EL TESORO DEL DESIERTO (saga GS) 25-02-08

El corazón del desierto monegrino asoma, cual vellocino de oro, ante los expectantes ojos de los mercaderes. Sus tierras malheridas y recelosas, relegadas a un olvido secular por parte de las Instituciones, son ahora objeto de deseo para los inefables hacedores de dinero.

Hace un año, los presidentes de cuatro comunidades de regantes monegrinos denunciaron el incumplimiento de la Administración para modernizar las infraestructuras de los regadíos. Una reclamación ésta, lícita donde las haya. Sistemas de regadío del siglo XXI para los trabajadores de la tierra del siglo XXI. Agua e infraestructuras para los valientes habitantes del desierto que resistieron al devastador éxodo que arrastró a sus hermanos y hermanas en busca de un "trabajo donde se cobrara".

Los que deciden el porvenir de los pueblos, nuestros gobernantes, permanecieron impasibles ante las reivindicaciones que llegaban del desierto de Aragón. Quizás, sus cabezas andaban ya enredadas en conversaciones con los promotores del proyecto Gran Scala y ya habían desestimado cualquier otra propuesta de progreso para el territorio que no fuera la presentada por esta ILD.
Así que, estableciendo un terrible agravio comparativo a mi humilde entender, se han convertido en valedores de Gran Scala allanando cualquier dificultad para su gestación. Modificando la leyes que estorban como la del juego y aceptando compromisos que nunca antes habían logrado arrancarles los habitantes del territorio monegrino.
El tesoro de los monegros destellea refulgente ante algunos ojos como promesa de properidad y abundancia. Otros, interpretamos ese brillo como un grito de dolor que inunda hasta el último rincón de sus ultrajadas tierras y nos exige cautela y compromiso, transparencia y precaución al escuchar los cantos de sirenas.

Publicado en Foros el País 25 de febrero de 2008