¿PATRIOTAS O TRAIDORES?

Parece que el PP en pleno, según las palabras de Javier Arenas, respalda las acusaciones que De Cospedal vierte sobre la Fiscalía General del Estado, los cuerpos de seguridad, los servicios de inteligencia y los jueces, argumentando una evocadora teoría de la conspiración contra su partido. El mismo González Pons compara la situación de la democracia española con la del régimen venezolano. Estos efluvios de la dictadura, que ahora insinúan rememorar, enardecen su manifiesto talante como garantes de la democracia, de toda la vida, y hacen denuncia pública del supuesto acoso, casi martirio, del que dicen ser objeto por parte de del contubierno entre estas Instituciones y el gobierno socialista. Sin embargo, su macarrónico discurso que trata de convertir en inquisidores a cuántos osen meter las narices en sus "asuntos", no debe distraernos de lo verdaderamente indignante: Que el principal partido de la oposición no actúe con transparencia y determinación ante la avalancha de corruptos que nacen de sus filas y que, para más inri, diseñen una estrategia de defensa a costa de desestabilizar el Estado de Derecho. Los Populares, no están actuando como esos patriotas que dicen ser. ¿O no podría entenderse como traición a la Patria la protección que el Partido concede a los delincuentes, supuestos o no, del propio partido y la furibunda reacción a la hora de cerrar filas con ellos?  Poner patas arriba la credibilidad democrática del Estado para que los autores de cohechos, malversaciones, prevaricación y un interminable etc, sigan ocupando los cargos de poder que han facilitado sus delitos, ¿no implica complicidad en estos delitos, supuestos o no? Las personas decentes de derechas, tengo constancia que las hay, deberían reflexionar sobre todo esto.