¡LA QUE HAS "LIAÓ" MANUELA!
¡Que paren las máquinas que mueven el universo! Por fin tenemos pruebas fehacientes de la naturaleza bolivariana, bolchevique y anti-sistema de la alcaldesa de Madrid. Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, XIII marquesa de Casa Fuerte y diputada del Partido Popular, ha descubierto la cara más ruiz, mezquina y miserable de Manuela Carmena. La alcaldesa ha destruido la ilusión de su niña. La muy bruja ha cambiado el traje auténtico de sus majestades (por cierto, ¿alguien sabe como vestían de verdad los genuinos?) por unas túnicas hechas con unos mandiles que le sobraban a Chicote. ¿Se puede ser más desalmada?. Es lógico que la ilustre Cayetana grite a los cuatro vientos que no piensa perdonar a la alcaldesa rojeras. Su pequeña sufre un shock post-traumático.
Pero no solo por el rechazo que producen en su sensibilidad pija congénita las telas de mercadillo que portaban las mágicas majestades. Además, la malvada Manuela ha eliminado el palco privilegiado que evitaba que personalidades como Cayetana y su prole tuvieran que mezclarse con la chusma durante la cabalgata. Ni coche oficial, ni mirador privilegiado ni un traje como dios manda para el rey Melchor. ¡Qué desatino a la razón! ¡Cómo no evocar otros días de reyes del pasado en las que un Ruiz Gallardón embetunado se hacía pasar por el negro Baltasar! Tanto derroche de realismo solo podía superarse cediéndole el honor a Ana Mato que, como ya viene moreneta y con confeti de serie, no hubiera necesitado mucho retoque.
Manuela "la dinamitera" no tiene corazón. La zona VIP donde los hijos de políticos y famosos veían sentados cómodamente los desfiles, ha sido cedida a personas discapacitadas. ¡Tendrán morro! ¡Si la mayoría ya vienen con la silla de ruedas incorporada! Y mientras, la retoña de la XIII marquesa de Casa Fuerte a revueltas con el populacho. Eso sí que es un baño de realismo del que le va a costar recuperarse. Pobrecica.
Hay muchas criaturas que ven su infancia arrebatada. La magia de los soberanos de Oriente no alcanza para cubrir a tantos niños y niñas malnutridos o que sufren las inclemencias de la pobreza energética. Para ellas y ellos el mejor regalo sería que sus padres consiguieran un trabajo. Y no les importaría en absoluto que quien les trajera ese presente fuera un rey mago de oriente, vestido como dios manda, o una reinona republicana con traje de mamarracha. Necesitan una vida real, no imaginaria, que les permita ser niños. Que les permita recuperar esa infancia arrebatada por políticas injustas que han incrementado las desigualdades sociales.
Pero no se equivoquen. Los perro-flautas como doña Manuela o servidora también creemos en la magia. Debemos hacerlo para buscar sentido a una sociedad que se rasga las vestiduras por unas reinas magas o unas túnicas pintureras y no lo hace por el avance de la pobreza y la desprotección que padece nuestra infancia. Creemos en un tipo de magia que no usa de pociones o conjuros. En la magia que crea todos los días la buena gente de este valleinclanesco país para seguir adelante. La que sale de los corazones de los que luchan en las calles o en los puestos de trabajo por dignificar las vidas de todas y todos. Una magia blanca que no entiende de sexos, razas, religiones o filiaciones políticas y que está al alcance de cualquier Harry Potter bienintencionado. Por creer, hasta creo que España es un gran país, pese a muchos españoles.
Ya me perdonarán que me entre la risa floja por esa infancia arrebatada a la hija de doña Cayetana por la harpía filo-podemita de Manuela. Pero en algún momento debía de saberlo. Los reyes no son sus padres. Esos son los padres de Leonor y Sofía. Y a estas alturas de la copla, ser la descendiente de la XIII marquesa de Casa Fuerte, no te proporciona un mirador privilegiado para la cabalgata. Cuanto antes lo asuma, menos patética será su existencia. Es su regalo de reyes.. de parte de Manuela Carmena.
0 comentarios