CRÍMEN SIN CASTIGO

Un crítico literario comentó una vez que El Capital de Karl Marx podía ser leído como una novela policiaca. El crimen sería la injusticia social y el hambre. El asesino, evidentemente, el sistema capitalista; el argumento sería la demostración exahustiva de la culpabilidad de dicho crimen.
Podemos entender este sistema económico como un crimen contra la humanidad. Un holocausto consensuado contra los débiles para favorecer a los más poderosos del que los responsables saldrán indemnes para poder refundarlo y continuar su vampírico festín.
Rodrigo Rato, que hasta hace poco dirigía el FMI, algo tendría que decir sobre su responsabilidad en esta cuestión.Si tenemos en cuenta que este liberalismo desenfrenado se gestó durante su mandato, alguna responsabilidad debe tener en el asunto. Sin embargo, como su retirada del cargo fue estratégicamente anterior a la actual situación de crisis, le acompaña una aureola de savoir faire y buena gestión que, a mi entender, no es en absoluto merecida.
Se ha perpetrado un crimen que por otro lado no cesa de ocurrir, pero no va a haber castigo para los culpables.
En Argentina, la presidenta abre los brazos para ofrecerle un refugio al capital en este país. El mismo en el que 25 niños mueren al día por desnutrición o enfermedades generadas por la pobreza.
Más inquietante que la recesión que se avecina es tener la sensación de que no hemos aprendido nada de nada.

Publicado en diario Público 4 de noviembre de 2008