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Política y justicia social

UNA BODA, TRES JUICIOS Y UN FUNERAL

UNA BODA, TRES JUICIOS Y UN FUNERAL

¡Madre mía! En mi tierra se suele decir: "de bodas, bodicas". Es decir, que los invitados a una boda pueden encontrar allí su media naranja. Ligar en una boda es una posibilidad. Lo que ya no suele ser tan normal es que gran parte de los convidados, incluido el paganini del evento, acaben reuniéndose, años después, en un juzgado. Y no para asistir a otra boda, esta vez civil y con menos pompa. Si no para responder ante la justicia por formar parte de la trama corrupta más enmarañada de nuestra, ya de por sí, corrupta historia.
Hablo, como no, de los acusados por la Gürtel, cuya lista se superpone casi como un calco a la lista de invitados a la boda de la hija de Aznar. Solo se echa de menos al padre de la novia. Que digo yo que sería interesante que explicara su entrañable amistad con el señor "Bigotes" y toda esa panda de empresarios, facilitadores y políticos marrulleros. Más que nada por haber sido presidente del gobierno y seguir considerándose el gurú ideológico de la derecha mega neocón.
Pero esto es España y ya decía Fraga que era diferente. Aquí el realismo mágico toma otra dimensión. Yo lo llamaría surrealismo trilero. Aquí solo se emplea la magia para timar al personal. Por arte de magia, tres importantes juicios se han sincronizado para coincidir en el tiempo. El de la Gürtel, el de las Black y el de las víctimas del franquismo. Un caso solapa a otro y así sucesivamente. Un truco de ilusionista aficionado pero que funciona. Porque el público recibe una sobredosis de información que altera su nivel de consciencia.
Carecemos de capacidad de asimilar, de forma simultánea, tanto cinismo y desprecio por la ciudadanía.  Escenas para la memoria como esa cola de "investigados" a las puertas de la Audiencia con caras archi-conocidas y algunas ausencias. O ese  Spottorno acuciando a las fuerzas del orden para que echen a los vociferantes preferentistas. Orden a la que, ante su regio estupor, los agentes se negaron alegando algo que era conocido como "libertad de expresión".
¿ Y qué me dicen del relamido del "Bigotes", rememorando un duelo al sol con un preferentista jubilado que le llamó chorizo?. Desafiándole a lo Cary Grant parapetado tras unas gafas de marca. Lo que en el barrio zaragozano de "El Gancho" entendemos por un chulo macarra, vaya.
Y lo más surrealista de estos tres juicios, aunque los asuntos no tengan nada en común a priori, es que muchos de sus protagonistas podrían ser intercambiables en los banquillos. Porque la diferencia de España es que aún es un cortijo.
Por otro lado, el PSOE me trae a la memoria al escuadrón suicida de La vida de Brian. Una autoinmolación que deja a la izquierda desmembrada a los pies de los caballos. Unidos Podemos no gana nada con este absurdo sacrificio. Las trabajadoras y trabajadores que esperamos un cambio social y más justicia, tampoco. Los únicos que salen ganando son, aparte de la espiritiflaútica banda de Mariano, los de siempre. Los poderosos.
Y no hablo de una entelequia conspiranoica. Las multinacionales que compiten a fuerza de la explotación laboral más despiadada deben estar frotándose las manos. Al final, en España todo sigue atado y bien atado. Y las perspectivas son que el nuevo gobierno no pondrá trabas en dar una vuelta de tuerca a  la argolla que nos han puesto en el cuello. El gran Houdini no hubiera tenido nada que hacer con Franco. Paquito sí que sabía hacer nudos. Podemos dar buena fe de ello.
Una boda, tres juicios... ¡Ah! y el funeral, por si no se han percatado todavía, es el nuestro. Al menos el de nuestros derechos laborales y sociales. ¡Qué la tierra nos sea leve!... porque nos van a crujir.
 Así está la cosa de momento. Berlanga podría crear una saga interminable y sus protagonistas bordarían el esperpento nacional. Dicen que en la boda de Anita Aznar, entre los gritos de ¡Vivan los novios! se escuchaba un coro que voceaba: ¡Viva el Mal, viva el Capital!
¿Se imaginan la escena? Lo malo es que sí. Que para este pueblo, el surrealismo chafardero, es la cotidianidad.

SUSANA DÍAZ, LA COSTURERA DEL "ERE"-AVERNO

SUSANA DÍAZ, LA COSTURERA DEL "ERE"-AVERNO
Lo que acaba de suceder con el Partido socialista es la crónica de un suicidio anunciado. El PSOE llevaba décadas desprendiéndose de su esencia primigenia. Ocupando, en el diabólico sistema bipartidista, el papel del mal menor. Hace tiempo que emprendió el galope a lomos del Ibex35. Mas no nos engañemos, también Pedro Sánchez compartía esa montura. Pero por lo visto, se niega a espolear con la saña flamenca de una Susana Díaz o el cínico sadismo de un tal Felipe González. No tiene suficiente cuajo para traicionar un partido fundado hace siglo y medio con el propósito de representar la voz de las obreras y obreros españoles. La voz de la izquierda.
 Si Pablo Iglesias (el coletas no, el otro) levantara la cabeza y viera lo que estaba pasando en su partido, si supiera de los "eres" y diretes sobre sus dirigentes, de los muertos encalados en el armario del olvido, de la deslealtad con la que se posicionan frente a la clase trabajadora, de su deriva irrefutable a alinearse con el capital... Si hubiera visto la masacre intestina que se ha vivido estos días en Ferraz, seguramente volvería al cementerio a "tumba abierta". Pero de momento, los únicos que patalean sobre la tumba del PSOE son sus militantes que comprueban que la democracia interna era una quimera más falsa que un unicornio azul.
Mientras las bases socialistas se desangran por culpa de una reyerta a muerte entre barones, principitos y costureras diabólicas, Rajoy descorcha un buen champagne francés. Nada de cava. Ahora no toca que le relacionen ni tangencialmente con los nacionalismos. Cuando ha tocado, ni PSOE ni PP han tenido pudor alguno en bailar la sardana tomados de la mano de los separatistas. Pero en este país no cuenta nada la coherencia ni la memoria. Y mucho menos la decencia.
Susana Díaz ha cumplido su amenaza de remendar el roto. Eso sí, en vez de usar una aguja, esta hembra rociera criada a los pechos de F. González, ha empleado un machete. La cosa no está para bodoques ni florituras. La pérfida Susana ha decapitado a Pedro el Bello sin despeinarse el flequillo. Demasiado gore para la sensibilidad de algunos. Pero Pedrito se estaba poniendo muy tontito con eso de que no es no. Ese no era "el plan". Ya lo dijo un decepcionado Felipe González.
Sin ser la bruja Lola ni poseer ningún don extrasensorial (y apenas vida sensorial), me voy a atrever a hacer un vaticinio: Mariano Rajoy saldrá investido como presidente del gobierno gracias a la abstención socialista a finales de octubre. Las costureras milagrosas se han puesto a remendar el roto a toda hostia. Pero no el roto ideológico que está destripando a su partido. Lo que zurcen a puñalada limpia es el descosido por el que se les podía colar el verdadero cambio. Los modistillos y modistillas socialistas están más cómodos con Rajoy en la Moncloa que con cualquier engendro del demonio que pueda gestar la nueva izquierda. Son parte del engranaje del sistema y lo defienden con fiereza. Aunque, como un Saturno enajenado, acaben devorando a sus propios hijos.
De momento la izquierda se fractura aún más y la derecha saca rédito. Doña Rita podrá sestear tranquila en el Senado mientras la vida sigue igual para los carteristas y chorizos habituales. Susanita y sus palmeros han cosido a sangre y fuego la única posibilidad de que algo empiece a cambiar de verdad en este país. Es un pacto entre dos bandas. Una entente cordiale para saquear el territorio y el patrimonio de todas y todos. Quizás sea verdad que de toda crisis se puede sacar una catarsis. Pero de lo que estoy cada vez más segura es que el camino del cambio será una carrera de fondo. Yo por si acaso, voy a ir haciendo los estiramientos. A ver si llego.

LA "MALA FOLLA"

LA "MALA FOLLA"
Con frecuencia cuesta creer que estamos en el s. XXI. Sobre todo si eres mujer. En países "menos civilizados" que el nuestro las mujeres son cosificadas. Carecen de derechos humanos elementales. Son mutiladas genitalmente, lapidadas, azotadas, ejecutadas, violadas, prostituidas desde la niñez, vendidas como mercancía cárnica, explotadas sexual y laboralmente... Millones de hermanas en todo el mundo padecen todo tipo de abusos y vejaciones de parte de sociedades patriarcales y gobiernos teocráticos que ejercen la violencia institucional mostrando su odio y su desprecio por el género femenino. Una plaga que no cesa y que no impide que países occidentales, como España, mantengan relaciones comerciales y diplomáticas con estados feminicidas y represores como Arabia Saudí.
Una cosa es predicar y otra, muy diferente, dar trigo. Y el humillante maltrato que recibe la mitad de la población mundial no es óbice ni cortapisa para que nuestro soberano o nuestros dirigentes políticos estrechen amistosamente la mano de los verdugos. Al final, solo son mujeres, niñas o adolescentes cuya vida no significa gran cosa si la comparamos con los pingües beneficios que se pueden obtener haciendo la vista gorda.
Pero incluso aquí, donde la constitución pretende avalar la igualdad entre los géneros, nos encontramos con comportamientos retrógrados y machistas que impregnan todos los estratos sociales. Mirar para otro lado cuando se producen equivale a ser cómplices de tan deleznables comportamientos.
Hace unos días, unos taxistas madrileños decidieron no hacerlo cuando un cliente neandertal se negó a tomar un taxi porque iba conducido por una mujer. Ninguno de los otros compañeros de la parada accedieron a transportar al energúmeno que tuvo que largarse a patita bajo un sol de justicia (nunca mejor dicho). Son pequeños-grandes gestos que marcan la diferencia. Que aportan esperanza en que algo está cambiando pese a otras noticias que provocan desazón.
Como la de un galeno de Murcia que escupió un insólito diagnóstico a una paciente. Según su profesional opinión, mientras apuraba un cigarrillo en mitad de la consulta, el problema es que la muchacha no estaba bien follada. O en cualquier caso, la mal follada era su madre, apostilló. Desconozco si la prescripción facultativa fue la de administrarle un falo cada ocho horas o si, él mismo, ofreció su patética pilila para paliar la dolencia de la joven. En cualquier caso, lo más lamentable del asunto es que, pese a que el menda dejó plasmado en un informe semejante infamia, la consejería de sanidad no le ha separado cautelarmente del ejercicio de su profesión mientras dura la investigación. ¿Acaso entienden que la patología que describe este pájaro debiera incluirse en el vademécum del colegio oficial de médicos?
Desgraciadamente, no es el único caso en el que la discriminación humillante de algún macho alfa queda impune frente a la justicia. Un jefe de unos grandes almacenes que se dirigía a sus empleadas llamándoles "chochitos" y dejaba notas alusivas a su físico en sus taquillas fue absuelto al entender que sus actos no era constitutivos de delito. Tampoco la Universidad está libre del ejercicio del machismo "cum laude". Un profesor de Santiago de Compostela aprovechó la jerarquía docente para criticar públicamente el escote de una alumna. Al parecer le desconcertaba su canalillo. Al ser tachado de machista por el alumnado su respuesta fue muy esclarecedora: Si fuera machista, te pegaría una hostia. Aunque sus actos se desarrollaron frente a toda la clase, los responsables de la Universidad no tomaron medidas contra el profesor. A cambio, reubicaron a la alumna en otra clase re-victimizándola por no saber encajar la " respetable" opinión del catedrático.
Por desgracia, culpabilizar a las víctimas de insultos o agresiones machistas no es un hecho infrecuente. Si una mujer es violada se cuestiona su forma de vestir o la imprudencia de andar de noche por una calle oscura. Como si ello supusieran un consentimiento tácito para ser objeto de esta clase de violencia. ¡Es que van provocando!- Tenemos que oír de algunos respetables padres de familia. ¿Si fueran sus hijas... lo justificarían con el mismo argumento? ¿Darían una palmada de complicidad en la espalda de sus agresores?
Casi todas las mujeres padecemos algún tipo de vejación a lo largo de nuestra vida. Tocamientos, insultos o menosprecios que ocurren con total impunidad y que son normalizados por las autoridades e incluso por gran parte de la sociedad.
Cuando alguno de estos tarados discrepa ideológicamente con una mujer recurre al sexismo más bajuno. Lo digo por experiencia. Más de una vez se me ha tachado de "mal follada" cuando discrepan de mis opiniones y no se les ocurre mejor argumento para rebatirlas que atribuirlo a mi necesidad de ser penetrada por un iluminador pene que me ayude a ver la luz.
A lo mejor se hacen un lío con la sintaxis y, en vez de mal follada, lo que quieren decir es que tenemos "mala folla". Es decir, que no estamos dispuestas a someternos a ningún imbécil que pretenda iluminarnos a pollazo limpio. Sería necesario ilustrarles acerca de que, al contrario de lo que les pasa a ellos, nuestras neuronas no residen en las gónadas sexuales.
Pero para que la igualdad y el respeto inter-genérico sea posible se necesita la intervención de una sociedad sana y equilibrada. Mirar para otro lado, justificar o minimizar estos hechos forman parte del problema. No se puede cambiar lo que nos ofende por cojones o por ovarios. Solo una educación equitativa y libre de prejuicios puede darle la vuelta a la tortilla. Pero mientras ese día llega, únicamente podemos combatir su estupidez a fuerza de "mala folla". De mucha, mucha mala folla.

LA CLOACA

LA CLOACA
Iñaki Gabilondo describe en su video-blog la actualidad corrupta de nuestra política como un hedor indescriptible que se agarra a los cerebros y que impide pensar con claridad sobre los acontecimientos. Algo así como una cloaca cuya pestilencia tiene narcotizada a la sociedad. Y es que no hay día que no amanezcamos con un nuevo escándalo, o se reavive uno antiguo, para estupefacción saturada de la ciudadanía. Aún no hemos salido del shock de todo el asunto de Soria y su frustrado nombramiento cuando doña Rita nos ofrece otra lección de la desfachatez en la que se mueven algunas élites políticas. Pese a ser "investigada" y haber abandonado "voluntariamente" el PP, se agarra como una lapa a su sillón de senadora y los cinco mil y pico eurejos  mensuales que conlleva el puesto. Pero no es solo el PP quién tiene muertos vivientes abarrotando sus armarios. Susana Díez y el PS de Andalucía también van a ver como sus zombis desfilan salerosamente a los juzgados por haberse apropiado del dinero ajeno.
Los dos partidos que se han alternado históricamente en el poder han consentido, cuando no compartido, comportamientos delictivos y poco dignos con absoluta normalidad. Sacar tajada de la política era lo normal. Algunos habían mamado esta conducta directamente de sus padres y de esa época de "extraordinaria placidez" que fue el franquismo y la democracia no había supuesto ningún obstáculo para seguir con sus tejemanejes.  Otros no se sabe bien si ya venían corruptos de serie, y por ello se metieron en política, o se fueron pudriendo al tocar un poco de poder. En cualquier caso parece que las mordidas, las comisiones y todas las demás miserias de las que nos vamos enterando se toleraban como una tradición no explícita de cuya existencia los gerifaltes de los partidos tenían que ser sabedores. O sea, cómplices.
Esto de hablar de tradiciones repugnantes, como la del latrocinio al pueblo por parte de los servidores de la patria, me ha traído a la cabeza el asunto del Toro de la Vega y la defensa de la tradición gore de lancearlo hasta la muerte que hacen sus partidarios. Ustedes pensarán que no guarda relación. Más de lo que parece. En defensa de la tradición un lugareño enarboló una lanza, pese a su prohibición este año, que llevaba una pequeña bandera de España atada a su alrededor. Mientras la guardia civil se lo llevaba, el bragado cromañón gritaba que lancear al toro era una sagrada tradición. Una tradición muy española.
Luego tuve la oportunidad de escuchar en televisión a un caballero que se presentó como presidente del observatorio del toro francés. Flipé con el gabacho tanto casi tanto como con que existiera un observatorio del toro en Francia. Entre otras perlas, el buen hombre comparó a los veganos animalistas con los nazis, aseguró que los animales no tienen derechos ni sentimientos y remató la faena aseverando que los anti-taurinos eran los que, antes que los yihadistas, iban a provocar una gran confrontación de civilizaciones.
Boutades aparte, no le faltaba razón al energúmeno del otro lado de los Pirineos. Dos civilizaciones se están enfrentando continuamente en el coso patrio. Pasa en política y pasa en otros ámbitos de la vida como la tauromaquia. Dos maneras contrapuestas de pensar y entender la realidad. Normalmente, quienes postulan tradiciones deleznables como meter la mano en la caja común, evadir capitales o blanquear dinero se llenan la boca proclamándose patriotas. Los salvajes que se empecinan en lancear una bestia hasta la muerte también.
Esta patria que defienden es enemiga de la mía. Efluvios de la cloaca de la que hablaba Iñaki. Un pozo negro y maloliente que no se ha cerrado desde la dictadura y del que surgen reptando personajes siniestros que pretenden apropiarse la patente de la patria en su interés personal. Pueden situarse a la izquierda o a la derecha. Son camaleónicos. Y se ponen la sensibilidad y la vergüenza por montera. 
Son la España negra y profunda. Esa España que lancea a la otra media. 

PIENSO, LUEGO... MOLESTO

PIENSO, LUEGO... MOLESTO “Pensar trae consecuencias. Su ejercicio no ha sido una actividad bien vista . Hoy está en peligro de extinción. Resulta significativo que entre los crímenes de lesa humanidad figura la persecución ideológica y política”. (Marcos Roitman)

Si existe algo que ponga de los nervios al poder es la posibilidad de que a las masas les pueda dar por pensar. Pensar es un acto subversivo en sí mismo puesto que cuestiona las verdades oficiales y aplica un foco crítico a los acontecimientos para aprender a leer entre líneas. Por eso  al establishment.no le mola nada y pone todo su empeño en idiotizarnos. Tarea, por otro lado, que lleva a cabo con una eficacia supina. Hay dos esferas sociales que deben ser controladas para erradicar el germen del pensamiento crítico:
Educación y medios de comunicación. En la primera, las sucesivas reformas han despreciado asignaturas como la filosofía pero han seguido manteniendo en las aulas la religión. Los alumnos y alumnas no sabrán quién era Platón ni tendrán acceso a sus ideas sobre la utopía pero, a cambio, se les instruirá acerca de unos seres sobrenaturales que rigen mágicamente nuestros destinos.
 ¿Saben? La mayor bofetada (y me llevé unas cuantas) que recibí en mi infancia me la dio una monjita de la escuela por pensar. Debía tener unos ocho años y la explicación del" tres en uno" de la santísima trinidad no acababa de cuadrarme. Ante mi insistencia, la sor resolvió todas las dudas aplicándome un esclarecedor guantazo que extirpó de cuajo mi irreverente racionalidad. 
 Si desde pequeños nos cercenan la capacidad de analizar, entender u organizar como se producen los acontecimientos que pretenden interpretar y representar al mundo, nos convierten en poco menos que un pokemon. Sin pensamiento crítico estamos indefensos frente a las opiniones o afirmaciones que quieren imponernos como verdaderas. Pensar subvierte el orden y cuestiona el status quo. Es peligroso que cunda el ejemplo.
El control de los medios de comunicación es, por ello, también imprescindible. Antes se trataba de aplicar directamente la censura. Secuestrar una edición o cerrar un periódico o una emisora que discrepaban de las versiones oficiales solía bastar. Ahora la élite ha comprendido que lo mejor es comprar directamente a los medios. Ser los dueños y, como ha sucedido con la última reata de despidos en El País o en la Ser, quitarse de en medio a los periodistas tocapelotas.
 Se recrea la fantasía de que participamos de una democracia con derechos y libertades. Pero en realidad se está reprimiendo deliberadamente nuestra capacidad de pensar. Y además se nos amordaza. Para que no llenemos de "pajaricos" las neuronas ajenas. A ver si la gente le va a dar al coco y se les acabó el negocio.
A escala planetaria vemos como las nuevas tecnologías en drones y armamento de última generación se utilizan para imponer las verdades imperiales. El odio y la muerte se alzan sobre la razón y el entendimiento. Eso sí, ahora matamos con unos artefactos de primera. Dignos de nuestra refinada civilización. Siempre la fuerza y la mentira al servicio de oscuros intereses amparados por versiones convenientes. Como asolar un país para buscar armas de destrucción masiva. De aquellos barros vienen muchos de los actuales lodos.
Pensar, y sobre todo difundir esa necesidad social de animar el pensamiento crítico, es considerado subversivo porque muestra al poder desnudo y expone sus vergüenzas. Sus miserias. Sus asquerosas mentiras en chancletas.
El proceso de deshumanización avanza. Nos quieren tontos y manipulables. De momento no ponemos demasiada resistencia. El libro más vendido ha sido el de Belén Esteban. Nuestra estulticia les engorda la buchaca.
  ¡Sean subversivos! Piensen sobre esto.

UN OTOÑO AL ROJO VIVO

UN OTOÑO AL ROJO VIVO

El cambio climático nos regala 44 grados en septiembre a ver si lo pillamos de una vez: ¡nos vamos a la mierda!. Eso sí, cocidos a fuego lento como alubias. Y si la temperatura está que arde, la política carpetovetona no es para menos. Nos aguarda un otoño al rojo vivo en los juzgados que tendrá en el punto de mira al PP.  Pero también al PSOE. Y todo salpicado por otra campaña electoral en la que nadie se fía de nadie y se vuelven a bloquear las posibles coaliciones.  ¿Cuál puede ser el problema?
La corrupción se ha aceptado durante mucho tiempo  con absoluta normalidad en los círculos políticos. Incluso se intenta transmitir ese mismo mensaje de "normalidad" a la sociedad cuando alguno de ellos salta a la palestra como un virtuoso ladrón de guante blanco. Y ha calado. Es como si se sintieran investidos por una patente de corso para piratear a sus anchas. Una especie de prebenda medieval, como el derecho de pernada, que va implícita a la mentalidad de caciques de esta peña. Aunque para eso se necesita tener votantes con mentalidad de siervos de la gleba. Esa es la clave.
Como diría Rajoy: La corrupción no es una cosa menor. Es una cosa mayor.  Si aquellos en los que la ciudadanía deposita mayoritariamente su confianza para dirigir el país se revelan como una panda de estafadores y mentirosos compulsivos... ¿Puede ser eso una cosa menor? ¿Pondrían ustedes el destino de su familia en manos de unos maleantes? ¿Y el de su país?

En los próximos días veremos desfilar por los juzgados a algunos de los pro-hombres y pro-mujeres más destacados/as de la política patria. Unos son villanos conocidos. Otros, con toda probabilidad, están aún por descubrir. Siempre me pregunto cuál será la gota que colmará el vaso. ¿Dónde puede hallarse la criptonita que combata esta pandemia? No tengo ni idea. Incluso hay quienes aseguran que, en unas terceras elecciones, PP y PSOE resultarían fortalecidos en las urnas. En este país somos así. Recuerden que el "Dioni" se convirtió en un ídolo de masas. Seguro que no ha ganado las elecciones porque no se ha presentado. Su mirada golfa y bipolar haría luz de gas al ojo mentiroso de Mariano, Y siempre podría amenizar la labor de la prensa montando un karaoke, en vez de hacer el triste saliendo por un plasma.
Puestos a que nos gobiernen ladrones y facinerosos se debería exigir que, al menos, tuvieran un poco de gracejo. Puede que lo llevemos mejor si el que nos roba y nos miente es un cachondo. España es así de diferente. Le sacamos punta a nuestro propio descabelle.
De momento solo queda claro  que estos pájaros y pájaras son los únicos que se están riendo. Y por si alguien alberga todavía alguna duda, ya se lo digo yo: Se ríen de nosotros. En las mismísimas narices.Con premeditación y alevosía.
Decía un conocido que lo que más le fastidia es que este año va a votar más veces de las que ha, con perdón; follado. Este pueblo es así. Charanga y pandereta hasta la muerte. Puede que en unas terceras elecciones Rajoy se salga con la suya y consiga mayoría absoluta como auguran otros. No se puede descartar aunque sus gotas corruptas han desbordado todos los vasos, jarras y cazuelas de la geografía española .
 El primo de Rajoy aseguraba que el calentamiento global era una milonga. Ya me contarán. Negar la evidencia les debe venir de casta. Ninguno de los dos repara en que al personal no nos para de caer la gota gorda. Las del sudor y las de corruptos. Casi un diluvio.
 Eso sí,  todo no serán sinsabores. Volveremos a ver a Mariano durante la campaña andando rápido calzón en ristre y calcetines de ejecutivo. Verás que risas. ¿Es o no es para "botarlo"?

O MARIANO O EL CAOS

O MARIANO O EL CAOS


Mariano Rajoy pasará a los anales de nuestra historia como el primer presidente en democracia que fracasa en su investidura. Pero a pesar de que se ha puesto de manifiesto que nadie, excepto su cuchipandi, quiere que Rajoy repita legislatura, él sigue agarrado a su poltrona como una garrapata. Mariano-Gollum se empecina en que la presidencia es suya y solo suya.  Y no le sale de los bemoles dimitir como haría cualquier persona medio decente. Es más, Mariano y los suyos se ponen chulos a diestra y siniestra y reparten estopa democráticamente. ¡No me provoquen!- Desafió chulesco el ministro Hernando en el Congreso. Claro, es que el hombre se conoce y sabe que, en cuanto le tocan las palmas de la corrupción, le sale la genética de matón mafioso. Porque ahí está el quid de la cuestión. El partido popular ha actuado, y sigue haciéndolo, como una banda organizada cuyo capo, al menos en responsabilidad última por acción u omisión, es Mariano Rajoy. La codicia y la desvergüenza se han convertido en sus señas de identidad.
La última muestra de cómo actúa este grupo cuando se ve obligado a sacrificar a "uno de los suyos" nos la han dado con la nominación del ex-ministro Soria para dirigir el Banco Mundial. ¡Olé sus co....!¿ Ésta es su tan cacareada regeneración? Porque más bien parece la regeneración de la piel de una serpiente. El castigo por mentir reiteradamente y defraudar al estado español consiste en poner al lobo a cuidar el pienso de las gallinas.
Lo malo es que no debería sorprendernos. Rajoy es el presidente que mandó ese "Luis, sé fuerte" a Bárcenas para que no abriera el pico. El que defendió a Rato, Fabra, Camps o Barberá más allá de toda duda razonable. Otorgándoles una aureola de mártires. Quizás porque valen más por lo que callan que por lo que roban.
Y pese a tener un historial delictivo que crujiría de envidia a don Vito Corleone, los populares se ponen gallitos. Aseguran ser la única alternativa bendecida por su santidad el FMI, la Merkel, el IBEX35 y su repajolera madre. La única esperanza del país para no ser asolados por todas las plagas bíblicas y alguna laica.  Hay una antigua portada de la maravillosa revista Hermano Lobo que viene al pelo del caso. Un político increpa al populacho: ¡O nosotros o el caos!. Y las masas gritan enloquecidas: ¡el caos, el caos!. Entonces el político responde. Es igual, también somos nosotros.
Que Rajoy pretenda  convencernos de que más allá de él mismo y de su partido solo nos espera el caos tiene su guasa. ¿Qué es el caos?-dices reflejando tu pupila pepera en mi pupila Vosotros sois el caos. Un partido que ha mantenido entramados corruptos mientras recortaba los derechos sociales y laborales de los ciudadanos despiadadamente. Mientras se nos amordazaba para impedir el legitimo ejercicio de la libertad de expresión que corresponde a cualquier estado medianamente democrático.
Entre la banda de Mariano y caer en un vórtice oscuro preñado de ocultas amenazas, me quedo con el vórtice. Nunca he sido fan del malo conocido. Llámenme loca pero prefiero experimentar otras opciones por muy disparatadas que les parezcan a algunos. Cualquier cosa antes de permanecer rehenes del chantaje de Rajoy y su entrañable familia. Visto lo visto, nada debería darnos más miedo (ni más vergüenza) que seguir siendo gobernados por ellos. ¿Asustarnos con el caos? Millones de españolas y españoles convivimos con él fruto de las políticas anti-sociales de este gobierno. El mismo que ha sido protagonista de innumerables escándalos de corrupción. Y pese a ello, el partido popular ha vuelto a ser la fuerza política más votada. ¿Mariano o el caos?. No se a ustedes pero,  el caos, a mí me da la risa.

CUERPO TRISTE

CUERPO TRISTE  He pasado los últimos meses despistando mi dolor. Deambulando cual perrillo abandonado en la autopista. Indiferente al berlanguiano espectáculo de la política del que, cuando de forma tangencial he sabido algo, me ha hecho sentir como una espectadora obligada a ver representada la misma comedia bufa y mala hasta el final de sus días. Puede ser que mi corazón ande más cínico que de costumbre y una nube existencial me cubra como una manta de cuervos. Todos tenemos momentos que marcan un antes y un después. Un punto de inflexión que pone patas arriba tus entrañas.
Poco antes de su muerte, le prometí a un gran amigo que seguiría defendiendo la utopía. Siempre supimos que ninguno de los dos viviríamos lo suficiente para ver ese mundo nuevo que anhelaban nuestros corazones. Pero nada podía arrebatarnos la esperanza de que, algún día, los seres humanos comprendamos que nuestra supervivencia como especie depende más de la solidaridad que de la fuerza.
Hablar de la tragicomedia carpetovetona que están dando los políticos me parece, con todos los respetos, una mierda.
Me aburre. Me da pereza, Mientras los partidos se enzarzan en una mascarada de polichinelas, en la que ninguno quiere bailar con la más fea, la vida de las personas corrientes continúa. En nuestro país, el paro y la precariedad laboral se ceban especialmente con los más jóvenes. Generaciones perdidas, las llaman. Víctimas colaterales de un sistema criminal que antepone el capital al progreso de los pueblos. Y aquí no hay ideología que valga. En este mundo canalla, tanto tienes, tanto vales. Y algunos solo somos cifras anónimas. Peones  sacrificables en el tablero maldito donde unos tiburones psicópatas se juegan el presente y el futuro de la humanidad.
 Nuestra particular "escopeta nacional" tiene su cuajo,  pero el panorama internacional solo puede calificarse de catastrófico.  El horror de las guerras "ad hoc" a los intereses de tirios y troyanos, es la muestra  del desprecio que se siente por la vida de millones de personas en todo el mundo. Guerras urdidas para cambiar sangre por petróleo o por diamantes. Guerras diseñadas desde cómodos sillones de cuero, dentro de despachos elegantes y bien perfumados, posiblemente para que no se asfixien con su propia peste a podredumbre. Los niños fallecen entre los escombros, mueren de hambre, pierden la inocencia con un hachazo seco que les parte el alma para siempre. Pero volvemos la espalda por respuesta. Miramos a otro lado y esperamos que no haya consecuencias. Pensamos, pobres majaderos, que nuestras europeas vidas son más valiosas que las suyas. Que a nosotros no puede pasarnos esto.
La inmensa mayoría de nosotros somos menos que nada para estos carniceros. Hay muchas formas de declararle la guerra a un país, no seamos ingenuos. De dirigir certeros torpedos a la línea de flotación de su democracia. De aullar como manadas de lobos ante la posibilidad de que las sociedades llegase a autogobernarse al margen de sus afiladas garras.
Intentaré cumplir mi promesa, querido Antonio. Pero quiero que entiendas que, estos días, se me está haciendo bastante cuesta arriba. La utopía no prende en desolados páramos  De momento arrastro este cuerpo triste como puedo y finjo que la vida continúa, como si no pasara nada. Supongo que solo necesito tiempo. Como tú me decías con frecuencia, la cabra, al final, siempre tira al monte.

SOBRE P-PUTEROS, CORNAMENTAS Y TORRENTES CARPETOVETONES

SOBRE  P-PUTEROS, CORNAMENTAS Y TORRENTES CARPETOVETONES
Si Valle-Inclán siguiera vivo tendría material de sobra para dar unas cuantas vueltas de tuerca al esperpento patrio. Poco a poco se nos van desvelando más detalles de la chiripitiflaútica vida que algunos politicastros comisionistas se daban bajo la apariencia de personajes respetables. Elementos como Granados, ese sapo que le salió rana a la sr. Aguirre y que no se transformaría en príncipe aunque la mismísima Carmen de Mairena le arreara un beso de tornillo. Al margen de sus corruptelas, profusamente documentadas en los últimos meses, el ex-secretario del PP madrileño ha resultado ser un tipo tan casposo que Santiago Segura debería replantearse darle el papel protagonista en la próxima entrega de su popular saga. Granados no será el brazo tonto de la ley (en realidad el menda se pasó de listo) pero su fetidez moral hace que Torrente quede a la altura de Dora la exploradora. Don Francisco, que se creía con más glamour que el engendro torrentino, no proponía a sus socios "hacerse unas pajillas" para matar el tedio. Para estos menesteres entre trapicheos varios, contaba con las putitas de confianza que le proporcionaban empresarios tan sórdidos como agradecidos. Como ese constructor de Valdemoros que, conociendo las debilidades del pro-hombre, le surtía de señoras putas con pedigrée garantizado y clausula de confidencialidad.
Agasajos variados que incluían visitas a clubs de alterne durante la Feria de Sevilla, trofeos de caza, cabezas de miuras, picaderos (esta vez para caballos), joyas de Cartier y otras cutreces castizas de las que pudo disfrutar durante más de ocho años mientras rezaba devoto en la caseta de madera decorada con cerámica de la virgen del Rocío que también le fue obsequiada por los servicios prestados a su cuchipandi empresarial.
Lo de decorar las mansiones, o áticos en diferido, con cabezas de animales muertos provistos de profusos cuernos es un capítulo recurrente entre estos pájaros. Igual Roca que Granados parecían envueltos en una competencia hortera por ver quién acumulaba más cadáveres de bestias disecadas en sus abigarradas casas. Esa obsesión por las cornamentas da mucho que pensar. Ya lo decía Machado que, en este país, de cada diez cabezas una piensa y nueve embisten. Y puede que la fijación venga de ahí. De la necesidad de suplir esa ausencia de protuberancias óseas para poder embestir cualquier obstáculo que se interponga entre ellos y sus oscuros objetos del deseo.
El generoso empresario que llevaba en limusina a Granados de burdel en burdel y le regalaba caballos, cuadras y otras fruslerías se llama, para más inri, Pardal. Y su justificación es tan meridianamente ingenua como el apellido que porta: "Es el único político que nos ha dado de comer y hay que repartir". Comer comieron las criaturas. Tanto que se engullían el dinero público como zampabollos insaciables. Su hambruna contribuyó a que muchos ciudadanos se vieran privados hasta de las migajas. Tiburones como estos, que se han merendado las entrañas de la sociedad de bienestar, han conseguido que una legión de escuálidos españoles siga votando a su partido, lo que también es digno de estudio.
Y yo me pregunto: ¿Cuántos caníbales más estamos dispuestos a seguir alimentando con nuestras carnestolendas? ¿Qué tienen que hacer los insignes carpantas del PP para perder la confianza de su leal electorado?, ¿degollar inocentes en una plaza pública?, ¿arrancar las dentaduras a los jubilados para poder seguir comiéndose nuestro futuro a dos carrillos?.
Ser un ladrón y un chanchullero es cosa fea. Pero no son argumentos suficientes para perder la confianza de sus votantes. Y el ser hortera y chabacano, en vez de restar, parece sumar puntos entre siete millones de cabezas que embisten contra sí mismos. Será que pensar duele  demasiado para algunos .
Y lo dejo aquí, con otra frase de Machado, que quizás pueda esclarecer alguna de mis dudas:" Nuestro español bosteza ;¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío? Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?, ¿o el vacío es más bien en la cabeza."
Piensen sobre ello. Y si no pueden o no saben, simplemente  embistan.

OLIGOFRÉNICOS

OLIGOFRÉNICOS
Se conoce como oligofrenia a una deficiencia de tipo intelectual que etimológicamente tiene su origen en un vocablo griego que significa "poca mente". Los nazis pretendían aniquilar a todo ser que no encajara en los cañones de lo que consideraban la súper raza.
 Había que eliminar a los renglones torcidos. Judíos, enfermos mentales, homosexuales, enanos, minusválidos... eran catalogados como seres inferiores cuyo exterminio garantizaría la pureza del pueblo ario. Una selección genética que se practicaba en las cámaras de gas y que produjo la muerte de millones de inocentes.
Coincidiendo con la manifestación neo-nazi que se produjo en Madrid recientemente, bajo la complaciente connivencia de la delegada del gobierno doña Concepción Dancausa, en un colegio de educación especial de Fuenlabrada aparecieron unas denigrantes pintadas. "Muerte a los niños en silla de ruedas", "Minusválidos de mierda", "Todos a la cámara de gas"... eran algunas de las lindezas que podían leerse en estos muros aderezadas, con escasa virtud plástica, por una serie de esvásticas contrahechas. Y es que ser nazi no es tarea sencilla para sus acólitos. Amén de tener que intentar plasmar su ideología de mierda esbozando frases completas y comprensibles, estos individuos superiores sufren graves problemas para reproducir una cruz gamada. La dificultad del trazado supera las capacidades aero-espaciales de los "artistas" y, con frecuencia, el resultado es un truño en el que las puntas de su símbolo recuerdan a una araña dibujada por un niño de dos años.
En otra de las pintadas podía leerse: "Tontos, mongólicos, retrasados". Aquí no cabe duda. Con esta firma, sus autores, se adjudicaban la autoría de la hazaña. Especímenes de poca mente, oligofrénicos funcionales, que agrupan su idiocia profunda al servicio del odio irracional. Mientras en el país se había desencadenado una absurda guerra de banderas, engendrada por la misma delegada que pretendía prohibir las esteladas en el campo de fútbol, un centenar de tarados se paseaba impunemente por las calles madrileñas haciendo apología del odio y la xenofobia.
No debemos ignorar que es un argumento que vende. La historia nos ha demostrado el horror de su eficacia en el pasado. Y hoy en día, los ultrafascistas suben como la espuma de la cerveza rubia en Austria, Alemania, Hungría o Francia. Millones de europeos se entregan a una doctrina que les exime de pensar en quienes son los auténticos responsables de la precariedad y el paro. Es más sencillo repetir las consignas martilleantes de sus ideólogos que poner a trabajar la materia gris de la que andan tan escasos.
Personalmente, no soy amiga de símbolos, consignas o banderas. Como miembro de la familia humana me repelen las circunscripciones que tratan de constreñir en un mismo discurso la diversidad y la libertad de las personas. Creo que somos algo más que españoles, vascos, aragoneses, catalanes, madridistas o culés. Morir o matar por  un trozo de trapo, del color que fuera, me parece cosa de imbéciles.
Pero cuando lo que representan rememora algo tan depravadamente enfermizo como el Holocausto y quien debiera evitar su apología, según dicta la ley, les da alas, el asunto se vuelve peligroso La señora Dancausa, con un conocido pedigrée falangista, incendió la opinión pública con la surrealista ocurrencia de prohibir la exhibición de la estelada en el fútbol. Los jueces rectificaron sus desvaríos pero la sociedad española ya estaba enzarzada en una polémica muy conveniente al partido al que pertenece. Pretendió apagar un fuego arrojando gasolina. Sin su tentativa, hubiera sucedido lo que de hecho sucedió: nada de nada. Sin embargo incendió adrede a la sociedad para intentar rentabilizar políticamente la gresca de banderas. Si esto no es romper España, al menos apunta maneras.
Pero los oligofrénicos genocidas no tuvieron nada que temer. Desfilaron orgullosos, exhibiendo su rabia de cortitos mentales agrupados, sintiéndose protegidos por otro ser "superior" que también parece admirar el embrujo de la brutalidad y la sinrazón.
No es que aquí esté arribando el fascismo. Es que nunca se fue. Permaneció latente, arropado en la impunidad que le proporcionaron las instituciones cómplices o cobardes. Esperando el momento oportuno para imponer su régimen de alimañas.

CRÓNICAS CAVERNÍCOLAS

CRÓNICAS CAVERNÍCOLAS
Ignoro si a ustedes les sucede algo parecido pero, tras leer las noticias, hay días que una piensa que ha caído en un agujero negro que le lleva directa al paleolítico (con una parada para hacer pis en el medioevo). Al margen del ruido de sables mellados de la política nacional, nos topamos con otras pinceladas grotescas que dibujan una España rancia, asalvajada y de encefalograma plano. Por un lado, el obispo de Valencia hace un llamamiento a los católicos para no permanecer inertes ante el avance del imperio gay y el feminismo. Es curioso que lo diga un tipo con faldas que presuntamente practica el celibato y habla con un ser invisible. Por cierto, ¿los miles de sacerdotes que han abusado de niños seguían órdenes del imperio gay, de las desahogadas activistas de Femen o de ese ente sobrenatural que le dicta chorradas al oído a monseñor Cañizares?  El caso es que el buen hombre es muy aficionado a separar el grano de la paja. Ya lo insinuó cuando en otro de sus compasivos sermones aseguró que había que discernir porque entre los refugiados no todo era trigo limpio. Ahora pretende cribar a gays y feministas del concepto "familia". Como si la familia fuera un monopolio preconciliar donde no caben más granos (o pajas) que las que considera tradicionalmente el catolicismo. A monseñor le extrañaría saber que muchos gays y feministas tenemos familias que, lejos de ser disfuncionales, se rigen por valores como el amor, el respeto y la colaboración entre sus miembros. Aunque siguiendo los parámetros de Cañizares si, en la actualidad, se hubiera topado con Jesucristo lo hubiera identificado como el líder del movimiento gay. Hay que recordar que se juntó con doce tíos que acabó llevando al huerto y que le gusta rodearse de ángeles que exhiben más pluma que Paco Clavel.
Las religiones siguen a lo suyo. Braceando contra la corriente de la civilización y el signo de los tiempos. Católicos o musulmanes, poco importa, todos utilizan el argumento del odio porque el del amor no les sirve para sus auténticos propósitos. ¿Evangelizar? Sí, pero a cristazo limpio o detonando "mártires" en nombre de Alá para sembrar el miedo y el odio al diferente y lograr el control de la sociedad.
De las elucubraciones del señor obispo pasamos a otro asunto que también me abre las carnes. El lamentable espectáculo del Toro de la Vega ya no acabará con la muerte del animal. Sin embargo se seguirá celebrando para no herir la "sensibilidad" de los defensores de la matanza. Y yo me pregunto, ¿supone esto que le lancearán y acosarán hasta el límite de su agonía y que, cuando este a punto de palmar, un mozo le aplicará un desfribilador para devolverlo a la vida? ¡Enhorabuena!  Ya hemos avanzado algo. Concretamente del paleolítico al neolítico. En Tordesillas, con un alcalde socialista a su cabeza, no acaban de estar contentos con la prohibición de darle matarile a la res. La tortura, sin desenlace fatal, les sabe a poco. Como un coito interruptus que les pone cachondos pero no acaba de aliviarles. Dicen que al que no le guste, que no mire. ¿Imaginan si dijeran lo mismo los asesinos o los pederastas? Oígan, si no les gusta lo que hago, desvíen la mirada hacia otro lado. Lo que no se ve, no existe.
Sus partidarios, igual que el obispo de Valencia, solo piden preservar tradiciones centenarias como pegar a la mujer, quemar libros o perseguir maricones. Actividades que, como todo el mundo sabe, conforman la idiosincrasia de la raza pura carpetovetona.
Además, a los matachines de Tordesillas no les falta razón. Si no fuera por su cruenta y sanguinaria fiesta se extinguiría la especie. Pero no la de los toros, la de los cavernícolas.
Después de tragarme estos pepinos aderezados con otras singularidades patrias, solo me quedan ganas de volverme a la cama. De quedarme dormida unas décadas a ver si, para cuando despierte, el planeta ha petado o la evolución, por fin, nos ha distanciado un poco de los monos. Monos arrogantes, crueles y embusteros que avergonzarían a Copito de Nieve y a la mona Chita. La siesta puede ser larga. No olviden proveerse de pijamas y orinales.

¡¡ ¿CUATRO PUEBLOS?!!

¡¡ ¿CUATRO PUEBLOS?!!

 Cuando el ministro García-Margallo declaró el otro día que el gobierno se había pasado cuatro pueblos con el tema de la austeridad no se trató de un lapsus irreflexivo. El señor ministro de exteriores dijo lo que dijo queriendo, con premeditación y alevosía. Sobre todo alevosía. Y a mis oídos sonó como uno de esos chistes crueles cuyo malévolo propósito es reírse en las narices de quién lo está recibiendo. Vamos, como un bofetón en toda le jeta con la mano abierta. ¿Cómo ha dicho? ¿A lo mejor, es posible, quiero intuir, que el austericidio de los recortes en sanidad y educación, una reforma laboral que no ha creado empleo pero ha dinamitado los derechos de los trabajadores, una incesante letanía en la que, gobierno y patronal, nos repetían hasta la saciedad que la culpa de todo la teníamos la ciudadanía por vivir por encima de nuestras posibilidades, después de que muchas personas perdieran sus casas, después de los cientos de suicidios de los que ya ni se habla, del empobrecimiento generalizado de gran parte de la clase media, del desamparo de los más pobres y de los dependientes, del éxodo obligado de una buena parte de nuestra juventud para poder buscarse las lentejas, de una corrupción endémica por parte de la clase política y de la empresarial... me dice que, a lo mejor, se han pasado cuatro pueblos?
Oiga ministro, ¿Acaso le ha iluminado la Virgen del Rosario, su preferida, para tener esta revelación?  ¿O quiere hacernos creer que lo ha deducido usted solito?
Pues va a ser que no cuela. Porque en el organigrama de los que cortan el cotarro, las multinacionales y grupos financieros de EEUU y de la UE; a alguno se le ha encendido la bombilla. Y de repente se están dando cuenta de que a lo mejor, tanta austeridad, no les resulta rentable. Es lo que pasa con Grecia. Yo no soy economista, soy limpiadora, pero alcanzo a comprender que una deuda tan enorme se hacía imposible de cobrar si se dejaba al pueblo griego en la indigencia. Sin embargo, el FMI y el BC les atacaron como manadas de lobos.
 De repente, Lagarde hace posible lo que antes mantenía como imposible: aplazar el pago de esa odiosa deuda. ¡Eureka! ¿Se lo achacamos a otra inspiración mariana o a una recapacitación sesuda de la directora del FMI? Pues ni una cosa ni la otra. Es por ese tipo o tipa al que se le ha encendido la bombilla y les ha echado las cuentas. Si tiran mucho más de la soga, se les asfixia la burra. Los indigentes muertos de hambre no suelen pagar sus deudas. Hay que darles un poco de correa.
De igual manera empiezan a largar los empresarios de la CEOE sobre la posibilidad de empezar a levantar la bota de la moderación salarial. ¿Acaso se han convertido y pretenden hacer un reparto más justo de la riqueza al más puro estilo bolivariano o robinhudesco?
Tampoco. El tema está en que también han caído en que hasta la rapiña tiene límites (si se quiere seguir rapiñando). Porque los empresarios necesitan consumidores que compren sus productos. Y si los salarios son irrisorios se hace consumo de supervivencia, ergo, no hace falta saber nada de economía para deducir que caen las ventas y los ingresos de los empresarios. Porque si la mayoría andamos "pelaós", ¿Quiénes son los idiotas que van a comprar sus servicios o productos? Elemental, diría ese/a al que se le encendió la bombilla.
Lo del ministro Margallo es parte de ese chispazo colectivo, pero nada espontáneo, de entonar un mea culpa por haber cometido tan terribles errores. Lo que pasa es que a una se le plantea una duda :Quienes nos han recetado doble tazón concentrado de austeritis aguda, ¿eran idioitas o unos siervos leales a  los verdaderos poderes, los económicos? Cualquiera de las dos posibilidades, o ambas juntas, me pone los pelos como escarpias.
Hasta una cuasianalfabeta como servidora entiende que, lo que dicen ahora, responde a un principio elemental del sistema capitalista. Mantener cierto equilibrio social para que los privilegiados puedan seguir enriqueciéndose. Si nos asfixian están asfixiando su gallina de los huevos de oro. Y, créanme, eso es lo que quieren, tocarnos los huevos y algunas gónadas sexuales diciéndonos ahora que se han pasado cuatro pueblos.
¡Se nos descojonan! Pues ya perdonará el señor ministro pero su puñetero chiste no me hace pajolera gracia.

PURPLE RAIN


(Solo quise verte reír bajo la lluvia púrpura)

Quienes creemos que otro mundo es posible somos tachados de memos idealistas que no sabemos poner los pies sobre la tierra. La distopía se impone como una realidad irreductible. A fuerza de repetir una y otra vez ese discurso, muchos parecen haberse convencido de que nada vale para nada. De que cualquier esfuerzo para cambiar aquello que nos ofende, que nos degrada o manipula son meros brindis al sol que no pueden fructificar en algo viable. Sembrar esa desazonante impotencia forma parte de la estrategia. ¿Para qué implicarse si al final vas a estrellarte contra un muro de piedra? Sin embargo, los atrapasueños de pacotilla parten de una premisa falsa. Son precisamente aquellos con capacidad de remontar el vuelo sobre el barro los que han logrado auténticos avances para la especie humana. Los derechos humanos, esos que con tanta frecuencia se vulneran y desprecian, no nacieron por generación espontánea. Son hijos de mujeres y hombres que vieron más allá de la asfixiante sociedad que les tocó vivir. Que sintieron que las generaciones venideras merecían un futuro más libre y equitativo y que lucharon por ello aún siendo conscientes de que su vida no alcanzaría para verlo.
En la declaración universal de los derechos humanos se hace referencia a la familia humana sin discriminar por sexo, raza, ideología o condición. ¿Una utopía? Dicen que para conseguir un objetivo primero hemos de crearlo en nuestra mente. Hacerlo fuerte e impulsarlo para que pueda germinar. Si  creemos firmemente en que otro mundo es posible estaremos estableciendo los cimientos para su construcción. Si nos dejamos llevar por el desánimo seremos los responsables de su prematuro aborto.
Aplicado a nuestra actualidad política sucede lo mismo. Es verdad que existe un hastío generalizado porque el ansiado cambio que algunos pretendemos no acaba de fraguar. Es una apatía fomentada por los que no quieren que nada cambie y en la que resulta fácil caer repitiendo las mismas cantinelas acerca de que todos son iguales (los políticos) y que votar no tiene ningún sentido. También partimos de una premisa falsa: culpar a los agentes políticos de nuestra propia inercia. Si en verdad deseamos que nuestras hijas e hijos vivan en un país más libre, justo y con igualdad de oportunidades no podemos relegar toda la responsabilidad en la política oficialista. La ciudadanía tiene que estar vigilante y reivindicativa sin conceder patente de corso a quienes nos gobiernan, sean quienes sean.
Desde la perspectiva de la declaración de los derechos humanos sería ingenuo confiar nuestro futuro ciegamente a cualquier liderazgo político. La política debe ser el instrumento para ese cambio, nunca un fin en sí mismo.
El 26 de junio tendremos de nuevo la oportunidad de empezar a cimentar ese mundo nuevo que anhelamos. Tras el intento fallido de las últimas elecciones los que representan a los poderosos, al ibex35, a las multinacionales, a los empresarios sin escrúpulos, a los corruptos y en definitiva, a cuantos amenazan el progreso de la gran familia humana, han aprendido la lección. Una gran coalición para defender sus intereses que incluya a todas las derechas. También a un partido socialista que ha vendido el alma al capital y se alinea en las mismas trincheras que antes consideraba enemigas. ¿Y los demás? ¿En qué trinchera podemos cobijarnos?
Defender los principios fundamentales de los derechos humanos como son un trabajo digno, la vivienda, la libertad de expresión y de autodeterminación de los pueblos, la justicia social, una fiscalidad progresiva que asegure los servicios básicos más elementales, que los intereses de unos pocos no estén por encima del interés general del pueblo (recuerden quienes modificaron el art. 135 que nos convirtió en avalistas de los bancos), la soberanía nacional frente a las imposiciones de EEUU y Bruselas... es defender la Constitución española. La misma que engendraron personas como Fraga Iribarne y que ahora parecen utopías de lo que denominan la izquierda radical. Es cierto que es un documento mejorable y que debe ser adaptado a los nuevos tiempos. Pero aún así, su contenido está más próximo al discurso de la izquierda que a los que se autoproclaman garantes de la carta magna.
¡Tous ensemble! Todos juntos podemos transformar la negatividad imperante en una sociedad donde quepamos todos. En la que los liderazgos estén al servicio de la ciudadanía y no al contrario. Quedándonos en casa el 26J estaremos hipotecando las posibilidades de los jóvenes y de los niños. Destruyendo a nuestra propia familia humana.
La ley electoral que tanto beneficia a los grandes partidos puede ser ahora beneficiosa para la alianza de las fuerzas progresistas. No es verdad que nada vale para nada. El 26J podemos hacer posible lo imposible.
 
"Cariño, sé, sé, sé que los tiempos están cambiando
Es momento de que todos busquemos algo nuevo
y eso te incluye a ti
Tú dices que quieres un líder,
pero no parece que te puedas decidir.
Es mejor que te acerques,
y me dejes guiarte a la lluvia púrpura"  (Prince)
 

EJERCICIO DE EMPATÍA DE UNA IDIOTA

EJERCICIO DE EMPATÍA DE UNA IDIOTA

La señora  Sylvi Listhaug  es ministra de inmigración en Noruega. Hace unos días declaró que la solidaridad con los refugiados había llegado al límite. Que ya no podían acoger ni a uno más. Que en su escandinavo y próspero país no cabían más personas huyendo de la guerra y de la muerte. Para paliar la impopularidad de sus afirmaciones a la rubicunda dama no se le ocurrió mayor sandez que hacer un ejercicio de empatía para, según ella, ponerse en el pellejo de los refugiados. Así que, ni corta ni perezosa, se envolvió en un traje de buzo de doble revestimiento para chapotear jocosamente en el mar de Lesbos durante unos breves minutos junto a una lancha de rescate. "Ha sido una experiencia muy especial"-  comentó tras el mediático chapuzón del que salió más seca que la mojama.
Y con la sonrisa propia de quién ha visitado un aqua park, afirmó que ahora comprendía mejor las sensaciones que vivían estos pobres desgraciados. La verdad es que no entendió una mierda. O mejor dicho, su acto solo puede equipararse al de un mojón que flota con la misma  donosura que la ministra pero con menos indignidad.   
La idiota de Sylvi jugó a ser refugiada de luxe dejándose mecer en el mediterráneo con la seguridad que da saber que ningún tiburón querría comerse esa carroña recubierta de naranja neopreno. Hasta las alimañas tienen más cerebro para reconocer un alimento envenenado. Partidaria de cerrar las fronteras a cal y canto la señora Listhaug perdió el pudor, si es que alguna vez lo tuvo, para burlarse del indescriptible sufrimiento de muchos seres humanos. Pero ponerse en el lugar de los que padecen una guerra cruenta, de los que huyen jugándose la vida mientras acarrean a sus pequeños padeciendo mil vicisitudes para encontrarse a ministros tan cachondos como inhumanos en el lado "bueno" del mundo que les cierran las fronteras, les reciben con gases lacrimógenos para luego confinarles como a ratas, no es un juego. Es una payasada cruel que define al personaje. Ni arrojándola en medio de una tempestad con una piedra atada al cuello Sylvi Listhaug sería capaz de comprender el horror y la desesperación de los refugiados. Ella vive ajena a esa tragedia en una burbuja nórdica que la protege más que el patético traje que se enfundó en la isla de Lesbos. Lo único que entiende su rubia cabecita es que la política provinciana y xenófoba que practica puede darle réditos electorales en una Europa con el corazón más negro que un yogurt de petróleo.
Puestos a hacer indecentes ejercicios de empatía podría probar a sacar la cabeza por la ventana para ponerse en la piel de los sin techo. A echarse una siestecita de tres horas para sentir lo que siente un tetrapléjico  o a quedarse sin postre para empatizar con los niños que mueren de hambre cada minuto en el planeta. Sería igual de estúpido y ofensivo. O sea que no podemos descartar que la señora ministra siga por esa vereda. Ya se sabe: en que un tonto coge una linde...
¡En fin!. Afortunadamente, para poder reconciliarnos con la especie humana, existen otros ejemplos de mandatarios o ex-mandatarios como el primer ministro finlandés  Juha Sipilä  o el ex-presidente uruguayo Múgica que abren las puertas de su propia casa a las personas que se ven obligadas a escapar de la muerte y de las bombas. No todo está perdido. También en nuestro país, pese a la cicatera respuesta del gobierno, miles de personas ofrecemos compartir nuestra comida y nuestro techo a las víctimas de la barbarie. Y muchos otros se juegan la vida para rescatarles del mar y denunciar las tropelías que se cometen con ellos.
Si queremos un mundo más seguro quizás debiéramos escuchar a Dostoyevsky: La verdadera seguridad se halla más bien en la solidaridad que en el esfuerzo individual aislado. La solidaridad no es un acto de buenismo, sino de inteligencia. Hoy son ellos los que llaman a la puerta, mañana podemos ser nosotros. Aunque una cosa les digo, si quién necesita de mi solidaridad el día de mañana es Sylvi Listhaug me lo pensaré dos veces ... antes de tirarla al Ebro para alimentar a los siluros. Lo digo por los pobres animalicos que no merecen el maltrato.

QUEMAR LA MANTA

QUEMAR LA MANTA
A pesar de los escándalos de toda índole que se destapan en estos días, el ciudadano de a pie se queda con la inquietante sensación de que solo nos enteramos de la punta de un monumental iceberg. Aquí nada ni nadie es lo que parece. Un ex-presidente de la nación que defrauda a la Hacienda pública, involuntariamente, pese a sus antecedentes como inspector fiscal. Un respetable ex-ministro que cuenta cien versiones diferentes de cuentos panameños para justificar su distraída firma en documentos comprometedores que asegura no haber leído. ¡Hay que leer más! Sobre todo las cositas que firmamos, que luego pasa lo que pasa. Una ex-alcaldesa valenciana, ahora aforada senadora, que ignoraba que sus orondas posaderas se asentaban sobre un estercolero de blanqueo de dinero, cajas B,C.D, etc, adjudicaciones ilegales y otras innumerables corruptelas. Parece ser que el "caloret" nublaba sus inocentes ojos. Un ex.presidente catalán que, junto a su honorable saga, evadían el dinero de sus pifias a capazos para luego relatar que todo el pastizal provenía de la herencia del abuelito. Un sindicato (que al final acabó asemejándose al del crimen) que con sus "Manos limpias" extorsionaba a tirios y a troyanos con esa celebre frase de don Vito Corleone: Te voy a hacer una oferta que no podrás rechazar. Al más puro estilo de la mafia calabresa. Un partido socialista que tiene grima a la izquierda y se revuelca lascivamente con el Ibex 35. Una izquierda que antepone la guerra de siglas a cambiar el rumbo de un país a la deriva y nos recuerda a la asamblea judeo-palestina que tildaba de disidentes a la asamblea palestino-judaica. Unos dirigentes de la patronal que, tras incidir en que el proletariado vivía por encima de sus posibilidades, resultó que los que sí tenían posibilidades de robar, estafar y explotar al prójimo eran ellos mismos. En fin, un sin dios de enredos cuyo nudo gordiano no sería capaz de desentrañar ni el mismo Perry Manson.
¿Y cómo olvidar el misterioso caso de un  ex-vicepresidente, ex-ministro de Hacienda y ex-director del FMI que acaba saliendo pringado en todos los chanchullos pero no termina de entrar en el talego? Otro gallo cantara si hubiese cometido sus fechorías con un títere en la mano. Entonces hasta se le habría aplicado la ley anti-terrorista.
No, efectivamente en Españistán nada ni nadie es lo que parece. Pero oigan, ¿no les mosquea un poco que cuando caen las caretas de algunos de estos villanos de postín la justicia tiene serios problemas para poder condenarlos? ¿Y qué me dicen de los que ponen la mano en el fuego, achicharrándose vivos, por esta panda de trileros?
El problema es la manta. Una manta mugrienta, piojosa y extensísima que tapa las desvergüenzas de los que todavía no han salido retratados. La manta de la que Pujol amenaza con tirar y que haría tambalearse los cimientos de la democracia. La de Bárcenas y Fabra. La manta que amaga con levantar  la Barberá  para dejar con el culo al aire a sus compis-yoguis de partido. Si yo caigo, me los llevo por delante. Más que nada porque Rita ha averiguado que en los uniformes carcelarios no permiten ponerse unas hombreras.
La impresión es que todos saben de las mierdas de los otros. Y que hay muchas y muy gordas. Y las callan, de momento, para salvar sus miserables pellejos. Pero llegado a este punto, y entrados en la primavera, nos sobran todas las mantas. Este país tiene sarna por andar siempre tapando sus miserias. De no orear la gualdrapa para sacudir los ácaros que nos mienten, nos roban, nos estafan.
Propongo quemar la manta para sacar a la luz a estos manteros de luxe. Y, como dijo Montoro, si por ello se hunde España, ¡que se hunda! que ya la levantaremos. Pero con luz y taquígrafos y un detector de mentiras. Puede que suene dadaísta pero es que ya no nos cabe más basura debajo de ese pingajo. ¡A tomar viento la manta!

EL "FREGAÓ" DE PANAMÁ

EL "FREGAÓ" DE PANAMÁ
Cada día van apareciendo nuevos actores en la tragicomedia "Al Panamá-má yo me voy, voy, cuando quiero defraudar..."  Sorprendentemente, entre los patriotas que brotan de los offshores del paraíso fiscal, todavía no ha salido el nombre de ninguna fregona o pescatera. Es lógico. Como decía Mario Conde desde su tribuna ética de Intereconomía, hace falta ser hortera para no tener una cuenta en Suiza. O en Panamá. Y es bien sabido que el populacho está lejos del glamour que exhalan personajes como el propio Mario Conde o el ministro Soria. No salir en estos papeles es cosa de pobres, de horteras o de rojos que atentan contra los valores fundamentales de una España grande (tanto que se extiende hasta el otro lado de un océano) y liberal (pero solo en cuestiones financieras). Lo de Mario Conde tiene guasa. La ciudadanía inconformista se cabreó cuando sacó del país el dinero robado con el sudor de su jeta, allá por los años ochenta. Incluso pisó la cárcel convirtiéndose en un mártir neocón  y dejando saldada su deuda con la sociedad pese a que los milloncejos afanados se volatizaron durante décadas sin dejar rastro. Y ahora que el bueno de Mario pretendía  traerlos de nuevo blanqueados, perfumados y bien engominados, volvemos a cabrearnos como monos. ¡No hay quién nos entienda! Para uno que quiere repatriar la pasta escaqueada, van y lo detienen. Ahora  el hombre tendrá que hacer nuevos amigos en el talego porque sus viejos camaradas de celda seguro que llevan muchos años libres. Pero  no sufran, alguien de moral tan loable pronto conseguirá volver a ser el kie  de los kies carcelarios. Allí si que aprecian su extensa cultura, su elegante porte y ese afán que le ha movido a ser un adalid de la regeneración política en Carpetovetonia. Un ejemplo a seguir por el lumpen mas rasé de las penitenciarias visigodas.
En cuanto al ministro Soria, ¡Hay que ver lo mala que es la gente! Una mano negra ha sido la culpable de que sus ilustres apellidos se relacionaran con este feo asunto. A mí me pasa constantemente. A lo que me descuido, aparezco como directora de alguna empresa pantalla en Andorra o las islas Vírgenes. ¿No les pasa igual a ustedes? El caso es que el ministro que puso un impuesto al sol podría acabar pasando una temporada a la sombra. ¿Se lo creen? Yo tampoco. Cuando Évole entrevistó al presidente en funciones, éste aseguró que, si uno de sus ministros acababa salpicado por la corrupción dimitiría ipso-facto. Ahora Alonso y Maroto tienen que comparecer ante el Tribunal de cuentas y José Manuel Soria "el insolado" mezclado en el escándalo panameño. ¿Creen que dimitirá Mariano?. Yo tampoco. Mientras en Francia, Islandia o Gran Bretaña la población toma las calles pidiendo el cese fulminante de los políticos implicados en el fraude fiscal, los españolitos se concentran multitudinariamente en apoyo a los finalistas de "Gran Hermano". España es diferente. A veces hasta provocar arcadas.
Hace apenas cuatro días, el ministro de Industria, Energía y Turismo sentenció rotundamente que los que salían en esta comprometida lista debían dar explicaciones de inmediato. Ahora pide que la Fiscalía y el gobierno panameño investiguen el misterioso caso que le involucra en el lío. Un brindis al sol del señor Soria porque, sabe perfectamente, que esa no es una opción viable. No les extrañe que, al final, diga que ha sido una maniobra de Maduro que ha manipulado los papeles para ponerle en un brete. Ya nos avisó Iker Jiménez que existen fenómenos paranormales para los que, ni un señor ministro, tiene explicación. Además, si Soria dimite, Repsol y Endesa se quedarían sin cartera. Una tragedia para las sanguijuelas energéticas. Si el sol no quiere pagar impuestos que se largue a Panamá.
Lo que nadie cuenta es que el saqueo ejecutado por 1% de la población mundial (los ricachis planetarios) podría evitarse si se pusieran medios y voluntad en ello. Y aún más si se investigara a los colaboradores necesarios para que la evasión y el fraude fiscal sea posible: los bancos. Entidades como el BBVA, el banco de Santander y muchos otros. Los mismos bancos cuyas tropelías pagamos fregonas, pescateras y otros cuantos millones de mindundis gracias al artículo 135 de nuestra sacrosanta constitución.
Por último les recomiendo comprar el libro "De aquí se sale" que aportó dividendos extras a Mario Conde. Los ciudadanos que se lo compraron quizás no entendían el mensaje subliminal que llevaba implícito este título. De aquí se sale sí. Se sale prácticamente impune para sacar la pasta y degradar el estado de bienestar de nuestra querida patria. Siempre que seas lo suficientemente rico, claro está. Abstenerse fregonas, pescateras y demás parias de la tierra. Los offshores no están hechos para horteras muertos de hambre. Eso es cosa solo de PATRIOTAS.

¿LOS POLÍTICOS TAMBIÉN SON SERES HUMANOS?

¿LOS POLÍTICOS TAMBIÉN SON SERES HUMANOS?
El presidente en funciones accedió a ser entrevistado por Jordi Évole en su programa. Puede que, a causa de esa confusión mental que agarra con frecuencia a don Mariano, esperaba que "El Follonero" pudiera mostrar su lado más amable y campechano. Pero la realidad es que lo que se puso en evidencia es su naturaleza de anguila escurridiza ante las preguntas más comprometidas. Sobre la corrupción en su partido se acogió a esa mayoría silenciosa que aún no ha sido imputada. Son casos aislados- farfullaba el presidente. ¿Casos aislados?  Si se les pusiera en fila india, una ardilla podría atravesar la península ibérica saltando de corrupto en corrupto sin tocar suelo. Es más, el animalejo tendría la posibilidad de viajar allende nuestras fronteras haciendo una tournée por los paraísos fiscales de medio mundo. Pero sería injusto achacar el latrocinio y escaqueo fiscal exclusivamente a los peperos. España es un gran país en el que futbolistas, empresarios, escritores, cineastas, miembros "recortados" de la familia real o políticos de variado pelaje gozan de los mismos privilegios para hacer buena esa manida frase que tanto nos perturbó hace unos meses en el juicio del caso Nóos: Hacienda no somos todos. Ahora, en plena campaña fiscal, sugiero un slogan más veraz: Hacienda somos solo los tontos y tontas que consideramos que los impuestos sirven para garantizar una sanidad y educación de calidad y unos servicios públicos dignos de un país civilizado. ¿Y qué dice Montoro de todo esto? Pues como el Ebro, el ministro de Hacienda guarda silencio al pasar por el Congreso mientras 25.000 millones de nuevos recortes planean sobre las atribuladas cabezas de la ciudadanía en espera de que se forme nuevo gobierno. Las preguntas son: ¿Sería necesario meter la tijera si esta panda de ladrones y defraudadores cumplieran religiosamente con sus obligaciones?  ¿Si se les obligara a devolver todo lo robado?¿Haría falta empeorar aún más nuestros paupérrimos recursos si se atacara con contundencia la ingeniería financiera que lo permite?
Esas cosas pasan-  alega Marianico-  Los políticos también somos seres humanos. Y no le falta razón. Esas cosas pasan hasta en países tan transparentes como Islandia. La diferencia es que allí se obliga a dimitir a los "manguis" y se manda a la trena a los banqueros facinerosos. La amnistía fiscal no es una posibilidad en la tierra de los geiseres.
Rajoy reconoció que no maneja mucho la tecnología digital. Aseguró tener tuit ¿...?, Facebook y saber mandar algún SMS. De esto último no nos queda duda alguna. Últimamente su servidor de mensajes debe estar echando fuego enviando sus "Sé fuerte" a los cientos de casos aislados que le brotan como setas al Partido Popular. Yo le sugiero ponerles un gimnasio, en algún penal privatizado, donde puedan ejercitar la musculatura (ya que la conciencia no se puede reforzar haciendo pesas).
Pero los cortocircuitos neuronales de don Mariano no acabaron aquí. Llegó a cuestionar que miles de víctimas del franquismo siguieran enterradas en fosas ignotas y añadió que el Gobierno no podía hacer gran cosa por arreglarlo. La cuestión es que un sindicato noruego de electricistas pone más empeño y dinero en este asunto que nuestro propio estado. ¿Será que los electricistas noruegos son muy y mucho mejores españoles que nuestros políticos? Me inclino a pensar que sí.
Pero donde triunfó rotundamente fue al afirmar que no creía que muchos españoles ganaran el salario mínimo interprofesional. ¡Qué gran verdad! Entre parados sin prestaciones, jubilados con pagas miserables, contratos a tiempo parcial y trabajo esclavo un gran número de compatriotas no alcanzan a tener unos ingresos de poco más 600 euros mensuales. ¿Cuánto confeti se puede comprar con tan poca pasta? Que le pregunten a Ana Mato que con los 53.463 euros de indemnización que recibirá por tener que abandonar su cargo no tiene suficiente ni para un par de fiestas de cumpleaños. ¡La pobre!
Hace unos días, en Arabia Saudí, se iba a realizar un seminario para dilucidar si las mujeres son seres humanos. Otro gran país con el que mantenemos relaciones comerciales, diplomáticas y de entrañable amistad entre mandatarios. Al final tuvieron que suspenderlo por unos cuantos tiquismiquis que pusieron el grito en el cielo. Pese a la opresión totalitaria y religiosa que padecen los saudís, especialmente las mujeres, el asunto resultaba excesivamente escabroso hasta en este medieval reino que lidera el ranking en ejecuciones públicas y provee de armas a los yihadistas. Pero la barbarie de los jeques no ha sido óbice ni cortapisa para que el gobierno español haya conseguido un récord histórico en la venta de armas a este estado.
Ni tampoco el oscurantismo que envuelve a China sobre el respeto a los derechos fundamentales ha impedido que nuestros negocios se tambaleen un ápice. Y pese al odio que suscita en "la gente de bien" el régimen venezolano, habría que matizar que el gobierno de Rajoy también le vendió armas y buques de guerra por valor de mas de diez millones de euros en 2015. La pela es la pela.
Todo ello me lleva a considerar que la afirmación de Mariano podría ser objeto de un seminario más ajustado a los hechos: ¿ Son los políticos seres humanos? Las conclusiones podrían ser esclarecedoras. Si al menos constatáramos que pertenecen a una sub-especie o que forman parte de una avanzadilla extraterrestre dispuesta a destruir nuestro planeta entenderíamos mucho mejor sus desvaríos. Si pudiéramos quitarles la careta algunos mostrarían las escamas de reptiles. Vayan preparando sus declaraciones ratoncillos. Hay que alimentar a la Bestia. ¡Ay lagarto, lagarto!

JE SUIS ZAHRA

JE SUIS ZAHRA

Según dice la ONU y el propio papa Francisco estamos viviendo la tercera guerra mundial. Estoy de acuerdo. Millones de seres humanos sufren en sus carnes la violencia de unos estados más interesado en controlar posiciones geo-estratégicas que en preservar del horror la vida de los ciudadanos. El zarpazo terrorista también alcanza nuestra zona de confort occidental. Esa atalaya desde la que observábamos la injusticia y el abuso que se ejerce sobre gran parte del planeta ya no es invulnerable. Si antes bastaba con cubrirnos con un impermeable virtual para evitar que nos afectaran las salpicaduras de sangre de otras etnias y nacionalidades, ahora es nuestra propia sangre la que mana a causa del odio y la sinrazón del terrorismo. "Je suis Charlie", "Je suis Bruselas", repiten las buenas gentes europeas. Pero pocos entiende que "Nous sommes Pakistan, Siria, Yemen o NIgeria". Que las víctimas que este sucio conflicto produce a diario en otros muchos países debieran hermanarnos frente a los sátrapas que gobiernan el mundo.
Es complicado desenredar la maraña que ha provocado esta espiral de terror. El primer grupo yihadista sunnita no surgió como una reacción del islamismo fanático. Fue creado por el ex-presidente Jimmy Carter en 1987 para derrocar al gobierno marxista de Kabul y cercar a la Unión Soviética con un cortafuegos religioso. Es solo el principio de un plan orquestado por Washington. Por un lado financian el terrorismo religioso contra el anticapitalismo para luego erigirse en salvadores con la milonga de acabar con su propio invento.
Es la estrategia del bombero pirómano. Un juego perverso que también contribuye a que los fabricantes de armas se pongan las botas gracias a la hipocresía de gobiernos como el español que vende armamento a Arabia Saudí aún a sabiendas que acabará en manos de los terroristas. Armas que servirán para seguir asesinando inocentes, también en Europa.
Mientras tanto, el fascismo retorna de su duermevela en occidente. En Bruselas, hordas de neonazis son escoltados por la policía para reventar el acto en homenaje a las víctimas. Pisotean las flores con la misma furia que Europa se blinda ante la emergencia humanitaria más grande de la historia contemporánea. El terror creado por unos y por otros anula el principio inalienable de los derechos humanos. Privatizamos la conciencia transfiriendo a Turquía este problema a cambio de un puñado de monedas de plata.
Desde un centro de retención de refugiados, el activista español Benjamín Julián nos envía una foto que define la miseria moral que atravesamos. En la imagen Zahra, una niña de seis años, intenta romper la verja con un cuchillo de plástico. Zahra no entiende de intereses económicos o geo-políticos. Es solo una pequeña que ha perdido su infancia huyendo de una muerte segura para toparse con la crueldad de quienes deberían darle cobijo. Su inocente acto de rebeldía es un aldabonazo inocuo que no conmueve la hipócrita mirada de la vieja Europa. De mis entrañas nace un grito desesperado: "Je suis Zahra". Pero en realidad, los hechos me demuestran que el grito unánime debiera ser otro: "Nous sommes la merde". Una mierda podrida, sin paliativos ni paños calientes.
El negocio que para algunos países supone el terrorismo actúa como un poderoso emético para que renunciemos a la libertad, la igualdad y la fraternidad entre los pueblos. Tenemos suficiente información para no caer en su trampa. Suficientes datos para intuir que somos manipulados. Tras el 11S EEUU bombardeó Afganistán. Sin embargo 15 de los 19 terroristas implicados eran de Arabia Saudí. Hubo respuesta, pero más adecuada a los intereses económicos de las superpotencias que a la realidad de la autoría de la
masacre. Quienes han atentado en Francia o Bélgica eran en su mayoría de nacionalidad europea. Sin embargo los bombardeos se centraron en Siria. ¿Por qué razón?
Zahra insiste tozudamente en hacer un agujero que la libere de las aberrantes alambradas. ¡Pobre niña! Ojalá pudiéramos sobreponernos a la ignorancia, a la cobardía, al miedo elaborado, a la comodidad que supone aceptar las mentiras oficiales para ayudarle a arrancar esas verjas y arroparle en nuestros brazos. Pero el sueño de la razón, ya lo decía mi paisano Goya, produce monstruos. Nos roba la inteligencia, la bondad y la empatía. El mundo no es una mierda. ¡NOUS SOMMES LA MERDE!

EL HONOR DE SER FREGONA

EL HONOR DE SER FREGONA
Se puede decir más alto pero no más claro. Al final, cada cual es cada quién, y saca lo que lleva dentro como puede. Es el caso del concejal del PP Oscar Belmán Boldú que, refiriéndose a  la alcaldesa de Barcelona, esputó la podredumbre que alberga su cerebro con la
siguiente afirmación: " En una sociedad sana y seria, Ada Colau se dedicaría a fregar suelos". Pues claro que sí amigo. En una sociedad sana y seria, como esa España franquista que usted rememora comparándola con una Arcadia feliz, una pelada como la Colau estaría de rodillas, puliendo los suelos de su santa madre a cambio de un puñado de garbanzos. Y es que la plebe se está viniendo arriba porque, ¿Cuándo se ha visto en este país con olor a cerrado y sacristía y señoronas con peineta combinada con collares de perlas que los hijos y nietos de los miserables pretendan gobernar un ayuntamiento u ocupar los escaños del Congreso? Y qué mejor manera de vejarlos que esa comparación con lo que, usted señor Belmán, considera lo más degradado y bajuno de la sociedad: las fregonas.
Y digo fregona, que no limpiadora, porque con especímenes de su calaña se me vienen abajo los prejuicios eufemísticos. Como servidora pertenece a ese despreciado estrato social me atreveré a corregir la intencionalidad de sus profundas palabras. Cuando dice que la alcaldesa rojeras debería fregar suelos no está ofendiendo a Ada Colau. En realidad está enseñando la pezuña clasista y montaraz de la derechona más rancia y despreciable. Las fregonas, como la que firma este artículo, hemos contribuido a que nuestras hijas e hijos tengan acceso a una educación que a nosotras se nos fue negada a fuerza de dejarnos los riñones escoscando las casas de muchos señoritos. Puede que, por nuestro oficio, se nos vea con frecuencia arrodilladas. Pero no se engañe porque nuestras genuflexiones, obligadas por trabajos penosos y mal pagados, rebosan más dignidad que las hipócritas hincadas de rodillas de personajes clasistas como usía que hoy en día despreciarían al propio Jesucristo por ser el hijo de un humilde carpintero.
Y no es por nada, pero indagando en su blog y su twitter, observo que sus venerables padres malgastaron el dinero proporcionándole estudios en reputadas, católicas y carísimas escuelas. ¿Cómo puede un individuo de su alcurnia cometer tantas faltas de ortografía en tan escasos caracteres?: "La bolsa flutuando"... " Y cómo dije en su día, a veis abierto la veda..." Y solo son breves ejemplos de la burricie que le agarra. Aunque claro, cuando el dinero y la posición le vienen a uno por herencia no necesita atesorar cultura. Con tener la buchaca bien cubierta sobran las florituras. Será por eso que aboga por cerrar las facultades de filosofía y ciencias políticas, Pensar no es cosa que agrade a los oligarcas. Y más, si los que acceden al saber, son los retoños de los siervos de la gleba. Esos que nunca tendrían que haber abandonado su posición de santos inocentes, explotados e ignorantes para mayor gloria de las estirpes privilegiadas.
Pero a pesar de cromañones iletrados como usted la sociedad ha evolucionado. Y hasta una humilde fregona puede correrle a collejas dialécticas para que retorne a la caverna ideológica de sus ancestros. Ya sé don Oscar que usted, como otros de su calaña, añoran esos tiempos de mucamas humilladas y jornaleros uncidos por un yugo. En ello andan, con reformas laborales que quieren condenarnos a los salarios del hambre acusándonos de vivir por encima de nuestras posibilidades mientras saquean las arcas del dinero público.
Pero ya no somos tan santos ni tan inocentes. Ni siquiera esas fregonas a las que usted nos considera pura escoria. La basura está solo en su cabeza. Una suciedad inmunda que, como profesional del gremio, me ofrezco voluntaria a retirarle a base de lejía y de estropajo.

Nota al margen: No he podido evitar que mi artículo versara sobre este ponzoñoso menda pero quiero recordar que estamos a 24 horas de que Europa ratifique su miseria moral con el destino de los refugiados sirios. También Europa necesita un buen fregado de conciencia, si es que alguna vez la tuvo. Solo quiero añadir que NO EN MI NOMBRE. Ahora mi corazón de fregona se desangra en solidaridad con los que huyen de la guerra, de las torturas, con los niños desaparecidos (carne de explotación sexual o tráfico de órganos), con las madres y padres que ven morir impotentes de hambre y frío a sus criaturas mientras los mandatarios europeos se lavan las manos como Pilatos hipócritas e indecentes. Hoy, los refugiados, son también mis compatriotas. Y la historia juzgará estos actos, no lo duden, con la misma crudeza que otros capítulos negros de nuestro infame pasado. Pero ya será tarde para ellos. Y si existe dios, no tendrá indulgencia con esta Europa muerta de líderes canallas y desalmados. Pero, visto lo visto, empiezo a creer que dios también ha muerto.

LA TERNURA DE LOS PUEBLOS

LA TERNURA DE LOS PUEBLOS
(Dedicado a la asociación de abuelos indignados del barrio zaragozano de Las Delicias)


"No quiero pasar el tiempo que me queda jugando a las cartas o a la petanca. Quiero contribuir a la lucha para recuperar los derechos perdidos para nuestros hijos y nietos. Aportar mi experiencia para conseguir un futuro mejor para las generaciones venideras"
Ayer recibí una llamada de una mujer llamada Charo a la que no conocía personalmente. Me contó que pertenece a una asociación de abuelos indignados y me hizo un encargo que gustosamente trataré de llevar a cabo. Charo, junto a otras personas mayores, no se resigna a quedarse en la cuneta del ostracismo a la que son relegados muchos jubilados. Puede que sus ojos o sus piernas no cuenten con la viveza y la agilidad que gozaron en sus años mozos. Pero su corazón sigue manteniendo esa chispa de rebeldía que se prende frente a la injusticia y la hipocresía de una sociedad que parece rendida a los argumentos de los poderosos. En realidad, son más jóvenes que otros ancianos prematuros, cadáveres con carcasas maqueadas, que deambulan por la vida como nuevos fariseos siempre prestos a descargar la frustración de sus estériles existencias sobre las víctimas del sistema mientras asumen los falsos sofismas de los filibusteros.
Charo, como muchos de nuestros mayores, no tuvo una vida fácil. Ellas y ellos vivieron los años de la posguerra, de los salarios del hambre, de la falta de libertades de una dictadura cuya fantasmagórica sombra colea hasta nuestros días. Se comprometieron, a veces pagando un alto precio por ello, para que sus hijos y nietos no tuvieran que atravesar las mismas penurias que ellos padecieron. Para dignificar sus derechos laborales y sociales. Para enseñarles que el camino de la libertad y la justicia social debe pasar siempre por la solidaridad con los más débiles. Pero todo su esfuerzo, sus esperanzas depositadas en la gestación de un mundo mejor, se vienen abajo cuando observan el egoísmo cicatero y miope que reina a su alrededor.
"Quiero pedirte que escribas- me apremiaba Charo- sobre esa gente mezquina que culpabiliza a los desahuciados, a los caídos en desgracia, de su propia ruina" . Me relató como se le abrían las carnes cuando oía emitir juicios irreflexivos a quienes han tenido la suerte de conservar su trabajo y sus posesiones durante esta crisis impostada que se ha llevado a tantos por delante. Vivían por encima de sus posibilidades, apostillan los nuevos fariseos (así los define ella). Se metieron en créditos e hipotecas con alegría inconsciente y ahora deben asumir las consecuencias. Ese es el mantra que los poderes fácticos, a fuerza de repetirlo, grabó en las neuronas de muchos individuos acríticos para tranquilizar a la voracidad de los mercados. Pero, ¿qué hay de cierto en todo esto?, ¿Quién vivía por encima de sus posibilidades?, ¿los ciudadanos?, ¿el Estado? ¿Qué querían decir con vivir por encima de nuestras posibilidades? Algunos se referían a quienes se dejaron embaucar por esa España que iba como un tiro económicamente en la que los bancos apremiaban a endeudarse hasta las cejas prometiéndoles que el valor de sus adquisiciones se podría incrementar exponencialmente. Otros señalan al estado de bienestar, con la mezquindad incrustada hasta la médula, aduciendo que esas ayudas, que muchos de ellos también recibían, arruinaron definitivamente al país. La cuestión es buscar culpables en el ciudadano de a pie o en los gastos sociales del estado a los que tildaban de despilfarradores.
Pocos recordaban aquellos "maravillosos años" del boom inmobiliario, de los pelotazos de los gurús del ladrillo y del mercado inmobiliario. España iba bien- decía el ínclito presidente Aznar- y a nadie se acusó entonces de vivir por encima de sus posibilidades. Una burbuja ficticia que se siguió alentando durante el gobierno de Zapatero aún a sabiendas que´, más pronto que tarde, había de explotar.
La sensación de crecimiento desenfrenado de la economía en los supuestos años de bonanza contrastaba con las cifras correspondientes a los salarios reales, que cayeron un 8% entre 1996 y 2008. En el intervalo de 1999 a 2005 los beneficios empresariales en España crecieron un 73% -más del doble de la media de la Europa de los 15-, mientras que los costes laborales aumentaron apenas un 3,7% -cinco veces menos que la Europa de los 15. La brecha entre las rentas de los ricos y los asalariados en este país no ha dejado de crecer desde entonces. De estos datos se puede inferir que no todos los trabajadores se endeudaban por el placer de comprarse un BMW, sino principalmente por la disminución real de su capacidad adquisitiva.
Los ricos se hicieron más ricos durante este periodo pero también se beneficiaron de la crisis gracias, en gran medida, a la explotación laboral y a unos beneficios fiscales que son impensables en sociedades evolucionadas como Suecia o Finlandia (el 1% de las rentas altas solo pagan el 20% de lo que contribuyen sus equivalentes en estos países nórdicos).
Hacernos sentir culpables a los ciudadanos es parte de la estrategia neoliberal para que así se asuman dócilmente los recortes que acaban beneficiando las entidades financieras y a las grandes fortunas. Es el precio para redimirnos de nuestros hipotéticos "pecados".
Charo, y sus compañeras y compañeros, se definen como "abuelos indignados" pero su lucidez rechaza los falsos dogmas que otros, muchos más jóvenes, repiten como loritos amaestrados. Ellas y ellos saben que la solidaridad es la auténtica ternura de los pueblos aunque no hayan leído a Gioconda Belli ni tuvieran la oportunidad de acceder a una educación digna ni a una vida acomodada. Paradójicamente, comprenden mejor el presente y velan por garantizar el futuro de quienes tomarán su relevo en este planeta.
Merecen toda mi admiración y mi respeto. Sería un crimen imperdonable defraudarles.