ALMA DE BESTIA

Aquel que llaman "la bestia", el toro, se retuerce inmovilizado, aterrorizado y rodeado de fuego mientras una muchedumbre humana festeja la tortura del desdichado animal. Estas personas, que ahora son las de la sangrienta fiesta de Medinaceli pero podrían ser de cualquier parte de nuestra geografía, se escudan en la "Tradición" para dar rienda suelta a una modalidad de sadismo social que legitimiza la crueldad al desnudo.

  Por mantener tradiciones a mí se me ocurren unas cuantas que, a pesar de haberse usado prolongadamente en este país, hoy en dia serían bastante impopulares entre la gente sensata. La hoguera,  que tuvo su momento estelar en nuestra historia, puede que sea el antecesor escénico del actual toro embolado de Medinaceli. Un individuo que sufre inmovilizado mientras el populacho disfruta fascinado por el espectáculo. No importa que el objeto de tanto dolor y humillación sea humano o no.

   El resultado es el mismo. Una catársis sangienta y colectiva que convierte a los espectadores del sacrificio en seres inferiores a la bestia que permanece amarrada. En mamíferos poco evolucionados que responden a impulsos de su neocórtex de reptil asesino y primario. Ninguna "bestia" de otra especie goza del dolor ajeno como la nuestra. Defender este tipo de "tradiciones" es abrirle la puerta al psicópata que llevamos dentro. Invitarle a este carnaval del horror deshinibiéndole de cualquier responsabilidad sobre sus actos. Hacerle creer que cualquier salvajada, con la bendición de los usos y costumbres, debe ser aceptada por el resto.

Publicado en El Periódico de Aragón el 10 de noviembre del 2009

   En definitiiva, darle licencia a lo peor de nosotros para demostrar que tenemos el alma más negra que cualquiera de las otras bestia que pueblan el planeta. 

Publicado en el Periódico de Aragón el 19 de noviembre del 2009