ORGULLO ANIMAL
Benedicto XVI dijo hace poco que España era una viña devastada por los jabalíes de laicismo. Bonita metáfora que, pese a su intención, esconde un halago involuntario. Considero que es mi parte animal, la de la bestia que evoluciona a fuerza de instrumentalizar la razón, la que se amotina con más brio contra la manipulación de los que dicen gobernar un mundo mágico y espiritual. ¿Pensaba Ratzinger que nos ofendería? ¿No resulta lógico revolverse, como un jabalí herido, contra los que pretenden someter nuestra auténtica naturaleza a sus devaneos sobrenaturales?
Como animal orgulloso y feroz. Así quiero que me entiendan los integristas católicos que se lanzan a la reconquista de este país que, a su criterio, está siendo maltratado por un laicismo agresivo. Pero analicemos esta acusación: Los representantes del reino de los cielos no se conforman con su imperio ultraterrenal. Quieren llevar las riendas de la sociedad y para ello se zambullen impíamente en las procelosas aguas de la política o dicen disparates en tertulias televisivas de sus lobbys mediáticos. Desdeñan el hecho de que el nuestro sea un estado plural donde, muchos credos y un muy respetable laicismo, estamos obligados a entendernos. Son ellos quienes rompen las reglas e insultan a las mujeres soltando perlas como la del obispo de Alcalá sobre la menor incidencia de violencia en los matrimonios católicos. Dato que, además de ser falso, resulta bastante cínico viniendo de uno de los portavoces de la institución religiosa que más empeño ha mostrado en someter a la mujer desde el principio de su historia. Aconsejándole que "aguante" las consagradas ostias que le propina su católico marido y cercenando sus libertades de ser humano. Durante mucho tiempo incluso nos negaron el derecho a tener alma. Bien, porque yo no la quiero. Prefiero seguir siendo una fiera montaraz el resto de mi vida, antes que aceptar la eternidad que me prometen si me resigno al yugo de su doctrina. Algunos animales escogemos la dignidad a la vida eterna.
Sobre todo cuando nos da por pensar un poco.
Publicado en El Periódico de Aragón
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