YO TAMBIÉN VOY CON GRECIA
Me enamoré de Platón a los dieciséis años. Tengo querencia a las relaciones complicadas. En general, la filosofía y la literatura griega fueron para mi adolescente cabecita una auténtica revelación. ¿Cómo era posible que pudiera identificarme con unos tipos que habían muerto hace tantos siglos? Su cultura alcanzaba un grado de civilización tal que otros pueblos europeos coetáneos, como las tribus germánicas o las celtíberas, no podían imaginar. Cuando Platón escribió "La República" por estos lares todavía andábamos a golpe de garrote. Apenas se nos había desprendido el pelaje de la prehistoria en el tiempo que Safo escribía delicados versos de amor a sus pupilas y Aristófanes, en su "Lisistrata", sugería una huelga de sexo a las mujeres para acabar con las guerras entre estados enemigos. No en vano Grecia es la cuna de la democracia. Curiosa palabra cuya interpretación resulta muy ambigua en estos turbulentos días.
Los amos de la Europa Negra acorralan ahora al pueblo griego. Un cerco de hambre que quiere doblegar su voluntad a los intereses de los buitres financieros. Hambre si aceptan sus condiciones. Más hambre si la dignidad les lleva a rechazarlas. Todos saben que esa deuda es impagable. Por cierto, ¿alguien recuerda que la nuestra supera el PIB?. Es una deuda odiosa que condena a varias generaciones a vivir en la miseria. Pero el FMI y el BC no se distinguen precisamente por su humanidad.
Por otro lado, se muestra a los griegos como únicos responsables de su tragedia. Y se señala al bisoño gobierno de Tsipras como catalizador de la desgracia. Tienen que asumir la culpa del los desgobiernos anteriores que no tenían nada que ver con Syriza. Pero resulta muy conveniente la demonización de los partidos que creen en la dignidad, la solidaridad y la soberanía de los pueblos. En realidad, se trata de un aviso a navegantes. Que nadie intente revalorizar la democracia si no... ya sabe lo que le espera.
Si Platón resucitara en estos días pensaría que estaba en el planeta de los simios. Las tribus bárbaras han acabado imponiendo su lógica del garrote. Son antropófagos que ignoran que se devoran a sí mismos. Simios replicantes que se creen todo lo que oyen. ¡Oye!- me decía ayer un piernas como servidora- ¡Que los griegos nos deben más de 150 euros por cabeza!
¿Cómo explicarle a este ser que aunque los griegos pudieran pagar la deuda exprimiendo hasta la última gota de su sangre él no vería un euro? ¿Cómo va a entender que la dureza con la que se ataca a Grecia ahora puede ser la misma con la que se ataque mañana a España?. Pues yo se los perdono- contesté. Y una vez más me tildaron de utópica perdida.
¡Pero claro que sí! Si la humanidad alberga alguna esperanza solo puede ser tendiendo a la utopía. En la distopía habitan personajes primitivos que se rigen por el neocórtex reptiliano. Gente como Merkel o Lagarde esgrimiendo otro tipo de garrote mucho más letal que el de sus antepasados.
La cosa no va con Grecia. Va contra todos y todas los que creemos en una sociedad más justa en la que los más débiles estén protegidos de los depredadores financieros y los corruptos. Va contra todos y todas los que anhelamos una auténtica democracia.
El próximo viernes en toda Europa, también en Zaragoza, se celebrara una vigilia en solidaridad con el pueblo griego. La organizan Las Marchas de la Dignidad contra el chantaje al que se está sometiendo a los griegos. Se reclama su derecho a decidir libremente en el referéndum del día 5. Sin presiones ni amenazas. Como únicos dueños de su destino. No pienso faltar.
Platón nunca me lo perdonaría.
Los amos de la Europa Negra acorralan ahora al pueblo griego. Un cerco de hambre que quiere doblegar su voluntad a los intereses de los buitres financieros. Hambre si aceptan sus condiciones. Más hambre si la dignidad les lleva a rechazarlas. Todos saben que esa deuda es impagable. Por cierto, ¿alguien recuerda que la nuestra supera el PIB?. Es una deuda odiosa que condena a varias generaciones a vivir en la miseria. Pero el FMI y el BC no se distinguen precisamente por su humanidad.
Por otro lado, se muestra a los griegos como únicos responsables de su tragedia. Y se señala al bisoño gobierno de Tsipras como catalizador de la desgracia. Tienen que asumir la culpa del los desgobiernos anteriores que no tenían nada que ver con Syriza. Pero resulta muy conveniente la demonización de los partidos que creen en la dignidad, la solidaridad y la soberanía de los pueblos. En realidad, se trata de un aviso a navegantes. Que nadie intente revalorizar la democracia si no... ya sabe lo que le espera.
Si Platón resucitara en estos días pensaría que estaba en el planeta de los simios. Las tribus bárbaras han acabado imponiendo su lógica del garrote. Son antropófagos que ignoran que se devoran a sí mismos. Simios replicantes que se creen todo lo que oyen. ¡Oye!- me decía ayer un piernas como servidora- ¡Que los griegos nos deben más de 150 euros por cabeza!
¿Cómo explicarle a este ser que aunque los griegos pudieran pagar la deuda exprimiendo hasta la última gota de su sangre él no vería un euro? ¿Cómo va a entender que la dureza con la que se ataca a Grecia ahora puede ser la misma con la que se ataque mañana a España?. Pues yo se los perdono- contesté. Y una vez más me tildaron de utópica perdida.
¡Pero claro que sí! Si la humanidad alberga alguna esperanza solo puede ser tendiendo a la utopía. En la distopía habitan personajes primitivos que se rigen por el neocórtex reptiliano. Gente como Merkel o Lagarde esgrimiendo otro tipo de garrote mucho más letal que el de sus antepasados.
La cosa no va con Grecia. Va contra todos y todas los que creemos en una sociedad más justa en la que los más débiles estén protegidos de los depredadores financieros y los corruptos. Va contra todos y todas los que anhelamos una auténtica democracia.
El próximo viernes en toda Europa, también en Zaragoza, se celebrara una vigilia en solidaridad con el pueblo griego. La organizan Las Marchas de la Dignidad contra el chantaje al que se está sometiendo a los griegos. Se reclama su derecho a decidir libremente en el referéndum del día 5. Sin presiones ni amenazas. Como únicos dueños de su destino. No pienso faltar.
Platón nunca me lo perdonaría.
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ana -