EL FROTAR NO VA A ACABAR
Hasta la fecha, no tengo conocimiento de que ningún ser del futuro haya viajado en el tiempo para traernos una solución definitiva contra las pertinaces manchas de corrupción y desvergüenza.
Estaría bien que existiera un detergente que se librara de toda esa mugre que ha conseguido hacer costra entre las más altas esferas del poder. Pero de momento, la basura está tranquila. No se siente amenazada y se viene arriba erigiéndose abanderada de la higiene. A ver si me explico con un ejemplo gráfico y reciente: La campaña del alcalde de Badalona que aparece en los carteles junto al slogan "Limpiando Badalona". El alcalde Albiol es un manifiesto xenófobo. O al menos un desaprensivo que emplea la vieja receta de canalizar la frustración de la gente hacia el odio al inmigrante. Una fórmula rentable para los agitadores pero que ha causado demasiadas muertes colaterales en la historia. Todos los fascistas conocidos, y algunos por desvelar, han recurrido a algún tipo de "limpieza" étnica o ideológica para convertirla en una cruzada que aglutinara la desorientada ira de la gente. Ser judío, o portador del "gen rojo" en Carpetovetonia, puso la diana sobre la vida de millones de personas.
Que Xavier García Albiol aluda a la limpieza en su campaña, es altamente sospechoso. Ante el revuelo mediático ha manifestado que somos unos mal pensados y unos chinches y que él no dice nada sobre la inmigración en los carteles. Tiene razón. En los carteles no. Pero no hay mas que tirar de hemeroteca para que se le vea la patita de las malas intenciones. Durante toda su carrera política ha usado la xenofobia como pilar de su discurso. En el 2007 repartió 30.000 dvds electorales responsabilizando a la inmigración de la suciedad y la delincuencia. Al más puro estilo de la extrema derecha de Le Pen. De los rumanos dijo que eran una plaga y una lacra. Luego rectificó y especificó referirse a los gitanos. Afinando el hombre. Fue llevado a juicio por incitación a la discriminación y al odio, aunque sorprendentemente fue absuelto.
Es verdad que en los carteles de la discordia no pone nada de esto. Pero aún así, leer el slogan de Albiol da mucho asco. Verán, es una cuestión estética incluso. Imaginen un truño parlante que viaja desde el pasado anunciando un magistral producto de limpieza. Pero el jabón milagroso no es otra cosa que un potenciador de la porquería xenófoba. Un burdo engaño como el del alcalde. En mi kafkiana imaginación, Albiol es esa rampante boñiga que aparece en los carteles prometiendo limpieza. Ya me perdonarán los símiles escatológicos pero no quiero dar lugar a dudas de mi percepción sobre el asunto.
Albiol ( y todos los políticos que azuzan los más bajos instintos entre la población para ganar votos) forman parte de esa roña añeja que todavía nos queda por desincrustar en toda Europa.
Manchan todo lo que tocan, Lo emponzoñan. Ninguna sociedad democrática debería aceptar este tipo de discursos. Esta suciedad.
En lo único que coincido con Albiol es en que queda mucha mierda que limpiar. Y que mientras existan personajes como él mismo o Anglada, el frotar no va a acabar.
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