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NI PARA COGER IMPULSO

NI PARA COGER IMPULSO

 Las movilizaciones convocadas por los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, en defensa de las pensiones tienen más de impostura que de una contundente respuesta proporcional al ataque que está sufriendo la clase trabajadora. Su pataleta contestataria trata de ocultar, con escaso éxito, años y años de negociaciones cuyo resultado han sido recortes en el gasto social del Estado y el deterioro de las pensiones. Por un lado, tratan de responder a la alarma social que ha suscitado la propuesta en el retraso de la edad de jubilación. Mientras que, por la gatera, se escurren para pactar con la patronal una cuasi congelación de los sueldos que asegure que, la carga de la crisis, recaiga sobre las espaldas de los asalariados. Hay que tener contentos a los amos y una huelga general supondría un desafío torero en el que andan desentrenadas estas centrales sindicales. Por dar ideas, se me ocurren varias cosas que serían proposiciones más coherentes desde mi óptica de currito de a pié: Combatir el fraude fiscal, financiar la caja de las pensiones con impuestos como se hace con la Casa Real, perseguir la evasión de capitales en el que la patronal es tan diestra, acabar con las exenciones a los salarios altos, incrementar los impuestos a las empresas y obligarles a revertir parte de sus ganancias en empleo, reducir la jornada laboral y adelantar la edad de jubilación para dejar el campo libre a nuevos trabajadores, invertir en gasto social y en políticas de natalidad...En resumen, actuar como auténticos sindicalistas defensores de las víctimas del neoliberalismo y no como cómplices de los ejecutores. Mientras no se haga un criba de responsabilidades entre los autores intelectuales y financieros de esta crisis, resulta inmoral pedirnos resignación y sacrificios a los trabajadores. No es momento para paños calientes ni medias tintas. La histórica lucha por nuestros derechos está hoy más amenazada que nunca. Dar un paso atrás, en cualquiera de los logros conseguidos, no solo es una equivocación. Supone una traición a las décadas de contienda, a costa de sangre sudor y lágrimas, por la dignidad del proletariado.

Publicado en Público el 26 de febrero del 2010

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