LLUVIA DORADA/LLUVIA ÁCIDA
Desde Nueva York, Emilio Botín sostiene que España va bien. Lo mismo cuentan el príncipe Felipe y Rajoy en la cumbre de Panamá. España va como un tiro. Nos llueven inversiones y capital extranjero que engordan nuestra bolsa. Los indicadores económicos muestran brotes verdes y jugosos pero, ¿para quién?. Viendo el panorama de la gente corriente, la cosa suena a cachondeo. No dudo que algunos harán su agosto al viejo estilo, especulando hasta con su santa madre. Pero para la mayoría pintan bastos. El empleo no se recupera y se siguen cerrando empresas. Las autonomías y los municipios deberán aplicar recortes que debilitarán, aún más, los servicios públicos y asistenciales. Los préstamos y créditos a las PYMES continúan cayendo vertiginosamente. Se están desmantelando la sanidad y la educación públicas. Todo ello remozado con una gruesa capa de represión y pérdida de libertades. Gran parte de los españoles somos más pobres que nunca. Más de dos millones de niños pasan hambre. Doce millones de personas viven en nuestro país por debajo del umbral de la miseria. Señor Botín, ¿de qué España habla? Es evidente que no se refiere a la que configuramos la gran mayoría de los ciudadanos. Esa ,sea usted sincero, se la trae al pairo. La lluvia dorada de oportunidades (algunas procedentes de oscuros inversores) es para la otra España, la de la élite. Ellos sacarán tajada, como siempre, caiga quien caiga. Les importa un pepino lo que pase con los muertos de hambre, proletarios y chusma desperrada en general. No formamos parte de su España. A nosotros, otra lluvia más escatológica, nos inunda cada día. Un sirimiri humillante que nos cala hasta la médula. Más que lluvia dorada, lo que está cayendo sobre la mayoría de los españoles, nos parece lluvia ácida.
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