CADENA DE FAVORES
Resulta que la "Operación Molinos", con todo su entramado de corrupción que salpica en la frente a altos cargos del Gobierno de Aragón, no es un asunto político. O así al menos lo afirma Jesús Miguel Franco, portavoz socialista de las Cortes de Aragón, para explicar la no comparecencia del presidente Iglesias ante la Cámara. Por lo visto, todo esta maraña de tráfico de influencias, blanqueo de dinero, recalificaciones de diseño, malversación de bienes públicos, etc pertenece más al ámbito del celuloide. A esas gloriosas películas como El Padrino, donde los mafiosos y corruptos son elevados a la categoría de míticos héroes, que encajan perfectamente en el perfil de los personajes implicados en esta trama. Y como sucede en estos filmes, las grabaciones efectuadas por la policía nos muestran la "cadena de favores"( según Pinilla, algo normal) entre capos para agilizar los trámites que les permitan trincar más y mejor. La circunstancia de que en un marco democrático los cargos políticos deberían, no solo facilitar todo tipo de explicaciones sino depurar y asumir responsabilidades, no se da en el mundo de don Vito Corleone. Eso corresponde a sociedades maduras que exigen un comportamiento ético a los depositarios de su confianza. En Aragolandia, nos hemos heho a la magia del Pignatelli que tan pronto se saca un conejo blanco de la manga, llamado Gran Scala, como nos quiere hacer creer que los molinos son gigantes. Pero eso sí, gigantes apolíticos.
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