LAS VERDADES DE AZNAR
Cuestionar la implicación de las emisiones de CO2 en los efectos sobre el cambio climático, con la complicidad de algunas voces dentro de la comunidad científica, se ha convertido en el argumento preferente de los defensores del desarrollismo ilimitado.
Si no se logra demostrar la relación causa-efecto, ¿para qué dejar de emponzoñar alegremente el aire que respiramos o el suelo que pisamos? !Contaminemos pues, hermanos!. Si no tenemos la certeza de que somos responsables de este proceso; si ni siquiera sabemos si existe el "proceso" en sí (porque esto del cambio climático siempre va de la mano del rojerío y su discurso anticapitalista), entonces ¿qué sentido tiene impedir que las grandes transnacionales se engorden obligándonos a cumplir los compromisos de Kyoto?
La verdad de Aznar es una coartada para el crecimiento ilimitado, para el capitalismo salvaje e inmisericorde con la naturaleza y las personas. Una irresponsabilidad al servicio de la codicia de los adoradores del dinero. Una vez más, el expresidente de este país, nos suelta una de sus verdades subjetivas para servir (como fiel vasallo que es, al fin y al cabo) a los intereses que representa su partido. Con otra verdad subjetiva, las supuestas armas de destrucción masiva en Irak, nos metió en una guerra cuyo único objetivo era el control del petróleo. Otra, la supuesta conspiración del 11M, le condujo a él y a muchos de los suyos, a la más abyecta bajeza en la que se puede incurrir en política.
En resumen, guárdese sus verdades señor Aznar. Deje de representar ese bufonesco papel de portavoz de los que, por su naturaleza depredadora, nos han conducido a una recesión mundial y han condenado a morir de hambre a casi mil millones de personas. Porque sus verdades, las de usted y otros amigos suyos entrañables como Bush, han potenciado la desolación medioambiental y la injusticia social, y han dejado este planeta herido mortalmente y con escasas posibilidades de cura
0 comentarios