LA CRUZADA ANTIABORTISTA
El asesinato del médico abortista norteamericano George Tiller, es una consecuencia lógica dentro de los parámetros de los defensores de la vida en EEUU. Evidentemente, esta defensa de la vida se ciñe estrictamente a lo prenatal porque el acoso, la violencia y el asesinato se ejercen con toda naturalidad con los ya nacidos que contravienen su doctrina. Curiosamente, gran parte de los integrantes de esta cruzada antiabortista proceden de la extrema derecha e incluso, un gran número, están vinculados a organizaciones de ideología nazi. Se autoproclaman garantes de los derechos de los nonatos, soldados en nombre de Cristo porque, ya se sabe, hasta la causa más noble necesita de esbirros que hagan el trabajo sucio. En España, estamos asistiendo, in crescendo, a algunos brotes de este fenómeno. Si bien aquí todavía no se ha asesinado a nadie, se han producido agresiones, incendios y continuas amenazas que, coincidencias de la vida, también suelen venir de la mano de individuos que proceden del ámbito neonazi. No voy a entrar en la polémica del aborto. Cada quién tiene derecho a pensar conforme a su conciencia y opinar libremente pero las plataformas contra el aborto, deberían pasar lista entre sus prietas filas y averiguar con qué extraños compañeros comparten su cama ideológica. El fin, por muy sagrado que pueda parecernos, no justifica los medios ni las alianzas con gangster y matones.
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