PROFESIONALES DEL ESCOMBRO

Que vivimos un golpe de estado global por parte del poder financiero es un dato que ya casi nadie se atreve a contradecir. No hay mas que ver la celeridad con la que Rajoy llamó a su supervisora, la señora Merkel, para dar cuenta de la victoria y presentar sus más sumisos respetos.
 ¡Ave Angela! Los que van a desbrozar te saludan (susurró Mariano cuando la teutona dama descolgó el aparato). Verán, yo me lo imagino como una pirámide de mando. La parte más elevada la habitan los telúricos mercados que, amén de malvados y codiciosos, son bastante estúpidos.
Ellos son el cerebro enfermo de este desorden mundial. El afán de ganar más y más dinero les conduce a especular hasta reventar el propio sistema del que se alimentan. Su neocórtex reptiliano no da más de sí. Pero que les quite lo bailaó, esa es su filosofía.
 La cuestión es que, con el taconeo de su criminal danza, se están haciendo añicos la soberanía y dignidad de los pueblos. Es la única forma que encuentran para continuar con su piscopático impulso de acumular riqueza. Robársela a los demás.
 Y para que no haya demasiada resistencia al saqueo se difunde el pensamiento único fatalista. Solo hay un camino para salir de la infernal sima que se abre bajo nuestros pies: Renunciar a lo que nos define como ciudadanos libres.
 Merkel, es únicamente la capataza responsable de que la demolición sea eficiente. Sarkozy un animal de compañía al que la canciller alemana no dudará en abandonar en la autopista si le pilla levantando la pata sobre un déficit. Rajoy, un macero aplicado incapaz de decir ¡nein! a un buen derrumbe Si no hacen bien su trabajo, los sustituirán por otra cuadrilla más competente. Los tecnócratas, claro está. Especialistas criados entre las rotundas ubres de gente como Goldman Sachs.
 Porque ya puestos a la destrucción masiva de nuestros derechos, ¿quién lo puede hacer mejor que los profesionales?