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CARROZAS Y CARAMELOS

CARROZAS Y CARAMELOS

En mi onírico mundo infantil la carroza, como en los cuentos de Andersen o de Perrault, incorporaba un componente mágico que hacía posible lo improbable y llevaba hasta el baile a la vulgar fregona convertida en una bella princesita de tacon de aguja. Más tarde, cuando acudía con mis hijos a ver la cabalgata de reyes, ese mundo fantástico tomaba cuerpo ante los ojos de los niños que recogían los caramelos arrojados por misteriosos pajecillos orientales desde las monumentales estructuras decoradas. Ahora, el ayuntamiento de Madrid, ha autorizado una carroza "contra los derechos reproductivos" en el distrito de Chanmartín. ¿Con qué obsequiaran a las criaturas? ¿Con fetos de plástico, ejemplares de Camino, dulces envenenados de intolerancia y crispación?
Seguro que sus reyes magos no vienen de Oriente próximo, no faltaría más, sino del mismísimo Vaticano, Nada de imaginería infiel, ni turbantes ni camellos.
Su carruaje solo transporta crucifijos e intransigencia, fanatismo y caramelos intoxicados por el odio a la libertad de los demás. Poco apropiado para la infancia que acude ilusionada a encontrarse con un mundo de fantasía y se va a dar de bruces con algo tan real y mezquino como la represión que, unos cuantos, quieren ejercer sobre todos. "Hazte oír" o "Derecho a la vida" son organizaciones ultractólicas que maman de las ubres del poderoso Opus Dei. Ellos y quienes autorizan esta paparrucha podrían expresar sus ideas en otros foros en los que la provocación no afecte a las ilusiones de los niños. Porque, ¿qué se puede pedir a los que desfilan en esa carroza? No tienen nada que ofrecer, excepto resentimiento y la obcecación porque el albedrío de la gente no sea tan libre como algunos pretendemos. Solo pueden repartir la carga de ponzoña que vienen acumulando últimamente. Unos regalos contaminados de integrismo religioso que, por prescripción facultativa, deberían estar muy alejados de los crios.
 

1 comentario

frantic -

Lo que más me alucina es la pretensión de Ignacio Arsuaga de comparar la cabalgata de reyes con la marcha del orgullo, Si en el Orgullo Gay permiten llevar carrozas a ese colectivo, en la Cabalgata, que simboliza la protección a las madres y a los niños, nos deben permitir llevar nuestra carroza”.

Yo siempre pensé que la cabalgata de reyes era una fiesta para la infancia. Ahora resulta que ni siquiera es eso. Una pena.