AUNQUE FLORIANO SE VISTA DE SEDA, PEPERO SE QUEDA
Una buena acción puede ser catalizadora de una cadena que contagie la solidaridad entre la gente. Los jugadores del Rayo Vallecano tendieron la mano a Carmen, una anciana desahuciada por la usura de un prestamista. Este gesto de com-pasión consiguió que la mujer de 85 años no tuviera que abandonar su hogar y acabara desamparada. Ahora es Carmen quien quiere ceder parte del dinero recaudado a otra persona que lo necesita. Lo hará para que los hijos del ex-jugador del rayo Wilfred Agbonavbare, gravemente enfermo, puedan viajar desde Nigeria para estar al lado de su padre.
Pero, igual que la solidaridad, existen otras características humanas que se expanden como un virus. La mentira, el cinismo o simplemente la estupidez, son también susceptibles de invadir el debilitado cerebro de algunos individuos. Todas estas plagas (y alguna más que me dejo en el tintero) parecen haberse apoderado de las populares cabecitas del gobierno.
A las pruebas me remito porque, ¿cómo explicar ese patético teatrillo en el que los próceres y las próceras de la patria comparten un café mientras se hacen auto-bombo sin sospechar que sufren una inflamación aguda en las meninges? Deberían hacérselo mirar en alguna clínica privada. Porque en la sanidad pública, que ellos mismos están desmantelando, tengo entendido que se ha recortado brutalmente el gasto en enfermedades infecciosas.
La cosa es tan grave que algunos padecen alucinaciones y graves alteraciones de la percepción de la realidad. Como su responsable de campaña que manifiesta que la convención del PP está inspirada en el espíritu asambleario del 15-M. Somos gente y la gente habla en las plazas- sostiene Floriano. A la primera afirmación, la de ser gente, muchos ciudadanos añadiríamos un sufijo aclaratorio de la subcategoría a la que pertenecen. Y en cuanto a la segunda, creo recordar que el gobierno del PP se empleó con saña para reprimir el movimiento que surgió del 15-M y que amagaba con convertir nuestras plazas en ágoras de libertad de pensamiento y expresión.
Pues sí, debe ser una grave afección la que ha agarrado a los peperos. Pero los que observamos la evolución de su dolencia estamos experimentando otra serie de síntomas: Asco insuperable, risa floja, vómitos ocasionales y una urticaria reactiva a la desfachatez de esta peña. Vamos ,que nos ponen malos. Y de muy mala virgen cuando les oímos acusar de populistas a otras formaciones políticas. Lo dicen quienes presumieron de ser el partido de los trabajadores antes de llegar al poder y, nada más pisarlo, demolieron los derechos laborales conseguidos tras décadas de lucha. Ahora salen con que son asamblearios y reivindican las plazas mientras tramitan una ley de seguridad ciudadana que criminaliza cualquier tipo de protesta.
Como dije al principio, hay cadenas y cadenas. Las que mueve la empatía redundan en beneficio de la sociedad en general. Nos hacen más grandes, mejores. Acciones como la del Rayo o la de la misma Carmen, están inspiradas en un principio de solidaridad y justicia social que también fue el motor del 15-M. Pero luego están las otras. Las cadenas forjadas con eslabones de mentiras e imposturas. Las que pretenden rodear nuestros gaznates para seguir estrangulándonos. Por mucho que lo adornen o intenten camuflarlo, una argolla es una argolla. Y un pepero no puede ser asambleario aunque Floriano dé ruedas de prensa vestido de perro-flauta. Es algo contra-natura. Lo mismo les pasa con la honestidad y la vergüenza. Son incompatibles con su naturaleza.
¡Aúpa el Rayo! ¡Aúpa Carmen!
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