Partitura de Difuntos
Algunas personas creen que dios ha muerto o, al menos, que debería suicidarse. Miran a su alrededor y contemplan un mundo sobrecogedor, infectado de injusticias, y no comprenden que "su creador", pueda habernos inoculado tan alta dósis de maldad y seguir vivo para disfrutar del resultado de su experimento. Por eso, en estas fechas de difuntos, incluyen a la divinidad entre sus plegarias que ahora, más que nunca, no tienen ni idea de a quién van dirigidas. Otros, los que no creeríamos en dios aunque nos lo ordenara él mismo personalmente, llevaríamos nuestras flores a otras tumbas. Yo me imagino una en cuya lápida podría leerse el "epitafio para un poeta" de Octavio Paz: Quiso cantar, cantar para olvidar su vida verdadera de mentiras y recordar su mentirosa vida de verdades. Los versos escritos para un poeta muerto, podrían extrapolarse a la propia poesía. A esa capacidad que tiene de elevar nuestra naturaleza, tradicionalmente vil y despreciable, por encima de las miserias cotidianas. Nuestra sociedad ha perdido esa magia. La hemos asesinado entre todos a fuerza de un obstinado embrutecimieno colectivo y una exquisita torpeza a la hora de compartir sueños solidarios. La poesía ha muerto como parece morirse la fe de la buena gente en un mundo limpio de canallas y canalladas. Pero no pienso ir a llorar a la poesía caída. Cantaré, alto y fuerte, con esta desgraciada voz con la que la genética ha tenido a bien dotarme, con la intención de arrebatarla de la tierra. Enfurecerla hasta la resurrección, y luego, darle mis flores. Para rogarle que no nos abandone, ahora, cuando más necesitamos recordar nuestra mentirosa vida de verdades.
1 comentario
frantic -
Larga vida a la poesía.