UN DONATIVO PARA CAMPS Y CÍA
!Pobre hombre! Ahora viene a resultar que el presidente de la Generalitat valenciana anda más tieso que la mojama. O por lo menos, eso se deduce de lo que ha declarado el propio Camps que ha confesado no tener mas que 900 euros en una cuenta y 1.389 en otra compartida. Escasa liquidez para un tipo de gustos tan caros. Su amigo Costa, tampoco es que ande muy allá, 3.000 euros dice tener en efectivo, este prohombre ex-secretario del PP de Valencia. Vamos, ni para un sarao de esos que tanto les gustan a los jerifaltes de su clase. Me asalta una duda, ¿acaso se deberán sus escasos ahorros a ser unos fashion-victims que, al igual que los ludópatas, despilfarran cuantos dineros caen en sus manos en satisfacer esta adicción? Su gusto por los finos paños y los cortes elegantes ya les han traído más de un problemilla. ¿Y qué me dicen de los rayos uva? Mantener ese bronceado todo el año, al que tan aficionados son algunos dirigentes peperos, debe de salir por un pastón. Ahora entiendo los recortes en gasto social de su gobierno: Siguen las recomendaciones de su asesor de imágen, un extraño tipo de frondosos bigotes, que les aconseja invertir en su propio look frente al despilfarro que supone dedicarlo a guarderías, personas dependientes u otras zarandajas propias de individuos marginales y desaliñados. Sería como arrojarles perlas a los cerdos. El populacho, envidioso como solo saben ser los pobres, no entienden los gastos que conlleva mostrarse ante la opinión pública hecho un pincel. No vayan a pensar por un momento que don Francisco se nos cachondea o sufre algún tipo de trastorno o desequilibrio mental. Su misérrima condición es la que le ha obligado, ahora lo sabemos, a que no pueda resistirse a aceptar otras retribuciones en especie. Noblesse oblige y dado que con su sueldo, que apenas supera mi salario de limpiadora, no le llega para representar a la comunidad valenciana con la elegancia debida, es normal que esté expuesto a trapicheos y regalos de sus amiguitos del alma. Por eso propongo abrir una cuenta, como la de ayuda a Haití, para recaudar fondos para Camps y compañía. Yo misma he decidido renunciar a la ortodoncia de mis hijos para dedicar ese dinero a esta noble causa. Todo sea por alejar el fantasma de la corrupción de la política valenciana. Si todos aportamos un poquito, quizás podamos conseguirlo.
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