VENENO PARA GARZÓN
Son muchos los heroes que se han jugado la vida para erradicar a la banda de pistoleros que sembró de cadáveres el país durante cuarenta años. Algunos forman parte de ese coro de víctimas que nos recuerdan que la memoria de una nación debe permanecer viva en homenaje al sacrificio de los inocentes pero, sobre todo, para evitar que se vuelvan a escribir páginas tan negras en nuestra historia. Los demócratas celebramos hoy el fin del grupo terrorista. Ninguna idea, por muy noble que se precie, puede ser defendida sembrando un reguero de muerte y violencia entre la población. Eso es puro fascismo. Como lo fué el crímen legalizado contra miles de españoles durante la dictadura franquista. Los falangistas que ejecutaban aleatoriamente a nuestro pueblo o ese Caudillo que por la gracia de un dios terrible firmaba sentencias de muerte mientras sesteaba también fueron terroristas. Así lo entendió el juez Garzón que perseguía y encarcelaba a los etarras con el mismo ahinco que intentó que los crímenes del franquismo no quedaran impunes. Durante el 2008 se descubrió un plan de ETA para envenenar al polémico juez. Pero no fue hasta el 2010, en medio de su cruzada para la recuperación de la memoria histórica, cuando la ponzoña de los nostálgicos de los otros terroristas consiguió neutralizarlo. Una sociedad que intenta liberarse del horror no debe olvidar a las víctimas. A ninguna, venga de donde venga el brazo ejecutor. Garzón, con todo su polémico bagaje, es uno de esos heroes que han contribuido a silenciar la amenaza de las armas y los explosivos. Resulta vergonzoso que se le criminalizara por querer desenterrar la dignidad de los represaliados durante la dictadura. Y es que a veces el veneno de los asesinos tiene efecto a muy largo recorrido.
1 comentario
Carlos -
P. ¿Qué ha supuesto ETA en su vida personal y profesional?
R. En mi vida profesional lo ha supuesto todo. Ha sido un objetivo permanente. Y personalmente ha supuesto una dedicación por encima de todo, incluso de la propia vida, pero no me arrepiento de ello. Lo profesional y lo personal se confunden y me siento orgulloso de haber podido participar en primera línea durante tantos años de esa persecución, de ese combate legal. Me siento feliz de estar hablando de esto y de ver el final. Han sido muchos esfuerzos en muchos ámbitos diferentes a la acción de la justicia y próximos a ese mundo de la violencia que han hecho esfuerzos para reconducir esa situación.