Blogia
kuentoschinos

poesía

BLACKSTAR

Una lágrima negra se desliza en la mejilla. Una rara perla sin valor que nace con la misma espontaneidad que se evapora. Suspendida de una soga de tristeza que parte de un bulbo raquídeo agotado de intentar sobrevivir a la ejecución de la alegría.
Mi gato negro se acurruca en el regazo. Mi perra negra clava su limpia mirada en mi mirada. Es una comunión auténtica en la que sobran las palabras y, por ende, las mentiras. En el siglo VI a. de C. hubo un poeta griego llamado Epiménides que aseguraba haber pasado cincuenta y siete años durmiendo. Plutarco corrigió al embusterillo afirmando que solo fueron cincuenta. A mí me sucede algo parecido. Llevo más de medio siglo sumida en un profundo sueño del que no consigo despertar. Un sueño tiznado de negras pesadillas que cabalgan a lomo de proposiciones necias y falsas premisas. Epiménides  acusaba a los cretenses de ser unos mentirosos. La paradoja es que, el propio Epiménides, era un cretense. ¿Debíamos creer entonces sus palabras?. Si algo define a un mentiroso es que siempre hace aseveraciones falsas. Pero... ¿Dónde se esconde la verdad? ¿Acaso existe?
A la verdad le sobran los sofismas, los guarismos, los silogismos envenenados en origen. La verdad se abre paso en el emocionado abrazo de tus hijos, en los labios carnales que mordisquean los amantes, en el gozo indescriptible de un bebé que se ríe ante las enajenadas muecas de un adulto. Intentamos traducir con adjetivos o grandilocuentes frases el sentimiento que nos producen los acontecimientos cotidianos. Convencer al prójimo de que somos poseedores de la única realidad aunque ni nosotros mismos la creamos. Monos irracionales y tramposos. Prepotentes homínidos parlantes .
Desde la estrella negra en la que yazco me llegan aldabonazos de miseria. Un planeta hostil con tendencias autofágitas abre su imaginaria boca para soltar un grito desgarrado. Millones de seres y de especies sobreviven como pueden hacia una muerte cierta, verdadera, de la que nadie regresa para relatarnos que nos espera más allá de la carne podrida y los gusanos. Siempre podemos engañarnos. Inventarnos motivos celestiales que justifiquen tanta injusticia, tanto sufrimiento gratuito. Se nos da bien manipular los hechos constatables. Imaginar dioses que juegan a ser dioses con muñecos terrenales. Exorcizar los terrores primitivos a la oscuridad, al sueño eterno, a la intrascendente presencia de todos y cada uno de nosotros. Apostar por querer ser inmortales.
En esa estrella negra que me sirve de refugio fantasmagóricos árboles me mecen en sus ramas para salvaguardar mi siesta de peripatética poetisa sin versos ni poemas. ¿Qué es poesía? Y otra vez la mirada de mi perra, más humana que la mía, se clava en mi pupila.
Ya dijo Pessoa que el hombre no es animal (¡Ay quién pudiera!) sino carne inteligente. Pero casi siempre enferma. Todo cuanto escribimos y mentimos es igual que las flores iluminadas por la luz. Dependiendo de los ojos que las miran cambian los matices pero, en realidad, no quieren decir nada. Solo son lo que son. Flores de un día.
La felicidad no existe a solas, en esta estrella negra. Cohabita con el dolor y el sufrimiento. Igual que no se puede entender la noche sin el día. Ser feliz constantemente es como ser constantemente idiota. También el sol se entierra en el ocaso para cubrirse con un manto de negrura. Para dormitar y olvidar las amarguras que ilumina.
También el sol se está muriendo. Es el destino de todas las estrellas. Pero al contrario que nosotros no necesita edulcorar su suerte con mentiras.

POR UN PRETEXTO ABSURDO

POR UN PRETEXTO ABSURDO Llegaste a mí
 por una de esas casualidades de la vida
con un pretexto absurdo.
Y me encontré con unos ojos de payaso depresivo,
de peripatético poeta tabernícola que nunca ha escrito un verso,
de niño viejo...
No me quedó otro remedio más que amarte.
En tí reconocí al enajenado ángel
que también me agarra por el cuello
y me sacude
como un animal furioso
para librarme de tanto bodrio sensato, coherente.
Así que juntamos nuestras idiocias respectivas
para desafiar las leyes del aburrimiento.
Ya hace algún tiempo de esto.
Pero todavía nos buscamos
cuando la negra noche de la distopía
amenaza con tragarnos.
Aún danzamos entre los babeantes cuerdos
como embriagados orates
si nos agarra una crisis de melancolía.
Si esto no es amor
por lo menos a mí
 me lo parece.

EN EL NOMBRE DE MUCHOS

Una persona desahuciada de su casa, de esta sociedad que te repite tanto tienes, tanto vales, sin trabajo, sin nadie que pose los labios en las llagas que la desesperación ha abierto, ensaya el salto del ángel desde un puente. Otra, va muriendo poco a poco porque la pobreza le obliga a escoger entre un medicamento que lo mantiene vivo o que sus hijos coman cada día. Hay quien muere en estos tiempos, simplemente de tristeza, ahogado por unas lágrimas que no puede metabolizar y que inundan sus pulmones hasta que el corazón le estalla en mil pedazos. También los hay que no saben que están muertos y van arrastrando sus cadáveres dejando un surco de miembros amputados y sueños gangrenosos. Son daños colaterales de una guerra soterrada contra los más débiles, los más desamparados. Las rebabas de un sistema parricida que se desprende de ellos a golpes de machete y de cinismo. Tan siquiera merecen figurar en sus frías estadísticas. Son, somos, tan poca cosa para ellos. Nada de nada. 
Un tsunami de sangre está inundado nuestros pueblos, nuestras calles, nuestras plazas...  dispuesto a llevarse por delante cualquier brote de esperanza. Cualquier germen de la alegre rebeldía que pudiera poner freno a su matanza. Hoy escribo en el nombre de esos muchos. Y en el mío. Y como el poeta, quiero pedir la paz y la palabra para gritar: ¡Ya basta!
 ¿Hasta donde piensan llegar con la sangría? ¿ hasta cuando vamos a dejar actuar impunemente a los verdugos? Hoy quisiera mirar a los ojos de mis hijos y no sentir vergüenza. Si al final, es la muerte lo que aguarda, ¿a qué viene tanto miedo, tanta cobardía?. Clavo los ojos en el empedrado cielo y las blasfemias se agolpan en mi boca. Nada, nadie me responde nada. Y una furia rabiosa me nace en las entrañas y se transforma en una balacera. En una ráfaga de plomo y savia nueva que enloquece y que pasa de refugiarse en las trincheras. No debe haber temor a ser asesinado cuando ya te dan por muerto. Levantémonos y andemos. Una legión de zombificados parias de la tierra no puede ser derrotado por unas viles alimañas. Que vean su reflejo en las terribles cuencas de nuestros ojos vaciados y entiendan que les está llegando la derrota. Que sean ahora ellos quenes sientan el sudor frío del miedo en el pellejo. Que huelan nuestra cólera y se les hiele su putrefacta sangre en las arterias.

ROSAS ROJAS, PESADILLAS Y CORAZONES ESPINADOS

Es tanta la infamia que supuran algunos corazones, rodeados de espinas venenosas que lanzan como dardos, que uno puede sentirse asaetado en una oscura pesadilla del pasado.
Hoy vienen a mi mente trece rosas, rojas como su sangre derramada por el odio. Trece muchachas fusiladas en una guerra que aún colea en nuestro código genético de españoles bipolares. No ha servido un rimero de décadas para sacar el plomo de sus calaveras. Cuando menos te lo esperas, otro verdugo decide volver a fusilarlas por si acaso su recuerdo inspirara nuestra sed de libertad y justicia. Como ese alcalde lucense que vomita palabras como balas, rematando la matanza. "Los fusilados por Franco- ladra González Capón- se lo merecían." He de confesar que, tras la rabia, las lágrimas arrasaron mis mejillas. Un dolor sordo anegó mi conciencia. El que dirige mis dedos para aporrear las teclas y volcar en estas líneas la impotencia de cautiva, pero nunca desarmada, por una historia turbia de cadáveres hermanos y asesinos reincidentes. Miguel Hernández  todavía arrastra su condena más allá de la muerte. Sus versos flotan en el aire enrarecido de este 2013. Siguen siendo la evidencia sumarísima para que, a pesar de los años transcurridos, nunca se le revoque la sentencia. Muertos y silentes para siempre, así quieren que se queden las víctimas de sus antecesores ideológicos. La poesía es un arma cargada de futuro que transciende los venerables huesos del poeta. No pueden combatirla. No saben cómo acabar con algo tan sutil, tan elevado para sus mentes de alimañas. Rosas y versos que arrancan de la tumba para pisotearlos con la furia de una extremada derecha que no cesa. Ciegos de inquina, borrachos de rencor, no perdonan ni el recuerdo de los que cayeron en esa guerra absurda contra la filantropía. Ellos, pobres diablos y diablesas, no saben de estas cosas. La solidaridad y la pasión les son ajenas. Solo entienden de abusos y codicia. Son el residuo de la España negra. Miserables espinas que reniegan de las rosas. Una ponzoña patria.

DESPUÉS DE PAULA


Hoy la vida me gusta un poco menos. Hoy todo amanece más sombrío sin tu adorable risa de plata y cascabeles. Ahora que has cortado las amarras, nuestro corazón se ha quedado seco. Arrugado por tu ausencia prematura, sobrecogedoramente triste.
El día que llegaste a este planeta quisieron etiquetarte con un síndrome. Delimitar y medir tu inteligencia. Como si fuera posible calcular el talento de los ángeles. Tus padres lo supieron enseguida. Al observar esos ojitos vivarachos que se clavaban como agujas en el alma, que no esquivaban nunca la mirada. Y más tarde, cuando aprendiste a hablar con esa pequeña lengua de abubilla que no entendía de cinismos ni mentiras. Tus padres lo sabían, aún lo saben, que la criatura que habían engendrado no podía evaluarse por los rígidos parámetros con los que la ciencia establece qué seres son o no normales.
¿Recuerdas Paulita? Ese último concierto al que acudiste para ver a tu grupo favorito "Bandera Blanca". Tú te sabías todas las canciones. Una tormenta, un diluvio, un volcán... solo cenizas de mi quedarán. La música era parte de tu vida, el resto era puro amor, pura energía que derrochabas generosamente con los que tuvimos el privilegio de tratarte. Estos últimos días, antes de que tu menudo cuerpo se rindiera, llenaste la habitación del hospital con cientos de dibujos. Una explosión multicolor de alegría que adornaba las austeras paredes de ese cuarto. Igual que hiciste durante toda tu existencia: inundar de luz los umbríos resquicios que a todos los demás nos desorientan. Después de tí, el mundo es aún más sórdido, hipócrita e inhóspito. Un baile de máscaras que seguiremos danzando con las piernas rotas, hasta que también nos llegue nuestra hora. Aquí nos dejas, con nuestros sentimientos amaestrados por las mentiras y trampas que trama el intelecto. Amacerando el dolor insoportable de tu perdida. Por fin eres libre pequeñita. En realidad, siempre fuiste más libre que cualquiera.
Mis lágrimas no son por tí, querida Paula. Son porque, tras tu marcha, el cielo se ha cerrado de repente y un afilado rayo nos desgarra.
Que la tierra te sea leve, amada Paula.

UN BUEN DÍA PARA MORIR

UN BUEN DÍA PARA MORIR

 

 


Hay días,

(uno cualquiera

como puede ser hoy),

en los que anhelo el frío de la noche eterna.

Días en los que,

sin desencadenantes o tragedias,

la tierra se me ofrece en carne muerta

como una amante mansa y duradera.

 

Embriagada de vida,

hastiada de amar y ser amada,

busco sus negros labios de ramera,

sus muslos cadavéricos,

para abrazar como una enredadera

el vacío lujurioso de su nada.

 

 

 

 

 

EN EL ÚLTIMO TRAGO... NOS VAMOS


Te nos has muerto Chavela cuando tu mundo, nuestro pobre mundo, andaba más escaso de poetas. La primera vez que te escuché me brotaron amapolas en las tripas. Tu voz era un desgarro de llantos y de risas que reventaron la caja fuerte de mi melancolía. No tenías miedo de la vida. Sabías transformar los zarpazos recibidos en conmovedoras canciones (Quizás gracias a esa alquimia de los sentimientos que solo manejan algunos privilegiados seres). Fueron 93 años- bien vividos- entre penas, alegrías y muchos litros de tequila para poder digerirlas. Eras valiente y apasionada. Dos cualidades que no se cotizan mucho en estos días. Ahora que nos atronan con las trompetas del apocalipsis nos hace falta tu voz. Tu carcajada insolente en forma de "quejío". Tu arrogante ternura.
Siempre serás la musa de los que deambulamos por el callejón de los sueños rotos. De los que hacemos lo posible para que no se ponga la luna de miel. Para que no nos compren por menos de nada. Para que no nos duerman con cuentos de hadas.
Dicen que tus últimas palabras fueron: "Muerte, muerte, muerte..." Quiero pensar que reconociste a la Llorona y te entregaste a su abrazo, como solo tú sabes hacerlo, a corazón abierto. A pesar de tus años, has muerto en plena flor de la vida. Otros no tendrán la misma suerte. No hay mucha gente que sea capaz de afrontar su existencia a cuerpo descubierto. En carne viva. Muchos solo son prematuros cadáveres con el sentimiento agusanado por falta de uso. Por el puro miedo que les da vivir la vida.
Esta noche te dedicaré unos cuantos tragos. Yo también quiero que el fin del mundo me pille bailando. Que los cobardes no me roben la alegría. Que no nos amarguen la vida.
Un fraternal y póstumo abrazo. Que la tierra te sea leve, amiga Chavela Vargas.

ESPAÑA ENAJENADA

ESPAÑA ENAJENADA
España hierve arrebatada por la fiebre que agarra a los orates. Ha perdido el pudor (quizás nunca lo tuvo) Y entre los velos que ocultan sus vergüenzas asoman dentaduras melladas, muñones desafiantes, risas huecas que vomitan unos seres armados con crucifijos y látigos... Toda una piara de monstruos que anidaban en sus pliegues. Un bestiario repleto de politicastros soezmente deformes que atesoran mayorías absolutas como armas de destrucción masiva. España lucha, cuerpo a cuerpo, contra sí misma. Es una guerra añeja donde siempre sale derrotado el pueblo. Víctimas como M.F. Electricista desempleado que hace dos años, a las cinco en punto de la tarde como en un drama lorquiano, se colgó de un árbol en la plaza de su pueblo. Han sido muchos desde entonces. Crímenes silenciosos. ¿Saben quiénes estiraban de la cuerda? Banqueros desviscerados que desahuciaron a sus familias. Sucesivos gobiernos de peleles cobardes que no aprobaron la dación en pago, que destruyeron los derechos laborales, las garantías sociales. Que optaron por ejecutar a la gente para no indisponerse con el poder financiero (el único dios verdadero).
España muere y se mata víctima de una locura homicida. Se retuerce con muecas delirantes: Gallardón devuelve el marquesado al nieto del general Queipo del Llano. ¡Viva la muerte! ¿Nadie recuerda las apasionadas arengas del abuelito incitando a las tropas nacionales a violar mujeres republicanas? "Ahora, por lo menos, sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas", dixit el general. Psicópatas de verdad, como dios y el movimiento mandan, mejor dicho. ¿Para qué disimular? En esta España enajenada que devora a sus hijos ya no hacen falta tapandujos. El esperpento avanza demoledoramente. No pasarán. Ya han pasado sobre nosotros como elefante por cacharrería.

CABEZAS CORTADAS


La música, en relación con el resto de las expresiones artísticas, cuenta con una ventaja casi mágica. Tiene el poder de estimular sensaciones muy profundas entre la gente. Es tan grande su influjo que las emociones que provoca se enredan para siempre con nuestros recuerdos. Entonces sucede el fenómeno: como en un experimento de Paulov, la música consigue que segreguemos momentos evocadores (más o menos dramatizados por la memoria) al volver a escuchar una canción o una melodía determinada. A mí me pasa con un tema de los Talkings Heads que estos días me anda rondando la cabeza. No, no es Psycho Killer. Que no se asuste el personal. Se trata de Heaven. Ese cielo al que cantaba David Byrne está encadenado a un sentimiento claustrofóbico de mi juventud. Un lugar donde nunca pasa nada, dice la letra, donde nunca nada es diferente.
En aquellos años, me encendía viva cuando mis mayores me repetían con beatífica resignación que algunas cosas son así (de injustas) y no se pueden cambiar. Experimentaba la misma impotencia redonda que me agarra ahora mismo. Porque en definitiva, tenía razón Byrne, nada cambia. Aprendemos poco y mal. Por eso somos maestros en repetir los errores. Pero además somos una especie pusilánime. A sabiendas de que el sistema es insostenible, inhumano y terriblemente injusto, nos asusta la posibilidad de cambiar de modelo. Preferimos las llamas del infierno conocido a cualquier paraíso por conocer. Quizás si cerramos los ojos, cuando volvamos a abrirlos todo mejorará, piensan algunos.
Pues tengo una pésima noticia: no será así. Si seguimos impasibles, aferrados a un espejismo celestial que en realidad es el averno, los problemas no se van a desvanecer. Se multiplicarán como los hongos. Es una evolución-revolución de lo que estamos tan necesitados. Y no es que esté incitando a cortar la cabeza de nadie. Personalmente, odio la casquería y todo el pringue gore. Es algo más íntimo y personal, como ese resorte que activa la música en nuestros cerebros. Algo que nos ayude a pensar de forma diferente.
¿Encontraremos la combinación de notas que pueda obrar este milagro? Porque, por lo menos servidora, ya está harta de oír las mismas sempiternas letanías.

LÁVAME LA CARA AMIGO


Una canción compuesta por mi querido amigo Antonio Aramayona rescatado de los años setenta.

RETRATO DE UNA PAYASA

RETRATO DE UNA PAYASA
Una foto que me ha hecho la artistaza de mi amiga Divi. ¡Qué grande eres chiquitina!

NO DISPAREN AL POETA



La derecha más cavernícola, esa que permanecía latente en el subsuelo de esta democracia, ha visto en la crisis la oportunidad de explotar como un géiser en su totalidad manifiesta. Estaban ahí agazapados, interpretando el papel de la moderación, de la aceptación de la soberanía popular y la pluralidad ideológica. Esperando su momento. Este dramático momento en el que la sociedad se convulsiona entre el miedo y la desilusión. En medio de todo este desconcierto han vuelto a enarbolar la peineta y la mantilla al grito de ¡Mariano, cierra España! Han rellenado de la tierra del ominoso olvido las fosas de nuestra memoria. Han desempolvado, ya sin disimulos ni complejos, a los mártires y santos de su cruzada. Calles y plazas dedicadas a notables fascistas que lucen de nuevo su nefasta filiación. A vírgenes dolientes y sumisas. A toda clase de personajes siniestros y esotéricos que componen la imaginería de la derecha negra tradicional.
Para imponer ese universo retro y casposo en el que retozan con naturalidad los ultraconservadores saben que deben atacar a la cultura. Borrar cualquier estela, cualquier vestigio librepensador que pueda mandar al traste su reino de las tinieblas. Un pueblo inculto e imbuido en el temor de dios es mucho más manejable. Así que inspirados por esa vieja máxima de sus ancestros: ¡Muera la inteligencia! se han puesto manos a la obra para eliminar el problema.
Los recortes están ayudando mucho. El que quiera estudiar que se lo pague. Así los pobres no tendrán tantos pájaros en la cabeza. Además hay que hacer desaparecer las voces del pasado. Saben que los versos de los poetas rojos son un arma cargada de futuro. Gabriel, Celaya, Miguel Hernández o Pablo Neruda tomaron partido hasta mancharse. Ahora se les retiran las placas y los honores como una especie de venganza trasnochada. Pretenden robarnos también su voz y su palabra. Esa poesía necesaria para ensanchar nuestros pulmones asfixiados y obligarnos a pedir ley ante lo excesivo.
Pero están tan ofuscados en la fantasmagórica cacería de los poetas muertos que no sienten el hierro de los versos apuntado directamente a sus almas rencorosas. No sirve de nada que disparen al poeta, su mensaje brilla sin conciencia. A lo mejor, con tanta polvareda, solo consiguen resucitarlo para que se materialice y tome cuerpo entre las famélicas legiones. Para que sus palabras nos devuelvan el orgullo y se prenda la llama de la rebeldía.
Yo de ustedes, señores fachas, no enredaría con estas cosas del intelecto que les son tan ajenas. Ya lo avisaba Celaya: Yo seguiré siguiendo, yo seguiré muriendo, seré, no sé bien cómo, parte del gran concierto.

NADA SERIO

La tristeza extiende sus esdrújulos brazos como raíces hambrientas en torno a mi cintura.

  

                                                                                

 Pretende quebrarme.

                                                                               

                                                                                

Quizás lo consiga la muy perra.

  

                                                                                

De momento la combato a dentelladas.

 

                                                                                

 Le clavo las quijadas de la rabia que guardo para las ocasiones

 

                                                                                

 más desesperadas.

 

                                                                                 

Esas fauces lobunas que me brotan cada luna nueva

                                           

                                                                                

inundadas de espuma

 

                                                                              

sedientas de garganta

                                                                                                                                                               

se hincan en la carne muerta que intenta rodearme.

 

                                                                               

Me hipnotiza el aliento que nace por los negros labios de la desdichada

 

                                                                               

 Un hedor cadavérico que debo confesar que me cautiva.

 

                                                                               

Tristeza

 

                                                                                

Mortíferamente seductora

 

                                                                               

 como tu soez promesa de una paz eterna ausente de emociones.

 

                                                                               

 ¡Me conoces tan bien!

 

                                                                               

Sabes que prefiero este tipo de detalles a un ramo de rosas.

 

                                                                              

Y  es por eso que cedo a que vomites tierra desde tu boca a la mía.

 

                                                                               

 y a tu deseo de que mi lengua rebañe las cuencas de tu putrefacta calavera.

 

                                                                               

 Pero creed cuando digo que solo se trata de un ligero coqueteo.

                                                                                

                                                                               

 Un galanteo lúgubre de chichinabo.

Nada formal de momento.

 Nada serio.

Un político muy trabajador. (por Luis Serena)

Uno de los insensatos lectores de este delirante blog, el amigo Luis Serena, nos ilustra con su poesía hipersocial.

Gracias por tu colaboración hermano

UN POLÍTICO MUY TRABAJADOR

Esta protegido por su partido

que  así es como lo mantienen

como lo ensalzan  y lo animan

y seguro que conocen sus andanzas

su lucha, trabajo, y esfuerzo

ya que lo presentan como un héroe

 

Su orgulloso presidente provincial

que tan satisfecho  se siente

comenta que todo lo conseguido

solo fue por meritos propios

y que casos como el de este señor

muy pocos se dan en la política

que así sea, por muchos años

y si  Dios así lo quiere

 

El señor alcalde de Barco de Ávila

Don  Agustín González González

en la diputación de Ávila

ejerce como el  presidente

como también, de la Caja de Ávila

y sin olvidarse del grupo

de supermercados el Árbol

 

También de C. Madrid es consejero

así como de, Caja C. La Mancha

como también de la Caja.

de:  Castilla y León

y sin olvidarse  de la federación

de fondos europeos,

donde este señor,  es su gestor

de reclamación cantidades

para la programación de proyectos,

y dictámenes  medioambientales

para los  recursos  naturales

para toda esa,  su comarca

también preside la entidad

Madrigal, participaciones

 

¿Quieren ustedes más?

es presidente de mancomunidad

de los servicios de traídas del agua

así como recogida de las basuras

de Barco de Ávila,

y de Piedrahita la vecina localidad

la fundación cultural Santa Teresa

tiene como presidente a:

D. Agustín González, nada más

 

Cariñosamente la comarca

le han concedido un gracioso titulo

el de:  “Plusmarquista nacional”

del pluriempleo político

¿Hay quien de más?

PAYASOS VERSUS TRILEROS

PAYASOS VERSUS TRILEROS

Henry Miller definía a los payasos como poetas en acción. Estoy de acuerdo. Y no solo porque es una salida elegante para quienes nos creemos poetas y solo damos risa. Sino porque la interpretación histriónica de los acontecimientos saca de quicio a las gentes de regia moral.

 Las verdades más inalterables se tambalean bajo el prisma del sarcasmo. El payaso se burla de su propia naturaleza y bucea en la de los demas. Desmantela dogmas para encontrar la verdad. Por eso payasos e hipócritas no hacen buenas migas.  Los trileros del planeta, Sus Maléficas Majestades Financieras y séquito, son esos hipócritas.

 Gente de apariencia respetable que trata de que sea el pueblo llano el que pague sus escaramuzas criminales. Todo un entramado de personas de orden. Organizaciones empresariales que succionan con fruición la ubre de las subvenciones mientras solicitan que la clase trabajadora acepte vivir en la Edad Media. Líderes políticos que se venden al maligno por mantener la poltrona y no dudan para ello en prostituir la democracia. Banqueros delincuentes que permanecen impunes y rampantes.

 Proxenetas y vampiros todos, a los que podemos exorcizar bajándoles los pantalones. El humor nos hace más valientes. Nos permite lanzar una mirada crítica sobre los acontecimientos. Recuperar la dignidad de ser humano.

Por todo ello: propongo que los payasos vocacionales nos alistemos en la quinta columna de la resistencia contra estos impostores. La risa nos hace libres.

Será por eso que los tramposos temen tanto a los payasos.

EN MEDIO DE LA SANGRE

EN MEDIO DE LA SANGRE

Vivimos en el núcleo de una guerra donde las víctimas permanecen sumergidas en el vórtice de la desesperanza. Intentan bracear en un río de sangre que respiran y entra por sus bocas. Inunda sus pulmones. Asfixia el valeroso latir de aquellos corazones que luchan por bombear tanta injusticia. Por sobrevivir a las púrpuras mareas. Pero solo consiguen reventarse las arterias. Y sus cuerpos inertes emergen para engrosar las cifras de las estadísticas de los millones de ahogados en la sangrienta avenida que conforma el desempleo. Algunos, exhaustos por intentar nadar contra corriente durante demasiado tiempo, se abandonan al rojo flujo que susurra que no me merece la pena resistirse. Que ya no son seres humanos. Que han perdido el derecho a ser felices y soñar con un futuro. Que son los caidos necesarios para mayor gloria de una super-raza que brinda con sus copas de bohemia por la consolidación de un mundo criminal al servicio de unos carroñeros intereses. Inundado por la sangre de los inocentes. Cubierto por un oceano de hemoglobina obrera en el que se abran paso las quillas de sus flamantes yates.

 En medio de la sangre, reconocemos los rostros de nuestros seres queridos. Hermanos, hijos, padres a los que tendemos la mano para evitar que se hundan en el sanguinolento oleaje de codicia que agitan los asesinos financieros. Les practicamos el beso de la vida tratando de absorber la muerte carmesí que les extermina.
Llenando nuestros buches, rebosantes los labios de tanta amada sangre, para escupirla a la cara de los mercenarios. Para señalarles con la cainita marca de los depredadores que devoran a su propia especie por un botín sangriento.
Para que también escuchen nuestro alarido de guerra, en medio de la sangre.

IGUALES ANTE LA MUERTE

IGUALES ANTE LA MUERTE

Todos vamos a morir. Ninguno de entre nosotros, ya sea nacido en alta cuna o en chamizo de paja, se escapará de la parca. Sin embargo, algunos viven como si fueran a hacerlo eternamente. Acumulan poder, posesiones y riquezas aún a costa de la miseria de otra gente. Los pobres son para ellos prematuros cadáveres con derecho a la nada. A veces, alcaldes de ley y orden eliminan la pobreza del paisaje urbano. Limpian las calles de indigentes por anti-estéticos y malolientes. Otra cosa sería ver mendigos con zapatos de guzzi que impregnaran el aire de perfumes carísimos. ¿Me da algunos euros para ir al estilista?¿Una limosnita para pagar el club de golf, caballero? Pero la pobreza, la de verdad, es obstinadamente fea. Ofende a las exquisitas pupilas de la élite. Lo que no se ve, no existe y no puede provocarte dolores de conciencia. Vaciemos las calles de la residual escoria. Apaguemos los informativos a la hora en que un bebé desnutrido de Somalia nos clava sus enormes cuencas desde la pantalla. Lo que no se ve, no existe. Tampoco la muerte. Siempre se puede distraer la mirada de la funeraria pila de difuntos precoces que nos recuerdan que su paúperrima carne es igual a la nuestra. Que todos estaremos muertos algún día. La tierra nos espera democráticamente. No hace distingos, eso es cosa de los vivos. Pobres y ricos, nos pudrimos cada día mientras vamos muriendo. Unos de la inanición que provoca la injusticia de los depredadores. Otros del hambre insaciable, canibal y pantagruélica que les empuja a devorar el pan de todos.

PIENSO EN TÍ

José era , hasta el pasado lunes, el marido de mi querida hermana y padre de tres maravillosos hijos. Después de toda una existencia trabajando como encofrador, jugándose literalmente la vida para sacar adelante a su familia, a sus 58 años había pasado a formar parte de esa legión de peones rotos que nutren las listas del desempleo. Pero José tenía un corazón noble y generoso. En vez de dejarse llevar por la desesperación o la tristeza solo quería disfrutar de su familia, aprender informática, criar pájaros de colores brillantes y trinos espectaculares o dar largos paseos con su perro Bruto. Intentaba vivir sin amargura una situación injusta que no había planeado. Y lo estaba consiguiendo.

 Un desgraciado accidente sesgó su vida la mañana del 26 de septiembre. Su mujer y toda su familia queremos, en primer lugar, agradecer todas las muestras de apoyo y cariño que hemos recibido. Pero también tenemos la necesidad de reivindicar el dolor que nos producen los comentarios que le señalan como único responsable de su trágica muerte. Quizás no actuó con toda la prudencia que debía pero, una serie de factores, se confabularon para provocar el fatal desenlace. La zona donde todo ocurrió no tiene paso de peatones. Cualquiera, al bajar la basura o simplemente querer cruzar al otro lado, podría correr su misma suerte. Además, los coches aparcan en doble fila impidiendo la visibilidad de los peatones y de quienes circulan por la calzada.

 Este el fue el caso. Un camión mal estacionado obstaculizó la visión de José y del joven que no pudo evitar que su ciclomotor colisionara con él. La fatalidad y el caos urbanístico y de estacionamiento que confluyen en el zaragozano barrio del Actur se aliaron para arrebatarnos a un ser tan querido.

 Solo quiero añadir que sus últimas palabras fueron para exculpar al muchacho que no pudo evitar arrollarle. Hasta su último suspiro, actuó con la justicia y rectitud que le caracterizaban. Siempre pensaba en los demás antes que en él mismo. Ahora somos nosotros quienes pensamos en tí y te guardamos para siempre en nuestros corazones.

 Que la tierra te sea leve compañero.

PURPLE RAIN

Mi tema favorito de Prince. En espera que una lluvia púrpura empape todas las tinieblas que nos envuelven.

A PABLO IGLESIAS

A PABLO IGLESIAS

Aquí os dejo unos versos que nos ha mandado el amigo Luis Serena.

Pablo
Si levantaras la cabeza
y vieras tu gran esfuerzo
la lucha que sufriste
el sacrificio realizado
los peligros que corriste
en lo que hoy ha quedado
convertido ahora en cenizas
en sueños del pasado
en un recuerdo histórico
con muchos libros editados
rememorando tu gran lucha
tus pensamientos tu ideología
tus sentimientos como humano
por ese maltratado obrero
que más que obrero, era esclavo
ese trabajador que defendiste
esa dura lucha que libraste
para encontrar un lugar seguro
y conseguir de la sociedad
que fueran más respetados

Pablo
Si levantaras la cabeza
y vieras tu esfuerzo quemado
tú que buscaste la igualdad
el respeto en la sociedad
entre obreros y acaudalados
con tantos años de sacrificio
de sufrimiento jamás pagado
que fundaste un partido obrero
para que defienda al trabajador
de los abusos engaños y estafas
de los despidos casi a palos
hoy te morirías de pena
tu corazón no soportaría ver
en lo que esto se ha transformado

Pablo
Si levantaras la cabeza
y vieras tu esfuerzo pisoteado
tu lucha y sacrificio, de nuevo es
como en tu época, en el pasado
hoy son esclavos, pero modernos
de momento sin latigazos
anulados casi todos los derechos
despidos con millonarias limosnas
al jubilado la pensión congelada
mientras las señorías
coches, seguridad social, viajes
nominas y pensiones juntas
total: sobres millonarios
y nadie los tiene bien puestos
los dos, para cortar por lo sano