DESAHUCIOS DE ULTRATUMBA
La noche de Halloween llegó para quedarse. El Reino de las Tinieblas ha tomado las riendas de nuestra sociedad y solo espera al 20-N para refrendar democráticamente su terrorífica candidatura. La ciudadanía, víctima de un hechizo catatónico, ha hecho callo en las yugulares por donde succionan los vampiros de la banca. Ya no esconden los colmillos. Un hilillo de sangre, nuestra sangre, resbala por sus pálidas mejillas mientras reclaman de sus víctimas hasta la última gota que nos corre por las venas. Bajo su tétrica capa se esconde una corte de zombificados empresarios y politicastros que van sembrando el pánico para dejarnos inermes ante la voracidad de los ultraliberales Nosferatum. Ni ristras de ajos, ni estacas que se precien. Fuera la protección social, fuera los convenios, el derecho a la huelga y hasta los escapularios contra el mal del ojo codicioso. La vampírica orgía es imparable. Ni siquiera los muertos están libres de su voraz bocado. Es tanta su avidez que ya no se conforman con desahuciar a los vivos. Los desalojos han llegado al zaragozano cementerio de Torrero. Bajo la pegatina de "nicho caducado" se insta los cadavéricos morosos a pagar el alquiler o a abandonar el agujero donde creían morar eternamente. ¿De verdad pensábamos que la muerte era una excusa para no abonar los impagos? ¡Qué vivos que son los muertos! Pues ya lo dice el refrán: Cuando las ganas de desahuciar aprietan... ni el nicho de los muertos se respeta.
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