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Defensa del laicismo

LA GRACIA DE DIOS

LA GRACIA DE DIOS

Si es cierto eso de que dios inspira las palabras del Pontífice y de su corte cardenalicia, entonces va a resultar que el creador es un cachondo. Un cómico provocador, a lo Leo Bassi, pero que prefiere que sean otros los que suelten las bufonadas mientras él se parte la caja observando las reacciones de sus gracietas desde un recóndito rincón del éter inmortal. No me dirán que no es un cantazo escuchar a Rouco Varela, al obispo de Córdoba o al de Granada, pertrechados de sus travestidas indumentarias con complementos morados, desarrollar monologos surrealistas sobre hipotéticas conspiraciones u otras teorías disparatadas. Saben aquel que diu... Que la UNESCO tiene un plan para que la mitad de la población del mundo sea homosexual en el 2020. Lo que no me queda tan claro es como piensan  hacerlo, si echándonos "drojas" en el colacao o a través de ondas electromagnéticas que alteren aleatoriamente nuestra tendencia sexual. Y otra duda, ¿con qué objeto? A lo mejor es una estrategia para reducir la población mundial y, en ese caso, ¡bendito sea el plan! ¿O solo son ganas de enmendarle la plana al Altísimo? Ya saben que la plaga del agresivo laicismo es la peor de las epidemias sociales. Más que el paro según monseñor Varela. Por cierto, ¿habrán reparado los obispos en que el número de abortos ha descendido gracias a la libertad para conseguir algunos métodos contraceptivos? ¡Ah, claro! que ellos no quieren que sus fieles eviten los embarazos. Predican una sexualidad dedicada exclusivamente a procrear. A llenar el planeta de criaturas de futuro incierto que sigan formando parte de las macabras bromas que gastan en su celestial club de la comedia. Lo de menos es que no tengan trabajo ni un lugar digno para vivir. Mientras se dobleguen al retorcido humor de su iglesia y renuncien a la razón y a la libertad, su jefe les promete un lugar a su derecha en el paraíso.  ¿Tiene o no tiene guasa el tío?

Publicado en Público, la Tribuna Libre de El Plural y Periódico de Aragón

ORGULLO ANIMAL

ORGULLO ANIMAL

Benedicto XVI dijo hace poco que España era una viña devastada por los jabalíes de laicismo. Bonita metáfora que, pese a su intención, esconde un halago involuntario. Considero que es mi parte animal, la de la bestia que evoluciona a fuerza de instrumentalizar la razón, la que se amotina con más brio contra la manipulación de los que dicen gobernar un mundo mágico y espiritual. ¿Pensaba Ratzinger que nos ofendería? ¿No resulta lógico revolverse, como un jabalí herido, contra los que pretenden someter nuestra auténtica naturaleza a sus devaneos sobrenaturales?
 
Como animal orgulloso y feroz. Así quiero que me entiendan los integristas católicos que se lanzan a la reconquista de este país que, a su criterio, está siendo maltratado por un laicismo agresivo. Pero analicemos esta acusación: Los representantes del reino de los cielos no se conforman con su imperio ultraterrenal. Quieren llevar las riendas de la sociedad y para ello se zambullen impíamente en las procelosas aguas de la política o dicen disparates en tertulias televisivas de sus lobbys mediáticos. Desdeñan el hecho de que el nuestro sea un estado plural donde, muchos credos y un muy respetable laicismo, estamos obligados a entendernos. Son ellos quienes rompen las reglas e insultan a las mujeres soltando perlas como la del obispo de Alcalá sobre la menor incidencia de violencia en los matrimonios católicos. Dato que, además de ser falso, resulta bastante cínico viniendo de uno de los portavoces de la institución religiosa que más empeño ha mostrado en someter a la mujer desde el principio de su historia. Aconsejándole que "aguante" las consagradas ostias que le propina su católico marido y cercenando sus libertades de ser humano. Durante mucho tiempo incluso nos negaron el derecho a tener alma. Bien, porque yo no la quiero. Prefiero seguir siendo una fiera montaraz el resto de mi vida, antes que aceptar la eternidad que me prometen si me resigno al yugo de su doctrina. Algunos animales escogemos la dignidad a la vida eterna.
Sobre todo cuando nos da por pensar un poco.

Publicado en El Periódico de Aragón

LA OPOSICIÓN LEAL

LA OPOSICIÓN LEAL

Comparto la idea de que las religiones son como una venda que oprime el sentido común hasta estrangularlo. No obstante, creo en la libertad de expresión hasta para aquellas personas cuyas ideas me irritan. Entiendo que el laicismo es la oposición leal, desde la razón y la defensa de la pluralidad de pensamiento, a todos esos dioses que predican la demencias colectiva. Es la defensa de los intereses y libertades del pueblo frente al negocio que "la venda" proporciona a estas instituciones espirituales. El art. 16.3 de la constitución española dice que ninguna religión tendrá carácter estatal. Lo que reclama el movimiento laico, la separación Iglesia-Estado, es ley según las normas dictadas por nuestra propia constitución. Recientemente MHUEL ha manifestado su oposición a que se construya una tercera capilla católica en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
Y en contra de las versiones que explican esta postura desde el ateísmo radical del rojerío de quemaconventos locales, lo que esta organización está haciendo solo tiene una lectura: Intentan que no se quebrante la norma constitucional. Actúan como abogado del pueblo, no del diablo como dicen por ahí, para evitar el trasvase de los escasos cuartos de la caja pública al material y tangible patrimonio de la Iglesia Católica. Ni de ninguna otra porque, siguiendo el hilo argumental de los que defienden esta iniciativa para dar apoyo espiritual a los enfermos, deberíamos atender el reclamo que podrían hacer otros cultos que, de manera ilegal, quedan discriminados puesto que no se piensan habilitar sinagogas o mezquitas. El laicismo defiende la libertad religiosa pero debidamente separada de lo público, tanto en la financiación  como en la imposición de símbolos en los espacios comunes. Y aunque servidora, como Bakunin, es una de esas que se rebelan a la idea de ser una bestia eterna postrada a cuatro patas ante su creador, respeto sinceramente que otros decidan hacerlo. Pero entonces ya me disculparán que tome partido por esa oposición leal que representa MHUEL y que ejerza mis derechos constitucionales intentando que por fin se cumpla lo que tantos años lleva legislado.

Publicado en HERALDO DE ARAGÓN

HUMOR LAICO (Dave Allen)

LOS ERRORES DE DIOS

LOS ERRORES DE DIOS

Se me ha caído un mito. Ahora resulta que dios ya no es infalible y que también mete la pata. O el Supremo Hacedor no le cuenta al Papa las cosas en condiciones o es que Ratzinger nos mentía cuando decía que nos transmitía sus divinas palabras. Lo digo por lo de los preservativos, ese gesto aperturista que huele a rancia represión marinada con un profundo hedor a hipocresía. Según nos dijo el Pontífice otrora, dios le habló y le previno sobre su uso. Por eso el tío le echó bemoles y se lanzó por todo el continente africano, donde más virulentamente se extiende la pandemia del sida, a pedir a los católicos que no usaran profilácticos. Se lo pidió dios y no pudo negarse porque sino a ver quién, en su sano juicio, puede ir predicando una insensatez de ese calibre que ha tenido tan alto coste en vidas humanas. El dios colérico e intolerante que representa Benedicto XVI es como el que aparece en los Antiguos Testamentos: Caprichoso, cruel e irresponsable sobre su creación. Lo mismo te pide que les digas a los africanos que no usen preservativos que se le antoja que sacrifiques a un hijo para que le demuestres tu amor. Por eso ya me disculparán mi laicismo beligerante que, aunque respetuoso con las creencias ajenas, se enardece cuando ve estas maniobras estéticas de la secta vaticana. Si quieren sobrevivir como Iglesia deberían echar una ojeada a los Nuevos Testamentos. Es una versión de un dios misericorde al que le conmueve el sufrimiento de los humanos. Pero parece que a la línea dura de esta religión, la dominante, les va más el rollo de los diluvios ejemplares y de convertir en estatuas de sal a los sodomitas, a todos menos a los propios se entiende. O cualquier tipo de plaga o virus de inmunodeficiencia con el que el creador tenga a bien castigarnos por nuestros pecados. Si dios es amor, como nos han contado, no puede ser el tipo que susurra cosas en la cabeza del Papa. Que se lo haga mirar. La mayoría de los que oyen voces no lo hacen debido a un fenómeno paranormal. La única diferencia es que los otros, los enajenados oficiales, no tienen tanto poder para difundir los delirios que almacenan. Y sus errores tampoco tienen tan dramáticas consecuencias.

Publicada en Público

CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE

CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE

Parece que el Gobierno va a dar luz verde a una ley  que garantice el derecho a la muerte digna. No se han atrevido con la eutanasia, a pesar del apoyo popular con el que contarían, y el tema se va a resumir a unos cuidados paliativos que aseguren al moribundo un trance sin demasiado sufrimiento. El lastre ultracatólico les impide dar un paso valiente hacia adelante. Como en toda la vida política de este peculiar Estado Aconfesional, la religión dominante define de los límites de los derechos y libertades de los ciudadanos. La ley llega un poco tarde para algunos como el doctor Montes y su equipo. Pagaron con su empleo y se convirtieron en muñecos del pim-pam-pum del circo mediático conservador por el execrable crimen de no dejar morir a sus pacientes como perros rabiosos. ¿Han presenciado la agonía de un enfermo terminal de cáncer de estómago? Yo sí. Y no creo que sea de buen cristiano permitir que nadie padezca un calvario innecesario. Dicen que el propio Jesús pidió a su padre que le apartará ese cáliz de dolor pero su progenitor, más partidario del integrismo Rouco Vareliano, no tuvo corazón para escucharle.
Pues escuchen ustedes, señores del nacionalcatolicismo, ya que no parecen interesados en mejorar nuestra vida dejen que escojamos al menos sobre nuestra muerte. Ni las enormes desigualdades sociales ni las terribles injusticias que el sistema impone a las personas, conmueven los corazones de los fundamentalistas. Como su dios, se inhiben de nuestro dolor empecinados en imponer sus desnaturalizadas normas. La Iglesia Católica posee un historial de alianzas con dictadores y regímenes totalitarios que han mostrado un desprecio absoluto por la vida de la gente. Se han posicionado junto a fascistas trístemente celebres y bendecido sus tropas de exterminio. Los que insultan al doctor Montes, o al movimiento laico, llamándolos nazis olvidan que Franco, Hitler Y Mussolini eran católicos y contaron con la complicidad de su credo. ¿En nombre de qué clase de moral vienen ahora a decirnos cómo debemos morir? 

Publicada en Periódico de Aragón

Dawkins responde al Papa por comparar ateísmo y nazismo

SANTIFICATION PARTY

EU NOM TE ESPERO (Series Andalán)

EU NOM TE ESPERO (Series Andalán)
www.andalan.es/?p=3294 

LAICISMO PARA LA CONVIVENCIA

LAICISMO PARA LA CONVIVENCIA

Tocan a rebato, de nuevo, las campanas que convocan a la guerra santa. ¡Al moro, al moro!, azuzan los modernos torquemadas. La extrema derecha ha elegido su chivo expiatorio. Su pasaporte hacia el odio para las masas. Ese sentimiento que nace de la frustración de un pueblo y que, bien adulterado, se convierte en un vehículo político a cuyo volante solo pueden sentarse conductores sociópatas y destructores en masa. La Iglesia Católica, siempre solícita a los intereses de la ultraderecha nacional y viceversa, ya parece estar desplegando los pendones. Con esa nostalgia de antaño, cuando su organización lideró  la matanza y expulsión de los que consideraban "infieles", despojándoles de todas sus posesiones de paso. Sin complejos para negar la historia o tergiversarla siempre que lo consideran necesario. Como este Obispo de Córdoba, empeñado en que llamen Catedral a lo que el mundo entero conoce como Mezquita. Porque nadie puede negar que la sugerente belleza de su origen musulmán es la esencia de su reclamo. Son sus alminares lo que la gente se guarda en el recuerdo y no la posterior aportación cristiana a su arquitectura.
No podemos negar nuestra historia señor Obispo. Los ochocientos años que los musulmanes compartieron nuestro territorio supusieron el periodo de mayor florecimiento cultural, artístico y científico para las tribus de amedrentados cristianos que poblaban estas tierras. Se desarrolló la medicina, la enseñanza, el pensamiento filosófico, la poesía y , en general, todo lo relacionado con el arte y las ciencias.  Ignorar este periodo y su influjo es como renegar de lo que hoy somos. Pero me temo que el conflicto con la denominación del templo, justo en este momento, tiene un cariz que va más allá de una cuestión de protagonismo religioso por parte del Obispado. La Iglesia cabalga de nuevo al lomo del caballo de los fascistoides. Atiende obediente a su llamado, como tiene por costumbre en estos lares. Así que van a por el moro a su manera sibilina. ¿Qué será lo próximo? ¿Llamar archidiócesis a La Alhambra? ¿Convocar a una cruzada anti-islámica a la cristiandad? ¿Necesitamos, o no, con urgencia un Estado Laico ¡ya!?

ESTABA DE PARRANDA

ESTABA DE PARRANDA

Me sabe mal contradecir a un prestigioso científico como Hawking pero, en vista de sus categóricas conclusiones sobre la inexistencia de dios, no me ha dejado más remedio. Querido Stephen, es probable que haya desestimado otra posibilidad muy plausible sobre la incomparecencia de dios en la creación del mundo: Ese día, como ocurre siempre que acontecen otras situaciones cruciales para la humanidad, el demiurgo andaba de parranda. Y es muy comprensible si verdaderamente compartimos imagen y semejanza con él. Como un niño grande y caprichoso, se aburrió de su juguete incluso mucho antes de ponerlo a funcionar. La idea de la Creación le causó gran alborozo y expectación al principio. Pero una eternidad siempre es demasiado tiempo y es difícil mantener el interés indefinidamente por nada ni por nadie. Así que, de vez en cuando, se corre una juerguecita celestial y nos abandona a nuestra suerte o, mayormente, a nuestra desgracia. Ha sido igual desde el principio. Primero dejó que nos formáramos de la nada absoluta. Sin darnos ninguna substancia, ninguna enjundia material con la que enriquecer el producto. Para después, siempre que no complacemos sus designios de todopoderoso y cruel infante, castigarnos con esta o aquella plaga o simplemente arrojarnos desdeñoso a la papelera del olvido. Y como su nivel de inmoralidad, proporcionalmente hablando, es infinítamente superior al de sus pobres juguetes, no le importa que aprovechando sus frecuentes ausencias nos estemos cargando la vida y hasta el envoltorio. Está aburrido de nosotros porque no podemos sorprenderlo. Nuestra avaricia, estupidez e iniquidad no le son ajenas. Al fin y al cabo, estamos inspirados en su naturaleza como modelo. En un personaje ocioso y antojadizo, incapacitado para los compromisos a largo plazo. Osea que no me lo haga pasar por muerto o desaparecido señor Hawking. Yo lo prefiero vivito y coleando. Por lo menos, si creo tenerlo enfrente como responsable último de nuestra condición miserable, la carga moral se me diluye bastante. Atribuirle nuestra culpa, me relaja mucho la presión sobre esa incómoda cosa denominada conciencia. La única de nuestras cualidades que, para mantenerla a salvo, debemos poner a buen recaudo de los maniqueos desvaríos del Ser Supremo.

LAICISTAS DE CORAZÓN ILUSTRADO

LAICISTAS DE CORAZÓN ILUSTRADO

Por lo visto,el laicismo empezó a cocinarse como corriente ideológica allá por el s.XIV, con el humanismo desarrollándose en pleno Renacimiento italiano. El  Humanismo pretendía recuperar todos los saberes dignos del hombre libre, frente al dogmatismo cerrado de la teología. En realidad se trataba de una pugna intelectual por defender el derecho de los seres humanos a ampliar sus conocimientos más allá de los rígidos corsets impuestos por la religión. Después vinieron la Ilustración y la Revolución Francesa y algunos hombres,  filántropos vocacionales, trataron de aportar luz a las tinieblas espirituales imponiendo el uso de la razón.
 Los "Ilustrados" pensaban que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. Yo, aunque ni soy ilustre ni muy ilustrada, pienso lo mismo. Por eso no puedo entender que el Estado Español del tercer milenio tenga problemas para sacar adelante una ley de Libertad Religiosa que garantice que los padres puedan educar libremente a sus hijos en cualquiera de las religiones o en ninguna de ellas . Y evitar la presión ideológica eliminando los símbolos religiosos de los espacios públicos, actos oficiales y en definitiva a todo lo que afecta y pertenece a la totalidad de los ciudadanos.
Es posible que, en el último momento, el gobierno dé un quiebro electoralista y saque una ley acomplejada, pacata pero capaz de encabronar a los ultraconservadores y recuperar alguno de los votos perdidos de la izquierda. La política es así de rastrera y, desgraciadamente, está poblada de seres sin alma aunque desfilen entre incienso y pétalos rosas del Corpus Christi.
 Que dicen amar a su prójimo, pero que en realidad utilizan la polémica laica en beneficio particular y no emplean la razón en un debate que debiera ser ilustre e ilustrado, mucho más en el momento que vivimos. Para iluminar a la gente en estos tiempos tenebrosos, necesitamos más que nunca la libertad de pensamiento. Es la única manera de erradicar la ignorancia y la incultura y  poder ayudar de verdad a la humanidad  Este es el fin último del laicismo. Un acto de generosidad con el prójimo. En realidad, un auténtico ejemplo de caridad cristiana.

Publicada en El Periódico de Aragón el 6 de septiembre del 2010 y en Heraldo de Aragón

REPRESIÓN EN LAS AULAS

REPRESIÓN EN LAS AULAS

Que la Iglesia Católica tiene graves problemas con una educación sexual sana y libre de prejuicios no es un secreto para nadie. Desconozco en qué momento de la historia decidieron que, criminalizar el sexo y contaminarlo de connotaciones perversas y pecaminosas, facilitaría a los fieles el acceso directo a una parcela en el cielo. Tiendo a pensar que la demonización con la que manejan este asunto proviene de la certeza de que, ejercer el control sobre algo tan intrínsecamente humano como la sexualidad y la reproducción, equivale a a hacerlo sobre todas las facetas de nuestra existencia. Y la Iglesia que siempre ha tenido querencia a posicionarse al lado del poder, y aún más si este se ejerce de una forma totalitaria y represiva, ha contribuido con sus principios a someter a las personas hasta en las más íntimas parcelas de su naturaleza. Ahora, en la Comunidad de Valencia, han elaborado un programa de educación sexual para niños que se impartirá también en los colegios públicos concertados.
Entre las joyas que podemos destacar del mensaje que quieren inculcar a los infantes hayamos algunas perlas como estas: "La masturbación es un vicio y la homosexualidad una disfunción". Ignoro si, desde la óptica de una sociedad plural y aconfesional, difundir este tipo de mensajes que ahondan en el odio y el oscurantismo no podría considerarse como un delito. Pero lo que sí me lo parece, a mi modesto criterio, es que se haga utilizando el dinero público de todos los ciudadanos. No opina lo mismo el conseller de Educación que asegura que los Obispos están haciendo lo que les corresponde. Pero,¿y él mismo?. ¿ No le corresponde a este responsable del Gobierno valenciano prevenir a los menores de cualquier contaminación ideológica o religiosa en las aulas? ¿Acaso no está incurriendo en una grave irresponsabilidad política subvencionando con el dinero de todos la proliferación del mensaje de intransigencia del Arzobispado de Valencia? Solo una educación sexual libre de prejuicios y falsos mitos puede garantizar una sociedad más sana y equitativa. Evitar embarazos no deseados, transmisión de enfermedades o violencia de género dependen de ello. Y patologizar a los que entienden la sexualidad al margen de los roles católicos no contribuye a formar a los menores en el clima de tolerancia tan necesario para conseguir ciudadanas y ciudadanos más respetuosos con la orientación sexual del prójimo. Por el contrario, siembran la semilla de la discordia y nos devuelven a las brumas de la ignorancia donde consiguió instalarnos la doctrina católica.

 

Publicado en Público

PALABRA DE PAUL (Art. de Antonio Aramayona)

PALABRA DE PAUL  (Art. de Antonio Aramayona)

http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=596122

La visita del Papa costará 25 millones (incluida aparición de la Virgen) El Intermedio

AMAR COMO DIOS MANDA

AMAR COMO DIOS MANDA

Yo pensaba que dios, en caso de existir, andaría muy preocupado por las terribles injusticias y desigualdades que asolan a la humanidad. Pero resulta que su orden de prioridades es otro y lo que verdaderamente inquieta al altísimo es la degradación moral y sexual en la que retozamos algunos, empeñados en saltarnos el patrón heterosexual y amar libremente a quien se nos antoje. Que dios tenga problemas con el amor libre no debería extrañarnos. Al fin y al cabo parece que se trata de un tipo solitario cuya omnipotencia le vacuna contra las pasiones terrenales. Pero son sus ministros y predicadores, gente carnal aunque con un alto grado de represión, los que están empeñados en curar todo aquello que, desde su óptica, perciben como una desviación. A base de Ludiomil y Dogmatil y con una buena terapia conductista, no hay gay que pueda seguir mariposeando. O eso creen. Los homosexuales que acuden a centros de orientación religiosa, como la policlínica Tibidabo de Barcelona, son sometidos a estimulaciones similares a las de el perro de Paulov. Medicados hasta lograr una especie de castración química que regule lo que entienden como una disfunción. En definitiva, se atenta contra su dignidad sexual y moral tratándolos como enfermos por el horrible crímen de no poder amar "como dios manda". Algunas de estas personas acaban suicidándose ante la impotencia para dominar la opción sexual que su naturaleza les dicta. A estas alturas de la copla, y a pesar de que la homosexualidad ya no se contempla como enfermedad por ningún organismo internacional, la culpa y el pecado siguen impulsando a muchos a buscar una cura que les corrija "el problema". Pero yo creo que es otro "el problema" que se debería corregir.
Me refiero a esa mirada cicatera y carente de piedad con la que, en nombre de sus dioses, unos individuos estigmatizan a otros por nimias diferencias. Es la capacidad de amar lo que nos hace humanos. Y son los que tienen dificultades para hacerlo los que debieran someterse a una terapia intensiva. Ese es el trastorno real que tendrían que tratarse. Pero me temo que esa aridez en el alma no tiene remedio. Aún no se ha inventado el fármaco capaz de dominar la intolerancia y vencer a la estupidez. Este es el auténtico reto al que se enfrenta la comunidad científica y toda la sociedad en general.

Publicado en Público el 16 de agosto del 2010

EL HOMBRE QUE NO QUISO RESIGNARSE

EL HOMBRE QUE NO QUISO RESIGNARSE

Si existía algo que caraterizaba a Saramago era su capacidad de indignarse. De esa indignación brotaba la fuerza de su verbo, que no pretendía otra cosa que desasosegar a las almas resignadas a la fatalidad de lo indigno. Al contrario que la Iglesia Católica, que se permite el lujo de criticarle, encontró en su ateo corazón el valor y la fuerza para denunciar injusticias y grandes falacias. El Vaticano ha predicado la mansedumbre, favoreciendo así a los poderosos frente a los oprimidos. Prometiéndoles el cielo como compensación a su sufrimiento terrenal. Una vez convertidos en dóciles corderitos, el rebaño de dios, se facilita mucho la labor del matarife. A Saramago le acusan de hacer banal lo sagrado. De ser un populista extremista y un irreverente.¡Mira, como su líder! La historia del Jesucristo de los evangelios, al margen de la fe, nos muestra la imagen de un revolucionario de un extremo populismo. Un inconformista ante la iniquidad de sus tiempos. Como Saramago. Solo que Cristo promovió una revolución que fué degenerando, como suele pasar con todas las revoluciones. Y su Iglesia, ha acabado utilizando todo el poder que le ofrecía su condición sobrenatural para servir a intereses mucho más mundanos. El escritor portugués pretendía agitar conciencias. Lograr que la sinrazón y el atropello nos incomodaran hasta hacernos imposible el echar la vista a un lado. En un mundo que parece a punto de engullirse a sí mismo por la codicia y la pasividad, Saramago intentaba despertarnos del letargo. Por eso no deben extrañarnos las airadas declaraciones de L`Osservatore Romano. Con agitadores como el portugués, tarde o temprano, la gente acabaremos desprendiéndonos de las legañas y se les fastidiará el negocio.

NEORREALISMO ARAGONÉS

NEORREALISMO ARAGONÉS

Foto: Primo Romero

Si Fellini viviera en estos días, y hubiera paseado por cualquier capital española asistiendo a las procesiones de la semana santa, pensaría que se había sumergido en una de sus películas. No existe mejor caricatura de la realidad que vivimos, que esos siniestros personajes, evocadores de otros que quemaban cruces, que a golpe de su batucada mística rememoran, con todo lujo de escabrosos detalles, la pasión y muerte de su líder espiritual. Esas legiones de penitentes que han tomado las calles de nuestras ciudades y pueblos, tienen poco que envidiar a los monstruos creados por la irónica imaginación del director italiano. Su prepotencia religiosa, alimentada por el apoyo de unas instituciones laicas, se ha impuesto una vez más sobre el resto de los mortales. Creyente o no, tienes que someterte a esa supremacía católica que corta las vías públicas impidiendo el paso de la gente y contemplar con impotentencia el paseo triunfante de la hipocresía, que parece haberse convertido en una máxima de nuestra psicología social. En Zaragoza, intentando acceder a un lugar donde había quedado con los amigos, me ví atrapada entre varias cofradías que férreamente se interpusieron en mi objetivo. Abrumada por las mareas humanas, y posiblemente dopada entre el olor a círio y a incienso, me resigné a mirar el espectáculo hasta que pudiera encontrar la forma de zafarme. Y cuál no sería mi sorpresa al alzar la vista, en la zaragozana plaza del Justicia, y encontrarme con una pintoresca estampa: El alcalde Juán Alberto Belloch junto al arzobispo, presidiendo desde un balcón la salida de las cofradías del viernes siniestro. Y en ese mismo instante, vi la luz. Tomé conciencia del engaño en que vivo. De que solo en mis más íntimos deseos existe la realidad de un estado aconfesional que no discrime, ni siquiera positivamente, a ninguna religión o creencia. Fué como un déjà-vu revelador del hiperrealismo que atravesamos en la actualidad. Ese que mismo que permite encausar, bajo el acusador dedo de falange, al juez que investiga los crímenes de la dictadura. Un esperpento social que nos transforma a todos en los payasos, fascistas y libertarios errantes que poblaban las historias de Fellini. Grotescos individuos enmascarados, o encapirotados, para que nadie pueda adivinar la verdadera cara que ocultamos.´

Publicado en El Periódico de Aragón

QUE LA MUERTE NOS SEA LEVE

QUE LA MUERTE NOS SEA LEVE

La muerte, esa ineludible cita que todos tenemos al final de nuestras vidas, es un trance que debemos afrontar en solitario. Sin embargo, cuando un individuo emprende este viaje sin retorno, pocas veces puede tomar decisiones sobre cómo quiere que se desarrolle el proceso. Suelen ser otros, embuidos en razonamientos éticos o religiosos, los que se otorgan la potestad de determinar hasta dónde se debe alargar una agonía. Morir rabiando no tiene nada de heroico ni espiritual. El sufrimiento innecesario forma parte de la imaginería católica que siempre ha sacado gran rentabilidad de los escalofriantes estertores de sus mártires. La Semana Santa es la suprema exaltación de esa filosofía. El propio hijo de dios, ante la perspectiva de los acontecimientos que le conducirán a la muerte, le pide al padre que aparte de él ese cáliz. Pero su terrible progenitor entiende que no existe la redención sin el dolor y le condena a extremos padecimientos sin que un ápice de compasión enturbie el destino que ha planeado para su vástago. La detallada y escabrosa descripción de "la pasión" de Cristo es, del principio al fin, una sublimación del sufrimiento como método para obtener beneficios sobrenaturales. Un camino mucho más directo hacia el cielo que un insustancial y súbito fallecimiento carente de tormentos y de angustia. La estética de la agonía impregna a una sociedad educada en su cultura, que además, se agarra desesperadamente a los avances de la tecnología médica para tratar de burlar el pánico que nos produce la Parca. Como consecuencia, muchos enfermos terminales acaban sus días retorciéndose por la obstinación de otros en dilatar su final. Una postrera burla sobre la quimera de nuestra libertad puesto que ni siquiera nos dejan opción para elegir las circunstancias que antecederán a nuestra muerte.
 
El Parlamento Andaluz, con su recién aprobada ley de la Muerte Digna, ha dado un paso adelante en la defensa de esta libertad. En ella, se reconoce la autonomía del paciente y el derecho a que su voluntad sea cumplida llegado el momento.Admite la posibilidad de que se pueda redactar un testamento vital que debe ser respetado, independientemente de las consideraciones de personas ajenas al propio enfermo como familiares o facultativos. Una decisión tan personal como rechazar un determinado tratamiento o solicitar cuidados paliativos, aunque aceleren el proceso, no puede estar en manos de quienes anteponen el ensañamiento médico a una muerte plácida y serena. Sus planteamientos morales, sus objeciones, entran en abierto conflicto con un derecho fundamental del ser humano: morir dignamente. Por eso, ante las declaraciones de los ultracatólicos, como el obispo de Málaga, comparando la muerte digna con el genocidio, solo me queda contestarle con un poco más de caridad de la que él mismo muestra y desearle lo mismo que quiero para mis seres queridos y para mí mismo: Que la muerte te sea leve, compañero.

LA CULPA FUÉ DE SATANÁS

LA CULPA FUÉ DE SATANÁS

¿Cómo no se nos había ocurrido antes? El auténtico responsable de los múltiples casos de pederastia en la Iglesia no podía ser otro que Satanás. El Ángel Caído, envidioso de la casta virtud católica, introdujo entre sus filas a estos demonios violadores de niños para desprestigiar a la Institución. Ahora lo veo todo diáfano como la luz del día. Benedicto XVI, que cuenta con su propio comité de investigación sobre este tema, ha encontrado el origen de estas disfunciónes gracias a un afamado exorcista. En el s.XXI, las huestes infernales y sus diabólicas estrategias forman parte de la defensa que el Pontífice piensa desarrrollar para zafarse limpiamente del marrón. ¿Pero es que alguno de ustedes dudaba de la existencia del Maligno? Yo no, ni de coña. Acaso me incomoda un poquito la deriva sobrenatural que está tomando un asunto que debería ser estrictamente penal y mundano. Pero si quieren jugar, jugaremos todos. Y yo veo los demonios del exorcista de Benedicto, y doblo la apuesta. Porque a mi entender, y puestos a sumergirnos en profundidas mitológicas, el diablo ha llevado más lejos su posesión de los representantes católicos. Se ha apoderado del alma del mismísimo Pontífice. Y no lo digo por la expresión de su rostro que, aunque siniestra y escalofriante, podría deberse a los caprichos de la genética humana mas que a la influencia del lado oscuro. Lo digo por sus hechos. Por esa ocultación sistemática y sostenida en el tiempo de los delitos contra los menores cometidos por sus endemoniados obispos y sacerdotes. Esa complicidad del Papa rebasa en responsabilidad a la de los propios pederastas. Sin ella, esta epidemia infanticida no hubiera sido posible. Luego, rigiéndonos por la vara de medir que pretende aplicar el Vaticano, Ratzinguer es la encarnación del propio Lucifer. Es una lástima que el Tribunal Inquisitorial no perviva actualmente, aunque todo se andará, para poder exorcizar, como ellos solos sabían, a estos pájaros. Pero me consolaría bastante que los tribunales terrenales juzgaran estos graves delitos. Sin eludir la responsabilidad de ninguno. Incluido el jefe encubridor de la legión de pedófilos avernales.