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¿PATRIOTAS?

¿PATRIOTAS?
El dibujante Jaume Perich dijo una vez ésto sobre el patriotismo: "Hay dos tipos de patriotas. El que ama a su país y el que ama al gobierno de su país. Lógicamente los gobiernos consideran más patriotas a estos últimos." No podría estar más de acuerdo. Y es que algo se retuerce en mi interior cuando veo como hay quien agita la bandera de la patria para tapar sus miserias.
Según el gobernador del Banco de España (un tipo ecuánime y nada partidista) las severas medidas de austeridad que el gobierno popular impuso a la sociedad española son un acto de patriotismo. Es evidente que el señor Linde pertenece a la segunda categoría mencionada por El Perich. Los que aman al gobierno de su país. Y es un romance correspondido puesto que el gobernador, que pronto cumplirá 70 años, ya no se verá obligado a jubilarse. Podrá seguir disfrutando de su ocioso y bien remunerado cargo hasta el 2018 gracias a un cambio de ley que le ha proporcionado un gobierno enamorado. ¡Olé, qué bonito! Lo cierto es que esta historia de amor, o de patriotismo, ha dejado muchas muestras. Como las declaraciones encendidas del gobernador del Banco de España aplaudiendo enfáticamente la reforma laboral o la política económica del gobierno. Pura poesía envuelta en almíbar y trinos de jilgueros. ¡Y qué decir del roneo del gobierno! Siempre dispuesto a hacer la vista gorda a errores baladís. Como que sea EEUU, y no la supervisión  de Linde, quién descubriera que en pleno Madrid, delante de sus narices, se lavaba dinero de mafiosos y corruptos de medio mundo. Nadie es perfecto. 
Pues mire usted que yo andaba despistada con el tema de la patria hasta que vino el bueno de Linde a intentar sacarme de mi error.  Veo a la gente de Stop- Desahucios apoyando heroicamente a miles de personas que son presa de la usura de los bancos (a los que patrióticamente rescatamos entre todos) y me da por pensar que son auténticos patriotas.   Y sin embargo los auto-proclamados  patriotas, que financian su sede con dinero negro o esconden millonadas en la patria Suiza, me parecen traidores.¡Fíjense qué tontería!
Es el efecto de los espejos cóncavos y convexos en los que se mira esta España triste y esperpéntica. Desde ellos, la patria de la que habla Linde, nos devuelve una sonrisa desdentada.

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