MENUDENCIAS
Solo son niños. Eso sí, casi todos son pobres. Criaturas menudas atrapadas en medio del fuego de odio cruzado entre adultos. Pequeños trozos de carne que apenas valen el precio de la bala con la que se les asesina. Niños y niñas mutilados, abusados sexualmente, esclavizados, explotados, alistados a la fuerza en nombre de alguna abyecta-gloriosa causa, encarcelados, pasados a cuchillo, torturados. Niños de diez años ejecutados en juicios sumarísimos. Cuerpos diminutos amarrados a un tanque. Utilizados como escudos infrahumanos para poder extender más cadáveres de niños que sirvan de alfombra al constante desfile de ignominias. Un infanticidio global que ocurre aleatoriamente en Siria, El Congo o Palestina. Víctimas colaterales y preferentes en cientos de conflictos. Sobrecogedoras matanzas que apenas consiguen conmovernos unos segundos cuando se nos inunda con las imágenes de esa hemorragia de vidas incipientes. Quizás pensemos que no está en nuestras manos parar la sangría. Que bastante tenemos con salir del pozo en el que andamos metidos. Error. Ese crímen que no cesa es el origen del pozo. La falta de empatía ante el sufrimiento ajeno, considerar estos horrores como algo inherente a otras culturas, religiones o razas nos convierte en la misma basura que actualmente arruina nuestras vidas. En la misma porquería indiferente que permite que los pueblos europeos paguen las bacanales de los tiburones.
Ahora nuestros occidentales niños también son víctimas colaterales del conflicto financiero. Los más pobres claro, como siempre, serán los elegidos para el degüelle de inocentes. De momento, sanidad y educación para quien pueda pagarla, pero eso no es todo. Son muchos ya los padres y madres que, como los griegos, se ven obligados a abandonar a sus hijos por no poder mantenerlos. Niños españoles o portugueses que apenas hacen una comida al día. Cachorros de pigs cuyas desventuras no logran conmover a una Europa fría y elitista que no está para tales menudencias. Pues eso, un asco de gente.
Ahora nuestros occidentales niños también son víctimas colaterales del conflicto financiero. Los más pobres claro, como siempre, serán los elegidos para el degüelle de inocentes. De momento, sanidad y educación para quien pueda pagarla, pero eso no es todo. Son muchos ya los padres y madres que, como los griegos, se ven obligados a abandonar a sus hijos por no poder mantenerlos. Niños españoles o portugueses que apenas hacen una comida al día. Cachorros de pigs cuyas desventuras no logran conmover a una Europa fría y elitista que no está para tales menudencias. Pues eso, un asco de gente.
1 comentario
GAUDY -
No tienen corazon son gente mala y cruel