EN PIE DE GUERRA
La clase trabajadora, apenas se despereza de la modorra que nos ha acompañado los últimos años. Resignados en nuestro papel de peones (sacrificables en defensa del rey-capital) padecíamos una ceguera que nos impedía reconocernos como miembros de las mismas huestes, como meros elementos desechables procedentes del mismo criadero proletario del que se nutren los dueños del dinero. Inmersos en la fantasía pequeño burguesa, nos entregamos al consumismo reforzando el engranaje que apretaba nuestras tuercas. Ahora, una vez roto el hechizo, la realidad se impone en forma de ERE’S y desempleo. La crisis actúa como un potente emético para la patronal, a la que no le duelen prendas a la hora de purgarse obreros para aliviarse de sus indigestos empachos. Es la coartada perfecta para eliminar o abaratar los costes laborales y apelar al despido libre como única solución para mantener el sistema. Pero el día 18, más de treinta y cinco mil personas tomaron el centro de Zaragoza. Muchos de ellos, como los operarios de la GM, ya han sufrido la depuración en carne propia y el resto, empieza a percibir la amenaza del paro y la precariedad como algo inmediato. Puede que no seamos totalmente inocentes de esta situación, puesto que nuestra aceptación bovina nos hizo cómplices, pero tampoco estamos dispuestos a caminar dócilmente al matadero. Los trabajadores de este país debemos estar en pie de guerra contra los atropellos patronales. Pero existe otra guerra íntima, una auténtica revolución a mi entender, que nos queda pendiente resolver. Y ésta, que no es otra que la refundación de la clase proletaria, es prioritaria para tener alguna posibilidad de salir con éxito de la primera..
Publicado en diario Público el 20 de enero del 2009
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olvidatuequipaje -