EL ASALTO AL MUNDO
La globalización económica produjo un enfrentamiento del mercado contra el Estado. Aleccionados por la famosa frase de Reagan: ’El Estado es el problema, no la solución’, el sector privado financiero arremetió contra lo público con la pretensión de minimizarlo o extinguirlo. La tendencia privatizadora, las descolocaciones o el poder que representan los fondos de inversión nos han conducido a una quiebra económica, política y social. Las empresas han ejercido, con patente de corso, un implacable y sistemático asalto al planeta. Los todopoderosos organismos como el FMI, BM o el OMC han servido a los intereses de los tenebrosos amos del dinero y son responsables de la injusticia social que tanta pobreza, hambre y desesperación han generado.
Ahora que la arquitectura económica internacional se tambalea y que nos encontramos sumidos en el caos que ha generado este sistema, vuelve la figura del Estado. Pero el Estado no debe servir únicamente para parchear las enormes grietas por las que empieza a hacer aguas el capitalismo salvaje al que nos hayamos sometidos. Debe volver a la esfera económica y hacer un esfuerzo imaginativo, un plan B ante el manifiesto desastre de proporciones mundiales al que nos enfrentamos. Ha llegado el tiempo para la audacia y el ingenio. El momento para ponerles freno a los depredadores que han saqueado la tierra y que siguen dispuestos a exprimirle hasta la última gota de su sangre, de nuestra sangre.
Publicado en El Periódico de Aragón 1 de noviembre de 2008
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