LA GESTIÓN DE LA LIMPIEZA SANITARIA
El único camino para desarmar los argumentos que pretenden arrebatarnos la sanidad pública es la gestión eficaz y transparente de los recursos y el buen uso de las contribuciones de todos los ciudadanos. Sin embargo, en Aragón (donde las limpiezas sanitarias están privatizadas y adjudicadas en concurso público a contratas del sector) nos encontramos con un alto nível de desinterés, por parte de los responsables del SALUD, en que se cumplan todos los aspectos del contrato concertado con las empresas. En el Hospital Lozano Blesa de Zaragoza, ante los requerimientos de los sindicatos denunciando las irregularidades que se producen entre el número de firmas pactadas a diario para realizar las tareas de limpieza y las asistencias reales de los trabajadores, la respuesta es que se hace un promedio anual de las mismas o se descuentan las que faltan. Pero eso tiene una lectura más allá de las cuentas económicas. Si las empresas no cumplen las jornadas diarias (que ya andan ajustadas de por sí), quiere decir que la limpieza de los hospitales se realiza, muy a menudo, bajo mínimos, estirando al personal para cubrir las zonas y poniendo en peligro las condiciones higiénicas mínimas en estos centros. La 'buena gestión' por parte del sistema de salud no se debe ceñir solo a la mera cuestión crematística, el interés último y único debe ser el del usuario. Que los pacientes esten en las condiciones óptimas debe ser el objetivo principal, y desentendiéndose de la problemática de las contratas de limpieza, limitándose a controlar lo meramente económico, el SALUD incurre en una negligencia que perjudica directamente a los enfermos. Que este ejemplo de como puede funcionar la privatización de la sanidad nos sirva de acicate para defenderla y reclamar la correcta gestión de todos sus medios materiales y humanos.
Publicado en el Periódico de Aragón 5 de noviembre de 2008
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