Bárbaros de Oriente, bárbaros de Occidente
Safar Angooti, es un joven iraní de veinte años que fué condenado a muerte por un delito cometido siendo menor de edad. En Irán, actualmente, hay 140 personas en el corredor de la muerte por actos penales que se les atribuyeron siendo menores. Este tipo de ejecuciones son frecuentes en países como Irán, Arabia Saudí, Sudán o Yémen y se practican con regularidad a pesar de contravenir las normas del derecho internacional. La violación de los derechos humanos de estos chicos y chicas en el ámbito musulmán, lógicamente, nos produce un profundo rechazo. Algunos lo atribuyen al fanatismo religioso y a la crueldad de la cultura de sus habitantes. !Nada que ver con la refinada, compasiva y pedagógica cultura occidental! Cuyo mayor exponente, como no podía ser de otra forma, son los Estados Unidos. Pero a lo mejor éste no es un buen ejemplo. Porque al parecer, en USA ha aumentado el número de ejecuciones simultánemente a que un centenar de países la abolieran de su código penal. Además, en 24 de sus estados se puede imponer la pena capital a reos que delinquieron antes de los 18 años. Y a pesar de que en 1989 La Corte Suprema de Estados Unidos suprimiera las ejecuciones de retrasados mentales, se han ajusticiado alrededor de treinta deficientes psiquicos desde entonces. La crueldad y la injusticia no son patrimonio de ninguna raza, civilización o latitud. Simplemente unos las ejercen de forma rudimentaria y manifiesta, mientras los otros, envuelven sus crímenes de estado con el hipócrita discurso de la seguridad y se pasan por el forro, no solo las normas internacionales, sino las suyas propias. Ya saben: "Consejos vendo que para mí no tengo"
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