DESPARASITAR
Después de asistir al bochornoso asunto de la "comisión de los espías" en la Comunidad de Madrid, he llegado a la conclusión de que, en este país, urge una dsparasitación profunda e indiscriminada en los cargos públicos y de responsabilidad. Es conocido que, en todos los sistemas democráticos,existe también cierto nivel de corrupción que acarrea la falta de hoinestidad de algunos de los que acceden al ruedo político. Pero el espectáculo que nos acaba de ofrecer el PP, con esa señora a la cabeza, a la que de pequeña le extirparon todos los pudores (como define el genial Gabilondo a doña Esperanza Aguirre), supera la categoría del esperpento. Dejando a un lado la ausencia de ética y la desfachatez de todos los personajes de este sainete pepero, mi propósito es hacer hincapié en una cuestión: La necesidad perentoria de que, ante la situación histórica excepcional que nos está tocando vivir, nos demos cuenta de que esta gente no es viable en la escena actual ni un día más. La oposición ha tenido la oportunidad de purgar su casa y ha optado por barrer la basura debajo de la alfombra. Es cierto que existe más porquería escondida bajo los tapices de otros partidos políticos, pero la del PP empieza a levantarse como un tsunami y como no pueden esconderla más, nos tratan como a estúpidos y niegan la evidencia. Atravesamos tiempos difíciles que necesitan de personas que tengan un compromiso de honradez y de lealtad hacia quienes les han elegido. Gente dispuesta a trabajar para solucionar los problemas reales de los ciudadanos. Lo demás, sería mejor depositarlo directamente en un muladar.
Publicado en el diario Público el 15 de marzo del 2009
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