EL SUICIDO DE LA ESPERANZA
En Guinea Bissau, el suicidio no era un problema que afectaba a la población. Allí, las necesidades más acuciantes son comer y sobrevivir a la miseria y a las enfermedades. El suicidio es un acto que se identifica más con occidente. Cuando uno tiene que luchar por la supervivencia, carece de tiempo para deprimirse o angustiarse porque toda su energía está volcada en este empeño. Sin embargo, el índice de jóvenes que se quitan la vida en el país africano, ha aumentado de forma alarmante. Cuando uno de estos muchachos, empujado por la carencia absoluta que padecen en sus puntos de origen, decide embarcarse en busca de "El Dorado" empieza un periplo de vicisitudes que puede terminar en la repatriación, previo paso por un centro de internamiento. El sueño europeo de la tierra de la abundancia y de las oportunidades acaba sin haber podido siquiera comenzar. La mayoría, habían reunido el dinero de familiares y amigos para poder afrontar el viaje y se avergüenzan ante ellos por el fracaso de su empresa. Muchas son las madres africanas que ven partir a sus hijos en patera en un viaje sin retorno que acaba en el fondo de los mares. Ellos, los que no mueren en la travesía, mantienen la ilusión del progreso y el bienestar para los suyos. Por eso, su regreso forzoso acaba con la esperanza e, incapaces de liberarse de una culpa que no les pertenece, optan por matarse. Pero no son los únicos. También son numerosos los hijos de emigrantes de otras nacionalidades que obligados a criarse con tíos o abuelos, a causa de que sus padres han emigrado, ven como su autoestima disminuye hasta el punto de no querer seguir viviendo. La vida de estos niños y adolescentes, tan valiosa como la de nuestros propios hijos, se convierte en un tributo que los pueblos más desfavorecidos se ven obligados a pagar solo por intentar escapar de la pobreza. La injusticia retrata de luto su porvenir, arrebatándoles su mayor potencial: la confianza y la sonrisa de sus niños. Su auténtico futuro.
Publicado en el Periódico de Aragón el 22 de julio del 2009 y en Público el 25 de julio
1 comentario
Tercera Opinión -
Te invito a leer un post que hice hace un tiempo sobre las diferencias entre riqueza y pobreza.
http://www.terceraopinion.net/2008/11/30/las-7-diferencias/
Un saludo.