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VORACIDAD Y DIENTE

VORACIDAD Y DIENTE
"Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento."
Miguel Hernández

Los trabajadores de este país hemos padecido sucesivas reformas laborales con los gobiernos socialistas y populares en los últimos años. En cada una de ellas se han ido cercenando miembro a miembro, como si de un cuerpo humano se tratara, derechos consolidados tras largos años de lucha y sacrificios.   Pero hay que reconocer que la reforma estrella, la "Madre de todas las reformas", fue la del 2012. En esta, evisceraron lo que quedaba del cadáver. Ya debimos olernos el pastel cuando Rajoy  soltó aquello de que era una reforma equilibrada mientras el presidente de la CEOE y el del Cepyme reprimían sus ansias de dar volteretas y, a micro abierto, el cachondo de Rosell susurró a a su homólogo Terciado: "Serios, muy serios, que si no.."    
¿Si no qué señor Rosell? Aunque hubieran dado ustedes palmas con las orejas no hubiera sido más notoria su satisfacción. Nos dimos cuenta sí. Y empezamos a preparar la vaselina. Eran esos días en los que nos explicaron que los mileuristas habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades para justificar la matanza. Esos días en los que los anteriores capos de la patronal, gente como el ladrón y estafador Díaz Ferrán, nos escupían a la cara que lo que había que hacer era trabajar más y cobrar menos. Otro inquilino de Soto del Real. Un centro que alberga a múltiples chorizos ilustres que también nos pedían sacrificios mientras atracaban el país a todo trapo y se llevaban el botín a Suiza.
Pero la voracidad de los tiburones de la patronal es  insaciable. Son unos nostálgicos de aquellos maravillosos años en los que la esclavitud consolidó grandes fortunas. La sangre de los latigueros del Mississippi corre alborotada por sus venas. Y quieren más. Nunca tienen bastante. Por eso a Rosell le parece de miedo lo que ha dicho Jordi Cruz (juez de un programa llamado Masterchef) acerca de las condiciones esclavistas en las que trabajan muchas personas en restaurantes exclusivos, lujosos  y carísimos (como el de Adrià, Muñoz, Berasategui o él suyo mismo) : Si toda la gente que está en mi cocina estuviera en plantilla, el negocio no sería viable.
¡Pues claro que no chatín! Lo mismico le decían los faraones a los pringados que les construyeron sus pirámides. Además de tener el privilegio de trabajar de sol a sol para mí, con palos gratis incluidos, ¿no pretenderéis tener un sueldo?. El argumento es calcado, solo que extrapolado unos pocos siglos de nada.
Lo que ignoro es si Jordi Cruz hizo estas declaraciones antes o después de comprarse un palacete por tres millones de eurejos. Parece que "el garito" le sale a cuenta. Vamos, que es viable tener a media cocina trabajando a destajo dieciséis horas diarias por la jeta para que le amo se pueda dar la vida padre. ¿Mola o no mola?
¿Cómo no va a ponerse burraco el jefe de la CEOE? Ese es el arca perdida, el santo grial y la piedra filosofal, en  un solo pack, en la ensoñación de nuestra gloriosa patronal : Que nos resignemos a trabajar sin cobrar. Y no solo los becarios, vírgenes vestales que se sacrifican con total impunidad, sino la totalidad de la clase trabajadora. ¡Bastante tienes con tener trabajo! Es la respuesta con la que nos encontramos a diario si queremos reivindicar un derecho o defendernos de un abuso. Y a una le dan ganas de contestar aquello de: Lo que usted diga señorit@ Escarlata. Pero ni siquiera pillarían el sarcasmo.
Porque voraces son como la orilla de un río. Pero a medio plazo, son un poco lerdos. Desde mi lógica elemental la cosa va así: España no es un gran país exportador. La mayoría de las ventas de las empresas son nacionales. Ergo, dependen del consumo interno para mantenerse. Si la mayoría de los trabajadores tenemos una economía de posguerra, ¿Quién comprará sus productos?. ¡Ay! Les puede la avaricia. Y es que, hasta para depredar, hay que tener medida.
El otro día se celebró el 1 de mayo y a mí me dio mucha tristeza, voy a ser sincera, el discurso templado de las grandes organizaciones sindicales. Cuando hablaron de la pornográfica corrupción que asola la política, se estaban meneando la pelusa del ombligo. O dicho de otro modo, ignorando la propia. Una corrupción que ha conducido al redil mas conveniente a los borregos, sin demasiado aspaviento. Aceptando lo inaceptable sin tener el valor, aunque razones sobraban, para haber convocado una huelga general indefinida.
De tanto doblar la cerviz, se han provocado un esguince que dificulta que les llegue el riego al corazón y a la mente. Amagan como gatitos de angora que juegan a ser tigres por un día. Patéticas fierecillas amaestradas.
Pero rendirse no puede ser una alternativa. Los tiburones merodean a nuestro alrededor ávidos de beber más sangre obrera. Son implacables y no podemos servirles alegremente de carnaza. 
Como decía Hernández, nosotros no podemos ser ellos... panteras deseosas de un mundo siempre hambriento. Nosotros, las trabajadoras y trabajadores de este país, no somos los de enfrente. Pero tampoco queremos el yugo que nos proponen como la solución y prevención a no se qué invento de crisis que, casualmente,  ha engordado las arcas de los más poderosos. Y necesitamos unos sindicatos regenerados y dignos para poder combatir esta ofensiva del capital. Los gatos son muy monos cuando ronronean pero, para un tiburón o una pantera, son como "p´a luegos" de esos que quedan entre las muelas. Menos que nada.

LAS QUE LIMPIAN SU MIERDA

LAS QUE LIMPIAN SU MIERDA
Pablo Casado es un pipiolo hijo de papá, que a sus 35 años lo más cerca que ha estado de doblar el lomo ha sido cuando resbaló en un charco por culpa de sus mocasines mega-pijos y acabó mordiendo el polvo. Su currículo laboral está más yermo que el desierto de Atacama. Para hacer honor a la verdad había una cosita, unas prácticas de dos meses en un una filial del banco Santander en Suiza. Pero con tanto coleguita relacionado con la patria helvética, decidió eliminarlo por si las moscas. No quedaba rasé y podía dar lugar a confusión. Si Pablo Casado hubiera nacido en una familia proletaria difícilmente hubiera podido cursas sus estudios de derecho y económicas y hacer un máster y varios cursos en Georgetown y Harvard. Imaginen que Pablito hubiera sido hijo de una de las Kellys (como se autodenominan las camareras de hotel que limpian habitaciones por menos de dos euros). ¿Cuántas habitaciones, cuánta mierda desidiosa hubiera tenido que limpiar su progenitora para pagar su fulgurante carrera?
Aunque una cosa les digo, los forradísimos padres de este pollo tiraron el dinero por una alcantarilla. Tanto grado y post-grado para acabar siendo un nini desustanciado y bocachancla.
Como lo de currar no era lo suyo enseguida se dio cuenta que metiéndose en política podía vivir del cuento sin pegar un palo al agua. Y se gestó un futuro introduciéndose en las Nuevas Generaciones del PP e incrustándose, como un golondrino, bajo la axila izquierda de Esperanza Aguirre. La derecha, recuerden, ya estaba ocupada por otro absceso, este supurante, llamado Paco Granados.
Gracias a esto, Pablito es un completo ignorante en algunas cosas fundamentales de la vida, como el trabajo. Lo que no le sirve de óbice ni cortapisa para comparar las 400 habitaciones que tiene que limpiar una camarera al mes para ganar 800 euros con el número de consultas que hace su hermano médico. El máster que hizo el chico no debía ser de empatía o sentido de la vergüenza. Sin embargo cabe reconocerle cierto talento como monologuista cutre de algún perdido puti-club de carretera. Solo en un sitio donde a nadie le importa lo que diga podría ganarse la vida con su banal verborrea. Pero él no necesita ganar el pan con el sudor de su frente. Con formular una pregunta durante toda su actividad parlamentaria como diputado se llevó 80.000 euros al año. Calculen ustedes las habitaciones que tendría que limpiar una Kelly para reunir ese pastizal.
Pablo Casado es un tonto a las tres pero da el perfil clavado para representar la portavocía de este gobierno. Es el ejemplo perfecto de que poseer títulos rimbombantes no te eximen de ser un ignorante. Un tipo banal que no sabe nada de la vida de las mujeres que limpian su pestilente mierda de pisaverde entrajetado. Como otros muchos políticos de todos los colores que juegan en la liga de vivir del cuento, Pablito vive en otro mundo en el que un cuerno inagotable de la abundancia pública solventa todas las necesidades que pueda soñar un niño pera. Es poco menos que una onírica Alicia de tripi en el país de las marranadillas.  Un ser etéreo que desconoce las dificultades cotidianas de los trabajadores, las presiones, las explotaciones y, aunque se entere, no le importan un carajo.
Como a muchos personajes de su pasta que infestan la política y van pasando por la vida, pendientes de sus cosas, dejando un rastro de guano que asfixia la decencia. A las Kellys, las relegan a limpiar su mierda por un par de monedas. ¿Como explicarles que la mierda que verdaderamente nos urge limpiar, son ellos?.

YO ME TIRO AL MONTE

YO ME TIRO AL MONTE
¡Si es que es verdad! Los trabajadores españoles somos unos malcriados que solicitamos privilegios propios del siglo diecinueve. Como el de tener un trabajo fijo y seguro, como los de entonces. (aunque se tratara de doce horas diarias picando en la mina con agua hasta la cintura por el salario del hambre). Las condiciones laborales eran una mierda pero, ¡oye! que te podía durar toda la vida. Sobre todo considerando que pocos llegaban a viejos. Más aún si te metías en sindicalismos. Por lo que sea, los que reclamaban derechos laborales, eran propensos a tener una muerte prematura.
Esos abusos patronales fueron el germen de una guerra soterrada entre trabajadores reivindicativos (muchos de ellos de la CNT) y patronos que contrataban sicarios para deshacerse de los alborotadores. Las primeras décadas del siglo XX. en España transcurrieron con un continuo ruido de balaceras y juicios sumarísimos que, poco a poco, muerto a muerto, sirvieron para que la clase trabajadora alcanzara algo de dignidad y se alejara someramente de la esclavitud.
Por eso no entiendo muy bien al sr. Rosell con eso del complejo decimonónico que, según él, padecemos los curritos. El trabajo fijo y seguro es un concepto del sigo XIX- ha dejado caer don Joan. Así, como al desgaire. La esclavitud andaba allá que allá en muchos países por aquellos años. Y donde no era legal, se practicaba una explotación exhaustiva del personal.  El siglo diecinueve no me parece un escenario idílico para el proletariado. Al margen de que, tan alta dosis de miseria e injusticia, impulsaron el nacimiento del movimiento obrero. Pero aún así, no comprendo por qué el presidente de la CEOE cree que nos pueden provocar nostalgia.
Y si aquellos días eran tan malos para los trabajadores, aunque tuvieran contrato indefinido, y el señor Rossell insinúa que no debemos ni soñar con algo parecido... ¡Por Manitú!, ¿Qué nos espera?
He leído que en EEUU, los trabajadores agrícolas son obligados a llevar pañales para no abandonar el puesto de trabajo. Defecan y orinan delante de sus compañeros y compañeras porque, de ir a aliviarse al servicio, pueden ser despedidos ipso facto. EEUU ha desterrado totalmente el concepto decimonónico de fijeza en el puesto de trabajo. Pero en cuanto a seguridad, ¿hay algo más seguro que cagar a tu libre albedrío sabiendo que eso no le roba un segundo de tiempo a tu empresa?
Aquí estamos malcriados. Queremos, sobre todo, trabajo. Ese que prometieron crear cuando nos amputaron las piernas con una reforma laboral que no ha bajado nada la tasa de desempleo. Pero además, no nos conformamos con eso. Queremos un salario digno (el SIM español es casi tres veces menor que el de la mayoría de la UE y menor aún que el de Grecia). Y cierta seguridad en la contratación que permita a los jóvenes establecerse y desarrollar una vida plena y autónoma. No basura.
 Ya se que nos estamos poniendo estupendos para el gusto de la patronal. Pero si las directrices que marca el nuevo orden mundial (que quieren imponer con el TIIP) incluyen llevar pañales, que no cuenten conmigo. Prefiero echarme al monte y alimentarme de raíces y moscas el resto de mi vida. Me parece más digno.
Los seres humanos somos meras mercancías a los ojos de los depredadores. Las multinacionales quieren imponer ese comercio carnal con los trabajadores europeos. Con el mayor secretismo, se negocia devolvernos a una situación anterior al siglo diecinueve para servir a un mayor fin, engordar su buchaca. Hay que competir con los amos de esos operarios orientales que entienden cuál es su lugar y duermen en su puesto de trabajo para rendir el máximo tiempo posible. O con los de esos otros que, con relativa frecuencia, se suicidan por el maltrato, las vejaciones y las infernales jornadas laborales que padecen. O con los de esas niñas y niños cuyos pequeños dedos cosen la ropa de marcas importantes y multimillonarias en sórdidos sótanos.¡ Hay que exprimir hasta la última gota de sangre! Y no se van a cortar en colocarnos argollas o, en su defecto, pañales.
 Rosell nos está enseñando la patita del planazo que viene del otro lado del charco. Una versión orwelliana de las relaciones laborales con matices altamente escatológicos. Y no lo digo por lo de los pañales. Lo digo porque el plan (conocido también como tratado transatlántico de libre comercio e inversión) es una mierda como la copa de un pino. Al menos para los de siempre. Entre los que está servidora y, muy probablemente, usted que me está leyendo.
Lo dicho, antes de obligarme a ser coprófaga y agradecida, yo me tiro al monte y que la naturaleza siga su curso. Total, tarde o temprano, acabarán sustituyéndonos masivamente por máquinas y no serviremos ni para fabricar el pienso  que echan de comer a sus mascotas. Porque, una vez exanguinados hasta el límite, tirarán nuestro pellejo. El planeta está lleno de millones de personas dispuestos a ponerse unos pañales por alejarse del hambre. Millones de almas a las que las multinacionales ven como odres humanos con los que saciar su codicia. La miseria es lo que tiene. No te da la oportunidad, como diría Rosell, de ponerte exquisito. Por sobrevivir, tragas carros y carretas. Pero que no pretendan que nos comamos esto sin oponer resistencia. Están pisando mierda.

LA TUMBA

LA TUMBA

En el último programa de Salvados, Jordi Évole  ha traído a la desmemoriada memoria de nuestro pasado reciente otro capítulo oscuro y despreciable. Se trata de los esclavos del franquismo, presos políticos de la dictadura obligados a trabajar en la reconstrucción del país tras la contienda civil en condiciones infrahumanas. Gran parte de la audiencia, sobre todo los más jóvenes, ignoraban esos hechos. No es de extrañar. La denominada "reconciliación nacional" se cimentó sobre el silencio y la ignorancia. Sobre un olvido premeditado que abandonó miles de cadáveres en fosas improvisadas e hizo desaparecer páginas de la historia manchadas con la sangre de nuestros conciudadanos. El relato del hambre, de las torturas, de las ejecuciones y los trabajos forzados se barrió bajo la alfombra con la excusa de no reabrir las heridas. Ni siquiera la llegada de la democracia pudo desamordazar la sórdida realidad que padecieron muchos hombres y mujeres sometidos a toda clase de abusos y vejaciones.
Los esclavos del franquismo fueron víctimas de la venganza de los golpistas pero, sobre todo, contribuyeron al enriquecimiento de algunas corporaciones y empresas afines al régimen fascista. Empresas que, hoy en día, continúan siendo punteras en el estado español.
Hablamos de Dragados y Construcciones, Entrecanales y Távora (actualmente conocida como Acciona), Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), RENFE o Huarte (OHL), cuyos dirigentes no reconocieron, ni reconocen, la explotación. Compañías públicas y privadas que en la actualidad cotizan en el IBEX 35 y se invisten de legitimidad moral para interferir en la política contemporánea. Amén de seguir consiguiendo contratos públicos y adjudicaciones gracias a sus alianzas con algunos círculos del poder.
Es cierto que en Alemania ocurrió algo parecido tras la segunda guerra mundial. Pero, a diferencia de aquí, las empresas implicadas pagaron por estos actos. La mitad de las indemnizaciones fueron a su cargo y la otra mitad a cuenta del estado.
El Valle de los Caídos fue construido con la sangre de estos trabajadores forzados y todavía hoy, para vergüenza nacional, alberga el mausoleo de celebres fascistas como Primo de Rivera y el propio Franco. También los pantanos que inauguraba el "chaparrito" como símbolo de prosperidad y modernidad fueron edificados con la explotación forzosa de presos republicanos. El testimonio del historiador Antonio Martínez revela como la construcción de uno de estos pantanos fue denominado "La Tumba" porque el cemento acabó siendo la sepultura de los esclavos que morían gracias a las condiciones penosas en que debían realizar sus labores. Otro aspecto deleznable era el de la corrupción de los mandos responsables de estos presos que escatimaban en su alimentación y se quedaban con sus paupérrimos salarios sin ningún escrúpulo.
La dictadura franquista "alquilaba" a empresas privadas a los trabajadores forzosos. Un negocio redondo que explica el enriquecimiento acelerado que algunas, hoy respetables compañías, experimentaron entre los años 1936 y 1957. En "Franquismo y trabajo esclavo, una deuda pendiente" el investigador José Luis Martínez Molina expone una relación de más de 90 empresas que se beneficiaron de este convenio con el régimen. Una treintena corresponden a organismos oficiales, once a la Iglesia Católica, ocho al Ministerio del Ejército y el resto a compañías privadas.
Ahora que los casos de corrupción son el pan nuestro diario de la actualidad política quizás deberíamos poner la lupa en las grandes empresas que han seguido manteniendo alianzas lucrativas con las esferas del poder. Son los mismos perros, con collares similares, que se lucran del dinero público y que, a través de las organizaciones patronales, propugnan un nuevo modelo de esclavitud para las trabajadoras y trabajadores españoles. La CEOE afirma que es necesario contener las subidas salariales para poder crear empleo. Como su otrora líder ideológico Gerardo Díaz Ferrán, hoy encarcelado por sus múltiples chanchullos, sueñan con una clase trabajadora que reciba el salario del hambre mientras ellos se reparten los dividendos que genera la explotación laboral.
En esa nueva tumba, que se denominó Reforma Laboral, alentada primero por el PSOE y luego por el PP, quieren encementar los derechos que durante décadas fuimos arrancando a fuerza de sangre, sudor y lágrimas. El pacto entre PSOE y Ciudadanos, que se regocija en llamarse progresista y reformista, no tiene intención de levantar esa fosa en la que permanecemos enterrados. La Reforma Laboral no se derogará. Basta con unos meros retoques estéticos que no modifiquen el trasfondo. Así los gerifaltes podrán continuar amasando fortunas multimillonarias mientras la pobreza y la inestabilidad avanza entre los currantes españoles, Sin reparación ni memoria estamos condenados a sus modernos grilletes. ¡Ave IBEX 35, vuestros nuevos esclavos os saludan! Algunos incluso, os apoyan depositando su voto en vuestros aliados. Quizás ignoren que están cavando su propia tumba por un módico precio que satisfaga la voracidad de los mercados.

SI YO TUVIERA UNA ESCOBA...

SI YO TUVIERA UNA ESCOBA...
Manuela se levantó, como cada día, a las cinco de la mañana. Su rutina laboral consiste en fregar y pulir patios y escaleras de diversas comunidades de vecinos. La empresa para la que trabaja le manda que realice sus tareas en lugares bien distantes entre sí.
El tiempo que emplea en los desplazamientos no está remunerado. Una jornada de ocho horas acaba convirtiéndose en doce o más. Los tiempos para desempeñar el trabajo están minimizados pero la exigencia es máxima. Todo debe quedar reluciente. Si hay quejas, Manuela podría perder su puesto de trabajo. Algo que no puede permitirse con un marido parado desde hace cinco años y tres churumbeles que tienen la mala costumbre de comer todos los días. Su sueldo apenas alcanza los ochocientos euros mensuales. Ahora podría ser incluso mucho menor. El convenio de limpieza de edificios y locales de Aragón ha decaído y las empresas tienen la prerrogativa de ceñirse al Estatuto de los Trabajadores. Poco más de seiscientos euros al mes por una jornada completa. Hasta los esclavos que recogían el algodón en el Mississippi tenían más seguro su sustento.
En la empresa para la que trabaja Manuela hubo elecciones sindicales. Su jefe reunió a la plantilla para presentar la candidatura que debía ser votada. Estaba compuesta por perros cancerberos cuyo único propósito era velar por los intereses patronales. Cualquier otra opción dibujaría una diana en la frente de sus candidatas. Manuela valoró la posibilidad pero bastó la amenaza latente de despido para que se echara atrás.
A menudo, Manuela y sus compañeras trabajan en edificios oficiales. Las empresas subcontratadas se lucran con dinero público mientras reparten las migajas a las limpiadoras. Ahora, sin convenio que les respalde, esas migajas se pueden reducir microscópicamente. Lástima que el estómago de los hijos de Manuela no puedan acomodarse al salario de su madre. NI su espalda machacada, ni sus artríticas manos consiguen alejar la pobreza asalariada que ronda por su casa. Le ha tocado ser una heroína forzosa en una sociedad que la ignora doblemente por su condición femenina y humilde. Ella no eligió esta vida de abusos y miserias. Desde la invisibilidad que la envuelve, Manuela sueña con un convenio justo que dignifique una labor tan necesaria. ¡Hay tanto que limpiar! ¡Tanta basura!
El día 27 de enero a las siete de la tarde se ha convocado en Zaragoza una manifestación de apoyo a quienes, como Manuela, mantienen limpios nuestros colegios, patios e instituciones por el salario del hambre. La situación de este colectivo, en una España que según dicen los gerifaltes marcha como un tiro, es una hostia con la mano abierta en la cara de todas y todos los trabajadores de este país. Una burla cruel y amarga que quiere enviarles al inframundo laboral definitivamente. Si lo consiguen, no solo será el fracaso de sindicatos y grupos parlamentarios progresistas. Toda la clase trabajadora resultará vejada.
En los tiempos de Ramsés III los esclavos egipcios se plantaron ante su Faraón para reclamar más alimentos. No existían sindicatos que abanderarán sus reivindicaciones. Solo el instinto de supervivencia y esa intuición primigenia que mueve a los seres humanos a luchar por una vida más digna. Fue la primera huelga documentada de la historia. La primera que logró hacer visibles las injusticias que sufrían y que ayudó a enmendarlas. Han pasado cientos de siglos y , pese a la lucha obrera, los modernos faraones han demostrado más ferocidad que el bueno de Ramsés.
El día 27 todas y todos debemos estar en la calle junto a ellas. El apoyo sindical y de los grupos parlamentarios no es suficiente. La solidaridad de la clase trabajadora debe plasmarse en este asunto. Tenemos que pretar filas contra la explotación de este colectivo porque en el siglo XXI no cabe legalizar el esclavismo. Si dejamos esa puerta abierta, se colarán por ella  los derechos que históricamente hemos conseguido a fuerza de sangre, sudor y lágrimas. Su lucha es la de todos nosotros. Su derrota, será la nuestra.
Manuela divaga pensando en todas estas cosas mientras empuña su escoba. Sabe que hay una porquería más profunda e insana que la que debe limpiar en sus faenas cada día. Una putrefacción ambiental que anula la solidaridad entre los trabajadores y permite que medren empresarios sin escrúpulos. Le gustaría poder barrer esa carroña. Mientras tanto, se angustia pensando como va a acabar el mes con un sueldo que apenas alcanza para cubrir una quincena. A lo mejor la solución sería vender a peso sus cadenas.

POR DIEZ BARRAS DE PAN

El sector de limpieza de edificios y locales en Aragón arrastra una larga historia de precariedad y abusos patronales. Hablamos de una actividad que desarrollan básicamente mujeres que pertenecen a los estratos más humildes de la sociedad. No son mileuristas ni en sus mejores sueños . Sus sueldos rondan entre los seiscientos y los ochocientos euros mensuales. Si añadimos a ello que la gran mayoría son tareas a tiempo parcial y contratos que no superan los seis días, comprenderemos que las limpiadoras encabecen esa nueva modalidad de trabajadores pobres que se ha impuesto desde que comenzó la crisis.
Sus reivindicaciones para el nuevo convenio, tras muchos años de congelación salarial, se centran en un incremento de cien euros brutos al año. El equivalente a diez barras de pan mensuales. Pero,las empresas del sector han lanzado la insultante propuesta de una subida salarial de entre el 0,2 y el 0,4 %. Ninguna mejora en sus condiciones laborales, cobertura de bajas ni categorías profesionales. La oferta de las empresas supone algo menos de un euro al mes para quienes tengan la "suerte" de tener una jornada completa.
Se trata de empresas archiconocidas como Eulen, Valoriza, ISS, Grupo Norte o Ferrovial que han encontrado un filón de explotación en el que los costes de materiales son escasos y los sueldos ridículos.
Paradójicamente, dichas corporaciones trabajan, con mucha frecuencia,  para instituciones oficiales. El pastel se reparte entre poco mas de 15 empresas que, como es de suponer, anteponen el beneficio empresarial a la prestación de un servicio satisfactorio y a la mejora de las condiciones laborales de los empleados. La administración cierra los ojos  convirtiéndose en cómplice de las malas artes de la patronal.
El resultado del desprecio con el que se trata a este sector sirve para convalidar un hecho deleznable: Hoy en día se puede ser pobre por convenio.
Las limpiadoras no cuentan con la posibilidad de una movilización proporcional a su situación. Las trabajadoras están diseminadas, apenas tienen capacidad de reacción y sufren graves presiones por parte de sus contratadores. Son una presa fácil para la avaricia y el despotismo patronal.
Apelar a que el, recién creado, observatorio de la contratación intervenga en este asunto es imprescindible. ¿Acaso no estamos viendo la luz al final del túnel? En sus manos esta´ evitar que la luz que vislumbran las limpiadoras proceda de un tráiler dispuesto a reventar su dignidad. Si es que es posible hundir aún más en la miseria a este colectivo. 
Hace un par de años cayó en mis manos un libro:  Le Quai de Ouistreham. Su autora, la periodista francesa Florence Aubenas, decidió meterse en la piel de una mujer de mediana edad y con escasa preparación que buscaba trabajo como limpiadora. Nos situamos en Francia, donde las condiciones son mejores que en nuestro país. Sin embargo, Florence pudo comprobar en carne propia la inestabilidad y los abusos que padecen este ejercito de humildes trabajadoras que componen la ultima trinchera de la precariedad laboral.
Recomiendo su lectura. En ´el Aubenas da voz a las sin voz. Es un libro imprescindible para entender la realidad cotidiana de muchas mujeres que la sociedad mantiene en la invisibilidad. Ellas limpian nuestras escuelas, nuestros centros oficiales. Ponen orden y aseo pese al caos laboral y la marginación de las que son objeto. A veces lo esencial es invisible a los ojos, ya saben.
Son diez barras de pan. En nuestro país somos testigos de escándalos de corrupción que han "limpiado" nuestras arcas para engordar las cuentas en Suiza de unos "piernas" con pedigrí y ningún escrúpulo. Ahora se habla de la remontada tras el saqueo y la mala gestión. A los políticos se les llena la boca con esa supuesta fulgurante recuperación económica. Si  les queda algo de vergüenza no pueden permanecer ajenos mientras las empresas que se han lucrado durante las vacas gordas escatiman unas migajas a las trabajadoras que han engordado su buchaca.
La lucha de este colectivo debería ser la de todas y todos los trabajadores. Son nuestro buque insignia contra la indignidad patronal y el cinismo de las instituciones. La delgada línea que separa a esta sociedad de lo execrable esta´ trazada por esas diez barras de pan.
En 1912, un grupo de trabajadoras del textil en Masachusets hicieron popular este himno: "Nuestras vidas no serán explotadas del nacimiento a la muerte;/ los corazones padecen hambre, al igual que los cuerpos./ ¡Pan y rosas!, ¡Pan y rosas!"
El pan es un buen comienzo. Pero no podemos olvidarnos de la dignidad de las rosas. Toda mi fuerza y millones de rosas compañeras. No estáis solas.

ASCO, MIEDO Y REPRESIÓN EN EL SAS

ASCO, MIEDO Y REPRESIÓN EN EL SAS
 El pasado sábado se había convocado una concentración en apoyo de los compañeros de CNT, Armando y Justo, en la puerta del hospital zaragozano Miguel Servet. Ambos son trabajadores de mantenimiento que han sido expedientados  por la Gerencia del SALUD. Las acusaciones que se les imputan no pueden ser más rocambolescas. Armando, por haber colgado una fotocopia de una noticia del Heraldo de Aragón (en la que se hablaba de la corrupción en algunas esferas del sindicato CCOO) en un tablón de anuncios que antes pertenecía a CGT y en ese momento estaba abandonado. A Justo, por haber pintarrajeado, presuntamente, en un cartel electoral. Da la "casualidad" que los dos compañeros habían conseguido en los últimos tres años sentencias condenatorias contra el SAS que dejaron en evidencia los contratos en fraude de ley (por acúmulo de tareas) que debían reconvertirse en contratos de interinidad. Esto no gustó nada  a los gerifaltes del SALUD que, con la bendición de algún sindicato oficialista, habían conseguido hacer un ere encubierto que facilitó la pérdida de al menos 3000 puestos de trabajo en la sanidad aragonesa.
Por ello, y con la colaboración entusiasta de CCOO, Armando y Justo podrían ser despedidos. Cualquiera que trabaje en el SAS es conocedor de faltas mucho más graves que pasan desapercibidas y no tienen ninguna repercusión negativa para sus autores. Horarios laborales que se incumplen impunemente, material quirúrgico que desaparece y aparece en clínicas o consultas privadas o graves negligencias que se tapan para que no salgan a la luz.
Pero el caso de los compañeros de servicios técnicos es diferente. Lo que menos importa es la proporcionalidad entre las presuntas faltas y el castigo. El objetivo es dar un escarmiento que sirva de ejemplo a cualquier sindicalista que pretenda sacar los pies del cesto y ponga en evidencia las miserias del sistema. El hecho de pertenecer a CNT les convierte en presa fácil. Más aún cuando, algún sindicato "de orden", apoya e impulsa esta cacería.
Como he dicho al principio, el sábado hubo una concentración en su apoyo. Apenas una treintena de personas acudimos a mostrar nuestra solidaridad con los represaliados. Tuve la oportunidad de hablar con ellos. Me comentaron que el efecto disuasorio estaba dando sus frutos. Con anterioridad, se había convocado otra concentración de apoyo en el hospital y el miedo impidió que muchos y muchas mostraran su indignación.
Algunos trabajadores y trabajadoras de la limpieza sanitaria estuvimos allí. Nosotr@s probamos en carne propia, durante la huelga del 2013, los métodos mafiosos, las amenazas y los abusos que se utilizaron para reventar el conflicto. También tuvimos tres despedidos, que tuvieron que ser readmitidos, y que fueron elegidos al azar para dar el mismo mensaje: Si te meneas te rompo la madre.
El miedo es un arma de destrucción de los derechos laborales. No es nada nuevo. Si no aprendemos a superarlo cerrando filas con los que han sido elegidos "cabezas de turco" las consecuencias serán funestas para todos. Es una cuestión de coraje, pero sobre todo de inteligencia. Uno a uno somos mortales pero, juntos, somos invencibles decía el bueno de Apuleyo.
Pero lo peor es el asco. La nausea que provoca la delación de otros representantes de los trabajadores por razones sibilinas. Si el sindicato al que pertenezco es acusado de corrupción, como sucede con CCOO, mi interés primordial sería limpiar la casa de alimañas. No matar al mensajero. EL corporativismo mal entendido ha logrado que los trabajadores pierdan la confianza en los sindicatos. Son los mayores responsables de su propio descrédito como organización y ponen en la picota a los delegados y delegadas que intentan hacer honestamente su labor sindical.
Habrá más concentraciones. No pensamos dejar que arrojen a Justo y Armando a los pies de los caballos. No pensamos callarnos ante una injusticia de este calibre. Hoy son ellos, mañana cualquiera de nosotros.
He hablado de asco, miedo y represión. Para finalizar quiero hacerlo de esperanza. Esperanza en que los compañeros no vuelvan a encontrarse prácticamente solos después de haber luchado por dignificar los puestos de trabajo de muchos de nosotros.
Esperanza en que, en la próxima concentración, las trabajadoras y trabajadores del SAS aparquen el miedo y la apatía para arropar a Justo y Armando. Para mandar también un mensaje a la administración: Si los tocáis a ellos, nos tocáis a todos.
Y, ¿por qué no?, esperanza en que los afiliados y afiliadas de CCOO reclamen a su sindicato más decencia en este asunto y mayor transparencia para evitar las corruptelas que ponen en entredicho su honorabilidad.

ROSELL HOOD DE LA CEOE

ROSELL HOOD DE LA CEOE
Pese a la supercalifragilística recuperación de la economía con la que nos bombardean continuamente, la patronal no se apea de la burra de la moderación salarial.  Rosell negocia con CCOO y UGT las migajas de las migajas que corresponden a la clase trabajadora. Desgarrándose las vestiduras y en un alarde de supina generosidad, la CEOE propone una subida de un 1% para 2016. 
Los curritos, espoloneados por la esplendidez de la oferta, nos hemos lanzado a consumir a tontas y a locas. Tengo entendido que se han agotado todas las existencias de Moët Chandon porque al proletariado todo se nos va en brindar para celebrar el jugoso incremento de renta que se avecina.
Rosell, como sus antecesores en el cargo, ya ha demostrado en múltiples ocasiones la sensibilidad social que se gasta. El presidente de la patronal se caracteriza por sus creativos análisis de graves problemas como el desempleo. La culpa es de las mujeres. Si asumiéramos el rol tradicional de amas de casa en vez de aventurarnos a la vida laboral no engordaríamos las cifras del paro.
Para Rosell, las féminas somos unos seres caprichosos  a las que nos da por trabajar solo por chinchar o por motivos hormonales, ¡vaya usted a saber!. 
Pero que nadie piense que Juan Rosell  es ajeno a las injusticias que padece la clase trabajadora. Él es partidario de la igualdad, siempre que sea a la baja. Por eso se le ocurren medidas tan equitativas como eliminar los contratos indefinidos. Unos privilegiados que miran por encima del hombro a los temporales. El Che Guevara empresarial está dispuesto a bajarles los humos y a depositarlos en la misma bolsa de pobreza e inseguridad que al resto de los trabajadores. Todos iguales en la precariedad.  Para que luego digan que los patronos no tienen sentido de la justicia.
La última que se le ha ocurrido al buen hombre ha incendiado las redes. En un acto con empresarios y hoteleros en Madrid ha asegurado que " si la sanidad y la educación estuvieran gestionadas por empresarios se harían mejor las cosas". Se lo dice al foro adecuado. Los aguilillas que ven en el botín público el reemplazo a los pelotazos urbanísticos. La cuestión es que esa ponderada gestión privada se está demostrando catastrófica allá donde se ha implantado. Privatizar hospitales (muchos ya tienen privatizada su gestión económica) sale caro al ciudadano. Pero además la atención y los tratamientos y pruebas se escatiman hasta poner en grave peligro la salud de los pacientes. Ya hay demasiadas evidencias que lo confirman.
Para Rosell  la sanidad y la educación públicas son la tierra prometida de la que sueña sacar grandes rendimientos. Un negocio redondo que con criterios empresariales funcionaría como un reloj suizo... para abultar la buchaca  de la cuchipandi. Todo  un clásico: robar al pueblo para repartir entre los poderosos. ¿O era al revés?. Bueno, al que nace tiburón no hay ortodoncia que le enmiende los colmillos.
A mí se me ocurre que, puestos a externalizar , podríamos probar con la CEOE en su totalidad manifiesta (sin olvidar a los eméritos) para después vendérselos o regalárselos a algún fondo buitre. Pero es que me pasa casi lo mismo que a Rosell. No puedo evitar expresar en voz alta mis más  perversos e íntimos deseos.  Nos pierde la boca.

CIERZO ROJO

CIERZO ROJO
Cuando una piensa que en este país ya no caben más escándalos, la casta política y empresarial que padecemos da otro giro de tuerca en su espiral de desfachatez y latrocinio.
No va más, señores. Aquí da la impresión de que nos roba hasta el Tato. Dirigentes de la patronal, mandatarios políticos u "honorables" sagas familiares como las de los Pujol actúan como auténticas bandas organizadas saqueando el patrimonio público. El entramado corrupto tiene que tener largos tentáculos para que se produzcan situaciones tan kafkianas como que Jordi Pujol junior recibiera de Hacienda una devolución por el triple de los ingresos de su empresa. Prueben ustedes, mindundis como servidora, a escaquear un euro al fisco. Toda la furia tributaria recaería sobre nuestras defraudadoras testas. Otra modalidad de la indecencia son las "mordidas" que muchos responsables políticos o de la administración ven como un suplemento de sus honorarios.
 La privatización para realizar tareas que pueden ser realizadas desde la gestión pública no responde a otra causa que la de entregar el dinero de todos a la rapiña de empresas que luego agradecerán la concesión con abultados sobres. No hay mas que observar la conflictividad laboral que es constante en las subcontratas municipales y autonómicas.
Las contratas son adjudicadas a grandes empresas que presentan presupuestos temerarios. Luego,  para rentabilizar el business, necesitan arrasar puestos de trabajo y derechos laborales con el resultado de la prestación de un servicio precario y deteriorado. Barrenderos, limpiadoras, jardineros, lavanderos... pertenecemos a otra subcasta. Mercancía proletaria que engorda la buchaca de honorables cuatreros. Pero oigan, todo tiene un límite. Y los presuntos esclavos somos alérgicos a los grilletes. Están soplando nuevos vientos en el panorama político. Quizás, las trabajadoras y trabajadores de las subcontratas debamos pasar a la ofensiva desmontando este garito de trampas y mentiras. Es cuestión de echar cuentas. Y las tenemos hechas.
Confrontándolas con las suyas ante la opinión pública, ¿cuál puede ser la excusa para mantener este sistema? Lo han adivinado sí. No hay excusa, es pura codicia.
 Como he dicho antes, están soplando nuevos vientos. Nuevos aires que quieren purificar la peste a podrido que respiramos. Desde Aragón arrimaremos el Cierzo, que no es cojo.
 Que hay que que "aventar" a la mierda, (como diría "el abuelo") mucha, mucha mierda. Cierzo rojo.

YA ES HORA DE UNA HUELGA GENERAL INDEFINIDA

YA ES HORA DE UNA HUELGA GENERAL INDEFINIDA
Allá por 1920 la represión contra los sindicalistas españoles, la mayoría integrantes del sindicato mayoritario CNT, adquirió dimensiones terroríficas. Los patronos contrataban bandas de pistoleros para asesinar a los trabajadores insurrectos, el estado aprobó la tristemente celebre "ley de fugas" que permitía matar a tiros a los detenidos argumentando el intento de huida. Eran tiempos feroces para la lucha de la clase obrera. Pero ni el clima de horror, ni la sangre derramada evitaron una huelga general indefinida que logró, entre otras cosas, que en España se consolidara la jornada laboral de ocho horas. Muchas fueron las vicisitudes que los sindicalistas sufrieron desde aquellos tiempos, incluida una dictadura, que les obligó a actuar en la clandestinidad poniendo en peligro su libertad e incluso la vida. El 28 de abril de 1977 se inicia el periodo democrático que abrió la puerta a la legalidad y la pluralidad de los sindicatos españoles.
Era de esperar que actualmente, tras varias décadas de normalidad democrática, ejercer el derecho constitucional a la huelga no constituyera un delito que se pagara con la cárcel.
Sin embargo, en este momento hay 260 personas encausadas por su participación durante los conflictos y las peticiones fiscales son de más de tres años. El derecho a la huelga, a la información y difusión de la misma, se reprimen ahora a golpe de código penal pasándose por el forro lo que suscribe la propia Constitución. En medio de una crisis sin precedentes en la historia moderna,  los pistoleros se sustituyen por jueces y fiscales que, auspiciados por un gobierno que desprecia a la clase trabajadora, criminaliza las protestas.
La desmesura se dilata más cuando se comparan algunos casos. No hace mucho, un inmigrante sin contrato perdió un brazo en su puesto de trabajo. Sus jefes, un ejemplo de mezquindad humana, decidieron abandonarle a doscientos metros de un hospital. La sentencia para estos malnacidos es de once meses y 29 días. Sin embargo, trabajadores como Carlos Cano o Carmen Bajo deberán ingresar en prisión para cumplir una pena de tres años impuesta por su participación en un piquete durante la huelga general del 2012 acusados de amenazas, insultos y destrozos.
Podríamos llenar muchos renglones con situaciones similares. En este país, el derecho al trabajo y a la dignidad en el mismo, se vulneran cada día. Los empresarios amenazan a los trabajadores que pretenden hacer huelga y practican el esquirolaje sin repercusiones legales para ellos. El despido, es un arma coactiva y disuasoria en una sociedad asolada por el desempleo. Pero además, por si esto no amilana al insumiso, nos espera una oscura celda.
Yo no se si las autoridades pertinentes están calibrando bien la cuota de injusticia que reparten. Si han valorado hasta que punto, una sociedad mas instruida que la de los años 20, va a soportar sumisamente la bota que han plantado en su cabeza. Mi carne obrera me pide rock and roll. Es decir, una huelga general indefinida hasta que cese el acoso contra los trabajadores. No nacimos para esclavos, pese a la opinión de algunos. Un futuro de yugos y cadenas amenaza a nuestros hijos. Y yo, por ellos, muero si hace falta.
Es verdad. No estamos en 1920 aunque a veces lo parezca. Ahora contamos con otros mecanismos de defensa para dinamitar el miedo con el que nos cercan. Solo nos falta tomar conciencia del poder que fluye en nuestra sangre obrera. Cada agresión contra uno de los nuestros, es un ataque directo contra toda la clase trabajadora. Nos sobran los motivos para la huelga general indefinida. Tenemos que dar una respuesta contundente a los nuevos pistoleros que nos tirotean. Ha llegado nuestra hora.

TEORÍAS KAFKIANAS SOBRE CAPULLOS Y PROLETARIOS APOLÍTICOS

TEORÍAS KAFKIANAS SOBRE CAPULLOS Y PROLETARIOS APOLÍTICOS
Pues sí. Nuestra huelga, la de los trabajadores de las limpiezas sanitarias aragonesas, fue una huelga política. Igual que el recién resuelto conflicto de los jardineros zaragozanos. Otra huelga política. Es lo que nos pasa a la gente de los estratos más humildes cuando nos pisan el callo con premeditación y alevosía. Y lo de pisar el callo entiéndase como una metáfora de rebajar salarios a lo bestia, anularte los derechos laborales o ponerte de patitas en la calle sacándose algún ere de la manga. Es entonces cuando empieza la metamorfosis proletaria. Aunque el obrero desclasado pretendía vivir en un capullo ajeno a los vaivenes de las decisiones políticas, la realidad ha terminado eclosionando como una gigantesca cucaracha. Conozco a compañer@s, abuelit@s sexagenari@s como doña Espe, que antes de tener que pelear por sus puestos de trabajo eran incapaces de distinguir unas siglas políticas de otras. Incluso los hubo que votaron al Partido Popular, convencid@s quizás por esa soflama electoral en la que los populares se autoinvistieron como el partido valedor de los derechos de los trabajadores. El caso es que, tras probar el ricino administrado en forma de Reforma Laboral, hasta el obrero más tonto o despistado ha empezado a entender de qué va el rollo ese de la lucha de clases. Así pues, de capullos conformistas estamos pasando, a fuerza de palos, a sentirnos posesos por el espíritu de Rosario la dinamitera. Empezando a entender que la política influye directamente en nuestras apolíticas vidas transformándolas en apocalípticas. Asimilando que estamos solos frente a la manipulación de unos y de otros. Aprendiendo las reglas de su juego.
 Los jardineros lucharon con todas las armas que contaban y han alcanzado un pacto digno. Si hubieran continuado en su capullo (es decir, sin tocar las narices a los señores políticos) les rompen la madre fijo. Hay quien les critica hoy por esto o por no haber conseguido alcanzar el 100% de sus reivindicaciones. Pero ellos se mantuvieron juntos y juntos, y asambleariamente, refrendaron este pacto que a mi entender es un triunfo. Como en el conflicto de las limpiadoras, a los jardineros se les ha mostrado como a vándalos insurrectos que usan la opinión pública para torcer voluntades políticas. Y para rematar la faena, algunos agoreros que militan en trincheras más recogiditas y seguras que las nuestras, han intentado transmitir un tufillo de derrota a lo que es claramente una victoria. 
Yo no puedo mas que congratularme por l@s compañer@s y celebrar con ellos que estemos abandonando los capullos para manifestarnos como aguerridas mariposas. Esto es un punto y seguido. Aquí no se ha acabado nada. La lucha, nuestra lucha, siempre continúa. ¡Salud! Y feliz metamorfosis. Que ya viene siendo horica de dejar de ser capullos.

Carta abierta al alcalde Belloch del presidente del Comité de Empresa de FCC

Carta abierta al alcalde Belloch del presidente del Comité de Empresa de FCC

Señor alcalde, señor Juan Alberto Belloch, “a mí no me hace gracia el conflicto en FCC parques y jardines de Zaragoza”

Entre risa y risa el señor Belloch ironizó públicamente sobre si los jardineros pedíamos que mediara en el conflicto o que dimitiera como máximo responsable del consistorio zaragozano.
Le recordaré que la plantilla de FCC parques y jardines había solicitado en dos ocasiones la mediación de su gobierno, tal y como hizo en el conflicto de los conductores de AUZSA hace pocos meses. Ante la negativa a mediar, afirmando por su parte que era un conflicto puramente laboral, la plantilla se ha sentido discriminada y tratada de forma infravalorada, hecho del que toma nota.
No se preocupe señor Belloch, no volveremos a solicitar que su gobierno trabaje para solucionar problemas, nos ha dejado claro que gobierna para los grandes poderes financieros de la ciudad y de espaldas a trabajadores y ciudadanos.


Como trabajador de parques y jardines y como ciudadano de esta ciudad me siento con todo el derecho a criticar su actuación y a pedir su dimisión inmediata, sin que ello me cause ninguna risa. Así es la libertad y la supuesta democracia de la que tanto alarde hacen los gobernantes, las personas podemos pensar y por tanto expresar nuestras opiniones.

Rebaja salarial del 21%, recorte de todos los derechos sociales adquiridos en los últimos 25 años, deterioro de las zonas verdes de Zaragoza, posible incumplimiento del contrato por parte de la adjudicataria FCC, hechos que no me producen ninguna risa, sino una fuerte indignación hacia quienes sois responsables de los servicios públicos y continuamente os mantenéis al margen de los conflictos existentes.
Como dice su gobierno estamos ante un conflicto laboral, pero también es una cuestión política, económica y social.
Política, en cuanto se decide externalizar los servicios públicos a manos de multinacionales que condicionan el presente y futuro de nuestra ciudad.
Económica, ya que se encarece el servicio y estas grandes empresas a través del beneficio industrial y de otras prácticas obtienen enormes ganancias de los presupuestos públicos.
Y es también social porque conlleva una peor atención a las necesidades de todos los ciudadanos y un progresivo deterioro de los servicios públicos.
Su gobierno, señor Belloch, está llevando a cabo las mismas políticas que el gobierno de España, aplicando todo recorte sobre trabajadores y ciudadanos, políticas tendentes al desmantelamiento del tejido público en beneficio del sector privado. . Políticas que conllevan un continuo deterioro de los servicios públicos y precariedad en las condiciones laborales y sociales de los trabajadores.
Su gobierno, señor Belloch, ha vuelto a perder una ocasión de oro para ejecutar políticas de izquierdas, por y para los ciudadanos y trabajadores de esta ciudad, pudiendo haber creado puestos de trabajo o haber facilitado la creación de un ente público que gestione las zonas verdes de Zaragoza. Actuación que hubiera generado confianza en la sociedad zaragozana y hubiera reflejado que hay alternativas a la austeridad y al trasvase del beneficio público a manos privadas.
Por ello, aunque estas líneas pasen desapercibidas o le causen risa, me mantengo firme en mi posicionamiento sobre que usted, como máximo responsable del ayuntamiento de Zaragoza, debe abandonar, debe dimitir, debe irse, sí aunque le siga produciendo risa. Estas líneas las escribo a título individual, como persona y ciudadano libre, sin miedo y sin rencor.
Reflexiones individuales sobre su forma de gestionar esta ciudad, reflexiones de una persona que se siente orgulloso de pertenecer a la clase trabajadora y no tiene otras aspiraciones que contribuir a una sociedad más justa y equitativa.

Zaragoza, a 11 de abril de 2014
José Luis Muro Cornago
Pte. Comité FCC parques y jardines.

SOBRE LUCHAS OBRERAS, TRAIDORES Y PRIMATES

SOBRE LUCHAS OBRERAS, TRAIDORES Y PRIMATES
En el 2013, los trabajadores de las limpiezas sanitarias de Aragón protagonizamos una huelga de 49 días en defensa del convenio colectivo y la dignidad en nuestros puestos de trabajo.  Fue un duro conflicto en el que tuvimos que enfrentarnos contra el rodillo pepero que, representado por la consejería y el gobierno aragonés, pretendía pulverizar los derechos laborales adquiridos tras décadas de lucha y movilizaciones. En esta ocasión, teníamos claro quién era el enemigo. Un partido ultraliberal que desprecia a la clase obrera.
Muchos fueron los apoyos que encontramos en la sociedad aragonesa. Movimientos sociales, vecinales, diversos colectivos laborales e incluso periodistas e intelectuales, que se mojaron y tomaron partido por nuestra desigual pelea contra el gigante que amagaba con partirnos la madre a estacazos con una reforma laboral hecha ad hoc con este único propósito. Las fuerzas políticas de la izquierda en la oposición nos abrieron los brazos y se adhirieron a una causa que dijeron considerar de justicia. Recuerdo las palabras del grupo parlamentario de IU: El día que gobernemos invertiremos el proceso privatizador. Sacaremos las subcontratas de lo público y acabaremos con un sistema que está demostrado solo sirve para mermar los derechos de los trabajadores y precarizar la prestación de dichos servicios. También recuerdo nítidamente cuál fue nuestra respuesta: Si algún día gobernáis estaremos ahí para que no olvidéis este compromiso.
Desde el día 24 de abril, otro colectivo hermano (el de parques y jardines) ha iniciado una huelga indefinida a causa de las draconianas medidas que la contrata FCC ha impuesto a los trabajadores: Reducción salarial del 21% ( a la par que se incrementaban en un 25% los sueldos de directivos y ejecutivos), inaplicación del convenio colectivo vigente y un evidente deterioro de la conservación y limpieza de los parques zaragozanos.
La multinacional FCC,  sospechosa de evadir impuestos a través de sociedades encubiertas, presentó un presupuesto temerario al concurso que el ayuntamiento del tripartito zaragozano (PSOE, IU y CHA) sacó a concurso público. A pesar de que las cifras no garantizaban que se pudieran mantener las condiciones salariales y laborales de l@s jardiner@s el cabildo decidió adjudicarles la contrata. Pero ahora, el discurso obrerista que desarrollaron en nuestro conflicto se ha sustituido por el que esgrimían los "malvados" gerifaltes de la DGA. Argumentar que se trata de un asunto privado entre empresa y trabajadores que no atañe a sus competencias. Curiosamente, la amnesia que embargaba a la presidenta Rudi y al consejero Oliván, parece afectar también a los miembros del tripartito. Es decir, optan por obviar que, igual que en nuestro caso, estos servicios se pagan con dinero del contribuyente y la administración es responsable de la gestión que se haga de los mismos. 
Desde la Expo del 2008, las zonas verdes de la ciudad se duplicaron sin que aumentaran las plantillas encargadas de su mantenimiento. El alcalde socialista Juan Alberto Belloch, más interesado en los crucifijos y el incienso que en las causas obreras, se lava las manos como Pilatos. ¿Y cuál es la actitud de sus socios? Ante nuestra sorpresa, tristeza y decepción, compartir la pastilla de jabón con el que enjuaga su cinismo el regidor. ¿Esquizofrenia? Al ser interpelados a este respecto, la respuesta no puede ser más desoladora:. Prefieren mantener el frágil equilibrio del tripartito a costa de renunciar a su compromiso con la clase trabajadora. En sus manos está rescindir la contrata a FCC y salvaguardar el ideario por el que dicen definirse. Sin embargo, al contrario que en la huelga de las limpiezas sanitarias, prefieren ver los toros desde la barrera (del poder) y no tirarse al ruedo donde descabellan al proletariado. Y perdón por el símil taurino pero, hasta el bombero torero, demuestra más agallas que los presuntos representantes de la izquierda aragonesa.
A diferencia del alcalde y sus mariachis, soy poco dada a los actos religiosos y las citas bíblicas. No obstante, hay una que viene al pelo de este circo: Lo que hicierais a uno de estos, por pequeños que sean, a mí me lo hicierais. Puede que ahora, los trabajadores de parques y jardines no encuentren el apoyo que debieran en las fuerzas progresistas. Pero no están solos. Nosotr@s no olvidamos ni ponemos la otra mejilla. No somos tan buenos cristianos como los pobladores de este extravagante ayuntamiento aconfesional, Apoyaremos su lucha y también  la de los trabajadores de AUZSA  y HP . Y no perdonaremos en las urnas a quienes traicionan a la clase trabajadora. Personalmente, prefiero votar a la coalición animalista. Hasta la mona Chita podría ser mejor alcalde o concejal. Probablemente su criterio, sería más humano y consecuente .Y al menos, su íntegra desnudez, evitaría que se cambiara de chaqueta. 

A POR LA REFORMA PATRONAL

A POR LA REFORMA PATRONAL
El presidente de la CEOE, Juan Rosell, salió en defensa del reelegido líder de la patronal madrileña Arturo Fernández con una argumentación que a servidora, vera usted, no le acaba de cuadrar. Según Rosell, las leyes son demasiado enrevesadas y cualquiera nos podemos meter en líos sin enterarnos. ¡Pobre don Arturo! ¿Cómo iba a pensar que no pagar la seguridad social de sus trabajadores era un pelín ilegal? La legislación es terriblemente confusa a este respecto. Al menos para los empresarios chorizos que se devanan los sesos intentando burlarla. Aunque sería deseable que quien representa al colectivo de empresarios madrileños tuviera una interpretación meridiana de la legislación laboral. Amén de un mínimo de honestidad y una trayectoria profesional intachable. Estar acusado de fraude a la seguridad social y una imputación en el caso Bankia no parecen las mejores credenciales.
Pero ahí está Díaz-Ferrán que (pese a haber dado con sus mullidos huesos en la cárcel por una buena suma de delitos) representó a la patronal nacional, empujó las reformas laborales y se permitió el lujo de anunciar a los "curritos" que había llegado el momento de trabajar más cobrando menos.
Si las cabezas visibles de los empresarios españoles cuentan con semejante pedigrée , ¿qué podemos esperar del resto que les ha elegido?
Lo cual me lleva a pensar que, quizás, lo que de verdad necesita este país es una drástica reforma patronal. 
Multas, señor Rosell tenemos todos, es cierto. Algunos por defender los derechos laborales que ustedes, con el contubernio del gobierno, han hecho pedazos. Y no es porque no entendamos las leyes que presuntamente quebrantamos. No somos tan idiotas. Es porque son normas injustas diseñadas "ad hoc" para el lucro personal de patrones como los dirigentes de sus organizaciones. Pero no todos estafamos, defraudamos o somos el presidente de los empresarios madrileños.
Alegar el desconocimiento de la ley, más siendo esta tan obvia, no te exime de la falta. Solo evidencia que eres un inepto o un cínico canalla. Yo apunto por ambas cosas.
Cuando Rosell indica la conveniencia de simplificar las leyes lo que en realidad quiere decir es que deben ser más flexibles que una goma elástica para que puedan saltárselas a la torera. Yo soy más de simplificar la cúpula de la patronal pagándoles unas largas vacaciones en Soto del Real a todos los defraudadores y chanchulleros que la frecuentan.
Allí, en compañía de Ferrán, podrán montar otra organización más acorde con su verdadera naturaleza depredadora. Alguna mafia carcelaria de la que serán, no tengan dudas, los putos kies de la trena. Experiencia no les falta.

SANGRE OBRERA

SANGRE OBRERA A la vez que el ayuntamiento madrileño y las empresas de limpieza continúan su vampírica danza alrededor de los trabajadores en huelga, estos últimos han hecho una donación masiva de su sangre en agradecimiento al apoyo social recibido. Y es que este conflicto (como lo el de los autobuses zaragozanos o el de tantos otros colectivos que nos hemos visto obligados a ponernos en pie de guerra para defender nuestros puestos de trabajo) tiene mucho que ver con el valor de la proletaria hemoglobina. La oligarquía siempre ha necesitado libar de esa sangre obrera para conseguir acumular poder y fortuna. La lucha de clases no es un concepto nuevo aunque, tras décadas y décadas de pelear duramente para minorar la sangría patronal, se establecieron contratos y conquistas sociales que creímos que durarían para siempre. Pero se inventaron una crisis. Nadie me saca del coco que algún mago neocon se la sacó de un sombrero y a sus amiguitos, lo que se conoce por la élite financiera, se les afilaron los colmillos. Sintieron la llamada de esa sangre obrera, latiendo atemorizada por el desempleo y la precariedad, que se entregaría hipnóticamente a sus mordiscos. Y así nos tienen a todos los trabajadores, sunsidicos como un pellejo de vino. Sin embargo, algunos reaccionan. Han decidido, como los compañeros madrileños o los zaragozanos, hacer bullir la sangre obrera que corre por sus orgullosas venas. Plantar cara a una masacre laboral provocada, en ambos casos, por un combinado de ineptitud, posicionamiento ideológico e incluso oscuros intereses de los respectivos ayuntamientos. No es lo que se lleva. Incluso, entre algunos ciudadanos tiene mala prensa resistir al holocausto colectivo si a ellos les ocasiona la más mínima molestia. Esos no tienen sangre. O será que no les llega hasta el cerebro. Con un poco de suerte ,alguno recibirá la que han donado generosamente los huelguistas madrileños. ¿Quién sabe? A lo mejor, la misma Ana Botella o el alcalde Belloch, podrían disfrutar en un futuro una transfusión de denominación obrera. Aunque yo los veo más sangrientamente compatibles con las empresas que subcontratan. Con nuestra encabronada sangre fluyendo en su organismo, lo más leve, una urticaria. De ahí "pá" arriba. ¡Salud y viva la lucha obrera!

MONTAÑAS DE BASURA

MONTAÑAS DE BASURA
La huelga de limpieza en Madrid es un típico ejemplo de los conflictos laborales que tienen su origen en la privatización de los servicios públicos. A una pésima gestión del alcalde Gallardón ,que dejó una deuda multimillonaria a la ciudad, siguió la de Ana Botella, cuya especialidad es el recorte a tajo libre en las prestaciones básicas para los madrileños.
 Como resultado de tanta ruina y despropósito, el ayuntamiento de la sra. Botella se inventó una cosa que denominaron "contrato integral" para abaratar  un 27% el servicio de limpieza y jardinería de la ciudad. Curiosamente, dicho contrato cayó en manos de empresas archi-conocidas por su afinidad a los círculos del actual poder tales como Cespa (Ferrovial), Valoriza (de Sacyr), OHL y FCC-Alfonso Benítez . Más papistas que el propio papa (o mamá Botella) las empresas adjudicatarias vieron ese 27 y añadieron un 19% más de recorte por cuenta propia. Eso sí, para que les cuadre el círculo de su diabólico ahorro, tienen que despedir a 1.144 trabajadores e imponer una brutal bajada de sueldos para el resto.
Hasta aquí, no creo que nadie tenga dudas de que estamos hablando de basura. Montañas de humeante basura de ineptitud, irresponsabilidad y ánimo de lucro que reducirán el cuidado y la limpieza de la capital de España a un estercolero. Pero que además suponen la precariedad o la pérdida del empleo para un gran colectivo de trabajadores solo para que, los de siempre, se forren, como siempre, con pasta del erario público. Una estafa repetida que es insostenible desde cualquier punto de vista, especialmente desde el económico. Por lo que deduzco que solo puede ser un pestilente efluvio de algún muladar ideológico. Pero aún hay más basura. La de esa ciudadanía respetable, valedora de sus derechos como contribuyente, que crítica ferozmente la lícita lucha de estos trabajadores en huelga. "Que la hagan, pero sin perjudicar a nadie"- repiten indignadísimos los muy tarugos. Y lo digo sin respeto alguno. Porque hace falta ser corto para no entender que las huelgas van de esto, de causar molestias que indignen a la respetable ciudadanía. Entonces, si la ciudadanía es inteligente, dirigirá esa indignación hacia quien verdaderamente la merece, No hacia los trabajadores que pelean por sus derechos y su empleo. Una ciudadanía inteligente identificaría muy bien de donde procede el olor a chamusquina que apesta verdaderamente el aire que respiran. Y sobre todo, una ciudadanía inteligente intentaría tener desinfestada su alcaldía. Si dejamos que se nos acumule dentro la basura, hasta los consistorios más capitalinos se pueden llenar de ratas.

NI UN EURO PARA DÍAZ-FERRÁN

NI UN EURO PARA DÍAZ-FERRÁN El abogado de Díaz-Ferrán  solicita al juez que se le asigne al reo una cantidad de dinero mensual para comida y útiles de aseo. ¡No somos nada! Al parecer el ex-presidente de la patronal pasa hambre y no tiene ni un tubo de dentífrico que echarse a los dientes. ¿Qué pasó con los 88 millones de euros en los que se valoraba su patrimonio? Más de veinte propiedades que incluían fincas, pisos, gasolineras, locales comerciales, garajes y hasta un par de apartamentos en Nueva York. ¿Se volatizaron? Igual sucedió lo mismo que con los sueldos que dejó de pagar a sus trabajadores: ¡Zas! Desaparecieron como en un mal truco de magia. Pero las cosas no desaparecen por sí solas, normalmente, alguien las oculta o cambia la titularidad para esconderlas. El caso es que el pobre hombre no tiene ni para una lata de atún en el economato de la cárcel. Sin embargo, y a riesgo de que me llamen desalmada, no pienso colaborar en ninguna colecta para alimentar o asear a don Gerardo. Será que todavía atrona en mis oídos la cantinela que dedicaba a la clase trabajadora cuando aún era el mandamás de la CEOE: Hay que trabajar más y cobrar menos. En el caso de sus empleados, incluso no cobrar nada de nada. Desde su atalaya, creyéndose a salvo de las miserias que recetaba al proletariado, la palabra compasión no existía en su vocabulario. Pero ahora, tras las rejas, intenta conmover nuestros corazoncitos con su presunta precariedad carcelaria. Sí, la cárcel no se parece nada a la estensa hacienda El Alamín donde reposaba de su truculenta vida como empresario y cabeza visible de la CEOE. Es mucho más recogidita y más austera. Aunque no tan austera como resulta la vida de muchos españoles acorralados por el paro y la precariedad laboral. Al menos allí, en la cárcel, se puede comer todos los días. Y por lo de lavarse, ¡bah!, a estas alturas, la costra de porquería que recubre su conciencia no se quita ni siquiera con trilita. Por mi parte, ni un euro para Díaz-Ferrán. Que haga la dieta penitenciaria de la alcachofa y ya verá que buen tipín se le queda. Sin rencores ¿eh?

ARRASTRAR LA DURA CADENA

ARRASTRAR LA DURA CADENA Estos tíos de la patronal son unos cachondos. Cada vez que abren la boca, sube la edad de jubilación. Ahora dicen que no deberíamos hacerlo antes de los 70. Al mes que viene, o a primeros de año, sugerirán que no lo hagamos antes de los 75 o los 80. O mejor aún, que seamos considerados y muramos cotizando como manda el catecismo del perfecto esclavo neocon. A una le da por pensar y comparar situaciones. 70 años de edad y 40 cotizados para poder jubilarse, ¿Se trata de algún tipo de doctrina Parot que atañe exclusivamente a la clase trabajadora? ¿Cuáles y cuán graves son nuestros crímenes para que ningún tribunal internacional nos conceda un poco de justicia? Gordos deben de ser. Porque la cadena que pretenden que arrastremos empieza a extenderse hacia la perpetuidad. Cadena perpetua para el proletariado. Pero eso sí, con despido libre como guinda de excitante sadismo añadido al hermoso pastel. Sería el orgasmo perfecto para nuestra carroñera patronal. Lo que persiguen con encono desde mucho antes de la crisis y que ahora, amparándose en ella, pueden acariciar con las yemas de los dedos: la esclavitud en estado salvaje. Personalmente, siento la presión de la gruesa cadena alrededor de mi cuello. Y me dan ganas de ahogarme aunque solo sea para "chingarles" el plan. A mi enferma cabecita vienen imágenes similares a las de esa genial película de los Monty Python, la vida de Brian. Antes eutanasiarme ante la sanguinaria CEOE que aceptar su perpetua. Como el escuadrón suicida pero en comandos colectivos de clase obrera. Si escogiéramos muerte,  ¿quién trabajaría entonces?, ¿los ricos? El plan es imperfecto, lo reconozco, tiene lagunas. Aunque un efecto similar (sin tener recurrir a la autoinmolación masiva de trabajadores) se podría conseguir con una huelga general indefinida que hiciera salir a los patronos de su éxtasis afrodisíaco. Motivos tenemos de sobra. Lo que nos falta averiguar es si tenemos agallas para mandar al cuerno las cadenas que estos esclavistas engrasan para todos nosotros y para nuestros hijos. Básicamente, decidir si queremos ser carne de yugo o mujeres y hombres libres. Así de sencillo.

CON LA CABEZA ALTA

CON LA CABEZA ALTA
Durante los 49 días que ha durado la huelga de las limpiezas sanitarias de Aragón, las trabajadoras hemos experimentado una metamorfosis prodigiosa. Nos desprendimos de ese terror difuso con el que se paraliza ahora la voluntad de las personas para pasar a pelear corajudamente por nuestro destino. De humildes limpiadoras a guerrilleras por suerte de una conciencia de clase colectiva que se nos apoderó sin saber cómo. Han sido tantas las muestras de valor y dignidad del colectivo que esta historia merecía un buen final. Un desenlace justo. Y aunque algunas de nuestras reivindicaciones han quedado en el camino, lo hemos conseguido. Luchamos todas juntas, hombro con hombro, contra la miseria de una reforma laboral que ya nos mordía los tobillos. Contra el ninguneo institucional y la avaricia de una patronal eternamente insatisfecha. Forzamos una unidad sindical imprescindible y las decisiones se sometieron al escrutinio de la asamblea, la única soberanía que algunos reconocemos. A lo largo del recorrido, la fuerza de las limpiadoras fue desbrozando un camino de minas y de trampas. Era una batalla desigual, en un principio. Pero al grito de, ¡Ni un paso atrás! las deslavazadas huestes organizamos un pequeño ejército de resistencia contra la explotación que pensaban imponernos.
Es verdad que no se han alcanzado el 100% de los objetivos trazados. Pero se ha logrado un buen acuerdo que protege el empleo y otras condiciones sustanciales como el salario y la jornada. Unas garantías esenciales que no pueden entenderse de otra forma, en el escenario ultraliberal que nos asola, que como una gran victoria. Pero también como un punto de inflexión a partir del que hay que seguir trabajando en beneficio del sector.
Al final, pudimos quebrar la pata de esa reforma que quería aplastar nuestros derechos. (Aunque no puedo negar que nos hubiera gustado más romperle el cuello). La lección moral que ha impartido este colectivo es, ya de por sí, un maravilloso triunfo. La solidaridad y el apoyo social que nos han regalado, un tesoro incalculable. Personalmente, solo puedo manifestar el orgullo que me produce pertenecer a un gremio que, pese a que los enemigos eran poderosos, no ha reblado en la defensa de lo que creía justo.
Que a nadie le quede un resquemor amargo porque, como prometimos hacer, salimos de esto con la cabeza muy, muy alta. Salvaguardando la supervivencia de más de mil familias cara al vacío legal en el que se encontrarán muchos trabajadores estos días. Nos hemos ganado el respeto de los que nos despreciaban y pretendían explotarnos. Sembrado un vigoroso germen que podremos aprovechar en el futuro. No hay que olvidar que la lucha obrera nunca acaba.
En el transcurso de esta odisea nos han definido como heroínas o guerreras. Pero somos mucho más: Trabajadores/as que han decidido tomar las riendas de su destino. Hombres y mujeres libres que hemos aprendido a doblegar el miedo. La mas grande de todas las victorias.

REMATADAMENTE CUERDAS

REMATADAMENTE CUERDAS
Puede parecer triste pero, para salir de la idiocia borreguil, no hay nada más eficaz que un zarpazo de esos que la vida tiene a bien administrarnos. La vida o un gobierno neocon dispuesto a devolver a los obreros al que consideran su nicho antropológico natural, la semi-esclavitud. Cuando el trabajador siente en sus carnes la infame mordida de la reforma laboral, un ataque de lucidez le arrebata la consciencia hasta causar un dolor insoportable. Un electroshock emocional que te reintegra a una realidad que te negabas a aceptar. Al salir de la catatonia, se ha materializado un escenario espeluznante. La lucha de clases vuelve a tener vigencia, casi como en el siglo diecinueve. Y el proletariado, que se había diluido entre las amapolas opiáceas de la sociedad de bienestar, se reconoce de nuevo en un espejo cóncavo que le devuelve un reflejo de explotación y miseria. Ante semejante panorama, cada uno es cada quién y sube las escaleras como puede. Pero puestos a escoger (como diría el amigo Joan Manuel) algunos elegimos estar rematadamente cuerdos. Para que me entiendan, ponernos las plumas de los indios y recuperar las trasnochadas barricadas. Con cuarenta días de huelga a las espaldas, las limpiadoras de la sanidad aragonesa seguimos estando rematadamente cuerdas. El bocado de la bestia nos ha despertado del efecto adormidera. Hemos tomado consciencia, dolorosa pero consciencia al cabo. Solo pedíamos un poco de respeto. Pero a la patronal le bulle la sangre latiguera por las venas y no está para delicadezas. Se lo han puesto en bandeja. Y sobre la bandeja, están nuestras estupefactas cabezas proletarias. Aunque hay cabezas cortadas muy impertinentes que siguen lanzando airadas dentelladas. Es lo que tiene estar cuerdo. Recuperar la cabeza justo después de ser decapitado.. que te quita presión, te libera del miedo. ¿Contarán con esto los autores intelectuales de la guillotina de la clase trabajadora? Me dirijo a ustedes, señoras y señores del gobierno, ¿Han valorado lo peligroso que puede ser que, ante tanta injusticia, se nos pueda ir la olla? ¿Que nos de por ser conscientes y nos volvamos rematadamente locos? ¿No les da un poco de yuyu por lo menos, (ya que han demostrado que no tienen vergüenza)?