VORACIDAD Y DIENTES

El PP empieza a enseñar la dentadura vampírica. Su objetivo inmediato: la sanidad. Una presa deseada, junto a la enseñanza, para quienes han agotado otras formas de esquilmar todo lo público. Para conseguirlo, Rajoy ha encargado un informe a las FAES. Vamos, que dejan el asunto en manos de profesionales  de la succión hemoglobínica. Serán pues sanguijuelas de renombre, como el ex-presidente Aznar, quienes diseñen la longitud y el filo de los colmillos que se van a clavar en nuestro sistema de salud universal. La receta del co-pago, que directamente es un re-pago de los ciudadanos por algo que mantenemos orgullosamente entre todos, penalizará a quienes sufran más enfermedades. En esto, como en casi todo en este país, no existen criterios de progresividad fiscal. Los que tengan mayores rentas no pagarán más que los pobres. A los que más les va a tocar apoquinar es a los del sistema inmunitario más débil y a los que padecen males crónicos que, uniendo su escasa salud a la falta de recursos, serán las primeras víctimas de la sangría. Como avanzadilla de esta agresión social tenemos el ejemplo que nos da la Comunidad de Madrid que ya ha elaborado un informe que se titula:  “Límites a la cobertura de la cartera de servicios comunes del sistema nacional de salud". Para que nos entendamos todos, servicios que históricamente nuestra sanidad ha prestado sin ningún incremento de las cuotas, como las intervenciones quirúrgicas o determinados tratamientos farmaceúticos, podrían acabar siendo excluidos o limitados. Osea que los ciudadanos de rentas más bajas ya podemos ir recolectando hierbas curativas y acostumbrándonos a volver a visitar a  brujos y chamanes porque los medios sanitarios más punteros solo estarán al alcance de las clases pudientes. A los demás, tan siquiera nos queda el derecho a la eutanasia voluntaria. Gracias a los populares la tendremos pasiva y precedida por una larga agonía sin que los cuidados médicos empañen la pureza de nuestros sufrimientos.

Publicado en Periódico de Aragón