LA GUERRA DE LOS MUNDOS
Aunque la mayoría de gente trabajadora pretende seguir en la inopia viviendo la fantasía de pertenecer a una consolidada clase media, la precariedad laboral, los ataques contra la enseñanza y la educación públicas y la destrucción masiva de los logros conseguidos durante cien años de lucha obrera, nos están aporreando la boca del estómago para ayudarnos a despertar de ese ensueño catatónico. Puede que el personal tarde todavía un par de años en situarse en el escenario. Pero la injusticia social irá torpedeando nuestras vidas aleatoriamente y nadie podrá sentirse a salvo en la jungla que se nos avecina. Los ricos nos llevan ventaja. Ellos sí que saben, con premeditación y mucha alevosía, que estamos inmersos en una durísima lucha de clases. La guerra entre los dos mundos; El suyo, de sus intereses, y el de todos los demás ¡Cómo no iban a saberlo si la han fabricado ellos! Y nos van ganando por manifiesta goleada. Como también saben de lo nuestro, de ese autismo social para asumir la realidad de lo que está pasando, están jugando con muchísima ventaja. La pregunta es: ¿Estamos dispuestos a dejar que nos teletransporten al siglo diecinueve mientras miramos a otro lado? Un mundo dividido entre ricos y pobres. Muchos más pobres que ricos por supuesto. Esa es la solución final que el reich de los poderosos ha decidido aplicarnos para que no se acabe nunca la fiesta en su cortijo.
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