REMATADAMENTE CUERDAS
Puede parecer triste pero, para salir de la idiocia borreguil, no hay nada más eficaz que un zarpazo de esos que la vida tiene a bien administrarnos. La vida o un gobierno neocon dispuesto a devolver a los obreros al que consideran su nicho antropológico natural, la semi-esclavitud. Cuando el trabajador siente en sus carnes la infame mordida de la reforma laboral, un ataque de lucidez le arrebata la consciencia hasta causar un dolor insoportable. Un electroshock emocional que te reintegra a una realidad que te negabas a aceptar. Al salir de la catatonia, se ha materializado un escenario espeluznante. La lucha de clases vuelve a tener vigencia, casi como en el siglo diecinueve. Y el proletariado, que se había diluido entre las amapolas opiáceas de la sociedad de bienestar, se reconoce de nuevo en un espejo cóncavo que le devuelve un reflejo de explotación y miseria. Ante semejante panorama, cada uno es cada quién y sube las escaleras como puede. Pero puestos a escoger (como diría el amigo Joan Manuel) algunos elegimos estar rematadamente cuerdos. Para que me entiendan, ponernos las plumas de los indios y recuperar las trasnochadas barricadas. Con cuarenta días de huelga a las espaldas, las limpiadoras de la sanidad aragonesa seguimos estando rematadamente cuerdas. El bocado de la bestia nos ha despertado del efecto adormidera. Hemos tomado consciencia, dolorosa pero consciencia al cabo. Solo pedíamos un poco de respeto. Pero a la patronal le bulle la sangre latiguera por las venas y no está para delicadezas. Se lo han puesto en bandeja. Y sobre la bandeja, están nuestras estupefactas cabezas proletarias. Aunque hay cabezas cortadas muy impertinentes que siguen lanzando airadas dentelladas. Es lo que tiene estar cuerdo. Recuperar la cabeza justo después de ser decapitado.. que te quita presión, te libera del miedo. ¿Contarán con esto los autores intelectuales de la guillotina de la clase trabajadora? Me dirijo a ustedes, señoras y señores del gobierno, ¿Han valorado lo peligroso que puede ser que, ante tanta injusticia, se nos pueda ir la olla? ¿Que nos de por ser conscientes y nos volvamos rematadamente locos? ¿No les da un poco de yuyu por lo menos, (ya que han demostrado que no tienen vergüenza)?
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