¿VAS A VOTAR AL BUNDESBANK?
Me temo que las próximas elecciones europeas no moverán a mucha gente de su casa para ejercer el voto. La idea de Europa como territorio común es una entelequia que solo se materializa en la práctica en forma de recortes y pérdidas de derechos laborales. Europa ha vuelto a ser raptada. Pero esta vez no ha sido Zeus metamorfoseado en un toro mitológico. El captor lleva una calculadora por corazón y una sierra mecánica presta a tronchar los principios que en teoría la representan: Respeto a la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, respeto a los derechos humanos, tolerancia, solidaridad, equidad entre hombres y mujeres... Se llama Bundesbank y cuenta con esbirros infiltrados en la política de todo el continente. Aquí también, of course. Si votamos por los partidos que aplican borreguilmente su doctrina económica, podemos ver como se corrompen los primigenios valores que se esgrimían para la alianza europea. El poder financiero se impone definitivamente sobre los derechos de los pueblos. Se habla de una Europa a dos velocidades pero, los que no pertenecemos al núcleo duro, no avanzamos hacia ninguna parte. Al contrario, vamos de culo y cuesta abajo.
En ese vagón de cola viajamos los PIGS. Un lastre para la Unión Europea que no se cansa de repetirnos que pagamos un justo castigo por habernos comportado como inconscientes bestezuelas que retozaron por encima de sus posibilidades.
A fuerza de repetirlo, los hay que se lo han creído y depositan su voto en los adalides de ese modelo europeo desviscerado que tan bien representa la bicefalia partidista. A otros simplemente, les puede el hastío y la desconfianza y se abstienen de participar en lo que se les antoja como una comedia sin ninguna gracia.En cualquiera de ambos casos, gana la banca.
Las opciones para salir de la tiranía del Bundesbank existen, aunque tan atomizadas que todavía no suponen una grave amenaza para la Bestia. Las ciudadanas y ciudadanos que defendemos la libertad, la igualdad y los derechos humanos ( incluso allende las fronteras de esta fofa y negra Europa) no podemos rendirnos. No somos tan pocos ni tan débiles. Aglutinando fuerzas y creando alianzas podríamos rescatar a la cautiva y enjaular a su raptor en el museo de los horrores de la historia.
Pero si nos dejamos vencer por la decepción, el escepticismo o la pereza, lo dicho: La banca gana y todos los demás perdemos. ¿Vas a votar al Bundesbank? Yo ni de coña.
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