KALE BORROKA ESTRUCTURAL
El derecho a la Huelga es el próximo objetivo. Se ha abierto la veda y la derecha dispara a discreción desde sus púlpitos políticos y mediáticos. Huelga contra España, violencia callejera, kale borroka sindical, golpismo de la izquierda... son consignas comunes que la prensa canalla repite una y otra vez con el propósito de criminalizar a los huelguistas. La huelga es un instrumento legítimo para la defensa de los trabajadores reconocido en el art. 28.2 de la Constitución Española. Quiero hacer hincapié en el término "defensa" porque, evidentemente, conlleva una agresión previa.
Sin este derecho constitucional (ganado con la sangre, el sudor y las lágrimas de nuestros antepasados) la explotación patronal no encontraría apenas resistencia. Por eso es imprescindible desactivarla. Para dejarnos inermes ante sus más que deshonestas intenciones. Es indignante el retorcido discurso demonizador que difunden para justificar lo que ya consideran el crimen perfecto. Sus razonamientos no soportan un análisis superficial sin que se les vea la patita del lobo por debajo de la puerta. En cambio, se manejan de miedo con el lenguaje del odio y de la víscera.
Son expertos en remover la mala entraña de los seres primitivos. Cuando hablan de una huelga contra España, se refieren a la suya. A esa España cacique que renace con la crisis como un ave Fénix antropófaga de los derechos de los trabajadores. A la España-cortijo que se les había ido de las manos a base de dejarse arrancar derechos por la plebe. Definen el 29-M como golpismo de izquierdas. ¡Señores! Ustedes son doctores en temas de golpismo y de violencia. Verbal y de la otra. Su kale borroka contra el pueblo se organiza desde las élites financieras. Ese es el auténtico golpismo del s.XXI. Gobiernos como el de Rajoy solo son los capos que difunden sus tétricos mensajes: Voy a hacer una reforma que no podréis rechazar-nos susurran con acento escalofriante- Y si alguien piensa en ponerse respondón que sepa que las fuerzas de seguridad y todo el peso de la ley harán el resto del trabajo persuasivo.
No justifico los incidentes violentos que se produjeron durante la Huelga General. Me parece una estrategia equivocada que da argumentos a los que quieren dinamitar este derecho. Pero si se suprime, si los trabajadores no podemos ejercer esa legítima defensa constitucional, la frustración puede explotar de forma incontrolada. Es inmoral pedir a los jóvenes que acaten sumisos la violencia estructural que está destruyendo su futuro. E imposible sofocar la llama de su rebeldía arrojando gasolina.
Sin este derecho constitucional (ganado con la sangre, el sudor y las lágrimas de nuestros antepasados) la explotación patronal no encontraría apenas resistencia. Por eso es imprescindible desactivarla. Para dejarnos inermes ante sus más que deshonestas intenciones. Es indignante el retorcido discurso demonizador que difunden para justificar lo que ya consideran el crimen perfecto. Sus razonamientos no soportan un análisis superficial sin que se les vea la patita del lobo por debajo de la puerta. En cambio, se manejan de miedo con el lenguaje del odio y de la víscera.
Son expertos en remover la mala entraña de los seres primitivos. Cuando hablan de una huelga contra España, se refieren a la suya. A esa España cacique que renace con la crisis como un ave Fénix antropófaga de los derechos de los trabajadores. A la España-cortijo que se les había ido de las manos a base de dejarse arrancar derechos por la plebe. Definen el 29-M como golpismo de izquierdas. ¡Señores! Ustedes son doctores en temas de golpismo y de violencia. Verbal y de la otra. Su kale borroka contra el pueblo se organiza desde las élites financieras. Ese es el auténtico golpismo del s.XXI. Gobiernos como el de Rajoy solo son los capos que difunden sus tétricos mensajes: Voy a hacer una reforma que no podréis rechazar-nos susurran con acento escalofriante- Y si alguien piensa en ponerse respondón que sepa que las fuerzas de seguridad y todo el peso de la ley harán el resto del trabajo persuasivo.
No justifico los incidentes violentos que se produjeron durante la Huelga General. Me parece una estrategia equivocada que da argumentos a los que quieren dinamitar este derecho. Pero si se suprime, si los trabajadores no podemos ejercer esa legítima defensa constitucional, la frustración puede explotar de forma incontrolada. Es inmoral pedir a los jóvenes que acaten sumisos la violencia estructural que está destruyendo su futuro. E imposible sofocar la llama de su rebeldía arrojando gasolina.
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