NADA SERIO
La tristeza extiende sus esdrújulos brazos como raíces hambrientas en torno a mi cintura.
Pretende quebrarme.
Quizás lo consiga la muy perra.
De momento la combato a dentelladas.
Le clavo las quijadas de la rabia que guardo para las ocasiones
más desesperadas.
Esas fauces lobunas que me brotan cada luna nueva
inundadas de espuma
sedientas de garganta
se hincan en la carne muerta que intenta rodearme.
Me hipnotiza el aliento que nace por los negros labios de la desdichada
Un hedor cadavérico que debo confesar que me cautiva.
Tristeza
Mortíferamente seductora
como tu soez promesa de una paz eterna ausente de emociones.
¡Me conoces tan bien!
Sabes que prefiero este tipo de detalles a un ramo de rosas.
Y es por eso que cedo a que vomites tierra desde tu boca a la mía.
y a tu deseo de que mi lengua rebañe las cuencas de tu putrefacta calavera.
Pero creed cuando digo que solo se trata de un ligero coqueteo.
Un galanteo lúgubre de chichinabo.
Nada formal de momento.
Nada serio.
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