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HASTA EL ESPERPENTO Y MÁS ALLÁ

HASTA EL ESPERPENTO Y MÁS ALLÁ

Saben aquel refrán que dice: En que un tonto coge una linde, la linde se acaba y el tonto sigue. Pues bien, algo parecido pasa con el Gobierno de Aragón sobre el macrocomplejo Gran Scala. El Partido Aragonés y el PSOE, los socios que mandan en el Pignatelli, continúan por la linde de la sinrazón defendiendo un proyecto que, amén de habernos costado ya unos buenos cuartos, ha tocado todo los palos del surrealismo desde su orígen. El vicepresidente Biel, ejerciendo de adalid de los imposibles, ha defendido esta "idea" más allá de los alarmantes datos que indicaban su peligro. Ni los antecedentes de los promotores, entre los que se incluían casinos virtuales que habían dejado un reguero de pufos internacional. Ni el hecho de que las sociedades que componían la ILD estuvieran radicadas en paraísos fiscales. Ni los antecedentes delictivos de sus principales valedores, entre los que contamos a un siniestro personaje relacionado con el tráfico de armas y a otro que cumple cadena perpetua por el asesinato de su mujer. Nada parecía frenar la disparatada apuesta de nuestros gobernantes por el complejo de ocio y juego monegrino. El mayor proyecto desde los Reyes Católicos, como lo denominó Biel, pidió la alfombra roja para materializarse: una ley a medida, una estación del AVE, facilidades en la compra de los terrenos... cualquier deseo que salía por la boquita de los promotores era atendido por los cándidos aladinos de la DGA. Ahora, tres años después de su fastuosa presentación a la ciudadanía, no solo no hay asomo de los más de 17.000 millones de euros que se iban a invertir en nuestra tierra ni de los puestos de trabajo prometidos. Además, la falta de liquidez de la ILD ha impedido abonar los plazos de los terrenos apalabrados en Ontiñena y, pásmense conmigo!, ni siquiera han podido hacer frente al alquiler de la oficina de su sede en suelo zaragozano. Pero los jefes no reblan y continúan avalando a estos vendedores de humo. En una situación como la que atravesamos, ¿no les parece esta actitud una irresponsabilidad política y una burla a los aragoneses?. Nuestra comunidad necesita algo más que castillos en el aire para remontar el desempleo. Medítenlo cuando depositen su voto en las próximas elecciones.

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