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Defensa medioambiental

UN HERMOSO FUTURO DE AMOR Y PAZ

Ahora que se acaba ya el simulacro navideño de sensiblería impostada y consumismo inducido, podemos quitarnos las gazmoñas legañas para contemplar la crudeza de la realidad que nos rodea. Pues sí amigos, el panorama es un pelín aterrador. Sobre todo si tenemos en cuenta que el líder del país más influyente del mundo podría sustituirse por un chimpancé y, sin duda, la humanidad entera saldría ganando. Dirán que le tengo manía al tío del flequillo imposible. Dirán bien. Pero no es un asco gratuito. La criatura se lo gana cada día, tuit a tuit, superando su propio listón de burradas e insensateces. En una de sus últimas iluminaciones tuiteó que a Estados Unidos no le vendría mal un poco de calentamiento global. ¡Qué cachondo el rubio! Algunos opinamos que a EEUU le vendría mejor un presidente con cerebro. Uno que no se regodease en los millones de dólares que se "ahorran" retirándose del acuerdo climático internacional.
Según Trump, esto del calentamiento es una farsa inventada por los chinos para joder la industria estadounidense. Y, por supuesto, las emisiones incontroladas que provocan el efecto invernadero no tienen nada que ver con que se esté derritiendo el hielo ártico, lo que incrementa los niveles del mar y cambia los patrones climáticos en todo el mundo. Aunque no sería justo atribuir el negacionismo en exclusividad al bueno de Donald. Otros pro-hombres antes que él, como Aznar y el primo de Rajoy, se han burlado del asunto. Eso sí, convenientemente asesorados por los lobbys energéticos. Unos pájaros neutrales, ya se sabe.
Pero si el salero festivalero con el que Trump habla del cambio climático no les ha puesto suficientemente calentitos, ahí va otra que no tiene desperdicio: ¿Cómo gestionar una crisis nuclear? Pues fanfarroneando del tamaño a través de tuits. Que el psicópata coreano presume de tener el dedo acariciando el botón... El estadounidense le contesta: "¿Podría alguien de su hambriento y mermado régimen decirle que yo también tengo un botón, pero que el mío es mucho más grande y poderoso que el suyo, y que funciona?"
Un derroche de diplomacia que pone en evidencia que, si tenemos en cuenta la madurez intelectual de ambos fulanos, estamos vivos de milagro.
Para Trump, que tiene unas manos desproporcionadamente cortas, presumir de que su botón es más grande le compensa. Así no tiene que poner sus atributos frente a los de Kim Jong-un para medírsela. Igual que dos primates peri-anales pero con una capacidad de destrucción
apocalíptica.
Yo no soy la bruja Lola ni se qué nos deparará el destino pero, con gente así al mando del cotarro, los buenos deseos de amor y paz se destripan como ranas atropelladas en el asfalto.
En mi cabeza resuena el viejo tema de Serrat, Algo personal:
" Se gastan más de lo que tienen en coleccionar/ espías, listas negras y arsenales;/ resulta bochornoso verles fanfarronear/ a ver quién es el que la tiene más grande./ Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz,/ juegan con cosas que no tienen repuesto/ y la culpa es del otro si algo les sale mal/ Entre esos tipos y yo hay algo personal."
Lo ratifico.

MÁS MADERA PARA NUESTRA PROPIA HOGUERA

MÁS MADERA PARA NUESTRA PROPIA HOGUERA He de admitir que una tristeza bruna me oprime el corazón cuando contemplo el fantasmagórico paisaje que ha dejado el fuego a su paso por el norte. Como una fuerza diabólica e implacable arrasó con la vida de personas animales, árboles, casas, granjas, trabajo e ilusiones reduciéndolo todo a unas cenizas negras que ahora se filtran por los acuíferos y contaminan el suelo, los ríos y la costa gallega. Es lo que se denomina una catástrofe medioambiental.
Pueden existir infinidad de causas que originen un incendio. Algunas naturales como un rayo. Otras son imprudencias o prácticas ganaderas o agrícolas nada recomendables en las actuales circunstancias atmosféricas. Pirómanos sociópatas o cazadores, sociópatas también sin duda alguna, que prenden fuego al monte para satisfacer sus más bajos instintos. Y luego están los sicarios a las órdenes de oscuros intereses.
 En fin, un abanico de macabras posibilidades que combinadas con el principal problema, el cambio climático, hacen que todo nuestro entorno medioambiental parezca condenado a ser pasto de las llamas.  
Ayudaría mucho crear una legislación específica para la autoría de estos hechos. A mi modesto entender, son crímenes contra la humanidad. Están quemando el presente y sobre todo el futuro de nuestra especie. Genocidas en diferido que merecen una investigación exhaustiva y unas penas proporcionales a la magnitud de sus fechorías. Pero también ayudaría que el gobierno, en vez de recortar en recursos para la prevención y extinción de incendios y en brigadistas, proporcionara todos los medios a su alcance. ¿Parece lógico no?
Escuché por la radio como un brigadista de otra comunidad se lamentaba porque se les dedicaba a entrenar en sus puestos en vez de enviarles de refuerzo a Galicia. Era incomprensible y desgarrador para este buen hombre que no entendía el desatino.
Pero en el reino de Carpetovetonia hay otras prioridades. Si Galicia, en vez de pegarse fuego por los cuatro costados, hubiera proclamado la independencia, Rajoy le hubiera mandado miles de efectivos de las fuerzas de seguridad del estado en un pis pas. Para otra vez ya lo saben los hermanos gallegos. Cuando vuelvan las llamas que saquen las urnas a la calle. Ahí si que van a tener refuerzos policiales para apagar el infierno. Y es que Mariano, a pesar de ser gallego, estaba a otras cosas, más rentables políticamente, que la apocalipsis de la tierra que le vio nacer (y andar deprisa por primera vez).
Andar, el presidente, anda con garbo y salero. Pero en lo de pensar para gestionar una grave crisis medioambiental... no está tan espitoso. Si no, recuerden esos hilillos de plastilina que salían del Prestige y que pasarán a la historia de la crónica del humor negro. Más negro que el chapapote que enterró las costas de Galicia.
Ahora está de moda el nacionalismo y un patrioterismo rancio que, ya perdonarán, da mucha grima. Pero los únicos patriotas que he visto estos días eran los vecinos de las zonas afectadas luchando cuerpo a cuerpo contra el fuego. Gente heroica que, junto a los escasos efectivos allí desplazados, se jugaban la vida por sofocar el desastre.
Hay muchas imágenes estremecedoras de lo ocurrido estos días. Pero hay una que he visto en un periódico que, por lo que sea, me ha hecho saltar las lágrimas. Era una perrita que había buscado, encontrado y rescatado el cadáver totalmente calcinado de su cachorro. No se si era consciente de su muerte pero enfrentaba a la cámara con una mirada dolorosamente humana mientras sostenía con delicadeza el ennegrecido cuerpecillo. Los animales cuidan de su descendencia instintivamente. Cuidan de la supervivencia de su especie. En cambio nosotros... pues eso, y tal.
Lo que cuenta, lo que verdaderamente importa a los políticos es recaudar votos. Por eso, y por nada más, anegan de gasolina nuestra sociedad y prenden la chispa como orates irresponsables esperando sacar beneficio de las cenizas. Por eso nos envuelven a todos en una charada a ver quién la tiene más larga, la bandera, con el efecto de habernos retrotraído a un pasado represivo y siniestro. Estos también son pirómanos. Será por eso que los incendios que nos asolan, lejos de inquietarles, les deben poner burracos.
Normalmente me han llamado de todo a lo largo de mi vida. Lo último es que soy equidistante. Que no me mojo. Será que, como el presidente, yo tengo otras prioridades. Y la principal, como ecologista recalcitrante convicta y confesa (ambas cosas ciertas), es intentar dejar un planeta habitable a las siguientes generaciones. Y no solo en Galicia, España o Catalunya. También en Portugal y El Congo. Porque la intuición me dice que, más allá de las fronteras y de las banderas que nos hemos inventado, los seres humanos tenemos un deber patriótico muy superior: intentar preservar el único envoltorio que puede albergar a nuestra especie. Esa es mi trinchera. Y en esta cuestión, no soy nada equidistante. Ahí estoy a muerte.

QUEMANDO LA CASA

Algo me dice que los más celebres negacionistas del cambio climático como Trump, Putin, Aznar o el primo de Rajoy no combaten la pertinaz canícula que nos asola con un folio reconvertido en abanico. Seguro que desafían los perversos peligros que encierra el aire acondicionado, según afirma algún consejero de salud autonómico, para no sudar la gota gorda. Y será por eso (porque viven aislados en una burbuja térmica, fresquita y confortable) que siguen manteniendo que esto del cambio climático es una chorrada inventada por izquierdosos, progres y apocalípticos. No vayan a pensar que su obstinada negación podría proceder de siniestros vínculos con las grandes industrias petroleras. Eso sería entrar en la conspiranoia, ¿no?. Bueno, el caso es que mientras medio mundo se achicharra, grandes masas forestales arden pasto de las llamas, avanzan las superficies desérticas y se avecinan masivas migraciones humanas huyendo de las consecuencias, la última cumbre internacional sobre el clima reveló la indiferencia homicida que las grandes potencias muestran por la cuestión.
 La cosa pinta mal, Las olas de calor son maremotos que duran ya de mayo a octubre. Aquí los niños caen fulminados en unas aulas que se transforman en hornos crematorios. Barracones con techos de uralita que pueden alcanzar más de cincuenta grados, sin toldos ni persianas, los únicos edificios públicos que no tienen aire acondicionado en sus instalaciones. Pero no crean ni por asomo que se trata de un desprecio absoluto por la salud y el bienestar del alumnado de la educación pública. Eso sería vil y clasista. Ni tampoco por falta de medios. ¡Si andamos sobrados!. Si se permite que estas criaturas se cuezan a fuego lento en su propio jugo es para forjar carácter. Para que se curtan cara al infernal futuro que les espera gracias a la pasividad de los actuales adultos. ¿Qué pasaría si se viciaran a estudiar en una atmósfera fresquita y agradable? Que acabarían siendo unos flojos. Mejor que aprendan ahora, en sus tiernas y sudorosas carnes, que con un abanico de papel (pliega, pliega, pliega...) y una botella de agua, van que arden, nunca mejor dicho.
También lo hacen pensando en su salud. Porque hay que ver la de gérmenes y resfriados que evitan a estos críos privándoles del aire acondicionado. Ya lo padecen estoicamente por ellos políticos, funcionariado y hasta los abueletes que visitan diariamente el consultorio. ¡Salvemos a los niños de esta plaga! Pero a los de la pública, ¿eh?. Los de la privada, convenientemente subvencionados, no tendrán que acudir en bañador a sus colegios. Se expondrán a muchos agentes patógenos pero, a lo mejor, hasta pueden concentrarse en sus estudios en un ambiente que no se asemeje a las calderas de Pedro Botero. Todo tiene ventajas y desventajas. Para que luego digan que no hay equidad.
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Y negar el cambio climático no nos va a librar de sus devastadores efectos. La ONU y su grupo intergubernamental de expertos ha denunciado que uno de las consecuencias más catastróficas del cambio serán los incendios de grandes masas forestales. El calor y la sequía alimentan la posibilidad, como se ha demostrado en Portugal, de que factores tan aleatorios como un rayo desencadenen una tragedia de enormes dimensiones. Sin embargo, los montes y los recursos de extinción se privatizan poniendo su seguridad en manos de especuladores mercantiles. El año pasado los grandes incendios forestales crecieron en España un 50%.. Solo en el mes de abril de este año, se arrasaron miles de hectáreas. A este ritmo, la península ibérica lleva camino de convertirse en un terreno yermo y calcinado en poco tiempo. Paradójicamente, nuestro país sufre desde hace años una política de recortes y privatizaciones en los recursos contra incendios. ¿Acaso les parece una cosa menor?
Escuché a un experto en un documental que bromeaba sobre el instinto suicida de nuestra especie respecto al cambio climático: "Vamos a toda velocidad, directos hacia el precipicio, pero ¡en qué cochazos!" Lo recordé cuando leí que los Emiratos Árabes pretenden remolcar icebergs desde la Antártida para cambiar su clima. Parece ser que los jeques han decidido convertir su desértico país en un gigantesco campo de golf verde como Irlanda. La "jaimitada" de los amos del petróleo podría acelerar drásticamente el cambio climático, según mantienen los científicos, debido a la evaporación de esas enormes masas de hielo en la atmósfera. Además se liberaría agua dulce en el agua del mar alterando gravemente el ecosistema marino. Vamos, mal rollo.
En cualquier caso, vayan acumulando folios y cartones. Dudo que sirvan de mucho cuando nos hierva literalmente la sangre en las venas, pero puede ser terapéutico. Dobla que te dobla mientras arde la casa. ¿Los pirómanos? Detrás de ellos que venga el fin del mundo. Como se dice en esta tierra aragonesa: "El que venga atrás, que arree".

ACCIÓN MUTANTE

ACCIÓN MUTANTE
Parece que no ha llovido lo suficiente y nuestro solícito gobierno ha tenido una ocurrencia genial para plantarle cara a las compañías energéticas: reabrir la central nuclear de Garoña. ¡Chúpate esa ENDESA!. Bueno, la verdad es que Endesa e Iberdrola forman parte de Nuclenor (la operadora que se encarga del control de la central). Ósea que el órdago a estas corporaciones vampíricas es más bien un farol que pretende hacerle luz de gas a la ciudadanía. Pero bueno, oye, el caso es tomar medidas ¿no? Pues cuál mejor que la de reabrir una central obsoleta y doblar su esperanza de vida en casi cuarenta años más, En realidad Garoña  supondría un escaso aporte eléctrico a la red. Pero podría ser el mascarón de proa de la deriva de la política energética que quiere llevar este gobierno.
Claro que la apuesta tiene sus riesgos. Pero de los gestores de catástrofes medioambientales como la del Prestige no tenemos nada que temer. En caso de ·"petar", valdrá la pena escuchar a Mariano decir aquello de: Solo son unos hilillos de radioactividad.
Lo de que reabrir Garoña no es buena idea no lo digo yo, que solo soy una ecologista "esgarramantas". Los propios técnicos de CNS aseguran que “supone asumir unos riesgos de forma no justificada y sin el conocimiento ni la aceptación de la sociedad".
A lo mejor se basan en que Garoña es una réplica exacta de Fukushima y la más antigua de todas las centrales españolas. ¡Pero hombre! que a los japoneses se les liara la cosa no implica que aquí pueda pasar lo mismo. Nosotros no somos como ellos. Ellos son más metódicos, disciplinados, meticulosos. Y nosotros...¡uhmm!... Mucho y muy españoles, ¿qué puede salir mal?.
Asociaciones como Ecologistas en Acción o Greenpeace advierten que la central está en pésimas condiciones de seguridad y que existe un riesgo altísimo al encontrarse en la cabecera del río Ebro. Y aunque el CNS es un órgano independiente en principio, técnicos y ecologistas han venido denunciando las presiones por parte del gobierno y las eléctricas. Hay que favorecer la industria nuclear frente a las renovables. ¿Que los países del norte de Europa van por otra senda? Pues nosotros a lo nuestro. O mejor dicho, a lo suyo, a lo de las eléctricas que, de una u otra forma, es una inversión en el plan de pensiones de gran parte de la fauna política ibérica.
A una le da por pensar que si todo este descontrol con la subida del precio de la luz no será una artimaña para justificar la política nuclear en nuestro país. Pero seguro que es un brote de conspiranoia aguda. ¿Cómo dudar de la transparencia y honestidad de los padres de la patria? ¿Acaso nos dan alguna vez motivos?
Si se reabre Garoña, un mundo nuevo de posibilidades aparece ante nosotros. En la ribera del Ebro, los cultivos gozarán de la ventaja de sumar un aditivo que los tomates de Chernobyl ya tienen en su adn. Surgirán nuevas formas y colores en la fauna y flora local. Incluso nosotros mismos podríamos mutar por efecto de las radiaciones como les pasó a Spider-man o al increíble Hulk. Ya no seremos solo mucho y muy españoles. Ahora seremos super-españoles.
Es normal que Mariano se ofrezca como interlocutor, lacayo y peluquero de Donald Trump. Los dos comparten el sueño de un planeta mutante en el que ellos, pobrecicos míos, no desentonen. El estadounidense tiene a su alcance el botón nuclear por excelencia. A su lado, lo de Garoña es un chiste. Y su política energética unida al negacionismo del cambio climático son la combinación perfecta para liarla parda.
Puede que nuestra especie sobreviva a una hecatombe nuclear aunque costara miles de millones de bajas. Tengo la teoría de que somos como las cucarachas. Incluso puede que lleguemos a parecernos físicamente a ellas gracias a los esfuerzos de algunos líderes mundiales. Kafka era el auténtico Nostradamus. Tuvo una revelación sobre la metamorfosis que sufrirá la humanidad aunque, por aquel entonces, el desencadenante se desconocía. Todo va encajando ahora. Imaginen a Donald tuiteando con Mariano usando un traductor automático y debatiendo sobre política energética.
 Lo dicho, ¿qué puede salir mal? ¡Que no paren el mundo, que me tiro en marcha!

MANITÚ SE DESCOJONA DE MARIANO

MANITÚ SE DESCOJONA DE MARIANO
Es evidente que don Mariano Rajoy  no pasará a la historia por su fluido verbo o por sus dotes comunicativas. Lo veo más en una recopilación de los mejores momentos del humor absurdo carpetovetónico. Junto a las  archipopulares frases del gran Chiquito, aparecerán los mayores hits de Marianico. Incluso puede que acaben combinándose y en la próxima rueda de prensa Rajoy, ante una pregunta incómoda, amén de agradecer al periodista por su no insistencia (aquí ya entran las risas) acabaría llamándole fistro pecador o cobarde de la pradera. El derecho a la información seguirá siendo una mierda pero seguro que doblaba votos en las próximas elecciones. Ahí dejo la idea. Aunque lo cierto es que don Mariano no necesita emular a Chiquito para posicionar sus ocurrencias en lo más alto del cachondeo surrealista patrio. Se basta y se sobra él solito, ¡Tiene un salero el jodío!
Lo que pasa es que, llamadme paranoica, siempre me queda la amarga sensación de que somos nosotros, la ciudadanía, el objeto de sus bromas. Es como eso que dijo cuando le preguntaban por la vertiginosa subida del precio de la luz. Ya lloverá y entonces bajará la luz. La respuesta del jefe de los españoles ante el atraco a mano armada de las compañías eléctricas no es, como cabía esperar de quienes dicen velar por nuestro bienestar, un puñetazo encima de la mesa de esos vampiros. Corporaciones cuyos altos cargos ganan en dos días lo que el presidente del gobierno español en un año. Pero que tienen el corazón tan congelado como congelada está la pobre gente que no puede hacer frente a los desorbitados recibos.
Mientras Mariano practica la danza de la lluvia para salvar a las víctimas de la pobreza energética te enteras de que en Alemania se genera tanta energía alternativa que tiene que pagar a sus ciudadanos para que usen la electricidad. ¡Cosas veredes Marianico...!
El pasado 8 de mayo del 2016, un día soleado y con viente en Alemania, nació una nueva generación de energía renovable que logró suplir el consumo total del país. Esto provocó que los precios de la electricidad cayeran catastróficamente, al grado de que los usuarios comerciales casi estuvieran siendo pagados para consumirla.Se espera que para el 2050, las plantas alemanas de energía renovable puedan ser la base energética del país al 100 por ciento, e inclusive ser capaz de generar más electricidad para exportar el exceso a otros países. ¿Cómo se les queda el cuerpo?
Aquí, aire y sol no nos faltan. Pregunten en los Monegros. Sin embargo nuestro gobierno ha optado por penalizar las renovables y en los últimos años ha destruido el 40% del sector con sus políticas restrictivas. Los expertos avisan de que los países que no se suban al tren de las energías limpias se quedarán definitivamente en el andén. Desde allí verán alejarse sus oportunidades en términos de exportaciones, el liderazgo de la tecnología y puestos de trabajo que irán a otras zonas de Europa. Nuestro país era puntero en la materia. Podríamos liberarnos de las cadenas de las grandes corporaciones energéticas. Dar la vuelta a la tortilla.
Pero está claro que en Españistán las únicas vueltas que no paramos de ver son las que dan las puertas giratorias. La lista de políticos españoles "enchufados" a las eléctricas es tan larga que una ardilla podría cruzar la península rebotando sobre sus chepas.
Nombres como el de Acebes, Aznar, Aracama, Becerril, Felipe González, Borrell... figuran o han figurado en las nóminas de las grandes compañías recibiendo sustanciosos sueldos por algo que denominan "asesoría".
Mariano baila y baila, con la gracia que le caracteriza, pidiéndole a Manitú que llueva a cántaros. Fátima Báñez se lo debe estar rogando a la virgen de la cueva. Cada uno es muy libre de hacer el indio a su manera.
El caso es que entre tanto los españoles estamos secuestrados, a media luz, en un ambiente cada vez más lúgubre y lóbrego. A expensas de unos bandoleros que tocan las palmas de la grotesca danza de Mariano.
 Dicen que el país que desprecia las energías renovables se está pegando un tiro en su propio pie. Pero a Mariano eso no le importa. Siempre le quedará el otro. Aún a la pata coja, le veo capaz de marcarse una muñeira al son  de las gaitas que soplan las eléctricas.
¡Si es que le sobra talento!

EL AÑO DEL MONO DE FUEGO

EL AÑO DEL MONO DE FUEGO
La mitad cántabra que bulle por mis venas se desangra ante la desolación que dejan atrás las llamas. Es como si el fuego devorara, uno por uno, los recuerdos de mi infancia.  Esas excursiones con ms primos en las que la agreste naturaleza se convertía en un inmenso y siempre sorprendente patio de recreo. La contundente belleza de su paisaje, tan verde como los melancólicos ojos de mi padre, que conseguía dejarme sin aliento. Esa sensación de libertad, de comunión con los árboles y las praderas que supongo que fue el génesis de mi posicionamiento absolutamente panteísta.
 Nos cuentan que son incendios provocados. Oscuros y torticeros intereses se esconden detrás de la mano del pirómano. Subvenciones, recalificaciones... si se investiga a quienes beneficia este desastre estaremos más cerca de los responsables. Pero hay muchos grados de culpabilidad en estos crímenes. Un trabajo en equipo, diría yo. Unos riegan de gasolina el terreno y otros prenden la cerilla. Es el caso del gobierno popular con su nueva ley de montes aprobada en julio del 2015.  Gracias a ella se abrió la puerta a la privatización de los montes y a la recalificación de los terrenos quemados. Esa fue su aportación de gasolina.
Mi otra mitad aragonesa está perdida entre las brumas que atelarañan Zaragoza. El caudal del río Ebro es igual al de los meses más secos del verano. El PHN resucita en el discurso de políticos como Sánchez o Rivera. El trasvase del Ebro, una sinrazón que se puede combatir con planteamientos sostenibles y que respeten la biodiversidad y el medioambiente. Pero, amén de complacer a los votantes levantinos, unas obras de semejantes dimensiones darían pingües beneficios a los de siempre. Más de lo mismo.
Con toda la agitación política y social que nos envuelve apenas queda tiempo para reflexionar sobre lo más importante: Nos vamos al carajo. Inundaciones, tornados, aumento de la temperatura global... todos son claros indicios del desastre pero, en vez de intentar minimizar los daños, pisamos el acelerador a fondo. Nos vamos al carajo... ¡pero en qué cochazos!. Bueno, eso los privilegiados. Porque la inmensa mayoría de la humanidad huye como puede de las consecuencias del cambio climático y de los horrores de las guerras.
El día de los santos inocentes dos niñas sirias llegaron medio ahogadas a la isla de Lesbos. Los servicios de emergencia les cubrieron con unas mantas térmicas que, mecidas por la brisa, asemejaban unas alas desplegadas. Inocentes que intentan sobrevivir en un mundo hostil dominado por arcángeles glaciales. Su imagen desvalida se cuela dentro mis sueños, de mis más tenebrosas pesadillas.
Puede que mi propio fin del mundo no ande lejos. Todos tenemos que enfrentarnos algún día con la parca. Personalmente, me reconforta más la muerte que la vida eterna. ¡Qué pereza! Pero me gustaría pensar que el día de mañana mis nietos, y los suyos, habiten un planeta que no anteponga el dinero a la supervivencia de la especie. En un mundo a salvo de psicópatas y de depredadores en el que sea imposible prender fuego a la esperanza o que a nuestras costas lleguen angelitos muertos por culpa de nuestra insensible miopía.
Para el próximo año no tengo otro deseo que ayudar a hacer posible ese  otro mundo en la medida de mis fuerzas. Un lugar donde la utopía no se quede almacenada en el trastero. Yo no se si es posible pero se que es necesaria. Y  mientras tanto acudiré a algún galeno para que me recete algo. Seguro que ando baja de litio y tengo muy alta la desesperanza. Pastillas para no soñar, al menos en voz alta.
El 2016 es, en el calendario chino, el año del mono de fuego. Entramos en él haciéndole los honores. Como aplicados primates pegándole fuego a su sustento. Monos y fuego. Un cóctel muy peligroso.
 ¡Feliz 2016 para casi tod@s!

EL SEÑOR DE LAS BESTIAS

EL SEÑOR DE LAS BESTIAS El niño se removía entre los brazos de su padre. En la pequeña plaza de toros una res cabeceaba intentando desprenderse de las teas ardientes amarradas a sus cuernos. El niño tenía un gato negro que gustaba de acurrucarse entre gemidos de placer en su regazo. Lo adoraba. Se pasaba horas mirándolo. Observando su majestuosa elegancia, su elasticidad imposible, la ternura salvaje que derrochaba, la insubordinación ácrata  de su naturaleza felina. Su padre lo había encontrado en un cubo de basura. En un primer momento, creyó que esos débiles grititos procedían de una criatura humana. Una tragedia que pasa con demasiada frecuencia. Cuando acudió en su auxilio descubrió al animalito envuelto en una bolsa de basura. El padre reflexionó sobre la crueldad de algunas personas y se sintió profundamente conmovido.
El niño tenía seis años. Un horror creciente atenazaba su garganta mientras veía la escena de la plaza. La camisa de un mozo se había enganchado de los cuernos del astado. El lomo de la res se estaba chamuscando por efecto de ese trapo en llamas. El hedor a piel y carne quemada llenaba la atmósfera. Los gritos de terror e impotencia de la bestia no impidieron que continuara el festejo.
Porque eso era lo que su padre le había dicho. Que iban a asistir a una fiesta donde los toros y la gente se divertían jugando entre ellos. También nombró algo sobre tradiciones y cultura que el niño, pequeño como era, no acabó de entender. Tampoco le importaba mucho. Iba a ver animales, un poco más grandes que su gatito. Porque, pese a su corta edad, el pequeño experimentaba un alto grado de empatía y fascinación por todo bicho viviente.
El chico retiró sus ojos de la plaza y sus diminutas manos se crisparon en torno al abrazo de su progenitor. Un desconsolado llanto empezó a brotar de su garganta. El padre se reía burlándose de lo que consideraba una ñoñería infantil. El crío se sintió doblemente herido. Su padre le parecía un buen tipo. Haba rescatado a su gatito. ¿Cómo era posible que se divirtiera viendo padecer a otros pobres animales?
El niño se prometió a sí mismo no acudir jamás a esta clase de festejos. Cuando fue creciendo, su postura animalista le llevó a practicar el activismo en defensa de los derechos animales.
Un buen día, regresó con su grupo al pueblo de su padre. Intentaban crear conciencia de la crueldad de estos actos festivos. De que la cultura no tiene nada que ver con la tortura y el sufrimiento. De que las tradiciones, cuando son salvajes y sangrientas, no pueden mantenerse en una sociedad civilizada.
Una lluvia de piedras fue la respuesta. La lapidación y apaleamiento de los animalistas se está convirtiendo en otra tradición en auge de la España más negra y más profunda.
El ayuntamiento de Zaragoza ha decidido no subvencionar este tipo de actos. Seguro que la polémica estará servida y muchos seres, presuntamente racionales, apelarán también a la tradición y la cultura para seguir recibiendo dinero público con el que satisfacer sus primitivos instintos. Probablemente usarán argumentos semejantes a los que pudieron argüir los romanos para defender su circo( ese en el que los leones devoraban cristianos y los gladiadores eran obligados a combatir a muerte frente a un público excitado, amante de la tradición y festivo).
Leonardo da Vinci lo tenía muy claro. Ninguna sociedad podría considerarse civilizada mientras no se educara en el respeto a los animales. Aquí les dejo una de sus célebres frases para que la mediten estas vacaciones cuando se sientan tentados de acudir a estos" festejos populares":

“Realmente el hombre es el rey de las bestias, porque su brutalidad excede la de ellas. Vivimos de la muerte de otros, somos como cementerios andantes. Llegará el momento en que el hombre verá el asesinato de los animales como ahora ve el asesinato de los hombres.”

NO PUEDO CRUZAR EL EBRO

A los ríos hay que tenerles respeto. Más aún cuando hablamos del más caudaloso de España y el segundo más largo, después del Nilo, que desemboca en el Mediterráneo. En los largos ciclos de sequía, el Ebro puede cruzarse prácticamente a pie a su paso por Zaragoza. Lo digo por experiencia. Durante la Expo del 2008 lo hice, junto a otras dos mujeres, para materializar una protesta contra el dragado indiscriminado que estaba padeciendo a causa del evento. En el embarcadero nos esperaba un orfeón policial poco inclinado a escuchar nuestros alegatos ecologistas.
A los ríos hay que tenerles respeto. Son sus aguas las que riegan y fertilizan nuestras tierras. Cuando se les maltrata con infraestructuras y edificaciones irracionales, tratando de someter y modificar su recorrido, se está cometiendo un acto de soberbia contra la naturaleza. Desestimando su infinito poderío sobre nuestra estulticia prepotente de monos parlantes. Las aguas, tarde o temprano, pugnarán por recuperar su cauce y arrasarán a su paso con todo lo que se les ponga por delante. Ésto, consulten a los técnicos, no lo arregla un dragado.
Resulta una ironía que la cultura del agua fuera el hilo conductor de la Exposición Universal que alojaron las riberas del Ebro. Las aguas del Ebro han sido objeto de especulación y moneda de cambio para conseguir resultados electorales. Con una sombra de trasvase que, como el Guadiana, aparece y desaparece cíclicamente sirviendo a torticeros intereses políticos y económicos y que no atiende a las alternativas planteadas por los expertos. Incluido el premio medioambiental Goldman ( equiparable al Nobel) Pedro Arrojo que, para seguir la cainita tradición, tampoco es profeta en su tierra. Acaso un orate iluminado predicando en el desierto monegrino.
Estos días  en que el Ebro ha crecido por encima de nuestras posibilidades anegando las casas y las huertas (y la incompetencia de las autoridades ha permitido que se ahogaran miles de animales) mucha gente honrada y trabajadora se ha quedado en la ruina. Pero los políticos, lejos de dar una respuesta directa a las necesidades inmediatas de las personas afectadas y plantear un estudio serio que evite situaciones similares en el futuro, han arrimado el ascua a su sardina. Para variar.
Unos, como Pedro Sánchez, aprovechando la legítima indignación de los damnificados para retar a Rajoy a revolcarse en el barro. Espero, por la generalizada aprensión que acarrearía, que  no lleguen a representar su lucha en el lodo. Aunque ambos partidos parecen moverse como peces por el fango.
Mariano Rajoy, custodiado por la hierática presidenta aragonesa Luisa Fernanda Rudi, eligió un escenario menos gore en el que la comitiva no tuvo que mancharse los zapatos ni atender a los exabruptos de los aldeanos. Eso sí, prometiendo una millonada en ayudas que no llegarán directamente a los afectados. Un texto churrigueresco que no concreta nada ni establece un cálculo riguroso de los daños. Papel mojado por las insurrectas aguas del río Ebro.
En estos días no me veo capaz de cruzar el Ebro. Su salvaje y destructivo esplendor me produce un gran respeto. La situación de las vecinas y vecinos que han sufrido su avenida una inquietud furiosa. No merecen que la respuesta a su tragedia sea la misma de siempre. No merecen convertirse en los muñecos del pim pam pum de la feria política. Necesitan ayuda inmediata y soluciones que no sean cortoplacistas, ineptas o interesadas para el río y su cauce. 
Para cruzar ahora el poderoso Ebro necesitamos que nos tiendan algo más que una mano. Hace falta un proyecto sensible con la naturaleza y las personas que esté inspirado en la nueva cultura del agua. Hace falta respeto. Justo lo contrario que los grandes líderes políticos ofrecen con su circo mediático. 
 Porque sin respeto...  hasta los de secano nos podemos desbordar.

TIERRA QUEMADA

La política de tierra quemada es una táctica de origen militar que consiste en destruir cualquier cosa que tenga utilidad para el enemigo cuando otra fuerza avanza y ellos se ven obligados a retroceder. Encaja perfectamente en el patrón del gobierno popular. El enemigo, para los chicos y chicas de Rajoy, es cualquiera que les pueda mover la silla. No hablamos solo de otras fuerzas políticas emergentes o añejas que pugnan por llegar a la Moncloa. El enemigo número uno del PP ha resultado ser el pueblo. Una ciudadanía a la que se ha responsabilizado de la crisis para hacerla deudora de los desatinos financieros y políticos que la generaron. Y cuando nos hemos puesto estupendos contra las infames medidas y recortes , cuando la sociedad se ha organizado y ha salido a la calle a defender sus derechos pulverizados, han ideado una ley de seguridad ciudadana que reprime con rotundidad el más leve pataleo.
Tierra quemada. Saben que ya están en retirada. La dignidad del pueblo avanza peligrosamente hacia sus posiciones. Ya no soportamos más indecencia, ineptitud y corruptelas.
Tierra quemada. Es la política que han aplicado a la sanidad y a la educación pública. Hay que arrasarlo todo. Que no quede nada tras el expolio para que no podamos volver a germinar. Incluso nuestros bosques pueden arder para exprimir toda su savia antes de que tengan que poner los pies en polvorosa.
La nueva Ley de Montes es el más gráfico ejemplo de esta estrategia. Ya no hará falta esperar 30 años para recalificar una zona forestal quemada. En aras de algo que el PP define como de interés general, se podrán recalificar los suelos incendiados automáticamente.  Y eso vulnerando las normativas europeas sin apenas despeinarse. Al margen de la kafkiana explicación de la ministra García Tejerina para modificar esta ley, a buen entendedor... Para lo único que puede servir es para alentar los incendios con fines especulativos. Una ley hecha ad hoc para que los bucaneros y piratas que se enriquecieron durante la burbuja inmobiliaria puedan continuar su business aún a costa de pegar fuego a los Pirineos. 
La piromanía del PP en estos cuatro años nos ha dejado un paisaje desolador con olor a chamusquina y a cuerno satánico quemado. Pero a pesar de su empeño en que a este pueblo no le quede nada de utilidad para volver a levantarse, han fracasado. Nos sobra coraje para empezar de cero. Las cenizas nos servirán de abono y de recordatorio para no volver a confiar en los saqueadores. También nosotros hemos aprendido quién es nuestro enemigo. Aunque haya sido a sangre y fuego.
Nota: Todo mi aliento a los enfermos de hepatitis C que se encerraron el día 25 en el hospital Lozano Blesa de Zaragoza. Vuestras vidas no merecen arder en la hoguera de las vanidades del gobierno. Vuestra lucha es la más lícita que puede tener un ser humano. ¡Venceremos! Un fraternal abrazo.

EL MIEDO VERDE

EL MIEDO VERDE
Paralelamente a las luchas sociales, económicas o geográficas en las que estamos envueltos, existe otro frente abierto y  descuidado que puede significar la derrota definitiva de toda la especie. La intervención humana en el aceleramiento del cambio climático es un hecho innegable por más que el primo de Rajoy se empeñe en lo contrario. España es líder en contaminación por ozono troposférico en Europa. Otro récord macabro, como en desempleo o pobreza infantil, que evidencia una política que antepone los intereses de los lobys financieros y energéticos a la salud de la gente. Los ecologistas que se encaramaron a la torre de la central nuclear de Cofrentes o los que fueron embestidos por una lancha de la Armada en aguas canarias cumplían con un deber constitucional. Según establece el art. 45 todos tenemos derecho a un medio ambiente sano y el deber de conservarlo. Los activistas de Greenpeace , tratados como delincuentes y acusados de eco-terroristas, hicieron una gesta patriótica. Trepando a la cima de una central nuclear se pone al descubierto la vulnerabilidad de unas instalaciones que nos venden como extremadamente seguras. Con sus acciones meten el dedo en la llaga sobre las agresiones y el peligroso deterioro que nuestro habitat sufre a manos de multinacionales y políticos sin escrúpulos. Para estos, el activismo medioambiental se ha convertido en el mayor enemigo de sus intereses. El denominado por el periodista Will Potter como Miedo Verde, que vendría a sustituir al miedo rojo de la guerra fría. El ecologismo cuestiona los métodos de producción tradicionales, el consumismo, defiende las energías alternativas frente a las poderosas industrias petroleras y nucleares. Se opone heroicamente a un sistema antropófago que devora las posibilidades de subsistencia futura de la especie por un puñado de petrodólares.
Esto justifica que se haya abierto la veda del ecologista. Multas millonarias, juicios con peticiones de cárcel, vigilancias policiales... la parafernalia del poder ha desplegado todo su aparato represor. Criminalizan el ecologismo los mismos que agujerean nuestras costas en busca de petróleo o prorrogan la vida de centrales nucleares obsoletas.  Yo creo que queda claro quienes son aquí los piratas y los terroristas. Los sociópatas que comprometen nuestra supervivencia por dinero. ¡Que no nos vengan con cuentos!

CON EL LINDANO EN LA SANGRE

CON EL LINDANO EN LA SANGRE
La factoría Inquinosa estuvo durante dos décadas vertiendo residuos tóxicos a tontas y a locas en el río Gállego de Aragón. Nadie le puso puertas al campo de exterminio que la industria de pesticidas fue cimentando en estas tierras nobles que todo se lo tragan sin apenas rechistar. Hasta el lindano, el principal veneno que Inquinosa nos legó para que las futuras generaciones que pueblan la comarca tuvieran un recuerdo indeleble en su adn de su paso por aquí. Es verdad que los ecologistas pusimos el grito en el cielo y avisamos, aves de mal agüero como somos, de la catástrofe medioambiental y humana que se avecinaba. Pero, una vez más, se nos tildó de anti-patriotas y de estar en contra del progreso. La cuestión es que la empresa se fue de rositas, con una sanción ridícula en proporción al delito (que además nunca se pagó), y se llevó sus puestos de trabajo y su ponzoña a Rumanía.
Un lugar aún menos tiquismiquis que el plácido reino de Aragón. Haberlos haylos. Ahora, al menos seis poblaciones de la cuenca del Gállego, padecen niveles de lindano tan altos que sus aguas no son aptas para el consumo, ni siquiera para ducharse. 
Desde 1975, hasta que cerró en 1994, Inquinosa se deshizo de millones de toneladas de residuos químicos de sus pesticidas en vertederos ilegales de la zona. Residuos que se filtraron por el subsuelo y contaminaron la tierra y los acuíferos. La huerta, los animales y las personas incorporaron involuntariamente el lindano a su organismo. Un pesticida organoclorado prohibido hace muchos años en la UE por su toxicidad y peligro para los humanos y el medio ambiente.
Pero no debemos temer nada. El consejero de sanidad, Ricardo Oliván, ha sentenciado que los niveles son tan bajos que, un traguito del río Gallego, no va a matar a nadie. ¡Hombre! Un trago puede que no. Pero la gente que entiende de cuestiones sanitarias, no como el bueno de Oliván, aseveran que si entra en pequeñas dosis en el organismo durante periodos prolongados (como ha estado ocurriendo en los pueblos afectados) las consecuencias son nefastas para la salud. Puede desencadenar problemas hepáticos, renales, hormonales, ginecológicos, sanguíneos y afecciones en el sistema nervioso. ¡Casi nada consejero!. 
Si Oliván fuera un tipo con recursos, que no lo es, supliría su ignorancia homicida por un órdago al más puro estilo Fraga Iribarne. Algo como zambullirse a diario en un jacuzzi lleno de agua del Gállego y cambiar el moet chandon por el contaminado líquido elemento. Una larga temporada. Pongamos por un par de décadas. A ver qué pasa. Con un poco de suerte, el lindano hace el milagro y don Ricardo muta en algo provechoso. Cosas veredes...

PSICOPATÍA Y TRADICIÓN

PSICOPATÍA Y TRADICIÓN
Desde que recuerdo, siempre me ha resultado más sencillo empatizar con el resto de animales que con los de mi propia especie. Supongo que ayuda el hecho de que las demás bestias no hablan. Al contrario que el ilustre alcalde de Tordesillas que estaría mejor mudito. Por ejemplo, cuando afirmó que el Toro de la Vega siente dolor, pero no sufre. Yo le invitaría a demostrarlo empíricamente en sus carnes morenas. Ocupar el lugar de "Elegido" para ser acosado por más de cien energúmenos sedientos de sangre dispuestos a lancearle hasta la muerte. A lo mejor sí que sufriría un poco, ¿no?. Pero el tipo, no satisfecho con la garrulada anterior, acusa a los defensores del toro de ser unos inadaptados, politizados y echadicos a perder. Menos mal que en su pueblo, no hay gentuza como esta. Ni que se les ocurra manifestarse, vaya, Porque otra hermosa tradición de Tordesillas, aparte de torturar animales indefensos, parece ser la lapidación de anti-taurinos. Donde ponen el ojo, clavan la lanza o la pedrada. Que no hay que hacer ascos con el objetivo. También valen animalistas perro-flautas. Es lo que tiene esta encantadora localidad de Tordesillas, crisol de la defensa numantina de una de las más vergonzantes de las tradiciones patrias: el maltrato animal. Y sí, lamentablemente no es la única. En estas tierras está muy extendido aquello de mantener las tradiciones. Sobre todo en festejos populares en los que se exalta la crueldad con otros seres vivos. La fiesta unida al sadismo. Una verdadera orgía para tarados, sádicos y matracos descerebrados. Algo que por lo visto, abunda en nuestra geografía. Brutos y orgullosos. Alardeando de su insensibilidad como un aval de raza hispana.  De esa España profunda, sobre todo mentalmente, que ofrece su cara  cavernícola y violenta. Erradicar estas prácticas y educar en el respeto a todas las especies nos haría mejores seres humanos. Cualquiera sabe que un rasgo típico de la psicopatía es el sadismo con los animales. No parece buena idea fomentarlo.
 Seguro que alguien como Anibal Lecter disfrutaría mucho en Tordesillas con un espectáculo así de sangriento y primitivo. Ahora, creo que a la hora de comer, no se iba a conformar con pedir rabo de toro. También es un tipo muy conservador en lo tocante a sus gustos gastronómicos. Le van más las vísceras humanas. Cada uno, fiel a sus costumbres. Es lo que tienen en común  los asesinos en serie, ya sean de personas o animales. Que siempre defienden a ultranza sus entrañables tradiciones. Aunque sea a pedradas. Como los cientos de Anibal Lecter que asesinaron salvajemente a Elegido en Tordesillas.  Unos sentimentales.

EN BUSCA DE VIDA INTELIGENTE

EN BUSCA DE VIDA INTELIGENTE
Los seres humanos somos una especie de más 7.000 millones de ejemplares que petan el planeta Tierra esquilmando sin piedad los recursos imprescindibles para su propia supervivencia.
Si yo fuera extraterrestre (una criatura evolucionada con conocimientos sobre viajes intergalácticos) y me asomase a lo que denominamos civilización humana, pisaría el acelerador de mi platillo volante hasta alejarme definitivamente de este mundo. Recientemente, 250 personajes muy conocidos en España de la cultura, la ciencia, la política, el activismo o el arte, han firmado un manifiesto en el que alertan de que el modelo de crecimiento es un genocidio a cámara lenta. Pero su llamada de atención llueve sobre mojado. Ya en 1972, poco antes de la primera crisis del petróleo, el club de Roma publicó un informe, Los límites del crecimiento, en el que concluyó que si el actual crecimiento de la población mundial, la industrialización, la contaminación  la producción de alimentos y la explotación de los recursos naturales se mantenían sin variación, se alcanzarían los límites absolutos de crecimiento en la Tierra durante los próximos 100 años. El hecho es que ya estamos en el tiempo de descuento. Y además, la capacidad depredadora del homo sapiens se ha multiplicado exponencialmente desde los 70. Osea que ya debemos rondar los límites del crecimiento o del genocidio colectivo, llámenlo como prefieran. La cuestión es, ¿nos queda tiempo todavía?. Para ralentizar el proceso sería necesaria una revolución. Pero no tanto política como íntima. Es nuestra naturaleza la que falla. O la ruptura con ella, mejor dicho. Ese instinto reptilinio de avaricia egoísta que construye sistemas y sostiene gobiernos contra-natura y que pone en cuestión la presunta inteligencia humana. Reprogramarnos en la misma sintonía que la madre Tierra, después de tantos siglos de cagarla, no es tarea fácil. Lo más probable será que necesitemos un fuerte correctivo por parte del planeta. Una colleja, bien dada, que devuelva al mono parlante al paleolítico, a volver a probar suerte. A ver si en una nueva civilización con posos apocalípticos, los que sobrevivan, aprenden que no es inteligente arrasar el medio que sustenta su existencia. Vuelvo a lo del extraterrestre. A grandes rasgos, vería la raza humana como un virus, una célula rebelde que asesina el cuerpo que le hospeda. ¿Contactarían ustedes con un virus? Pues lo mismo les debe pasar a los extraterrestres. No necesitarían mas que un par de avistamientos para convencerse de que no existe vida inteligente en el Planeta Tierra. Saldrían najando de esta galaxia a velocidades supersónicas.

¿HOMO SAPIENS?

¿HOMO SAPIENS? Dentro del maremágnum social y político que nos envuelve nos cuesta escuchar los desesperados gritos de socorro del Planeta. Y lo hace a pleno pulmón constantemente, no solo el día mundial del medio ambiente. Cada minuto, cada segundo que el ser humano invierte en esquilmar el entorno que le sustenta, la madre tierra nos avisa de que nuestra prepotencia de monos parlantes y embusteros nos va a traer la ruina. Otra clase de ruina, mucho más abismal que la económica, para toda nuestra especie. Chernobyl o Fukushima acarrearon consecuencias letales para millones de personas. Una muerte invisible y silenciosa que emponzoñó el aire, las tierras y las aguas durante cientos, quizás miles, de años. Pero como ya se sabe, somos el único animal que tropieza dos o más veces en la misma piedra. En España, un homínido arrogante que ejerce de ministro, nos planta un pedrusco del tamaño de la central de Garoña aduciendo razones crematísticas. Que hay dinero de por medio, no tengo duda. El dinero que da poder a las grandes compañías eléctricas para influir en las decisiones políticas que han reventado nuestra puntera industria de las renovables y puede volver operativa a una central obsoleta, con un reactor similar al de Fukushima, e incluso lograr que se prolongue su vida sesenta años. El ministro Soria  ya fue capaz de poner un impuesto al sol, así como suena, para evitar que empresas y particulares puedan generar su propia electricidad y consumir menos energías fósiles o de origen nuclear, lo que acabaría reventando el lobby que mantienen las eléctricas. Soria es el vivo ejemplo de que la evolución humana es incompleta. Apuesta por las prospecciones petrolíferas, el fracking y por reabrir Garoña. O le mueven intereses financieros muy siniestros o se trata de un peligroso psicópata que persigue reventar el país por los cuatro costados. En cualquier caso, algo falla. Hay una grave anomalía en esta clase de tipos que conspiran, aunque sea por cifras astronómicas, contra el armazón que también sostiene su existencia. Alguna tara que ha convertido al ser humano en el mayor depredador de su propia especie y todo lo que le rodea. Por eso creo que hay que darle una vuelta de tuerca a eso de la evolución y ponerle un prefijo. Una re-evolución que nos ajuste de nuevo en la sintonía del Planeta. Conservar lo que nos da la vida parece lo más sensato e instintivo. Los que anteponen el dinero solo son versos sueltos, como Soria. Perversas variables de la  auténtica evolución humana dispuestas a apedrear su propio tejado, y especialmente el ajeno, por dinero. Si además dejamos que sean estos especímenes loskies del cotarro, la cosa se pone de color hormiga. Osea que no nos queda de otra, ¡Vive la re-evolution! o no quedará bicho viviente en el Planeta.

ALQUITRÁN EN LAS ALAS

ALQUITRÁN EN LAS ALAS Mi viejo corazón ecologista anda todo alborotado en un revuelo de sístoles y diástoles descompasadas. Nuestras costas se pueden contaminar impunemente. No existen responsabilidades políticas ni empresariales. La aseguradora de la naviera no sale de su exultante asombro. 22 milloncejos y asunto zanjado. ¿Para qué extremar las medidas de seguridad en el transporte de hidrocarburos? Eso sería carísimo. Total, aunque se produzca una catástrofe medioambiental y humana de magnitudes dantescas el precio que pagan los que contaminan resulta irrisorio. Al menos en España, donde se está demostrando que los intereses de las oligarquías financieras están muy por encima de la protección de la gente y su entorno natural. Los patriotas que ahora nos gobiernan están a lo que están. Agrandando la brecha que separa la escoria proletaria de las élites. Recortando derechos elementales de los ciudadanos. Robándonos el pan y la esperanza en un mundo libre y justo. Tendiendo puentes de plata a los corruptos que desde las más altas instituciones del estado nos abofetean con su impune latrocinio. Abduciéndonos a un pasado de tinieblas fascistonas y patrones que pagaban el salario del hambre y el desprecio. ¿Por qué habían de importarles nuestras costas? Tampoco les conmueve un carajo la respuesta solidaria de miles de voluntarios que se hundieron en ese veneno negro, sin que les frenara poner en riesgo la salud, para arrancar con las manos la viscosa porquería que ayudaron a verter entre irresponsables e ineptos. Ese acto de generosidad es ajeno a la comprensión de sus primitivos circuitos neuronales. El resultado del caso "Prestige" es un nuevo baño de alquitrán sobre las desangeladas alas de los solidarios españoles. Un material humano de tal valor que conforma el mayor tesoro que puede desear cualquier patria. Nosotros lo tenemos. Pero corren tiempos duros para ejercer la filantropía. A los jefazos no les agradan estos utópicos pájaros. En general, no les caen bien los soñadores que pueden volar por encima de sus mezquinas calaveras. Estos son más de cortar alas o embrearlas. No sea que con tanta fraternidad cunda el ejemplo y nos escapemos volando de su reinado de sombras.

HASTA LOS MISMÍSIMOS

HASTA LOS MISMÍSIMOS
La dura lucha por la supervivencia en una sociedad deshumanizada que inculca la filosofía del "sálvese quién pueda" nos impide prestar atención al retroceso en otras cuestiones esenciales para la tan cacareada evolución del ser humano. La economía le ha dado un tremendo culetazo al sentimiento ecologista para desplazarlo fuera de los focos. Con seis millones de parados (unos cuantos menos descontando los que ya se han visto obligados a emigrar), la preservación del hábitat queda relegada, archivada en el cajón de los asuntos pendientes. Aún más, se utiliza el desempleo como justificación de la depredación medioambiental y de la crueldad hacia los demás animales.
 En Aragón se especula con la posibilidad de introducir el "fracking" en nuestros Monegros. Total, para lo que hay que dañar en este erial- puede pensar el gobierno aragonés. La sensibilidad que ha demostrado la DGA hacia estas tierras es similar a la de una ameba. Recuerden Gran Scala. El impacto medioambiental de este proyecto frustrado habría tenido consecuencias medioambientales muy graves pero, las de la práctica del "fracking", pueden ser letales.El procedimiento consiste en la perforación del terreno y la inyección a presión de un fluido compuesto por agua, arena y 600 productos químicos (algunos desconocidos puesto que las empresas se niegan a declararlos bajo "secreto comercial") con el objeto de fracturar el subsuelo rocoso y tratar de extraer gas o petróleo. Los graves daños en el entorno (agua, flora y fauna) y en la salud de los habitantes ya se están demostrando en países como Norteamérica. Pero en España no somos dados a escarmentar en cabeza ajena. ¿Qué importa que el gas metano se filtre por nuestros acuíferos envenándolo todo si se pueden sacar unas "perricas"? No hay que ser tan tiquismiquis en estos tiempos de crisis. Entre ésto y la actitud que partidos como PP, PSOE y UPyD han demostrado con su postura acerca del Toro de La Vega, me sumo a la cita que pronunció recientemente Cayo Lara. ¡Hasta los mismísimos me tiene estos monos parlantes que dicen que nos representan!. Su visión cortoplacista y la falta de compromiso con la propia especie (y por supuesto con todas las demás) está destruyendo nuestro soporte vital. Pero además, cuando alientan crímenes sangrientos de otras bestias, como el Toro de La Vega, animan al instinto más bajo y ruin del mono erectus. La tortura y asesinato como fiesta. Personalmente, reniego de cualquier político que apruebe estas prácticas. Ningún animal atenta así contra su medio ni disfruta matando sádicamente a otra criatura. Me aterroriza pensar que seres tan feroces e involucionados dirigen nuestras vidas. Aunque ésto explica muchas cosas. Así nos va. 

SOBRE HEROES Y VILLANOS

SOBRE HEROES Y VILLANOS
A los activistas de Greenpeace puede salirles muy caro su amor a la madre tierra. Haber coronado el tejado del congreso les podría granjear una pena de hasta cinco años de cárcel por algo que tipifican como un "delito contra las altas instituciones del estado". ¡Caray! Hace más de veinte años, otros ecologistas con cachirulo (los ecofontaneros) protagonizamos un episodio similar escalando hasta la cima del Pignatelli (sede del gobierno aragonés) con el mismo fin: desplegar una pancarta y llamar la atención acerca de la depredación de los recursos naturales para intereses privados. Nuestra acción no tuvo ningún tipo de castigo puesto que se entendía que se trataba de una reivindicación pacífica. Pero los tiempos cambian y, evidentemente, no siempre para bien. En este mundo al revés, los villanos no son los que venden (o mejor dicho regalan) nuestras costas y nuestra sanidad a unos particulares. Aquí los malvados son los ciudadanos que actuan patriótica y democráticamente plantando cara a los saqueadores. Invertida la carga de la prueba, el que de un paso adelante es potencialmente un terrorista. Tiene cierta lógica maquiavélica el asunto, ya que les causa terror que el pueblo salga del pertinaz letargo y pretenda tomar las riendas de su soberanía. Por lo tanto, todos somos terroristas: Ecologistas, miembros de Stop-Desahucios, preferentistas, las Mareas... Y especialmente esos que el concejal del PP , Pérez Macián, califica como "híbridos de hiena y rata y malnacidos" los perro flautas del 15-M. Todos los que pongan en peligro su negocio somos enemigos del estado. Evidentemente de un estado cuyas altas instituciones han firmado el divorcio con la ciudadanía tras ponerle los cuernos con premeditación, alevosía y recochineo. Encaramarse a un tejado no te convierte en terrorista. Dinamitar el bienestar y el futuro de la gente está mucho más cerca.

LA EXPROPIACIÓN, CON SANGRE ENTRA

LA EXPROPIACIÓN, CON SANGRE ENTRA
El 10 de octubre los vecinos de Artieda, arropados por un grupo de personas que se desplazaron hasta allí en su apoyo, trataron de impedir de forma pacífica la expropiación de sus tierras. Dicha expropiación tiene su origen en el delirante plan de recrecimiento del pantano de Yesa. No es necesario ser un experto en hidrografía para entender que contar con presas más grandes no consigue aumentar el caudal de los ríos aragoneses. Ergo, esta faraónica obra, no servirá para acumular más agua ni resolverá los problemas derivados de su escasez. Sin embargo, es una plataforma imprescindible para llevar a cabo ese añejo deseo del PP al que, digan lo que digan, no están dispuestos a renunciar: el trasvase del Ebro. Si al despropósito de recurrir a esta clase de políticas hidraúlicas desechadas en cualquier país civilizado, unimos que el recrecimiento supondría la extinción de los pueblos del entorno y de las formas de vida de sus habitantes y que el presupuesto inicial se ha disparado desde los 113,5 millones de euros iniciales hasta los 352,5 actuales (un 312% de momento), ya existirían suficientes argumentos de peso para incinerar el proyecto en la papelera donde debieran arder todas las macro-infraestructuras que contribuyeron a crear la situación financiera que padecemos. Pero el Partido Popular (con la presidenta Rudi a la cabeza y la aquiescencia oportunista del PAR) pese a recortarnos alegremente hasta el aliento, no están por la labor de escatimar este suntuoso gasto. Es más, el día 10 demostraron su interés en defenderlo leoninamente a sangre y palo. Cumpliendo las órdenes del delegado del gobierno, Gustavo Alcalde, un grupo de antidisturbios de la Guardia Civil interrumpió la lectura del manifiesto y cargo contundentemente contra los allí concentrados. Así respondió el Gobierno de Aragón a la pacífica y legítima reivindicación de los vecinos de Artieda, rompiéndoles la madre.¡ A ver si así aprendemos la lección los irreductibles maños!. Pues sí, no puedo estar más de acuerdo. A ver si es verdad que estas hostias tan democráticamente administradas nos espabilan y entendemos que, votando al PP o al advenedizo PAR, estamos comprometiendo irreversiblemente el futuro y la dignidad de esta tierra. Vaya desde aquí mi plena solidaridad y apoyo a los hermanos y hermanas de Artieda. Vuestra lucha es la nuestra. Ahora, gracias a la contundente terapia de choque del gobierno, todos los aragoneses somos Artieda.

BURBUJA SOBRE BURBUJA

BURBUJA SOBRE BURBUJA

Una de las principales bazas que facilitó la rebelión islandesa frente a la Gran Estafa de la banca fue su independencia energética. Islandia invirtió durante décadas en investigación y desarrollo de centrales geotérmicas para conseguirlo. Sin duda, porque su casta política no padece la galopante miopía que sufre la nuestra. En Carpetovetonia, el gobierno de Rajoy recorta aleatoriamente cual "Manostijeras" enajenado y cegato. Ora cercenan la educación pública (destruyendo nuestra mayor cartera de valores), ora se cargan las subvenciones para las energías renovables (dando la espalda a la posibilidad de lograr mayor soberanía energética y por ende, nacional) Frente a la crisis, una respuesta responsable sería apostar por las EERR. Cuando la burbuja energética explote (que lo hará, no tengan duda) las grandes eléctricas intentarán sociabilizar su problema. Es decir, el catastrófico resultado de su especuladora gestión, lo pagaremos los de siempre. Ya saben, igualico que con los bancos. Por otro lado, la alegría que algunos sentimos por el probable cierre de Garoña se ve empañado por los motivos que lo provocan. No se trata de un cambio en la cortoplacista política del gobierno. La decisión ha salido del cártel eléctrico. Continuamos con un sistema basado en el gas, el petróleo, el carbón, y la energía nuclear que son contaminantes, peligrosos y tienen una alta dependencia del exterior. Además, otra burbuja crece veloz amenazando con una explosión letal. La que está provocando una crisis medioambiental insostenible, fruto del maltrato a nuestro Planeta. Y de ésta amigos, no se libra ni potito.
Así que podemos ir de burbuja en burbuja hasta el reventón final o limpiarnos las legañas para vislumbrar un futuro... y apostar para que sea posible. No caben más dilaciones. Llegó la hora de escoger.

CARNE QUEMADA

CARNE QUEMADA
En los años 80- inspirados por las heroicas gestas de los activistas de Greenpeace- un grupo de personas decidimos montar nuestro propio Greenpeace local con cachirulo. Así nació "Ecofontaneros". Una agencia aragonesa de servicios ecológicos comprometida con la defensa del patrimonio medioambiental. Por aquellos años, se proyectaba construir una macro-urbanización en el Moncayo. Estábamos en pleno boom del ladrillo. Si a ésto añadimos que declararse ecologista en esa época, era como confesar ser portador de una enfermedad venérea...la cosa pintaba mal para la causa. Aún así, impermeables al desánimo, mis colegas y yo dedicamos nuestra primera acción a la defensa del Moncayo. Dicho y hecho. Cavamos cinco agujeros en la entrada de las obras y allí nos introdujimos cinco mendas. Después, nos arrojaron tonelada y media de cemento rápido por encima para rellenar los huecos. Así nos quedamos, enterrados hasta la cintura en hormigón durante casi 24 horas. De ello dan fe las cicatrices que adornan mis piernas desde entonces. Esta fue la primera de muchas acciones-denuncia que ayudaron a sensibilizar la conciencia de los aragoneses sobre la necesidad de proteger los frágiles ecosistemas de esta tierra. El resultado (la ampliación y reclasificación del Parque natural del Moncayo) fué el triunfo de una sociedad civil movilizada para evitar la destrucción de nuestra herencia natural. La misma que hoy se ve amenazada con ser pasto de las llamas. El Moncayo arde, como arden ahora mismo Robledo o Valquemada en la comunidad madrileña. Con fecha de 5 de agosto del 2012, se contabilizaba una superficie vegetal abrasada de 132.299 hectáreas en todo el territorio español. Y ya ven que la catástrofe suma y sigue. Es más, los recortes en prevención y extinción de incendios presagian un futuro calcinado para nuestras reservas naturales. Ergo, también para nosotros. En días como hoy, la carne quemada de mis cicatrices cobra vida. Supongo que quiere recordarme que la defensa del Moncayo, de todos los Moncayos, continúa. Ahora más que nunca.