MENTIRAS QUE MATAN
Si a la mentira solapada le sumamos la cobardía y el cinismo, estaríamos definiendo algunos de los rasgos más característicos de aquel fatídico trío de líderes mundiales que se creyeron dueños y señores de la vida, pero sobre todo de la muerte, de millares de personas. Su infame "Entente" estuvo fundada sobre falsedades e intereses financieros que nos condujeron a una guerra salvaje e ilegal contra Irak. Bush, Blair y Aznar han pasado a la historia dejando un rastro de sangre indeleble. La huella del crímen. Y es ahí precisamente, en la sección del "crímen", donde exponen en las librerías británicas el libro autobiográfico del ex-presidente Blair . Otro como Bush que, mientras estaba distraido por un inoportuno atragantamiento con un cañamón, se encontró con que el malísimo de Cheney se la había liado parda. O eso dicen ellos, que también los engañaron. Aunque nadie lo diría recordando la convicción fanática con la que ambos defendieron la Guerra de Irak. Ellos reculan, no son tan machotes como nuestro "líder visionario" patrio Aznar, que a pesar de estar archi-demostrada la inexistencia de armas de destrucción masiva en suelo iraquí, no se retracta y se aplica eso de "a lo hecho, pecho". A ver cuanto tarda en desdecirse. Porque de la misma manera que anteayer lideró a los negacionistas del cambio climático encarnizadamente, ahora ha tenido una revelación que lo ha transformado en adalid de la causa...crematística. ¿Qué se creían? Sus mentiras provocaron muchas muertes. Y para rematar la matanza, insultan a nuestra inteligencia con patéticas explicaciones y excusas inverosímiles. Lo mejor que podrían hacer estos siniestros personajes es un glorioso mutis de la vida pública in saecula saeculorum. Por el bien de la especie humana, principalmente, se entiende.
Publicada en Público
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