UN ATRACO CRIMINAL
Hablamos de un expolio general. El de la sanidad pública y universal que pertenecía a todos los ciudadanos y que era el mejor indicador de una sociedad desarrollada y justa.
Su desmembramiento (y posterior reparto entre mercachifles y particulares con ánimo de lucro) se ha convertido en un saqueo que no cesa. Pero hablamos de algo más. Nos roban el mayor de los bienes que puede tener un pueblo, su derecho a la salud.¿ Y esperan que nos quedemos quietos?. A lo mejor no cuentan con la férrea resistencia de la gente a dejarse arrebatar este gran tesoro. En Aragón, por ejemplo, más de cuatro mil personas salieron el pasado jueves a las calles para evitar que desmantelaran el servicio de ecografía y mamografía de un centro de salud zaragozano, el Pablo Remacha. El Consejero de sanidad sr. Oliván, haciendo gala de la sensibilidad y talante democrático que le caracterizan, reaccionó al mensaje de los manifestantes organizando un "atraco" nocturno al consultorio para llevarse por las bravas los aparatos. Todo esto en sociedad con el Delegado del Gobierno, don Gustavo Alcalde, que puso a su disposición un nutrido grupo de antidisturbios (unos cuarenta) para guardar las espaldas de los "cacos". Dos esbirros de la Consejería que reventaron las puertas a patada limpia, dañando incluso el mobiliario del centro, para poder acceder a los polémicos aparatos. Muy sutil el asunto, ¿no les parece?. Lo más grave es que corre el rumor de que eliminar los servicios de radiología de los barrios zaragozanos tienen como objeto beneficiar los intereses de algún amiguete. Resumiendo: Una vez privada la ciudadanía de los suficientes recursos para preservar su salud solo nos quedará morir al palo. Si nos sale un bulto en el pecho tendremos dos opciones, pagar una mamografía en un centro privado, si tienes pasta para hacerlo, o desesperar en una interminable lista de la pública. Durante ese tiempo, hasta conseguir la prueba, las enfermedades avanzarán irremediablemente. Conclusión: Mucha gente se hallará en grave riesgo de muerte por el simple hecho de ser pobres. Esto es algo más que un atraco con nocturnidad y alevosía. Posee suficientes indicios para tipificarse como un delito contra el pueblo. Un atraco con desenlace criminal.
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