¡QUE SE MUERAN LOS FEOS!
Ciudadanos puteados por los recortes que se revuelven contra lo que consideran una masacre social: Sepan que su mayor problema no es el hecho de que este gobierno les haya transformado en avalistas de los desmanes de la banca. Ni que a consecuencia de este abuso se justifique el sistemático saqueo que sufre nuestro pueblo. Tampoco importa demasiado que la inmensa mayoría no pueda pagarse la justicia o que la gente sea arrojada al arroyo del desahucio. Todas estas sombras que tanto les inquietan y les obligan a tomar las calles son meras pinceladas negras de una composición mayor, llena de luz y de belleza. Un maravilloso mundo hecho a la medida de gente guapa y con posibles. En este nuevo escenario la fealdad de la clase proletaria no debe mostrarse a la opinión pública internacional porque, ante semejante falta de glamour, aquí no viene ni el Tato. Es la imprescindible opinión de ese gran actor de un único papel, el "chatín" Arturo Fernández. Dice el rijoso galán que nunca ha visto tanta gente fea junta como en las manifestaciones. Algo que describe como manadas que parecen salidas de campos de concentración.
Está claro, las cabreadas masas no pueden compararse ni de lejos con la apolíneo atractivo de Guindos o la seductora mirada de la Báñez. La pobreza y la mala leche restan mucho encanto. El que les sobra a los tertulianos de Intereconomía, ese canal conocido por el sex-appeal de quienes lo frecuentan. Ahora me explico la nueva inciativa de los jerifaltes de vender la nacionalidad a los extranjeros que nos compren un pisito. Repoblaremos el país con personal exótico y mucho más fashion que blanqueará sus capitales a cambio de reducir el stock inmobiliario. Dos pajaros de una tacada. ¿No es una jugada maestra? Los nuevos españoles tendrán cash para tratamientos y cirugía, lo que revertirá en un mayor auge de la marca España. Una sociedad hermosa y elitista que barrerá la miseria debajo de una alfombra persa. Los perro-flautas, desarrapados e iracundos parias no damos buena imagen de la patria. Ese es nuestro mayor problema, el estético. ¡Vaya, que somos más feos que picio! Va a ser por eso que el gobierno parece decidido a hacernos la eutanasia. No estamos a la altura de su sofisticado estilismo.
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