en la economía libre de mercado”. Entonces, ¿vamos a romper las reglas del único juego al que nos han inducido a creer que se podía jugar ? Este neoliberalismo descarnado que se ha nutrido del esfuerzo de la clase trabajadora, generando fastuosas fortunas particulares, exige, famélico ante la merma de ganancias, que sociabilicemos sus deudas. Pero cuando la ventura les ha sido favorable, no han contemplado la posibilidad de sociabilizar los pingües beneficios obtenidos. Lo que nos vienen a decir, con esta insólita petición de intervencionismo estatal, es lo siguiente : “Señores, ustedes han colaborado a engordar mi patrimonio (que incuestionablemente es privado) y cuyo crecimiento peligra con esta crisis (de la que les juro por el niño jesús que nosotros no somos responsables).

Ahora, para mantener este sistema económico que tan bien nos ha ido a unos cuantos, ustedes, nuestro ejército de asalariados, deben pagar los desmanes que tanta codicia ha generado”. Y se quedan tan anchos. Seguros de que, con nuestra estupidez bovina de proletarios mansurrones, saldremos al rescate de los empresarios plañideros olvidando que, históricamente, han actuado como captores de los derechos del movimiento obrero. Por mi parte, coincido con Díaz Ferrán en que las reglas están para romperse. Y esta crisis que atravesamos puede ser una oportunidad de oro para reflexionar sobre el modelo económico y social en el que andamos inmersos.

Pero mi ruptura no lleva la misma línea argumental que la CEOE. Frente a asumir los pufos de los cuatreros de las altas finanzas, lo que yo propongo es buscar un sistema social más justo, donde la riqueza que produce la sociedad sirva para mejorar las condiciones de vida de la misma. Donde exista un reparto justo de la riqueza. Y sobre todo, donde nadie nos trate como a estúpidos pidiéndonos, con jeta de cemento, que paguemos ahora la cuenta de su pantagruélico banquete.

 

Publicado en DIAGONAL primera quincena de octubre de 2008

PEONES ROTOS (28-05-08)

 

Otro día más, cuatro obreros han perdido la vida en su puesto de trabajo. La muerte en el tajo no entiende de xenofobias y ha repartido sus favores equitativamente entre españoles y emigrantes. Con el filo de su guadaña ha determinado darles un único destino: engordar las vergonzosas cifras de accidentes, con resultado mortal, que nos sitúan a la cabeza de la siniestralidad laboral en la Unión Europea.

En esta ocasión, se dice que fue un fallo en la maniobra de colocación de un andamio. Pero los trabajadores, que pertenecen a una subcontrata, llevaban tiempo reivindicando que las jornadas laborales no fueran tan extensas.

 

En los dos primeros meses de este año 165 personas han perdido la vida en el ejercicio de su trabajo, un 5,8% más que en el mismo periodo del pasado año. Debemos entablar un diálogo social que determine las causas de este silencioso holocausto de obreros.

 

No podemos permitir que nadie pierda la vida cuando se la está ganando honradamente. Hoy es otro de esos días en los que el alma me pide que le haga la maleta.

 Publicado en EL PAÍS 27 de mayo de 2008

LA BASURA DE LAS CONTRATAS DE LIMPIEZA (28-o2-08)

Los trabajadores de la limpieza de edificios y locales siguen en pie de guerra, reclamando unos derechos que les sitúe en unas condiciones de aceptable dignidad dentro del mundo laboral. Pero otro colectivo hermano, el integrado por las plantillas de las contratas de limpiezas sanitarias de Aragón, se declaran en rebeldía ante los sistemáticos incumplimientos de convenio de los que son objeto.
Muchos años e innumerables conflictos, han consolidado un convenio que los equipara con los trabajadores del SALUD de igual categoría. Entonces, ¿por qué mantener el sistema de subcontratación a sabiendas de que es un foco constante de problemas y un agujero negro por donde se pierde el dinero de todos los ciudadanos?
Cuando las empresas de limpieza participan en el concurso público, lo hacen conocedores de que hay una serie de cuestiones económicas y sociales que deben asumir. La Administración se lava las manos, como Pilatos, y se desinhibe de responsabilidades hacia unos trabajadores (Hablamos de un convenio que agrupa a las limpiezas sanitarias de todo Aragón) a los que no considera propios.
Pero esto no es sino una dejación de su responsabilidad a la hora de gestionar el dinero público. Además, si el conjunto de limpiadores/as sanitario va a la huelga, los perjudicados no serán las empresas tramposas y marrulleras. Los verdaderos paganos serán los enfermos y usuarios de la sanidad pública que sufrirán inevitablemente sus consecuencias.
Lo que huele a basura, no proviene del hedor de los contenedores de los hospitales. Ese tufillo a podrido, nos conduce a los despachos de los responsables de que se mantenga un sistema costoso y cicatero para el ciudadano e injusto para las plantillas de limpiadores/as.
 

Publicado en diario PÚBLICO 25 de mayo de 2008

COMO UN CASTILLO DE NAIPES

 

 

 

La globalización económica propició que los tiburones financieros de las grandes multinacionales extendieran sus tentáculos por la geografía mundial. Allí donde la mano de obra fuera más barata, los derechos laborales más huérfanos y la predisposición de las autoridades nativas más generosa (en cuanto a facilitar infraestructuras y subvenciones para la implantación de estas empresas), en ese lugar idílico, levantaron gigantescas plantas cuyo objetivo principal era abaratar los costes de producción. La General Motors de Figueruelas (Zaragoza) responde a este patrón. Como muchas otras empresas del sector, como la Ford o la Seat, la GM anuncia recortes de la producción en todas sus fábricas europeas. Su argumento es que la venta de vehículos en el viejo continente ha descendido en los últimos meses de este año. Sin embargo, durante el 2007, GM obtuvo ganancias en tres de sus cuatro regiones mundiales. ¿Por qué no se globalizó la reinversión de estos beneficios para adecuar la producción a las necesidades de un nuevo mercado y asegurar el empleo? Sencillamente, porque nada ni nadie se lo exigió. Las reglas del libre mercado alumbraron la externalización de muchas funciones de los talleres y ahora nos tenemos que enfrentar a un expediente de regulación que afecta a seiscientos trabajadores. Muchas familias aragonesas comen, directa o indirectamente, de la actividad derivada de esta empresa. Los sindicatos tienen una oportunidad excepcional para recuperar su fuerza y su credibilidad. Si saben extender la defensa de estos puestos a la población aragonesa, quizás no pasemos a la historia como un naipe más de esta violenta avalancha que amenaza con arrasar el movimiento obrero. 

Publicado en El Periódico de Aragón  14 de octubre de 2008