SIN QUERER... QUERIENDO
"Ha sido sin querer"- dice Jordi Évole poniendo carita de yo no he sido. Mientras tanto, periodistas, políticos, tertulianos y demás comadres habituales se rasgan las vestiduras por la profanación de la "verdad" que ven en el documental de "el follonero". Lo califican de charlotada, bufonada, esperpento...Son muchos y diversos los escandalizados por el anatema evolita. "En este país, no cabe un tonto más"- sentencia un presentador gatuno de la TDT. Pues mire, si supiéramos donde ir, algunos le haríamos sitio. Pero entonces, ¿qué sería de todos los que viven de nuestra tontuna colectiva? A mí, que vengo a estar de la media para abajo en el ranking de estulticia, "Operación Palace" me pareció un saludable ejercicio de auto-reflexión.
Será porque la experiencia de los años me ha enseñado a dudar de todo por sistema. Incluso de mí misma, un par de veces al día como poco. La mentira es una constante en nuestras vidas. Las hay piadosas o diplomáticas, imprescindibles de alguna manera para la convivencia. Luego están las otras. Las que tienen la misión de esconder la realidad a la gente con el objetivo de manipular. Es, por ejemplo, ese mantra que oímos impenitente estos días sobre una recuperación económica milagrosa. Un dogma de fe que no atiende a las evidencias de los estómagos vacíos o de la pobreza energética que padecen millones de españoles. Sucias mentiras que, al contrario que en el documental de Évole, no advierten en los títulos finales de que son pura ficción. Todos sabemos que nos mienten con premeditación, alevosía y a plena luz. Que se puede hacer muy bien y muy creíble es lo que demostró el controvertido documental. Y dejó otra cuestión importante en el aire: ¿Por qué debemos esperar cincuenta años para desclasificar los documentos sobre el golpe? ¿ Todavía es tan frágil nuestra democracia después de 33 años o es que los españoles somos demasiado tontos para entenderlo? Eso sí que es queriendo y no lo de Jordi. Digo lo de borrar, ocultar y deformar la memoria histórica para que la gente no tenga acceso a la verdad. Para que no se haga justicia y muchos culpables queden impunes. En eso somos campeones. ¿No les indignan más estas "mentirijillas" que nos amargan la vida ? Al final será verdad que, cada día que amanece, el número de tontos crece en este país llamado España.
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