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UN TUFILLO A XENOFOBIA

Un fiscal de La Rioja ha recibido una sanción leve por haber hecho referencia a una mujer nigeriana que debía entrar a la sala, exclamando: 'Abrid las ventanas que la negra huele mal'

Este servidor público, criado en la cómoda civilización del primer mundo, no solo demuestra su mala educación y la falta de respeto hacia los ciudadanos para los que trabaja, además sus palabras están impregnadas de connotaciones racistas( o clasistas, que en definitiva son dos conceptos que se entremezclan en el corazón de los desaprensivos). ¿Qué justicia puede esperar esta señora, que al parecer era víctima de violencia doméstica y llevaba dos noches en las instalaciones policiales, de un funcionario que se manifiesta con semejante desprecio y falta de empatía sobre ella?
El asunto me ha parecido muy grave en cuanto a que nos enfrenta, de nuevo, con la catadura ética y moral de algunos representantes de la Justicia en nuestro país. El conocimiento de las leyes y su estricta aplicación no deben ser los únicos valores deseables para este estamento. Una sociedad moderna y progresista necesita que, quienes trabajan para la Justicia, sean seres humanos sensibles, defensores de unos valores morales que están a años luz de los que representa el fiscal sancionado.
Y más grave aún, si cabe, la tibia respuesta del Fiscal Jefe calificando de leve, un comportamiento que evidencia una carencia total de aptitudes para desarrollar la función que desempeña. La Justicia española tiene el deber de librarse de ese corporativismo que protege a los irresponsables e incompetentes e impide que vivamos en una sociedad realmente justa y libre de prejuicios. Limpiar su casa es la única forma de recuperar parte de la credibilidad que ha perdido en los últimos tiempos. Y a lo mejor, la Justicia también debería abrir las ventanas, de par en par, para despejar ese pernicioso tufillo a xenofobia e intolerancia

Publicado en EL PAÍS 3 de noviembre de 2008

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