UN BURKA EN EL CORAZÓN
El amplio porcentaje de votos que los partidos xenófobos han conseguido en las últimas elecciones se debe a un programa basado exclusivamente en el odio. Con el mensaje "Primero los de casa" han captado muchos adeptos entre una población golpeada por la crisis y el desempleo. Demasiado amedrentada y elemental para dirigir su ira hacia los auténticos responsables de sus desventuras. El grotesco discurso de políticos como Anglada o Albiol va dirigido a una audiencia de mezquinos ciudadanos que cubren su corazón y su cerebro con un grueso burka que impide que traspase la luz de la razón o la justicia. Si se les inquiriera acerca de las propuestas que Plataforma por Catalunya o el PP de García Albiol tienen para los municipios que van a representar, aparte de la expulsión y persecución de los inmigrantes, su respuesta sería un absoluto mutismo. Porque detrás del odio que agitan para reunir a los cobardes, solo hay aire. Cuando ambos probaron suerte exhibiendo el anti-nacionalismo catalán fracasaron estrepitosamente. No era esa la inquina que su electorado ansiaba paladear. Por eso cambiaron de estrategia siguiendo el ejemplo de la ultraderecha de Alemania, Holanda, los Paises Bajos o Dinamarca. "La sociedad multicultural ha fracasado" dice la Merkel y los coyotes del racismo europeo aullan al unísono. Mientras la dama de la tijera inquieta ordena rebanar el cuello de los derechos laborales y sociales de los pigs
(Portugal, Italia, Grecia y España) los considerados como los cerdos del sur de Europa, desde la óptica racista de la poderosa y rubicunda Europa del norte, se lanza a la yugular de los que perciben étnica y económicamente inferiores. La única explicación es que carecen de bemoles para encarar al matarife. Por eso, y porque tampoco andan sobrados de conciencia, han decidido imitarles. "Primero los de casa", pero ¿quiénes son los primeros en la casa de Bruselas? Porque me temo que a los españoles solo se nos dejará ejercer como porteros para mantener la indigencia fuera de la cancela de sus nórdicas mansiones.
Publicado en Público
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