EN PIE, FAMÉLICA LEGIÓN
El gobierno socialista, que ha introducido algunos cambios en favor de los derechos civiles y cuyo discurso antixenófobo nos diferenciaba de las posiciones neofascistas y racistas de países como Italia, parece haber olvidado la letra de la gloriosa Internacional. Los nuevos parias de la tierra, los sin papeles, son acosados por los cuerpos de seguridad del estado identificando, indiscriminadamente, inmigración y delincuencia. En medio de una crisis global, el eslabón más débil de la cadena se ofrece como carnaza para paliar el reclamo populista de la ciudadanía. Indignados por el paro y la precariedad, los indocumentados son el objetivo de quienes, incapaces de reconocer a los verdaderos culpables, arremeten contra sus iguales más desfavorecidos. El género humano ya no quiere agruparse contra la opresión. En su lugar prefiere segregar a los hermanos y hermanas de otras tierras y culpabilizarlos de nuestras desdichas. Y mientras el gobierno mira para otro lado y los españoles volcamos nuestra rabia en los extranjeros, los que han generado esta situación aprovechan para refundar la injusticia del sistema. El contrato único, la indefensión judicial de los trabajadores y la pérdida generalizada de nuestros derechos están siendo perpetrados impunemente porque la gente corriente, como usted y como yo, nos dejamos arrastrar por los cantos de sirena que nos empujan a perseguir a los más pobres e indefensos de entre nosotros. El partido socialista ya no habla de forjar ninguna fragua que nos libere de la tiranía. Ha sucumbido al fuego neoliberal que se alimenta de la desigualdad y la discriminación. Sirven a los mismos amos que Berlusconi, aunque intenten disimular el color de su collar.
Publicado en Público el 20 de agosto del 2009 y en El Periódico de Aragón el 26
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