ESTRATEGIAS NEOCON
Me cuesta trabajo, en este mundo extraño donde casi nada es lo que parece o lo que debería ser, sustraerme al delirio paranoico, de imaginar mil y una teorías sobre conspiraciones universales que manejan desde la trastienda los auténticos hilos del planeta. Política, trabajo, justicia, son solo conceptos cuyos contenidos son susceptibles de ser modificados en función de los objetivos que se marquen los flujos del dinero. El auténtico poder es, como lo ha sido desde siempre, el que detentan los dueños de la pasta.
Las batallas que antaño se resolvían a cañonazo limpio, ahora se debaten en la arena financiera y las víctimas de estas masacres del mundo de los negocios, los trabajadores, alimentan la codiciosa maquinaria de sus amos para luego ser regurgitados y engrosar las bien nutridas filas del paro.
Porque no me dirán que no huele a contubernio, y de los gordos, la flemática reacción de Magna ante la negativa a vender de la General Motors. Magna ha negociado, a cara de perro con los trabajadores de Opel-Figueruelas, unas condiciones sangrantes para la sociedad aragonesa. Ha extenuado a los sindicatos para conseguir doblegarlos a sus objetivos y ahora, se los entrega en bandeja cautivos y desarmados, a la multinacional norteamericana. Sus planteamientos no aminorarán los despidos ni la incertidumbre de la planta zaragozana, pero el trabajo sucio ya está hecho y GM aparece como un mal menor ante los desmoralizados ojos de la plantilla. El presidente de Magna, Sigfried Wolf, apenas ha arrugado el entrecejo y "comprende" que el mundo de los negocios es así. Así de sucio, tramposo y descarnado como me lo imagino yo cuando entro en una de mis crisis conspirativas y los demás me dicen que solo veo fantasmas.
Publicado en Heraldo de Aragón el 9 de noviembre del 2009 y en el Periódico de Aragón el día 14
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